Divagaciones de una Poulain
by Nea Poulain
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martes, 6 de marzo de 2018

Viento del este, viento del oeste, Pearl S. Buck | #WomenPNL

Sinopsis: Pearl S. Buck ha sabido describir en sus libros el punto justo en que se encuentran las civilizaciones oriental y occidental. Al trazarnos el retrato de una familia distinguida, apegada a tradiciones antiquísimas, nos muestra los conflictos que, de manera inevitable, surgen entre padres e hijos cuando las ideas occidentales penetran en los baluartes de la cultura china. En esta magnífica obra se amalgaman así el interés temático y la precisa definición de los caracteres y los personajes.
 
Antes de empezar con la reseña propiamente dicha, les voy a recordar que este 2018 estoy participando en el proyecto #WomenPNL, leer a todas las mujeres que han ganado el premio Nobel de Literatura. Lo organiza Diana del blog Todo mi ser y pueden unirse aunque ya hayan comenzado las lecturas. En marzo tocaba Pearl S. Buck (+ Grazia Deddeda, porque yo empecé el reto después) y escogí este libro porque es de sus primeros libros. Voy a serguir leyendo a Pearl S. Buck este año, entonces empezar por aquí parecía una buena idea para ir viendo la evolución de la autora. Les voy a contar un poquitín sobre ella para que la conozcan de a rápido y luego vamos a pasar a la reseña.

Pearl S. Buck nació en los Estados Unidos, pero pasó gran parte de su vida en China, donde fue llevada por sus padres misioneros. Yo tengo strong opinions sobre los misioneros (realmente fuertes, no me gustan, me parece una manera de colonización pacífica que de todos modos acaba arrancando partes de la cultura china), pero bueno, no diré nada de momento porque, esto es una reseña, no un artículo de por qué considero que los misioneros no sirven de mucho, dañan culturas porque quieren salvarlas, se sienten superiores por andar salvando gente e ignoran lo que la gente necesita (puros white saviors). Pearl vivió más o menos durante cuarenta años en China (no de un tirón, sino acumulados a lo largo de su vida) y gran parte de sus novelas y escritos hablan sobre mujeres y cutura china

Ahora sí, vamos a pasar a hablar del libro un poco más. Viento del este, viento del oeste es una novela narrada en primera persona por una mujer china. Ya había tenido experiencias leyendo este tipo de novelas testimoniales leyendo a Amy Tan, que se caracteriza por escribir historias de generaciones de mujeres chinas, basándose principalmente en su madre y su relación conflictiva con ella. No estoy mencionando a Amy Tan de manera gratuita, sino que quería hacer un contraste entre las mujeres de Amy Tan y la mujer que narra esta novela, porque a pesar de que son muy parecidas, hay cosas muy diferentes. Las de Amy Tan siempre son aguerridas, aunque sean tímidas o a simple vista sean pasivas, mientras que la protagonista de esta novela se caracteriza precisamente por su modo de ser pasivo ante los otros y hacer oír su voz demasiado poco. No dejo de preguntarme hasta que punto en esta novela se ve reflejada la manera en la que Pearl S. Buck ve a las mujeres chinas (después de todo, es hija de misioneros) como en las novelas de Amy Tan está reflejada cómo ve a las mujeres como su madre (les recomiendo que revisen la reseña de La esposa del dios del fuego). ¿Representamos a los personajes tal cómo los vemos? Ahí va el siguiente punto de esta reseña.


Aunque la novela me gustó mucho por su retrato a la cultura China y el choque con la cultura occidental, hay una parte de la novela que no deja de sonarme escrita desde el colonialismo puro. Siento que hay un cierto paternalismo que a veces no se nota demasiado, pero sale a relucir siempre que se habla de las ventajas de la cultura occidental, es un colonialismo tremendo. Aquí entra un debate que nos puede dar para hablar horas: ¿se vale mantener las tradiciones, por ser tradiciones, aunque sean dañinas para un sector de la población? Es un tema que se aborda desde la perspectiva latinoamericana en la compilación Feminismos y Poscolonialidad, donde se abordan precisamente costumbres y tradiciones con raíces patriarcales. Por supuesto que no toda tradición y costumbre de todas las civilizaciones del planeta tiene raíces patriarcales, pero muchas sí (el patriarcado no es occidental, si lo fuera, no cargaríamos un chingo de tradiciones no occidentales con raíces patriarcales en la vida); en el caso de china, lo más obvio de todo entre ese cúmulo de tradiciones que el mundo occidental fue a sustituir, son los pies vendados de las mujeres. El tema se aborda en la novela, por supuesto; la protagonista tiene los pies vendados, como manda la tradición, puesto que los pies más pequeños son venerados como más hermosos. Sin embargo, su marido, un hombre educado en Estados Unidos, encuentra esta tradición abominable/bárbara/lo que ustedes quieran. Y se lo dice. 
 
