Divagaciones de una Poulain
by Nea Poulain

domingo, 10 de enero de 2016

Dash & Lily's Book of Dares, Rachel Conn & David Levithan | #LCNCuadernoParaDos

Sinopsis: Por un momento, imagina que eres un joven de 16 años, elegante y con un punto snob: La Navidad está a la vuelta de la esquina; en Nueva York todo está preparado para las fiestas, aunque prefieres refugiarte en tu librería preferida y perderte entre las estanterías donde se esconden los libros de tus autores favoritos. Mientras vas señalando los lomos de las novelas que amas y que te sabes de memoria, te topas con un cuaderno rojo que asoma desafiante... ¿Qué harías? ¿Abrirlo? Parece ser que se trata de la Moleskine que la joven Lily dejó ahí, repleta de retos esperando a que un chico atrevido, lo encontrara. ¿Serás tú ese chico? ¿Aceptarás los desafíos de Lily? Así comienza la última novela romántica en clave de comedia de los dos aclamados autores, Rachel Cohn y David Levithan.

Esa sinopsis que publicaron en Goodreads tiene una de errores que la tuve que corregir un poco. Aunque dejé ese número en cifras, cuando debería estar en letra y... vale, en general no me ha gustado esa sinopsis porque estoy convencida de que las editoriales contratan a monos drogados para que las escriban (y siento que estoy insultando a los monos adictos). En fin, ya les conté que participé en la Lectura Conjunta organizada por Dear Jane y Another Little Book. Esta es, y no miento, la primera lectura conjunta en la que no voy a poner al libro a parir. No sé si eso habla mal de las lecturas conjuntas en las que participo o de mí, pero por decirlo... 

Bueno, empecemos y, como dijo Jack el Destripador, vamos por partes. (En serio, consíganme un chiste nuevo, 100 puntos para Slytherin para el que me lo diga). 

Primero, los protagonistas (y los personajes en general). Dash y Lily son dos protagonistas bastante bien definidos (quizá por algunos detalles tontos), pero bien definidos. De ellos, a quien prefiero, es a Dash, porque desde el principio se nota que Levithan escribe sus capítulos. No tiene que decirnos que es un aficionado a la gramática del idioma inglés, sólo tiene que decirnos que encuentra rara y mal escrita la expresión "an history" (cuando debería ser "a history") y decirnos que lo que más desea para Navidad es el Oxford de la lengua inglesa (o algo así, no sé como se traduce), veintiséis tomos. Por otro lado, no le gusta navidad y sin que nos explique nada cuando es narrador, nos damos cuenta de que le falta mucha comunicación con sus dos padres (especialmente con su padre). Eso es el show, don't tell (mostrar y no contar) bien usado que tanta falta le hace a los libros juveniles. A Lily no le va tan bien en ese aspecto, pero tampoco falla estrepitosamente: al parecer le gusta describirse a sí misma como una chica rara, medio nerd, y por la forma de interactuar con los personajes, me pareció, más que rara, simplemente tímida e insegura. En cuestión de familia, es todo lo contrario a Dash: le duele que ninguno de sus dos padres esté presente en navidad y la relación que tiene con su hermano se siente cercana. 


El resto de los personajes están mucho menos dibujados, pero al menos no son una masa sin forma que habla y piensa de la misma manera. Las menciones honoríficas van para Boomer, el amigo de Dash y el abuelo de Lily. Me parecieron de lo mejor. Entre lo que me sonó raro estuvo Sarah, que por su manera de hablar y dirigirse a Dash parecía al menos diez años mayor. Lo bueno es que, fuera de los pensamientos de Dash y algunas escenas, su papel no es algo que realmente se robe el protagonismo. Pero bueno, ya pueden poner que, en el ámbito personajil, este libro aprueba con creces porque sus dos protagonistas me parecieron personajes muy bien formados, desarrollados y que van evolucionando (Dash menos que Lily) a lo largo del libro.

