Divagaciones de una Poulain
by Nea Poulain
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sábado, 1 de abril de 2023

Scum Villain Self-Saving System, Mò Xiāng Tóng Xiù | Reseña

Sinopsis: El medio demonio Luo Binghe surgió de un comienzo humilde y un pasado tormentoso para volverse incomparable en fuerza y belleza. Con su harem de más de trescientas esposas y su dominio sobre el reino humano y demoníaco, es realmente el protagonista más poderoso… ¡de una serie de novelas web de mala calidad! Al menos, eso es lo que cree Shen Yuan −alias en línea "Pepino Sin Igual"− cuando termina de leer el capítulo final de "Camino del orgulloso demonio inmortal". Pero cuando una combinación de rabia y una mala elección de comida lo llevan a la muerte, Shen Yuan se encontró renacido en el mundo de la novela web, en el cuerpo de Shen Qingqiu… El hermoso, pero cruel maestro de un joven Luo Binghe. Pese a que Shen Qingqiu ahora tiene un poder y habilidades increíbles como cultivador, también está destinado a ser horrorosamente castigado por crímenes contra el protagonista, por lo que este nuevo Shen Qingqiu solo tiene un curso de acción: ganarse el favor de Luo Binghe antes que el joven ascienda al poder. ¡Esa es la única forma en que escapará del terrible destino de un verdadero villano escoria! (Sinopsis de la versión oficial; traducción en español por KIYO).

Esta reseña marca el fin de un ciclo de lecturas que me tomó bastante tiempo, pero que disfruté mucho. Conocí el danmei por adaptaciones de obras de MXTX y lógicamente quería leer las tres novelas que tenía disponibles. Primero leí Mo Dao Zu Shi (The Grandmaster of Demonic Cultivation) porque a MXTX la conocí porque todo mi tuiter estaba obsesionado con The Untamed y luego leí Tian Guan Ci Fu (Heaven Official's Blessing) porque así se fue dando el orden en el club de lectura de danmei en el que estoy. Al final, le tocó a Scum Villain y la verdad es que estoy convencida de que lo leí en el momento adecuado. Su fandom estuvo super activo el año en que lo leí y eso me ayudó a seguir y me hizo interesarme. Como me tardé tantísimo acabé leyendo las traducciones oficiales en inglés de Seven Seas ilustradas por Xiao Tong (Velinxi): me lo tomé con calma. Leí la primera novela publicada por Moxiang a lo largo de todo 2022 (la empecé en enero, al terminar el Guadalupe Reinas 2021 y la terminé durante el Guadalupe Reinas 2022) y debo decir: me divertí mucho. Vamos a hablar de ella.

Luo Binghe y Shen Qingqiu con un gato, arte oficial.

Scum Villain Self-Saving System (traducido como El sistema de autosalvación del villano escoria, más o menos) es una novela de transmigración a un mundo xianxia. Transmigración, ¿qué demonios es eso? Para explicarles un poco y explicar por qué me interesa tanto este libro, tengo que hablar de isekai y de novelas de sementales.

El isekai es un subgénero, usualmente de la fantasía, aunque también lo he visto un poco en historias que van más hacia la ciencia ficción, que es muy popular en japón y que yo conocí en el anime, pero que es mucho más popular que cualquier otra cosa en las novelas ligeras. En estas historias el protagonista suele ser una persona común, en nuestro mundo que, por alguna razón, acaba en un mundo secundario, fantástico y vive aventuras. Usualmente sigue el camino del héroe y muchas veces es un vato rodeado de mujeres que lo adoran aunque su personalidad sea la de un pedazo de musgo y su profundidad la de una hoja del menor gramaje posible (te estoy viendo a ti, Kirito). No siempre, pero reconozco que es algo que me llevó a alejarme de ese tipo de historias, o a filtrar con mucho cuidado, porque me cansé de ver a mujeres floreros, mujeres en refrigeradores, mujeres cuyos traumas sólo importan en el mismo nivel en que el protagonista (vato) puede crecer a través de ellos. Es cansado. 

Así que un día le cerré la puerta al género y no la abrí hasta mucho después, cuando descubrí la transmigración en los manhwas (corea) y los manhuas (china). En la transmigración, un personaje literalmente transmigra a otro mundo y se convierte en un personaje de ese mundo (usualmente transmigran en ciertos arquetimos: esposas de los héroes, intereses amorosos, villanos) y la historia se trata, muchas veces, de jugar el papel, sobrevivir y cambiar la narrativa a tu favor. Scum Villain es una novela de transmigración: el protagonista, Shen Yuan, es un ávido lector de novelas publicadas en la web por entregas que acaba en el mundo de una de ellas. ¿Qué novelas lee?