Sin embargo, creo que todos esos temas no están tratados como deberían estar tratados en la novela (de nuevo, siento que lo que los invade es un punto de vista sumamente colonial). De repente, siento que el mundo occidental se apresura demasiado a salvar a las mujeres de otros lados del mundo, pero a salvarlas porque sí, tratándolas como seres inferiores que no entienden que han sido víctimas de violencia durante toda su vida por ser mujeres (cuando eso es, en su mayor parte, mentira). Y nuestra protagonista es tratada justamente de esta manera. Aunque la historia me gusta, porque representa de manera muy clara y obvia el choque de dos culturas que no se llevan nada bien y en la que una adopta la clara supremacía (ah, el bello imperialismo occidental) y todo lo que se pierde y queda atrás al hacer una fusión. 
 

El marido de nuestra protagonista decide cortar prácticamente de tajo con todas las tradiciones antiguas, que le parecen atrasadas y medievales. Gracias a él, su esposa decide quitarse las vendas de los pies, aunque su instinto se rebela contra ello (recordemos que ha sido educada precisamente para creer que los hombres valoran los pies pequeños y que, además, un hombre nunca le debe ver los pies desnudos a una mujer); estamos viendo a una mujer que toda su vida ha sido educada para servir a los hombres. Sin embargo, hay otras cosas del libro que me dolieron. Los ritos para pedir por la salud de los niños se pierden y, aunque la medicina (occidental), que practica el marido de nuestra protagonista, es obviamente benéfica para la población, siempre podemos ver el rechazo hacia ella, precisamene porque nadie nunca le explica a nadie por qué es benéfico, por qué es diferente; en cambio, lo único que obtenemos es una actitud evangelizadora (muy propia de los misioneros) que causa rechazo, aboga por la supremacía de una cultura sobre otra (cuando la civilización occidental no es nada sin, precisamente, oriente) y da muy poco espacio al diálogo. La novela, al menos de manera indirecta (dudo que Pearl S. Buck lo haya hecho adrede), es perfecta para retrarar esa manera de colonialismo
 
 
Pasando a otra cosa mariposa, quiero hablar de por qué me gustó la novela. ¿Saben por qué? ¿Se atreven a imaginar? Bueno, precisamente me gusta porque retrata a distintas generaciones de mujeres en China y porque nos muestra a mujeres de distintas clases sociales. No tenemos un rango muy amplio de representación femenil (aunque esta rebasa a la masculina por mucho, he de decir), puesto que nuestra protagonista no tiene demasiadas relaciones ni ejemplos de los que valerse. Conocemos a su madre, una mujer criada con los valores tradicionales, que educó a sus hijos en los mismos valores que la educaron a ella y que al parecer tuvo una relación de más o menos respeto mutuo con su marido. Conocemos, también, a las concubinas de su padre, mujeres de estratos sociales más bajos, cuyos hijos no tienen derecho a la misma herencia y a las mismas atenciones que los de la primera esposa/primera dama de la casa y que le deben obediencia, no sólo a los hombres que "las compraron" (bueno, en realidad, que se unieron a ellas pagando una dote a sus familias para tomarlas como concubinas), sino también a la señora de la casa, que se encarga del orden doméstico. Las historias de las concubinas son a menudo tristes, puesto que una vez que pierden su belleza o su marido se fija en otra mujer, pierden todo poder que puedan haber tenido alguna vez, mientras que las primeras esposas mantienen, al menos, su poder dentro del orden doméstico.
 

También, por supuesto, vemos un poco a la suegra de nuestra protagonista, con la que tiene una relación un poco tirante (pues las tradiciones chinas dictaban que la nuera se encargaba de servir a su suegra, cosa que el marido de la protagonista no quiere que ocurra, puesto que él desea, dentro de lo posible, ver a su esposa como su amiga y su igual) y la esposa norteamericana de su hermano. Las mujeres son, más que nada, el motor que mueve a esta novela y eso me encanta.  

Les recomiendo la novela, es interesante, no es muy larga y les puede encantar si les gustan las novelas ambientadas en Asia, además de que me parece una buena manera de conocer a Pearl S. Buck, esta escritora súmamente prolífica que ganó el premio Nobel.

domingo, 4 de febrero de 2018

El carretero de la muerte, Selma Lagerlöf | #WomenPNL

Sinopsis: En el carretero de la muerte, un joven se encuentra moribundo luego de ser agredido por dos vagabundos que solo minutos antes eran sus compañeros de borracheras. Tiene una hemorragia interna. No hay prácticamente esperanzas de ser salvado. Es de noche, se encuentra oculto en el jardín de la iglesia, y a pesar de que hay mucha gente en la calle por ser la noche de San Silvestre y estar sonando las campanas que dejan atrás el año viejo, nadie penetra en el jardín.
Apenas el reloj ha lanzado la última campanada de la media noche, un rechinamiento se deja oír, como provocado por una rueda mal engrasada. No tardó mucho en darse cuenta que el sonido no es otro que la carreta de la muerte, la cual esta dirigida por el carretero, y aquí lo invade el miedo al recordar que el conductor no es siempre el mismo, sino el último hombre que muere en el año, aquel que entrega su alma al sonar la última campanada de las 12 de la noche. El reloj lanza la última campanada.