Ahora, ¡la trama! Quizá aquí la cosa se tenga que poner un poco espinosa pero eso es porque yo ya me convencí de que soy una perfeccionista de mierda (empiezo a pensar que es un defecto) y le pido demasiado a libros como este. Bueno, empecemos: la idea del cuaderno es genial, maravillosa, es una premisa so fucking genius que hasta me sacó una sonrisa varias veces durante los primeros capítulos. Su desarrollo hasta poco después de la mitad me pareció como esa clase de cosas que sólo van a pasar en los libros y en las películas, pero me lo creía de manera muy fácil. La cosa con los libros está no en que sean lo más realistas posibles, sino en que te hagan creer que el tipo de cosas que estás leyendo son cosas que te pueden pasar en cualquier momento

Sin embargo, aquí va la queja: hubo un momento en el que sentí que la trama estaba tomando una dirección que sólo podía aterrizar en un monstruoso cliché de película navideña que no me apetecía sentarme a ver. No es en todo el libro, pero pasa. Por suerte luego las cosas se enderezan un poco y la vida sigue. La trama es simplona, sencilla, no tiene demasiadas pretensiones (exceptuando los largos párrafos que los dos adolescentes escriben en el cuaderno filosofando sobre la vida que sólo les creo porque fui adolescente y estoy convencida de que es una etapa en la que estás totalmente drogado todo el tiempo). No creo que haya que esperar más de ella, ¡por Dios! ¡Es un libro navideño! (Y yo soy bien grinch todavía me estoy preguntando por qué participé en la lectura, pero como me gustó un poquito el libro...) 

Sobre la narración, prefiero mil veces a Dash que a Lily. Cuando al final leí que Levithan escribía los capítulos de Dash y Rachel los de Lily, entendí por qué. Los dos estilos (o formas de escribir) se parecen mucho, pero el de Rachel no es algo que recordaría, es mucho más plano y anodino, mientras que a Levithan lo puedo reconocer en cualquier parte (no es que lo adore... es que lo nuestro es amor apache) y es algo que se me queda grabado.


Sobre los diálogos, ¡naturalidad, por Dios! No sentí que estuviera ante un par de adolescentes que hablan como viejos del siglo pasado, pero a veces, en los momentos donde aparecía Sarah o el hermano de Lily, sentía que les faltaba naturalidad, que ni siquiera en inglés un adolescente hablaría así. Por suerte no pasa todo el libro y son detalles aislados que no hicieron subir demasiado a mis cejas. 

En resumen, este libro no me hizo amar más la navidad (no, no creo que nada lo haga), pero sí me hizo pasar un buen rato, a pesar de las pocas quejas que tengo. Ahora, ¿lo recomiendo? Sinceramente, no lo sé. Creo que es de esos libros que tiene que llegar en el momento indicado, no porque sea demasiado bueno, sino porque es un libro muy anodino, no es Un cuento de navidad (lo que yo amo ese libro no es normal) o un clásico. Dudo que llegue a ser un clásico en algún punto del universo, pero eso no le quita que es un libro disfrutable, que quizá conviene leer en navidad (si no son unos completos grinchs como yo) y que la verdad les puede hacer pasar un buen rato. 

¡Ey! ¡Esto fue un logro! Primera lectura conjunta donde no pongo al libro a parir chayotes.

viernes, 8 de enero de 2016

Oscars Literarios (V)

¡Llegaron los premios a lo mejor del año! La sección nació en Ratonera de un cuasi-escritor, y la creo mi fantabuloso amigo Dann, que sólo la hizo una vez y yo me quedé con ella. Este es el quinto año que la hago y cada vez se hace más grande así que... ¡allá vamos!