Fantasías eróticas y de poder. Novelas de sementales. Historias que los hombres heterosexuales leen porque quieren ser el protagonista, con un harem de mujeres florero a sus pies, y que las mujeres se asoman a ver si el contenido erótico está bueno (no suele estarlo). Moxiang vio estas novelas y dijo: quiero hacer una parodia y hacer todo homosexual. E hizo que, Shen Yuan, en un arrebato de coraje contra la novela, que considera llena de hoyos y mal escrita, se atragante de un bocado y despierte en el cuerpo del villano principal. Misión: que el héroe, el único personaje que admiras, no te mate. Pero tienes que convencer a todos que no están actuando fuera de personaje porque hay un sistema que te da y te quita puntos e incluso te impone castigos. 

Luo Binghe y Shen Qingqiu, arte oficial de tencent.

Shen Yuan, convertido en Shen Qingqiu, es mi personaje favorito. Se sabe la novela, a pesar de que dice que la odia, de cabo a rabo, se emociona como fangirl con Luo Binghe, el protagonista y se esfuerza lo más posible en no acabar con todas las extremidades amputadas metido en una vasija (como acaba el personaje original). En el camino jura que es heterosexual aunque se ofende muchísimo si alguien osa decir que Luo Binghe no es el hombre más hermoso del mundo y se encuentra muy confundido cuando, en todas las escenas planeadas para que una de las esposas florero de Luo Binghe lo ayude o llame su atención, acaba él sustituyendo el papel. No ayuda descubrir que el autor, también haya transmigrado en uno de los villanos y no recuerde absolutamente nada de lo que escribió (Shan Qinghua, te queremos)

Hay muchos temas que tocas sobre el libro: la obvia burla (bastante final) a las novelas con harems inmensos y protagonistas sementales (especialmente al descubrir que Luo Binghe es un personaje muy sentimental y bastante llorón, lo que es especialmente irónico pensando que en la novela original era visto únicamente como una fantasía de poder masculino), el aprovecharse de los clichés de nombrar todo de maneras ridículas y ofrecernos sólo la perspectiva de Shen Qingqiu que, no importa lo obvio que sea Luo Binghe, se tarda en entender que el interés amoroso es él. 

Felicidades, Shen Qingqiu, el harem eres tú

Boda de Luo Binghe y Shen Qingqiu

Ya había hablado un poco en la reseña de Golden Stage sobre mi disgusto contra el romance mainstream, pero leer esta novela mientras leía otras dos de priest (otra autora de danmei, hice la reseña de Faway Wanderers) cimentó mi idea que otro de mis problemas era el cinismo ante el amor. Yo sí quiero para siempres en las historias que leo y quiero creer que son posibles, a veces ese sentimiento de que el amor siempre se acaba me resulta agotador. Quiero romances trascendentales, historias que me abran de par en par (como dijo Kafka, historias que sean el hacha que rompa el mar helado que llevamos dentro) y de repente todo este cinismo respecto a que el amor no es tan importante (sí lo es, romántico, platónico, familiar, especialmente cuando hablamos de familias que se encuentran, lo es, mueve el mundo) me cansa mucho. Por eso volteo al danmei, porque, por absurdo que suene, el amor en muchas de sus representaciones, incluida la sexual, puede salvar al mundo

En resumen.

Scum Villain es un libro muy divertido, con personajes muy divertidos, con drama y comedia, pero que también tiene pasajes muy hermosos sobre cómo elegimos aquellos a quienes amamos y cómo nos aferramos a ellos de muchas maneras (véase a Luo Binghe y a Shen Qiongqiu en sus totalmente incompatibles modos de aproximarse al otro gran parte de la historia). Si además, han sentido frustración por esas novelas de harem donde los intereses amorosos no son más que adornos sin personalidad, seguro la aguda burla de Moxiang les va a gustar. Con este libro terminé de leer a Moxiang por el momento y tengo que decir, me la pasé muy bien. Fue un gran viaje. Ojalá se animen a venir también.

viernes, 4 de junio de 2021

Planetas invisibles, cuentos chinos de ciencia ficción

Portada Planetas Invisibles, compilación de Ken Liu

Sinopsis: Trece visiones del futuro. Trece historias poderosas que dan una idea de la variedad de voces, temas y técnicas de los autores chinos de ciencia ficción: las hay inquietantes, irónicas, distópicas, emotivas... Algunas han recibido premios y elogios de la crítica, otras han aparecido seleccionadas en distintas antologías y otras son simplemente favoritas de Ken Liu. Completan la colección varios ensayos de los propios autores sobre la ciencia ficción china y la introducción de Ken Liu. Incluye "Entre los pliegues de Pekín", de Hao Jingfang, premio Hugo 2016, y tres relatos del premio Hugo 2015 Liu Cixin.