Selma Lagerlöf estaba calendarizada para noviembre, en el reto #WomenPNL (organizado por Todos mi ser), para leer a todas las mujeres que han ganado el Nobel de Literatura, pero como yo apenas me enteré que existía el reto este enero, pues decidí unirme y leer a las dos que ya habían pasado también. En enero, además de leer a Selma, también recordarán que leí a Sigrid Undset e hice una reseña de Santa Catalina de Siena. Pero bueno, hablemos un poco de Selma, antes de pasar a desmenuzar este libro. La escritora nació en Suecia en 1858 y fue galardonada con el premio Nobel de Literatura en 1909; provemiente de una familia de clase media donde la economía no era muy buena, fue maestra. Un periódico cultural sueco ofreció un premio de 500 coronas a la mejor novela, que ella ganó por haber enviado los primeros capítulos de La saga de Gösta Berling. Cuando le concedieron el Nobel fue por «en reconocimiento al altivo idealismo, la vívida imaginación y la percepción espiritual que caracterizan a todas sus obras», lo que la convirtió en la primera mujer en el mundo en recibir semejante distinción (y si lo piensan, es un poco triste que tantos años después sólo sean 14 mujeres las que lo han ganado). 

Bueno, a mis manos llegó El carretero de la muerte por un juego del azar y lo único que quiero decir es que estoy interesada en leer otro libro de ella esperando que sea diferente. No, no me gustó El carretero de la muerte. Con la historia del carretero que tiene de fondo, esperaba algo mucho mejor y con menos hombres terribles. Pero me estoy adelantando y quiero desmenuzar este libro, es algo que me interesa mucho para que comprendan por qué mi opinión. Cuidado, que quizá deje un poco de sangre en el resto de la reseña, ahora sí, como dijo Jack el destripador: vamos por partes.

 

Una enfermera del ejército de salvación, Sor Edit, está muriendo. Su última voluntad es que quienes la acompañan vayan a buscar a David Holm y se lo lleven. A todos les extraña, porque David Holm es lo que yo defino como un hombre terrible merecedor de todos los horrores del infierno. Por otro lado, David Holm también está al borde de la muerte, prácticamente muerto y se encuentra con que la historia del carretero de la muerte es verdad. Y así, poco a poco, se entrelazan las historias de estos dos personajes. Cada segundo del libro que las mujeres tienen el foco de atención es glorioso, cada segundo que lo tiene David Holm me pareció la muerte y me quitó ganas de vivir. Vamos a hablar de por qué.

A mí la miseria de los hombres (hombres, varones, género masculino) me produce en general mucha hueva si no la escribe Kafka (pero yo amo a Kafka) y otros cuantos escritores (Steinbeck y Camus pueden encontrarse entre las honorables excepciones). ¿Por qué? Porque me la produce y ya. Pero bueno, ahora a la miseria de los varones le podemos sumar que el varón en cuestión merece menos que nada en cosas buenas y que deseas pasarle encima con una pickup (David Holm, te estoy hablando) y tienen mi cara de fastidio cuando notas que todo en el libro apunta a una historia de redención. Los hombres terribles no merecen ni una historia redentora más. Ni media. Ni una hoja. Merecen ser lanzados a las llamas del olvido y que nadie nunca más se acuerde de ellos y que todos los que sufrieron a su alrededor sean felices de una buena ves. ¿Sueno drástica? Perdón, es que me da flojera pensar la cantidad de historias que giran en torno a ello.


David Holm es un borracho que maltrata a su mujer y a sus hijos. Viven en la misería porque el cabrón ni trabaja ni deja que su mujer lo haga mucho y además de todo es un maleducado que se la pasa tratando mal a Sor Edit, que sólo intenta sacarle lo bueno que hay en su interior (la cantidad de esfuerzo y trabajo emocional que requiere intentar sacarle algo bueno a ese ser merece un premio, pero es un trabajo inútil). Durante todo el libro juro que me imaginé diversos escenarios en los cuales uno podía pasarle con una pickup por encima (aunque eso sea anacrónico, porque el libro es de 1912, más o menos), hacerle mal de ojo, condenarlo al infierno... y así hasta el infinito. Además aunque uno lo puede dudar porque los personajes no dudan en hablar mal de él, la historia intenta darle redención y justificación. En fin, hasta una novela que girara en torno a las  mujeres que giran alrededor de David Holm y las consecuencias de sus actos hubiera sido mil veces más interesante.

 
Pero bueno, a veces pienso que tengo que ponerme un poco en el contexto histórico en el que la novela fue escrita. Lo intenté. Pero después pensé que en el siglo XII, Eloísa estaba hablando pestes de la iglesia (a pesar de ser monja obligada) por oprimir a la mujer y en el siglo XV estaba Christine de Pizan escribiendo un libro de cómo una ciudad de mujeres prosperaría (porque los hombres eran unos inútiles) y me acordé de Olympe de Gouges, que exigió que se reconociera a las mujeres como ciudadanas, lo que la llevó al patíbulo, y de Mary Wollotsencraft y su Vindicación de los derechos de la mujer. Y me acordé de Jane Austen y lo femenino de su universo y sus heroínas. Y me acordé de Charlotte Brontë y de Anne Brontë y de Emily Brontë, especialmente de ella, porque escribió una historia llena de personajes terribles que no consiguieron tanta redención gratuita como David Holm.