Mejor trama


Las uvas de la ira, de John Steinbeck. En los años de la depresión, la gente empezó a emigrar hasta el oeste, hacia California, en camiones, con toda su familia, desesperada por encontrar trabajo y algo para vivir (o sobrevivir, porque la desesperación ya era mucha). Esta es la historia de la familia Joad, que tenían un buen pedazo de tierra antes de que llegaran los tractores a arrasar con todo y se vieran obligados a emigrar a California. El libro (y su trama) nacieron cuando John Steinbeck redactó una serie de artículos después de recorrer California y ver la situación de todos los migrantes, una situación parecida a la que hoy enfrentan los migrantes mexicanos. Steinbeck se pone en la piel de los más desafortunados, que tienen que trabajar hasta por cinco centavos la hora, y, en la desesperación, aceptan esa clase de trabajos sólo para poder aspirar a sobrevivir, ya no vivir, siquiera. Uno de los mejores libros que leí este año, totalmente recomendado, sobre todo si les interesa lo social y problemas de este tipo.
La gente viene con redes para pescar en el río y los vigilantes se lo impiden; vienen en coches destartalados para coger las naranjas arrojadas, pero han sido rociadas con queroseno. Y se quedan inmóviles y ven pasar las patatas flotando (...) en las almas de las personas las uvas de la ira se están llenando y cogen peso, listas para la vendimia

Mejor escritor



Chimamanda Ngozi Adichie. Ella fue uno de los descubrimientos de este año. No hay duda de que es una mujer muy talentosa y, además, inteligente. Yo he leído únicamente su libro Algo alrededor de tu cuello, reseñado en Plusbits y la transcripción (casi) de tu TED Talk: We should all be feminists (además de haberla visto varias veces). Me apena reconocer que esta es la primera vez que leí algo de una escritora africana, y más que africana, nigeriana, y más que nigeriana, igbo. Escribe de manera maravillosa, se nota que le gusta su cultura y que quiere que su cultura se conozca. No la trata como si fuera algo sagrado, sino como lo que es, habla de sus tradiciones y de cómo han cambiado en el mundo moderno, de su gente, de los migrantes, de todas las penurias que tienen que pasar en un país que hace poco ha salido de la guerra civil. Si quieren saber más de ella, les recomiendo su otra TED Talk: The Danger of a Single Story.


Mejor protagonista masculino


Jude St. Francis de A Little Life, Hanya Yanagihara. El libro de Yanagihara destaca por muchas cosas y una de ellas es, especialmente, los personajes y lo bien desarrollados que están a lo largo de, más o menos, veinte o treinta años de su vida. Sin embargo, quien más se lleva los reflectores es Jude, quien al principio es un misterio, un enigma incluso para sus amigos que no lo conocen más allá de su tiempo en la universidad. Ninguno sabe de dónde viene Jude o todo por lo que pasó antes. Sin embargo, tiene algunas características muy marcadas: tiende a disculparse todo el tiempo, no soporta que le tengan lástima y suele tener grandes depresiones. Cuando empieza el libro lo encontramos así y conforme el libro avanza descubrimos de donde viene y por donde ha pasado. Uno de los mejores desarrollos de personajes que he visto.

Mejor protagonista femenino


Nimona de Nimona, Noelle Stevenson. Esta es la protagonista de una novela gráfica (que antes fue webcómic). Nimona es un shapeshifter, una cambiaformas, y tan pronto puede ser un dragón, como un ratón, como un tiburón. Quiere ser la maldad personificada y no para de tener planes, todo el tiempo, en los que los asesinatos están a la orden del día, mientras que su jefe es mucho más escrupuloso. Malvado, también, pero villano con principios, como diría cada quien. Nimona teme a la ciencia, odia los experimentos y no se preocupa por entender realmente cómo funciona la magia que tiene en su interior. Vive en el momento y ya está.



Mejor novela gráfica



Persépolis de Marjane Satrapi. Tuve serios dilemas con esta categoría, porque leí Maus y Persépolis casi juntas y no hay duda de los logros de Maus: ha sido la única novela gráfica en toda la historia galardonada con un Pulitzer. Sin embargo, el carácter feminista y sumamente personal de Persépolis me ganó y fue esto lo que leí. Podrán decir que está de moda últimamente, pero su valor no cambia (de moda o no). Persépolis retrata la revolución en Irán y, más que otra cosa, sus consecuencias: el uso del velo, los niños soldado, las prohibiciones, la policía de la moral... Además que habla del choque cultural entre Irán y los países occidentales. Marjane se encontró con una sociedad europea libre, sí, pero no se detiene a la hora de juzgarlos: tanta libertad le parece mala, contraproducente y no sabe realmente qué hacer con ella. Para una mujer tan religiosa como Marjane (que, sin embargo, no cree en la opresión de la mujer o en el uso obligatorio del velo), sus compañeros europeos eran increíblemente diferentes.