Esta es una colección de relatos de ciencia ficción de autores chinos; la compilación y la traducción al inglés la hizo Ken Liu. Al español se encargaron Manuel de los Reyes y David Tejéra Expósito (y me queda la duda de si fue traducción indirecta, lo que parece probable, lo anotaré para investigarlo. La colección incluye a trece autores en los que me detendré un poco de uno en uno porque creo que es la única manera hablar de estar antología (sobre todo en la disposición que Ken Liu eligió para presentar los relatos), además de unos ensayos al final y una introducción de Ken Liu que usaré como punto de partida para la reseña.

La ciencia ficción es la literatura de los sueños, y los textos oníricos siempre nos dicen algo acerca del soñador, de que interpreta los suños y de la audiencia. 

Desde el principio el libro obliga a que el lector confronte sus propias ideas (o falta de estas) sobre la ciencia ficción china. Este tipo de antologías, que unen a escritores que comparten cultura, siempre despiertan ideas preconcebidas desde lo que creemos que debería ser el imaginario del lugar en el que nos encontramos. De la misma manera que parece que le exijimos a los autores mexicanos que usen un decorado mexicano en sus historias (lo que cada quien considere mexicano, que es demasiado subjetivo: ¿qué es lo mexicano, exactamente, cuando somos un país tan diferente de punta a punta?), parece que esperamos que los autores chinos escriban siempre lo que creemos que es China. Y es cierto que autores que escriben anclados a una misma cultura muchas veces comparten preocupaciones e intereses similares que luego aparecen una y otra vez en sus textos, pero no podemos limitar a esperar una idea pre concebida. Es más, ni siquiera podemos creer que tan solo trece visiones diferentes nos darán un panorama demasiado amplio sobre lo que es China y su literatura de ciencia ficción. Ya lo dice Ken Liu y lo explica mejor que yo:

Conocer China a través de las noticias sesgadas de los medios occidentales o asegurar que se «entiende» a país por ser inmigrante o haber sido turista es lo mismo que vislumbrar una mancha borrosa a través de una pajita y afirmar que se trata de un leopardo. [...]
La realidad política de país y su complicada relación con Occidente hace que a los lectores occidentales les parezca normal interpretar la ciencia-ficción china bajo el prisma de los sueños, esperanzas y fantasías occidentales sobre la política china. [...]
Dar por hecho que las preocupaciones políticas de los autores chinos son las mismas que las que los lectores occidentales esperan de ellos es, como mínimo, arrogante y, lo que es peor, peligroso. El mensaje que los esritores chinos intentan comunicar es universal, se refiere no solo a China sino también a la humanidad en su conjunto, [...].

Ken Liu
Ken Liu

Siento que por momentos se dirige mucho más a a la audiencia que leerá en inglés y que viven en ese eufemismo que llamamos países desarrollados, pero también ocurre en México: nos sorprendemos cuando cosas de otras latitudes resultan tener narrativas que también nos interpelan y resultan, además, ser diferentes de lo que imaginamos (en español, por ejemplo, cuántas veces no habré visto a los españoles leyendo a los autores de América Latina buscando desesperadamente lo que ellos creen que es "lo latinoamericano" cuando aquí no tenemos respuesta a esa pregunta). En fin, no sean como los que andan descubriendo el hilo negro de los generos imaginativos cada tres segundos y no digan "no es sólo ciencia ficción *inserte aquí una cultura, la que quiera*, sino que trasciende hasta crear una visión universal y humana" (que en sus ratos libres se juntan con los que acaban de descubrir por enésima vez que la ciencia ficción "no son sólo máquinas, sino también se refiere a lo humano").

Así pues, tenemos trece visiones distintas por siete autores distintos y no puedo englobar del todo por lo diferentes que son (China es muy grande), por lo que opté por hacer un pequeño apartado para cada autor.

Chen Qiufan

—¿Sabes si hay algo de real en todo esto? —murmuro.
—Claro. Tú. Yo. Nosotros somos de verdad.

Este autor me produce sentimients encontrados. Por un lado, tiene dos historias muy interesantes y una que no me gustó en lo más absoluto. Es normal, después de todo: a veces resulta imposible que todas las historias de un autor te gusten. Sin embargo, los sentimientos encontrados me los causa el porqué. Pero vayamos por partes (como dice Jack El Destripador y hace tanto que no hacía este mal chiste que me lo tienen que perdonar esta vez). 

El Año de la Rata nos presenta un mundo donde todos aquellos que no sean útiles productivamente (oh, bello capitalismo) acaban cazando... ratas. Ratas especiales, extrañas, pero ratas al fin y al cabo. Hay toda una máquina propagandística que se asoma de fondo (nada raro, el mundo en el que estamos paraditos en la realidad está atascado de propaganda por los cuatro costados) hablando de como es un servicio hacer ese trabajo. Hasta que, claro, lo de las ratas se complica y parece que surge una nueva civilización con ellas. Una historia muy interesante, que en general me gustó. Me pareció una buena apertura a la antología y me dejó con curiosidad de qué había más allá.