Quiero desmenuzar más partes de esta novela, así que, sin ir más lejos, voy a poner el anunció de SPOILERS. El que avisa no es traidor. De todos modos, son sólo hechos aislados de la novela que vale analizar con un poco de perspectiva de género.


SPOILERS, QUIEN AVISA NO ES TRAIDOR

1. La mujer de David Holm es un personaje desaprovechado. Se dice que abandona a su esposo y más tarde aparece en el asilo de sor Edit hablándole de él. A todo esto, Sor Edit la hace ver que ha sido desagradecida (¿?) por abandonarlo y los vuelve a juntar. Obviamente eso no funciona y al final de su vida, Sor Edit se da cuenta de que le ha causado un gran daño a la mujer de David Holm, maltratada y vejada por su marido. Esa parte, donde habla y reconoce eso, es magistral por una parte y frustrante por la otra, porque insiste ver a David Holm para sacarle lo poco bueno que tenga, sin llegar a reconocer a la mujer de David Holm como un ente separado de David Holm. Y esa es una de las cosas frustrantes en general del libro: la mujer me causa lástima, terror del que hace llorar y sólo quiero abrazarla y decirle que se marche y que se salve y salve a sus hijos, siento que también esperaba que la narraciónlo hiciera o que se mantuviera neutral, contando una historia. Pero incluso la voz narrativa no reconoce a la mujer de David Holm como un ente y un sujeto separado de David Holm. Es terriblemente frustrante, porque nunca deja de ser un recurso narrativo subordinado a las desgracias de David Holm.

Más o menos las palabras que quería dedicarle a David Holm
2. Kinf of un personaje intenta justificar el odio de David Holm a su mujer. Cuando sor Edit reconoce que la mujer ha sufrido un poco por su culpa y que lo siente y quiere arreglarlo, hay otro personaje que le dice más o menos que todo ello tiene un motivo, que no conoce la historia completa y procede a contar como estando en la cárcel David Holm imaginaba que al salir su mujer lo estaría esperando con sus hijos y tendrían una buena vida. Eso no pasa, porque cuando llega se encuentra la casa vacía. Se habla de que es una venganza de David Holm, todo el maltraro a su mujer, por haberlo abandonado. Ahí me quedé pensando si sólo lo pensaba el personaje en cuestión o la voz narrativa de la escritora. No sé. Puedo soportar a los personajes hijos de la verga, pero las voces narrativas me sacan de quicio cuando parece que se asoman las opiniones de mierda de los autores (y son muy difíciles de esconder).

3. Al final del libro, la mujer de David Holm decide envenenarse junto al resto de sus hijos para salvarse. Es un momento poderoso y desgarrador imaginar que la ha llevado a ese estado y por primera vez se asoma un poco como sujeto de su propia historia dentro de la narración. Sin embargo, David Holm no podía soportar que dos segundos de la novela no fueran sobre él. El personaje irrumpe el momento, ya arrepentido de todo, pensando que sólo desea que su esposa sea feliz después de todo lo que ha sufrido (sin admitir mucho su responsabilidad de hombre pendejo que le pegaba golpizas) y acaba el libro cuando el pobrecito (sarcasmo) hombre triste (sarcasmo) ha convencido a su mujer de que quiere ser bueno (típico movimiento de manipulador) porque llora. Al final, incluso el momento que parecía no ser sobre David Holm, se vuelve suyo. Y ya les dije la hueva que me dan las redenciones de los hombres terribles.


FIN DE LOS SPOILERS

Concluyendo ya este asunto, creo que el libro no me gustó porque yo tengo un bias muy fuerte contra este tipo de historias. No me gustan y no me gusta que tengan fuerza, ni que sigan siendo reconocidas fuera de que están bien escritas. Con esta reseña doy por terminado a enero en el reto #WomenPNL, que definitivamente me ha dejado sorpresas curiosas y los espero en febrero, donde estaré leyendo a Pearl S. Buck y a Grazia Deledda.

jueves, 25 de enero de 2018

Santa Catalina de Siena, Sigrid Undset | #WomenPNL

Sinopsis: «De tiempo en tiempo se ha discutido (...) qué ha hecho el Cristianismo por la mujer. Qué sitio ha ocupado la mujer en el seno de la familia y en la sociedad dentro de los pueblos que profesaron la religión de Cristo. Cómo era considerada la mujer a la luz de la doctrina de la Iglesia. (...) Jesucristo ignoró el muro invisible cuando interpeló al alma humana, al hombre creado a su imagen, creado como hombre y mujer. Cada palabra que sale de su boca va dirigida a nuestra común naturaleza humana. (...) El santo más arraigado en la conciencia de los pueblos es María, la Madre de Cristo, la Reina de la misericordia (...). Pero también las mujeres que en su época confesaron a Cristo con su vida de santidad y de amor al prójimo, fueron consideradas como columnas de la sociedad y dirigentes y maestras de sus pueblos. (...) En una época llena de violencia y de sangre, una viuda nacida en un extremo de Europa, santa Brígida de Suecia, o una joven del pueblo, santa Catalina, hija de un tintorero de Siena, supieron dar buenos consejos a los poderosos de este mundo. Y el mundo las escuchaba con respeto aun cuando no seguía sus consejos. Llegaron a desempeñar un papel en la política mundial. Y reprendieron, aconsejaron y guiaron y, a veces, mandaron y dieron órdenes al vicario de Cristo en la tierra».