Mejor libro no-ficción


La guerra no tiene rostro de mujer de Svetlana Alexiévich. También dudé mucho en esta categoría, porque este año leí increíbles cosas en no-ficción, pero el libro de Svetlana fue de lo mejor. Tuve dudas entre este y Voces de Chérnobil, porque a los dos los considero al mismo nivel, pero finalmente ganó este, porque las historias de las mujeres que participaron como soldados en el Ejército rojo durante la segunda guerra mundial me llegaron al corazón. Como mujeres en una época en que la liberación femenina aún era una lucha constante, todas ellas fueron a encontrarse en un ámbito puramente masculino, donde tuvieron que convertirse en soldados. Casi un millón de mujeres fueron parte de las filas del ejército, y la mayoría fue por voluntad propia hasta el frente. Muchas de ellas incluso pedían estar en las primeras líneas de combate. 
Transcurrieron unos treinta años hasta que empezaron a rendirnos honores... A invitarnos a dar ponencias... Al principio nos escondíamos, ni siquiera enseñábamos nuestras condecoraciones. Los hombres se las ponían, las mujeres no. Los hombres eran los vencedores, los héroes; los novios habían hecho la guerra, pero a nosotros nos miraban con otros ojos. De un modo muy diferente... Nos arrebataron la Victoria, ¿sabes?
Francotiradoras rusas

Mejor antología


El aliento del cielo de Carson McCullers. Uno de mis mejores descubrimientos del año fue la magnífica Carson McCullers, gracias a mi sis, que estaba estudiando literatura norteamericana y me recomendó este libro. El aliento del cielo es un libro que sólo existe en español y es un compilado de casi todas las obras de Carson McCullers. La edición es preciosa y no dudo que voy a hacerme con un ejemplar en la próxima feria del libro, porque este libro lo leí en digital. Los cuentos de McCullers además son de temas tan variados y con personajes tan diferentes que ninguno te dejará el mismo sabor de boca. Mi favorito es Wunderkind, y de sus novelas cortas, mi favorita es Frankie y la boda, sobre todo por el personaje de Frankie y su manera de ver las cosas. Me hubiera gustado leer ese cuento cuando tenía la edad de Frankie y sentía que no me entendía ni Dios porque me hubiera sentido muy comprendida. Así que este es el ganador en esta categoría, un libro super recomendado con todo y que es un tocho de respeto.

Por cierto, que voy a hacer una campaña para que Seix Barral lo traiga a México, porque aquí sólo pude encontrar un eBook por $229, lo que, para un eBook (y el trabajo que se llevan, sé maquetarlos) me parece todo un asalto a mano armada. Me lo piratee porque tenía que leerlo, pero en cuanto vea una copia en físico del libro voy a correr a comprarla como maniaca. Es un libro que lo vale.

Mejor libro infantil


Dido para Eneas de María García Esperón. Otra categoría debutante y en esa casi no tuve dudas. Esta pequeña novela para niños, editada por el Naranjo, cuenta la historia de la Reina Dido, que salió de Fenicia para fundar Cártago en costas africanas y se encontró con Eneas, de quien se enamoró perdidamente y a quien, sin embargo, los dioses le habían trazado otro camino. Es un libro con ilustraciones preciosas de Omar Urbano, que complementan un texto increíblemente visual, algo muy complicado; sin embargo, creo que el mayor reto de este libro fue contar una historia de un amor tan trágico como el que nace entre Dido y Eneas y hacerlo para niños. Demuestra que, al escribir libros para niños, se puede escribir de temas más complicados. No debemos tratar a los niños como personas menos inteligentes, pues, a menudo, son ellos capaces de notar o de darse cuenta de cosas que nosotros no. Por eso, el mejor libro infantil del año se lo lleva esta preciosidad, de poco más de noventa páginas que debería no ser sólo leído por niños, sino por todo el mundo.