Por el contrario, El pez de Lijiang me fascinó. El juego con lo virtual y nuestras percepciones es algo ante lo que soy débil, lo admito. El juego de si lo que estás viendo es real o es tan solo una proyección de algo que no está allí. Parece, pero quizá no lo es. Qué tanto pueden engañarte los sentidos o por qué nos interesa crear mundos artificiales antes que preservar lo que existe (y esta especialmente fue una pregunta que me hice yo mientras leía, no la alcancé a ver de todo en el subtexto, pero creo que es un muy buen punto de partida para platicar de algunos detalles del cuento). Mi favorito entre los tres de Chen Qiufan.

La flor de Shazui no me gustó en lo absoluto y me encantaría no tener que gastar tiempo en ella. Sólo quiero decir que no me gusta cuando los hombres escriben de mujeres en prostitución y son incapaces de describirlas más allá de los objetos. Incluso si son sus protagonistas quienes lo hacen. Me incomoda. Y quizá debería incomodarme, quizá ese sea el propósito, pero... a estas alturas, ¿para qué de nuevo si hay tantos ejemplos? Por supuesto no es el único tema del tiempo, pero la sensación que me quedó fue tan... ¿por qué otra vez?, ¿por qué no otras visiones? En fin. No fue lo mío.

Xia Jia

—Sí, me gustan los poemas —responde la murciélago al tiempo que asiente—. Cuando los poetas ya no están entre nosotros, los poemas se vuelven aun más valiosos.
—¿Los poetas ya no están entre nosotros? —pregunta el dragón equino, preocupado—. ¿Afirmas que ya nadie escribe poemas?

Xia Jia, fotografía
Xia Jia

Ella es mi nueva escritora favorita de esta antología. No es la única, pero me maravillaron sus cuentos, me parecieron super interesantes, bonitos, la prosa de la traducción en los tres está super cuidada y detallada. Dos de los cuentos, además, tienen un tono que me recuerda mucho a las leyendas, a los cuentos de hadas y a cierta prosa que suelo encontrar mucho en la fantasía. Y el otro igual es impresionante.

Cientos de fantasmas desfilan esta noche me recordó a cuentos de fantasmas contados al anochecer. No precisamente a esas historias de miedo con giros inesperados, si no historias misteriosas con personajes adorables por momentos a los que uno se apega demasiado rápido y que calientan el corazón con la manera en la que hilan sus palabras. Más o menos a esa sensación me refiero cuando hablo de los fantasmas que pueblan este cuento y de las historias que va dejando caer, una a una, para ser recogidas por quien las está leyendo.

El verano de Tongtong es el cuento que he visto más mencionado de todos y al parecer uno de los más aclamados de a antología. Entiendo por qué: técnicamente me pareció impecable la historia desde los ojos de una niña y su tema es universal (cada cuánto volteamos a ver hacia la vejez y nos preocupamos por los cuidados). No fue mi favorito (por meros intereses literarios, porque los tres cuentos de Xia Jia son bastante buenos), pero Tongtong y su abuelo son personajes que estarán siempre en mi corazón y me parece que la visión de Xia Jia puede ser usada para dialogar sobre el tema de los cuidados yla vejez desde la ficción.

Dragón equino
Dragón equino

El paseo nocturno del dragón equino fue mi favorito. Me pareció una historia de fantasía, tiene mucho de su estética, de sus temas y de algunas de sus fórmulas entre sus palabras aunque estemos hablando de máquinas. Creo que demuestra cierto tipo de hibridaciones que son muy posibles dentro de a literatura imaginativa o haciendo uso de la literatura imaginativa. Seguimos un paseo del dragón equino, acompañado de historias y de las esperanzas de una criatura que se ha quedado en un mundo abandonado.

Ma Boyong

—Mientras haya dos palabras o incluso dos letras en el mundo, será posible continuar intercambiando ideas. ¿Sabes código morse?

De este autor hay sólo una obra en la antología, lo cual me pareció muy limitado para hacerme, aunque fuera, una visión limitada sobre él. En su introducción se menciona que escribió una novela corta del género wuxia (del que hablé en una reseña de una obra china muy diferente aka Mo Dao Zu Shi) en donde abordaba la historia de Juana de Arco y me quedé con curiosidad de saber más sobre eso. Por lo que pude investigar esta historia y otra contribución que aparece en la siguiente antología de Ken Liu (Estrellas rotas) son las únicas que han sido traducidas oficialmente, pero NovelUpdates, ese paraíso de los grupos amateurs de traducción chino-inglés tiene un pedazo de una obra histórica de suspenso titulada The Longest Day in Chang'an, que incluso tiene adaptación a un drama. Lamentablemente la traducción está incompleta desde 2020.