Esta lectura participa en el #WomenPNL organizado en el blog Todo mi ser. Les voy a contar como acabé leyendo yo la biografía de una Santa (que, además, no es una biografía crítica, sino que es un libro que en Goodreads está recomendado para todos los católicos, no kidding) y no de cualquiera, sino de Santa Catalina de Siena. No me hubiera molestado, por ejemplo, leer la biografia de Juana de Arco (sí, es una santa católica), es más, si quieren hasta me leo cualquier cosa de María (suena interesante, al menos). Es más, a (Santa) Hildegarda de Bingen la conocí hace relativamente poco cuando con algún grupo de conocidos hablabamos de que, para explotar sus dotes intelectuales, la mujer tenía muy pocas opciones y una de ellas era entrar al convento. Pero les juro que nunca en la vida se me hubiera pasado leer de Santa Catalina de Siena porque sí. No me atrae. Lo juro. Lo perjuro.

A ver, yo soy atea. Atea redomada. Atea que fue a la India, vio templos, dioses y vivió con musulmanes. Y este libro lo que hizo más o menos fue... pues... confirmar que soy atea hasta los huesos. Santa Catalina de Siena es todo lo contrario a mí. Pero antes de ponernos a hablar de ella y de su vida, vamos a hablar de Sigrid Undset un poquito. Esta escritora recibió en 1928, el Premio Nobel de Literatura. Su biografía de Santa Catalina de Siena no fue publicada sino hasta 1951. De hecho me parece que fue uno de sus últimos libros. Yo lo escogí porque sólo había disponibles dos cosas de ellas en epublibre.org. Uno era este, y el otro era toda la trilogía completa de Cristina, hija de Lavrans, que tiene unas 1000 páginas y aunque quiero leer, no me da tiempo en un mes (menos en uno que ya teno otras cuantas lecturas conjuntas en las que debo participar). Así que ese fue mi destino: leer esto. Pero, volviendo a Sigrid Undset.


Ella nació en Noruega en el seno de una familia atea que las bautizó en la iglesia Luterana porque era la norma del día (o sea, un poco como la mía). Recordemos en la gran parte de los países escandinavos (y bastantes de Europa del Este) son protestantes y, de hecho, Noruega era un país de mayoría Luterana (una rama del cristianismo que si quieren saber de donde salió pueden buscar en Wikipedia, porque mi capacidad para explicar cosas religiosas es... bueno... limitada). El caso es que nació en una familia atea. ¿Cómo carajos llegó al catolicismo y a, de hecho, pertenecer a la misma orden que Santa Catalina de Siena? Esa es una buena pregunta, que yo también me hice. Y Wikipedia me dio una respuesta. Pero antes, un poco de contexto. Cristina, hija de Lavrans, una trilogía publicada en tres años, de 1920 a 1922, fue, según algunos, la obra que le dio notoriedad a Sigrid Undset en el mundo. En ella habla de una Noruega medieval, donde aún existía el paganismo y el cristianismo apenas se asentaba. Si bien Sigrid Undset pasó gran parte de su vida como atea/agnóstica, después de que su matrimonio fracasó y empezó la primera guerra mundial (algo absolutamente horrendo, la guerra de las trincheras) tuvo una crisis/revelación/no sé que le da a la gente que de repente se vuelve católica... y se convirtió al catolicismo oficialmente en 1924.

El caso es que esto no fue nada bien visto. ¡Fue un escándalo! Noruega era un país casi completamente Luterano y además el anti-catolisismo no existía sólo con los religiosos luteranos, sino que una gran parte de la población era anti-católica. Sigrid recibió varios ataques al respecto y de hecho, participó en el debate público. Sus obras post conversión (que ocurrió en 1924) está toda llena de elementos de su fe y la influencia se nota (según Wikipedia y según mi experiencia con esta biografía de Santa Catalina) en todas sus obras. Así que ahora sí, vamos a hablar del libro.