Mejor personaje secundario femenino


Awful Grandmother, Soledad Reyes, de Caramelo, Sandra Cisneros. Dios mío, esta abuela me recuerda a lo que... mi abuela la que no es mi abuela realmente dice de mi abuela la que si era mi abuela pero se murió quince años antes de que yo naciera (nada complicado, chavos). Una señora orgullosamente mexicana, pero mexicana blanca, no india, racista con los indios de piel color caramelo, pero orgullosa de sus raíces en Santa María del Río, la tierra de los rebozos de bolita. Una mujer enamorada, que vivió la revolución y se casó enamorada, que se enamoró de sus hijos para ignorar las infidelidades de su marido y se ganó a pulso el sobrenombre que, a sus seis años, le dio su nieta Lala, Celaya de Awful Grandmother. Así cómo lo pongo, no resulta el personaje más atractivo del mundo, pero creánme, lo es. Es una mujer que hace reír con sus comentarios fuera de lugar a todas horas y en todas partes (definitivamente no lo que querrías de suegra), que da ternura porque siempre hace mole en el cumpleaños de su hijo, que es capaz de amar y de odiar con una pasión que no se ve ni en las telenovelas mexicanas. Es un personaje magnífico y todo el mundo debería leer Caramelo. 

Mejor personaje secundario masculino



El señor Omochi de Estupor y Temblores, Amélie Nothomb. Este tampoco es un personaje agradable, sino que es el encargado de hacerle a Amélie la vida imposible. Poco afecto de las mujeres y en especial de las mujeres occidentales, es un japonés en toda la extensión de la palabra y está convencido que la manera de trabajar de su empresa está bien (por favor, que alguien le diga a Japón que si tienes la tasa de suicidios más alta del mundo, no vas bien). El señor Omochi considera que Amélie es su cafetera personal, una persona capaz de escribir cartas sin ninguna información más que el destinatario (¿el motivo de la carta? que lo adivine ella) y de sacar más de mil fotocopias de un reglamento del club de golf sólo por hacer algo. Es un personaje divertido, aunque sólo lo vemos así por el peculiar sentido del humor de Amélie, que se niega a ser rencorosa con sus jefes y más bien trata de entender sus excentricidades o simplemente soportarlas

Mejor libro


Pedro Páramo de Juan Rulfo. Dudé muchísimo, no sabía que libro poner. Me tentaba poner Johnny got his gun, repetir Las uvas de la ira, decir #yolo y poner a Amélie Nothomb con su Higiene del asesino, pero creo que, finalmente, este libro fue el correcto. Pedro Páramo, de Juan Rulfo. Es un libro que yo pondría en todas las listas de libros qué se deben leer antes de morir y si de mi dependiera, todo mexicano (y todo el mundo) lo leería al menos una vez en su vida. Probablemente crean que estoy exagerando, pero yo juro que no lo estoy haciendo, es un libro que se merece todos esos honores; Cómala se los merece. La historia se los merece. Juan Rulfo también. Es el mejor libro que leí en todo el año y apenas me duró un día, hasta me supo a poco porque, una vez que lo empecé, no pude ya soltarlo. Super recomendado. No dejen de leerlo bajo ningún motivo.


miércoles, 6 de enero de 2016

Razzies Literarios (II)

¡Ya están aquí! Los premios a las peores lecturas del año, aquellas que odie más, que me hicieron desear tener un rifle a la mano o de esos libros que tuve ganas de quemar todos los ejemplares. Todos esos títulos que, por merecer algo, no se merecen ni existir. Obviamente, después de esta entrada sigue algo mucho mejor, los premios a lo mejor del año, así que si hacen mucha bilis por aquí, recuerden que pueden esperar la entrada que sigue para ponerse de buenas. ¿Empezamos? No hay orden, el de arriba no es el menos peor y el de abajo el más... simplemente todos son... malos.