En Planetas invisibles publicó La ciudad del silencio, un homenaje obvio a 1984 de George Orwell. No me cae bien George Orwell. Me da risa, sí, cuando la derecha lo considera un duro crítico contra el comunismo (porque también tuvo formación marxista y se consideraba a favor del... socialismo democrático; en fin, luego hablamos de sus visiones políticas). Tampoco me gusta 1984. Me incomodan sus aproximaciones al amor y a las relaciones sexuales. Tanto como me incomodaron de nueva cuenta (al menos las segundas) en la manera en que Ma Boyong se aproximaba a ellas (fue un elemento que me resultó demasiado 1984 para mi gusto); era, además, imposible ignorar las conexiones cuando Ma Boyong las hacía tan obvias en todo sentido (incluso mostrando a personajes que escuchaban pasajes de la novela). Sin embargo, algo que me pareció muy inteligente en el cuento era como el escritor sorteaba las limitantes del lenguaje en las que vivían sus personajes. Dentro de todo me pareció una buena historia y una propuesta interesante, aunque no me voló demasiado la cabeza.

Hao Jingfang

Cuando haya terminado de contarte estas historias, cuando hayas terminado de escuchar estas historias, ni yo seguiré siendo yo, ni tú seguirás siento tú. Esta tarde, por espacio de un breve instante, nos hemos fundido en un solo ser. Después de esto portarás en mi interior una parte de mí, al igual que yo habré de portar parasiempre una parte de ti en el mío [...].

Ella es mi segunda nueva autora favorita de la vida. Las dos historias suyas en la antología me parecieron de una calidad infinita en cuanto a narrativa y las disfruté muchísimo. La autora es conocida por tener un Hugo (a historia corta, me parece); de hecho, es por una de estas historias publicada en esta antología. A ella sí la han traducido un poco más por lo que me consta. Pero vamos a lo que vamos.

Planetas invisibles es el primer cuento de Hao Jingfang y también el que le da el nombre al libro completo. El cuento es una sencilla plática entre dos personajes que hablan de distintos planetas y civilizaciones existences. Me gusta la idea de hablar de los planetas como hablar de historias, narrarlos en voz alta para conocerlos. Es mi cuento favorito de ella porque me recordó de repente a Las mil y una noches (aunque podrá parecer que no tiene nada que ver, pero a veces mi cerebro hace esas conexiones maravillosas). Además habla como después de una o muchas historias no somos los mismos y nos quedamos un tantito con la esencia de quien nos las está contando. 

Sunset Alien Planet de Jeanne 24.
Sunset Alien Planet por Jeanne 24

Entre los pliegues de Pekín es un cuento perfecto para aquellos que disfrutan de los escenarios distópicos y que me parece muy bien de que se trata crear uno (todavía tengo pesadillas con aquellas cosas a las que los gringos del boom llamaron distopías). La ciudad se divide y cambia y somos testigos de un viaje para entregar una carta de un lado a otro. Las diferencias de clase son las que determinan en qué parte de los pliegues de Pekín naces y hasta donde puedes moverte. Aborda el problema de la movilidad entre cases (imposible, prácticamente) y nos muestra como cada una defiende, después de todo, los intereses de su clase, sea esta cual sea. Me encantó esta historia.

Tang Fei

No tengo mucho que decir de Tang Fei. Sí creo que su historia no está a la altura de las que la preceden, pero tampoco es mala. Es más bien una cuestión de de posición dentro de la antología. Chica de compañía simplemente fue un poco víctima de su lugar en la antología, pero no me pareció un mal cuento. No me disgusta la idea que trata en ella (recuerda muy evidentemente a Sherezade cuando habla de una chica que vende historias) ni como juega con la idea de la prostitución al engañar a su lector alimentándolo con ciertos estereotipos que uno espera de estas narrativas para al final darle la vuelta, reconocer el engaño obvio y mostrar la realidad del cuento (de verdad que juega mucho con las expectativas que un montón de escritores señoros que les gusta escribir de "chicas que compañía" nos han alimentado durante décadas en sus historias y eso me parece maravilloso).

Cheng Jingbo

Sonrió y me besó con ternura en la frente. Nadie fue testigo de esta despedida, y por ello, en las historias que habrían de contarse después, la reina murió tras ingerir por error una seta venenosa en la Ciudad Liviana. Pero yo vi con mis propios ojos cómo mi madre se encaramaba al hombro de aquel robot gigantesco, se colaba por una de sus orejas y desaparecía.