Les presento a Santa Catalina
1. No me voy a poner a juzgar elementos de la vida de Santa Catalina de Siena, porque la verdad es que juzgo todo con ojos ateos del siglo XXI. Para mí las penintencias de los religiosos de la Edad Media es algo inconcebible. Algo que se me escapa. Los castigos físicos, se me escapan. De hecho, todo eso, se me escapa. I can't. No puedo. No entiendo, tampoco. Fuera de que las alucinaciones/visiones/sueños de la Santa me causan una curiosidad extrema (pues tiene uno donde se casa con Cristo, donde bebe de su sangre, donde se coloca la corona de espinas...) y quiero saber de dónde carajos vienen y qué explicación lógica tiene (tengo una atea mind), no puedo juzgar nada más. Así que pasemos al siguiente punto. Sobre este, imaginen que mi cara la mitad del libro fue algo así: 

Me gustaría no juzgar con mis estándares siglo XXI pero bueno, no soy historiadora.

2. AMO LA POLÍTICA MEDIEVAL. Me fascina. Eso sí me encanta. Eso sí que lo disfruté. Santa Catalina habló con papas, intercedió para que la sede Papal fuera trasladada de Aviñón a Roma, pues los franceses la mantenían en Aviñón precisamente por el poder que les confería tener al Papa en su propia tierra. A Santa Catalina le tocó, en vida, la existencia del antipapa (que básicamente fue cuando el Papa se regresó a Roma y una parte de los franceses dijo fuck it y eligió su propio Papa... si quieren algo más exacto y mejor contado pueden ir a buscar un libro de historia, yo no soy historiadora, lamentablemente) y medió para reconciliar a Florencia con el Papa. O sea, tenía cierto poder (lo cual es admirable, considerando la cantidad de mujeres de las que conocemos algo de la Edad Media, incluidas las Reinas y la realeza). Y claro que, para hablar de la política medieval en Europa uno tiene que tomar en cuenta, bueno... a la Iglesia, que era quizá el organismo más poderoso en toda Europa. Ya me había tocado leer bastante cuando leí los siete libros de Los Reyes Malditos (los Capetos were crazy) y resulta que Santa Catalina vivió casi al mismo tiempo, pero en Italia en vez de Francia. Así que, kudos por esa parte.

3. Sigrid Undset habla de que ha hecho la fe católica por la mujer. Yo, la verdad, es que soy escéptica. El tema no lo recupera sólo ella, sino que también lo hace la egipcia Nawal el-Sadaawi, en el libro que acabo de reseñar hace relativamente poco (La cara desnuda de la mujer árabe), en la que habla de como el nacimiento del Cristianismo ayudó a las mujeres en algunas cosas sobre su condición y como después la instituación eclesiástica se cagó en todo ello por siempre jamás (ayudaba sobre todo en temas de violencia sexual y esas cosas, pero no me acuerdo de todo en este momento y si quieren saber algo, deben leer el libro). El caso es que, volvamos, yo soy un poco escéptica e igual creo que todo lo bueno que pudo haber pasado a la mujer en el nacimiento del cristianismo (que fuera causado por él) después fue arruinado de una y mil maneras por la Iglesia (as an institution). Si bien podemos hablar de que entrar al convento ayudó a muchas mujeres a explorar su intelectualidad (por ejemplo, Santa Hildegarda y a la misma Sor Juana Inés), esto pasaba porque literalmente no había otra opción (la misma iglesia lo impedía en muchos casos) y en casos como en el de Sor Juana, la misma iglesia también le ponía un punto final a las actividades intelectuales. Eso sin contar la quema de brujas (una cosa de la Iglesia, debo mencionar) y otras bastantes cosas. Así que yo soy escéptica. Alzaré la ceja. Y la dejaré ahí.


4. Debo decir que hay cosas de Santa Catalina de Siena que me sorprendieron y que voy a exponer aquí rapidito. Aprendió a leer ya adulta, porque, de hecho, era iletrada y tenía que dictar todas sus cartas y todas sus cartas se las tenían que leer. Al parecer también aprendió a escribir también. Fue cuestionada por altas autoridades eclesiásticas en temas religiosos y sus respuestas dejaron confundidos a la mayoría (o sea, al menos en temas religiosos, era muy inteligente). Habló ante Papas. Fue mediadora en revueltas. Escribió un libro (que no planeó leer) en cinco días durante un éxtasis.

5. Para finalizar ya, que esta reseña/clase de historia sobre Sigrid Undset ya quedó muy larga, tengo que reconocer que el libro está escrito de manera muy bella, la prosa es increíble, y por más desinteresada que estuviera yo en el tema y por más ceja alzada que tuviera, todo estaba escrito muy bonito. Al final es un libro que no sé como calificar. Sólo que si no eres católico devoto o no tienes interes, no es la clase de lectura que te recomendaría. De hecho, yo sólo estoy haciendo la reseña porque es parte de #WomenPNL y quería poner gifs.


Nos vemos la siguiente. Prometo ya no traer libros rarísimos (o no, nunca saben que voy a leer).

martes, 9 de enero de 2018

Los retos que (in)cumpliré este 2018

El año pasado no logré completar ningún reto literario de los que me propuse, como siempre, pero leí bastantes libros muy interesantes y me quedé cerca. Me faltaron ocho libros del Pop Sugar Reading Challenge, unos pocos de los bingos literarios... lo único que fue realmente un desastre fue el Desafío Curioso, ahí si, admito mi derrota. Pero como no aprendo, voy a anotarme varios retos este año también. Mi cerebro se pregunta si estoy bromeando, pero les aseguro que no, vamos con todo otra vez este año. 