Ender en el exilio, Orson Scott Card


Una sola linea en todo este libro que no sea relleno es imposible de conseguir. De hecho, todo el libro ocurre entre el penúltimo capítulo de El juego de Ender y el último. Y narra hechos que ya ocurrieron allí, pero más extendidos. Todo es relleno, la trama carece de interés... porque... bueno, el libro carece de núcleo. Sólo se trata de Ender y Valentine haciendo cosas y yendo por allí, teniendo problemas estúpidos, con narración plana, personajes lamentables, cero interés y un exceso de fan service (no, eso no es buena literatura, no). Alguien dígale a Scott Card que, primero, se deje de mamadas y escriba buenos libros (cosa que no ha hecho en mucho tiempo) y dos, que mientras más escribe, más le noto la ideología de mierda que tiene. Hacía bien cuando la escondía. En fin, a la hoguera, para más rápido.


La reina roja, Victoria Aveyard


Imagina que metes Divergente (mal libro), Los juegos del hambre (libro decente, saga penosa), La selección (no lo he leído, pero la sinopsis es bastante reveladora) y cuanta distopía juvenil se te ocurra (puntos extras si es mala) en la licuadora y escribes un libro. El resultado es este despropósito. Personajes planos, que cambian de personalidad a cada segundo porque están al servicio de la trama, una trama poco interesante, errores de redacción (sobre todo en las comas) cada dos páginas (o menos), una redacción penosa, pedante a ratos y en general, plana cual sabana africana o peor. No, en serio, no es un buen libro y sólo da la casualidad de que tiene una portada preciosa. Cuanto daño ha hecho el marketing, por Dios. Todo lo demás lo pueden ver en la reseña que ya le escribí. Segundo libro a la hoguera, para acabar pronto.


Todas las hadas del reino, Laura Gallego García


De estar en entradas de Oscars Literarios, Laura aterrizó en mis Razzies. ¡Eso es caer bajo, Laura! ¡Muy bajo! En fin, ¿recuerdan a Nandito, a la lisiada y a Soraya? Agarren esa telenovela y júntenla con todos los cuentos de los hermanos Grimm que conozcan y va a salir este asunto. Una novela que es un plagio a Maleficent (y a la novela de la lisiada), con personajes planos, una trama demasiado enrevvesada, un final simple y sencillamente decepcionante, además de una redacción que me parto de risa. Laura, pero a ti no te enseñaron a usar los puntos suspensivos. En fin, una decepción total. Siendo un libro de Laura me esperaba algo mucho, pero mucho, pero muchísimo mejor. ¿Dónde quedó Finis Mundi? ¿El coleccionista de relojes extraordinarios? ¿Dónde dejaste las buenas ideas, Laura? Para más referencias, ver la reseña sin spoilers y con spoilers.



El teorema Katherine, John Green


John Green... John Green... ¿Qué haré contigo? Me caes bien pero escribes mal, decir de la chingada es decir poco. Este libro en sí tiene una trama insustancial, personajes calcados a los de sus otros libros, una increíble falta de naturalidad en todos los diálogos y notas en el pie de página que, e un intento de parecer graciosas rozan la pedantería más desesperante. Terrible en todo sentido. Como resultado, este libro es terriblemente aburrido, ni siquiera cuando ya lo estaba leyendo en una manera más irónica, buscándole los errores porque si no me iba a tirar de un quinto piso conseguí disfrutar del todo. Los personajes no invitan a que te preocupes por ellos y lo de John Green saludándote a cada página es increíble, pero inreíblemente malo. En fin. terrible. A la hoguera y si quieren saber más de él, reseña



Fangirl, Rainbow Rowell


Y ahora sí, ¡la última y nos vamos! El honor de ser el último libro de la entrada le corresponde a Rainbow Rowell, con este libro que todo el mundo adoraba. A ver, no es que sea el peor libro del mundo y reconozco que, por ejemplo, este libro esta mejor escrito que los tres de arriba, sólo en cuanto a su prosa, pero en cuanto a todo los demás... Los personajes son planos, mal desarrollados, Rainbow nos informa de sus cualidades, pero en realidad nunca nos las muestra. El libro es un monstruo del marketing, presentándonos al cliché más burdo de la chica fangirl que ronda por internet (y que yo no soy), que escribe de unos personajes increíblemente parecidos a Draco y a Harry, hechos obviamente para gustar justo en cuanto lees la primera línea sobre ellos. La verdad, yo paso. Lo de leer clichés no es lo mío. La reseña por aquí.