Y esta es mi tercera autora favorita del momento. Sólo hay una historia suya en la antología, pero creo que me ayudó a crear una imagen bastante interesante de su narrativa y de su estilo (ojalá poder volver a leerla pronto, me encataría encontrar otras visiones suyas en la literatura). Además, este es el cuento al que, en las reseñas, se le "acusa" de ser más "fantasía que ciencia ficción" como si eso fuera algo malo. Me parece que quienes lo hacen no entienden a hibridación a la que está apostando Cheng Jingbo o consideran que dentro de la literatura de género o imaginativa hay unos géneros que son mejores que otros. Sea cual sea el razonamiento usado, me parece que el tono de queja con el que leí que se expresaban sobre las influencias de la fantasía en la historia de Cheng Jingbo sólo servía para rodar los ojos. Pasemos, pues, a la historia. 

Planet, Daniele Cuncu
Planet, Daniele Cuncu

La tumba de las luciérnagas es un cuento de hadas en un viaje interplanetario. No tengo otra manera de describirlo. Creo que le gustará a todo aquel que le gusten ese tipo de historias. La narración de Cheng Jingbo es muy cuidada. Siempre me pregunto qué se pierde al traducir, pero por el cuidado que también se nota que pusieron los traductores, me imagino que es una de esas escritoras increíblemente preocupadas por el lenguaje en las historias. Me atrevo a decir sin pena (y créanme que fue muy difícil escoger entre tan buenos cuentos que hay) que este es mi cuento favorito. Haberlo elegido, por supuesto, responde a mis intereses y a lo que busco en los cuentos, pero lo recomiendo muchísimo.

Liu Cixin  

—[...] Nuestra civilización es muy antigua, sí. Pero nosotros no tenemos la culpa. Da igual cuánto se esfuerce uno, todas las culturas deben envejecer algún día. Todos nos hacemos mayores, incluso vosotros.

Seguramente este nombre les suene. Liu Cixin escribió El problema de los tres cuerpos y es bastante conocido también fuera de China. Para mí, sin embargo, era un autor completamente nuevo que no conocía más que de nombre. Nunca lo he leído, no lo conocía. Conocerlo en esta antología me pareció bastante adecuado para mí, además. Los cuentos me gustan y podía ver dos historias suyas diferentes en tono y en temas para hacerme una idea más o menos amplia de su obra. 

Liu Cixin
Liu Cixin

El círculo es una historia donde, por medio de una formación de soldados, Liu Cixin explica a la perfección cómo se hacen cálculos tan enormes que no pueden ser procesados con facilidad. Explica el funcionamiento de las compuertas de los circuitos y brevemente podría considerarse que monta un sistema digital, pero en modo analógico. La historia es buena, yo tuve pesadillas con la única materia que reprobé espectacularmente en mi vida (Microcontroladores; siempre tuve problemas para electrónica y más si era digital, donde la única excepción fue Arquitectura de computadoras, que sí me gustaba), pero la historia es buena. No es mi favorita por motivos muy personales, pero para aquellos interesados en las matemáticas, Liu Cixin explica conceptos medio complicados de una manera muy literaria al tiempo que enhebra la historia de una traición. Es una combinación extraña, pero muy buena. 

Finalmente, la última historia de la antología es Cuidando de Dios, una historia donde aparecen un montón de ancianos en la tierra y, diciendo que son Dios, demandan que sus hijos los cuiden. Cuando la historia se va desarrollando, nos hace cuestionarnos qué ideas tenemos sobre una divinidad (el cuento no da ninguna respuesta, pero creo que se puede dialogar con él en ese sentido) y qué ideas tenemos sobre lo que significa cuidar de otro. Tengo sentimietos encontrados cuando se habla de las cosas bonitas del cuidado. Es cierto que sí: es lo que ha hecho humanidad a la humanidad y lo que ha conseguido que la civilización siga. Todos hemos cuidado de otros o, al menos, deberíamos haberlo hecho (no hay que olvidar que es algo feminizado y visto como algo indigno) y, quizá, en algún momento, también cuidamos a otros porque esperamos que, cuando llegue el momento, alguien cuide de nosotros. De los dos cuentos de Liu Cixin, es este mi favorito sin lugar a dudas (mi interés en el tema de los cuidados al otro se impuso aquí, por supuesto).

Viaje interplanetario (conclusiones)

El libro cierra con tres ensayos. Liu Cixin, en el suyo, menciona lo que los lectores hicieron por su obra, El problema de los tres cuerpos, en internet y como dialogaron con ella en las comunidades que crearon (sobre todo en weibo, red social china). Se abordan cosas que atañen al genero y a cómo escribir ciencia ficción desde china en los otros dos, de Chen Qiufan y Xia Jia. Me parece que aportan una visión muy interesante sobre el libro (no se escribe fantasía, terror o ciencia ficción sólo en la ficción, sino que también se ensaya sobre el tema) y le agregan profundidad al libro en sí. No quiero detenerme ya mucho en ellos porque creo que dije lo que quería decir dándome el tiempo de hablar de cada cuento en particular. Me interesaba, con la reseña, presentar mi lectura de estos, que es muy íntima y personal. Sólo puedo cerrar recomendándoles el libro. 