Pop Sugar Reading Challenge 2018



Son 40 categorías del reto normal y 10 del reto avanzado. Evidentemente, intentaré hasta el avanzado. No tengo ni idea de que leeré, por que más bien siempre intento calzar en el reto los libros que leo, no buscar con que rellenar las categorías. Como siempre, aquí abajo va mi avance.

1. Un libro hecho en una película que ya has visto: Harry Potter y la piedra filosofal, J. K. Rowling.
2. Un crimen real: Ritos funerarios, Hannah Kent.
3. El siguiente libro de una serie que ya has comenzado: El día que los crayones regresaron a casa, Drew Daywalt & Oliver Jeffers.
4. Un libro que involucre un robo: Asylym, Anita Sullivan.
5. Crimen negro nórdico: Purga, Sofi Oksanen.
6. Una novela basada en una persona real: No te ama, Camila Gutierrez.
7. Un libro ambientado en un país que te fascine: El ministerio de la felicidad suprema de Arundhati Roy.
8. Un libro con la hora del día en el título: Cuento negro para una negra noche, Clayton Bess.
9. Un libro acerca de un villano o antihéroe: Guapa, Canizales.
10. Un libro sobre la muerte o la pena: The House of the Dead, James Goss.
11. Un libro de una autora que use un seudónimo masculino
12. Un libro con un protagonista LGTB+: Broken, Joseph Lidster.
13. Un libro que también es una obra teatral o musical: Papá está en la Atlántida, Javier Malpica.
14. Un libro por un autor de una etnia diferente a la tuya: El Ramayana, Vālmīki.
15. Un libro acerca del feminismo: Feminismo para principiantes, Nuria Varela.
16. Un libro acerca de una enfermedad mental: La azotea, Fernanda Trías.
17. Un libro que tomaste prestado o que te fue dado como regalo: El caballero fantasma, Cornelia Funke.
18. Un libro escrito por dos autores: Postales femeninas desde el fin del mundo, Karina Bidaseca y Marta Sierra.
19. Un libro acerca de o relacionado con un deporte
20. Un libro escrito por un autor local: La casa de los tres perros de Agustín Cadena.
21. Un libro con tu color favorito en el título
22. Un libro con una aliteración en el título: Children of Blood and Bone, Tomi Adeyemi.
23. Un libro acerca de viajes en el tiempo: Emilio y el viaje sin tesoro, Carmen Leñero.
24. Un libro con un elemento del clima en el título: Viento del este, viento del oeste, Pearl S. Buck.
25. Un libro ambientado en el mar: Las sirenas sueñan con trilobites, Martha Riva Palacio.
26. Un libro con un animal en el título: El matrimonio de los peces rojos, Guadalupe Nettel.
27. Un libro ambientado en otro planeta: Time Reaver, Jenny T. Colgan.
28. Un libro con letras de canciones en el título: Estas son las mañanitas, Carlos Pellicer.
29. Un libro acerca de o ambientado en Halloween: Murmullos bajo mi cama, Jaime Alfonso Sandoval.
30. Un libro con personajes que son gemelos: El Dios de las Pequeñas Cosas, Arundhati Roy.
31. Un libro mencionado en otro libro: Sexual Politics, Kate Millett.
32. Un libro leído en un club de libros de una celebridad
33. Un clásico infantil que nunca has leído: Pinta ratones, Ellen Sthol Walsh.
34. Un libro publicado en 2018: Casas vacías, Brenda Navarro.
35. Un libro que haya ganado el Goodreads Choice Awards
36. Un libro ambientado en la década en que naciste: Harry Potter y la cámara secreta, J. K. Rowling.
37. Un libro que pretendías leer en 2017 pero al final no lo hiciste: Siete casas vacías, Samanta Schweblin.
38. Un libro con una portada fea: El carretero de la muerte, Selma Lagerlöf.
39. Un libro que involucre una librería o biblioteca: Papeles Falsos de Valeria Luiselli.
40. Tu categoría favorita del 2015, 2016, o 2017 POPSUGAR Reading Challenge (Un retelling, 2017): Nieve Negra, Camila Valenzuela León.

41. Un bestseller del año en que te graduaste de la secundaria: I killed Scherezade: Confessions of an Agry Arab Woman, Joumana Haddad.
42. Un libro de cyberpunk
43. Un libro que estaba siendo leído por un extraño en un lugar publico: El bondadoso rey, Antonio Malpica.
44. Un libro vinculado a tu ascendencia
45. Un libro con una fruta o vegetal en el título: El embuste de las coles, Paul Jennings.
46. Una alegoría: La abuela tejeodra, Uri Orlev.
47. Un libro de un autor con el mismo nombre o apellido que tú: Pornography: Men Possessing Women, Andrea Dworkin.
48. Una microhistoria
49. Un libro acerca de un problema al que se enfrenta la sociedad en la actualidad: Dear Ijeawele, or a Feminist Manifesto in Fifteen Suggestions, Chimamanda Ngozi Adichie.
50. Un libro recomendado por alguien más que este realizando el Popsugar Reading Challenge. 