Si lo buscan, lo tiene Alianza Editorial en español, aunque no sé que tal esté su disponibilidad en diferentes países de habla hispana, tendrán que investigarlo ustedes. Si tienen un poco de interés por la ciencia ficción, creo que esta es una lectura muy interesante.

martes, 6 de marzo de 2018

Viento del este, viento del oeste, Pearl S. Buck | #WomenPNL

Sinopsis: Pearl S. Buck ha sabido describir en sus libros el punto justo en que se encuentran las civilizaciones oriental y occidental. Al trazarnos el retrato de una familia distinguida, apegada a tradiciones antiquísimas, nos muestra los conflictos que, de manera inevitable, surgen entre padres e hijos cuando las ideas occidentales penetran en los baluartes de la cultura china. En esta magnífica obra se amalgaman así el interés temático y la precisa definición de los caracteres y los personajes.
 
Antes de empezar con la reseña propiamente dicha, les voy a recordar que este 2018 estoy participando en el proyecto #WomenPNL, leer a todas las mujeres que han ganado el premio Nobel de Literatura. Lo organiza Diana del blog Todo mi ser y pueden unirse aunque ya hayan comenzado las lecturas. En marzo tocaba Pearl S. Buck (+ Grazia Deddeda, porque yo empecé el reto después) y escogí este libro porque es de sus primeros libros. Voy a serguir leyendo a Pearl S. Buck este año, entonces empezar por aquí parecía una buena idea para ir viendo la evolución de la autora. Les voy a contar un poquitín sobre ella para que la conozcan de a rápido y luego vamos a pasar a la reseña.

Pearl S. Buck nació en los Estados Unidos, pero pasó gran parte de su vida en China, donde fue llevada por sus padres misioneros. Yo tengo strong opinions sobre los misioneros (realmente fuertes, no me gustan, me parece una manera de colonización pacífica que de todos modos acaba arrancando partes de la cultura china), pero bueno, no diré nada de momento porque, esto es una reseña, no un artículo de por qué considero que los misioneros no sirven de mucho, dañan culturas porque quieren salvarlas, se sienten superiores por andar salvando gente e ignoran lo que la gente necesita (puros white saviors). Pearl vivió más o menos durante cuarenta años en China (no de un tirón, sino acumulados a lo largo de su vida) y gran parte de sus novelas y escritos hablan sobre mujeres y cutura china

Ahora sí, vamos a pasar a hablar del libro un poco más. Viento del este, viento del oeste es una novela narrada en primera persona por una mujer china. Ya había tenido experiencias leyendo este tipo de novelas testimoniales leyendo a Amy Tan, que se caracteriza por escribir historias de generaciones de mujeres chinas, basándose principalmente en su madre y su relación conflictiva con ella. No estoy mencionando a Amy Tan de manera gratuita, sino que quería hacer un contraste entre las mujeres de Amy Tan y la mujer que narra esta novela, porque a pesar de que son muy parecidas, hay cosas muy diferentes. Las de Amy Tan siempre son aguerridas, aunque sean tímidas o a simple vista sean pasivas, mientras que la protagonista de esta novela se caracteriza precisamente por su modo de ser pasivo ante los otros y hacer oír su voz demasiado poco. No dejo de preguntarme hasta que punto en esta novela se ve reflejada la manera en la que Pearl S. Buck ve a las mujeres chinas (después de todo, es hija de misioneros) como en las novelas de Amy Tan está reflejada cómo ve a las mujeres como su madre (les recomiendo que revisen la reseña de La esposa del dios del fuego). ¿Representamos a los personajes tal cómo los vemos? Ahí va el siguiente punto de esta reseña.


Aunque la novela me gustó mucho por su retrato a la cultura China y el choque con la cultura occidental, hay una parte de la novela que no deja de sonarme escrita desde el colonialismo puro. Siento que hay un cierto paternalismo que a veces no se nota demasiado, pero sale a relucir siempre que se habla de las ventajas de la cultura occidental, es un colonialismo tremendo. Aquí entra un debate que nos puede dar para hablar horas: ¿se vale mantener las tradiciones, por ser tradiciones, aunque sean dañinas para un sector de la población? Es un tema que se aborda desde la perspectiva latinoamericana en la compilación Feminismos y Poscolonialidad, donde se abordan precisamente costumbres y tradiciones con raíces patriarcales. Por supuesto que no toda tradición y costumbre de todas las civilizaciones del planeta tiene raíces patriarcales, pero muchas sí (el patriarcado no es occidental, si lo fuera, no cargaríamos un chingo de tradiciones no occidentales con raíces patriarcales en la vida); en el caso de china, lo más obvio de todo entre ese cúmulo de tradiciones que el mundo occidental fue a sustituir, son los pies vendados de las mujeres. El tema se aborda en la novela, por supuesto; la protagonista tiene los pies vendados, como manda la tradición, puesto que los pies más pequeños son venerados como más hermosos. Sin embargo, su marido, un hombre educado en Estados Unidos, encuentra esta tradición abominable/bárbara/lo que ustedes quieran. Y se lo dice. 
 