#WomenPNL


La imagen es del blog Con todo mi ser
Este reto fue propuesto en el blog Con todo mi ser y en realidad, empezó en noviembre. Se trata de leer, una por mes, a todas las autoras que han ganado el Premio Nobel de literatura (lo cual queda perfecto para combinarlo con mi reto permanente de leer a todos los ganadores del Premio Nobel). Sin embago, hay opción también de comenzarlo en enero, leyendo dos autoras durante los dos primeros meses y eso es lo que planeo hacer. Aquí debajo les dejo la lista de las autoras que han ganado el premio Nobel de Literatura, por si les interesa ponerse a buscar sus libros, junto al calendario de lectura del reto.

1. Selma Ottilia Lovisa Lagerlof (1909) - noviembre, 2017 enero, 2018 - El carretero de la muerte
2. Grazia Deledda (1926) - diciembre, 2017 febrero, 2018 - El secreto del hombre solitario
3. Sigrid Undset (1928) - enero, 2018 - Santa Catalina de Siena
4. Pearl S. Buck (1938) - febrero, 2018 - Viento del este, viento del oeste
5. Gabriela Mistral (1945) - marzo, 2018
6. Nelly Sachs (1966) - abril, 2018
7. Nadine Gordimer (1991) - mayo, 2018
8. Toni Morrison (1993) - junio, 2018
9. Wislawa Szymborska (1996) - julio, 2018
10. Elfriede Jelinek (2004) - agosto, 2018
11. Doris Lessing (2007) - septiembre, 2018 - El viento se llevará nuestras palabras
12. Herta Muller (2009) - octubre, 2018
13. Alice Munro (2013) - noviembre, 2018
14. Svetlana Alexievich (2015) - diciembre, 2018

 Autoras en el mundo


Bueno, como ya van suponiendo, me encantan los retos que se traten de leer autoras. En este caso, el reto se trata de leer, al menos, a dos autoras de cada continente. Es muy sencillo, sólo son 10 libros al año y, considerando que yo leo a muchas mujeres y que me encanta combinar todos los retos literarios, será muy sencillo. El reto/iniciativa fue propuesto en e blog The Books of the City of Ladies, el cual les recomiendo mucho. Aquí abajo pondré mi avance:

África: Volver a casa, Yaa Gyasi y The Queue, Basma Abdel Aziz.
América: Siete casas vacías, Samanta Schweblin y Nieve Negra de Camila Valenzuela.
Asia: El Ministerio de la Felicidad Suprema, Arundhati Roy, El vagón de las mujeres, Anita Nair.
Europa: Santa Catalina de Siena, Sigrid Undset y El carretero de la muerte de Selma Lagerlöf.
Oceanía: Ritos funerarios, Hannah Kent.

Bingo literario 2018


Como ya es costumbre mía, me anoto al reto que hace cada año Nina de Rapsodia Literaria de su Bingo Literario. En 2016 lo complete y en 2017 me quedé a apenas a dos libros de ser Darth Vader, así que esta vez repito en la categoría más difícil e intentaré ser Master Luke. Aquí abajo pongo las consignas y, por supuesto, mi progreso.


Un libro en otro idioma: Dear Ijeawele, or a Feminist Manifesto in Fifteen Suggestions, Chimamanda Ngozi Adichie.
Un libro que te recomendaron: Nieve negra, Camila Valenzuela.
Un libro muy gordo: Children of Blood and Bone, Tomi Adeyemi.
Un libro de cuentos: Siete casas vacías, Samanta Schweblin.
Un libro sobre la guerra: Las guerrilleras, Monique Wittig.
Un libro con un ave:
Un libro con cartas o emails: Al final, las palabras, Antonio Malpica.
Un libro con una edición bonita: Pequeño elefante transneptuniano, Martha Riva Palacio.
Un libro muy divertido: Martín y el rey del bosque, Sebastian Meschenmoser.
Un libro que acabas de comprar: Intercambio cultural, Isol.
Cuadro libre:
Un libro con ciencia: The Devil and Miss Carrew, Rupert Laight.
Un libro con portada blanca: Willy y la nube, Anthony Brown.
Un libro con título corto: La azotea, Fernanda Trías.
Un libro sin romance: Papá está en la Atlántida, Javier Malpica.
Un libro de un autor latino: Postales femeninas desde el fin del mundo, Karina Bidaseca y Marta Sierra.
Un clásico: El Ramayana, Valmiki.
Un libro con leyendas: El carretero de la muerte, Selma Lagerlöf.
Un libro con naturaleza: Bajo el espino, Marita Conlon-McKenna.
Un libro de los años veinte:
Un libro de terror: El horrible sueño de Harriet, Anthony Horowitz.

Un libro con niños: La casa de los tres perros, Agustín Cadena.
Un libro que sucede en Asia: Kitchen Banana Yoshimoto.