Sin embargo, creo que todos esos temas no están tratados como deberían estar tratados en la novela (de nuevo, siento que lo que los invade es un punto de vista sumamente colonial). De repente, siento que el mundo occidental se apresura demasiado a salvar a las mujeres de otros lados del mundo, pero a salvarlas porque sí, tratándolas como seres inferiores que no entienden que han sido víctimas de violencia durante toda su vida por ser mujeres (cuando eso es, en su mayor parte, mentira). Y nuestra protagonista es tratada justamente de esta manera. Aunque la historia me gusta, porque representa de manera muy clara y obvia el choque de dos culturas que no se llevan nada bien y en la que una adopta la clara supremacía (ah, el bello imperialismo occidental) y todo lo que se pierde y queda atrás al hacer una fusión. 
 

El marido de nuestra protagonista decide cortar prácticamente de tajo con todas las tradiciones antiguas, que le parecen atrasadas y medievales. Gracias a él, su esposa decide quitarse las vendas de los pies, aunque su instinto se rebela contra ello (recordemos que ha sido educada precisamente para creer que los hombres valoran los pies pequeños y que, además, un hombre nunca le debe ver los pies desnudos a una mujer); estamos viendo a una mujer que toda su vida ha sido educada para servir a los hombres. Sin embargo, hay otras cosas del libro que me dolieron. Los ritos para pedir por la salud de los niños se pierden y, aunque la medicina (occidental), que practica el marido de nuestra protagonista, es obviamente benéfica para la población, siempre podemos ver el rechazo hacia ella, precisamene porque nadie nunca le explica a nadie por qué es benéfico, por qué es diferente; en cambio, lo único que obtenemos es una actitud evangelizadora (muy propia de los misioneros) que causa rechazo, aboga por la supremacía de una cultura sobre otra (cuando la civilización occidental no es nada sin, precisamente, oriente) y da muy poco espacio al diálogo. La novela, al menos de manera indirecta (dudo que Pearl S. Buck lo haya hecho adrede), es perfecta para retrarar esa manera de colonialismo
 
 
Pasando a otra cosa mariposa, quiero hablar de por qué me gustó la novela. ¿Saben por qué? ¿Se atreven a imaginar? Bueno, precisamente me gusta porque retrata a distintas generaciones de mujeres en China y porque nos muestra a mujeres de distintas clases sociales. No tenemos un rango muy amplio de representación femenil (aunque esta rebasa a la masculina por mucho, he de decir), puesto que nuestra protagonista no tiene demasiadas relaciones ni ejemplos de los que valerse. Conocemos a su madre, una mujer criada con los valores tradicionales, que educó a sus hijos en los mismos valores que la educaron a ella y que al parecer tuvo una relación de más o menos respeto mutuo con su marido. Conocemos, también, a las concubinas de su padre, mujeres de estratos sociales más bajos, cuyos hijos no tienen derecho a la misma herencia y a las mismas atenciones que los de la primera esposa/primera dama de la casa y que le deben obediencia, no sólo a los hombres que "las compraron" (bueno, en realidad, que se unieron a ellas pagando una dote a sus familias para tomarlas como concubinas), sino también a la señora de la casa, que se encarga del orden doméstico. Las historias de las concubinas son a menudo tristes, puesto que una vez que pierden su belleza o su marido se fija en otra mujer, pierden todo poder que puedan haber tenido alguna vez, mientras que las primeras esposas mantienen, al menos, su poder dentro del orden doméstico.
 

También, por supuesto, vemos un poco a la suegra de nuestra protagonista, con la que tiene una relación un poco tirante (pues las tradiciones chinas dictaban que la nuera se encargaba de servir a su suegra, cosa que el marido de la protagonista no quiere que ocurra, puesto que él desea, dentro de lo posible, ver a su esposa como su amiga y su igual) y la esposa norteamericana de su hermano. Las mujeres son, más que nada, el motor que mueve a esta novela y eso me encanta.  

Les recomiendo la novela, es interesante, no es muy larga y les puede encantar si les gustan las novelas ambientadas en Asia, además de que me parece una buena manera de conocer a Pearl S. Buck, esta escritora súmamente prolífica que ganó el premio Nobel.