Divagaciones de una Poulain
by Nea Poulain
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sábado, 12 de septiembre de 2020

El fuego verde, Verónica Murguía | Reseña

Sinopsis: Luned no es como las demás muchachas: en sus sueños no hay sitio para pretendientes y familia. Lo que anhela es perseguir a los ciervos, trepar a los árboles y buscar madrigueras. Un día, gracias a un forastero, descubre un oficio misterioso que tal vez le proporcione un hueco en el mundo: contar historias. Será el principio de una peripecia que la llevará por senderos nunca transitados... 

Ya me volví a encontrar con Verónica Murguía... *truena los nudillos* ¡No es cierto! Este libro me gustó mucho y voy a llorar por toda la entrada. Quienes sepan de mis desencuentros con Loba los saben y ya; pasa que a veces un libro no te gusta nada y luego lees otro del autor y te gusta mucho. Eso me pasó con El fuego verde, que es la lectura de septiembre en #VolverAHogwarts (club de lectura de fantasía, al que los invito con mucho gusto si les gusta el género).

Quiero abordar la reseña desde distintos puntos, entonces voy a separar la entrada en partes, más que nada para poner orden y no ir saltando de un tema a otro sin ton ni son. La reseña no tiene spoilers, pero beware por exceso de referencias a cosas de la tradición fantástica y exceso de sentimientos de Nea.

Sobre contar historias y el poder del lenguaje

La guerra, y eso no podía explicarlo, era una en los poemas y otra en la vida real. No es que ella hubiera visto una guerra. Pero Efra había visto dos batallas, y no había nada poético en lo que vio; decía que todo fue confusión, dolor y muerte. Recordaba los gritos, el olor de la sangre, de os orines y el excremento de heridos y muertos. 

Siempre he escrito historias con elementos fantásticos. Tengo experimentos en otros géneros, como la ciencia ficción (aunque siempre acaba muy híbrida y no al gusto de los intelectuales de la ciencia ficción), el realismo (no me vuelvan a dejar escribir realismo, porque no es lo mío), pero siempre acabo volviendo, de muchas maneras a la fantasía. A finales de año pasado empecé a escribir otra vez fantasía de esa que queda en la etiquetita de fantasía épica después de años de no acercarme porque había acabado muy aturdida de cómo hacer bien los mapas y dónde van los ríos y cómo hacer que tu sistema político esto y lo otro y lo de más allá. 

Arte conceptual de Hwanggyu Kim

Léase, estaba muy trabada. No negaré que Marx influyó en mi manera de escribir sistemas políticos, pero estos jamás han sido el centro de mi fantasía, por ejemplo. Lo mágico, imaginativo y lo imposible dentro del realismo sí. Por unas o por otras, este también ha sido un año donde he leído muchísima ficción especulativa y, dentro de ella, bastante fantasía. Y yo no concibo escribir sin leer (se me ocurre imposible sentarse a escribir sin haber leído, pero luego hay quien lo hace y pues... ok, los juzgaré desde la distancia), así que entre tanta lectura empecé a descubrir hacia donde quería ir con esto de la escritura.

El fuego verde tiene como protagonistas a dos cuenteros. O un cuentero y su aprendiz, si quieren ponerse estrictos. Gran parte del libro versa alrededor del arte de contar historias, del amor por las historias y la manera en que las palabras las transforman, hacen posible que la gente se las imagine de alguna u otra manera. La prosa de Verónica Murguía está repleta de amor por las historias y un profundo reconocimiento a algunas de las historias más reconocidas del lore fantástico. Siendo Broncelandia el escenario de parte del libro, es lógico que se hable de Merlín y del ciclo Artúrico, por ejemplo; en el libro también hay múltiples referencias al Beowulf (que me dejó con ganas de leerlo, porque yo en esos lados del mundo siempre he ido más tras el ciclo artúrico y, yéndonos al sur de Europa, la mitología clásica griega y romana y ¡ojalá hubiera tiempo para leerlo todo!). Dejo un poco eso de lado porque ya lo recuperaré más adelante, ahorita quiero centrarme sobre todo en el amor a las historias y a los libros.

El chiste es que quiero hablar un poco de el amor a la tradición oral que se respira en este libro (y al preservar las historias también). Hace poco comentábamos en una transmisión en vivo de Librosb4tipos en como muchas escritoras reconocían, desde su narrativa, el trabajo de la oralidad al momento de contar historias. Ya mencioné que a mí, por ejemplo, Kalpa Imperial de Angélica Gorodischer me había trasladado hasta Las Mil y Una Noches (porque yo personalmente asocio la tradición oral a esa obra porque es de mis favoritas que algún día terminaré de leer). Me pasa algo parecido con algunos pasajes de El fuego verde, que me trasladan inmediatamente ya no sólo a los poemas épicos a los que hacen referencia, sino a todo el montón de historias que han pasado de boca en boca y que alguien decidió que merecían quedar inmortalizadas sobre el papel y así llegaron hasta nosotros.

También, por supuesto, por el inmenso poder que Verónica Murguía le concede a las palabras. A mí lo que más me importa a la hora de leer fantasía es que me dejen con esa sensación de que la imaginación es el único límite que existe (y esta no tiene fronteras, así que...). El lenguaje es sumamente poderoso porque puede cambiar la perspectiva de quien está leyendo. Una historia trágica, sólo con el poder de la palabra, puedo parecerte hermosa.

Los tres estaban de acuerdo en que tal vez esa fuera la magia de las palabras. Cuando el poeta escribía "cisne sangriento" por buitre y "árbol de lobos" por la horca, lo que acudía a sus cabezas era hermoso.

Si hacemos eso los escritores. La muerte puede volverse algo hermoso en nuestras palabras (oíganme nada más decirle a mi esposa que un personaje "tuvo una muerte hermosa", por ejemplo), la guerra puede ser algo poético si lo quieren, no el horror que es en la realidad. Y Luned, Denme y Efra, viven en esos dos mundos: el de las historias y el de las palabras terribles con significados terribles y horrorosos. Hay un pasaje en donde Luned habla de las palabras aprendidas en Corberic en contraste con los poemas y es un pasaje precioso que nos recuerda que escapamos de la realidad a través de los cuentos de hadas no porque estos sean hermosos y color de rosa (asumiré que aquí todos sabemos que no lo son) sino por las imágenes que los escritores y los poetas evocan en nosotros.

Brocelandia y otras referencias a la tradición fantástica

El escenario era el bosque. En el bosque vivió Merlín —y Luned percibió con claridad que en el nombre del mago resonaba el eco del gorgojeo del mirlo— cuando se volvió loco; en el bosque nació Peredur; oculto en el bosque acechaba Grendel, el monstruo. Las hadas y los elfos eran los hijos o padres de los árboles que ella amaba tan apasionadamente.

La fantasía no nació en un termo al vacío. Tolkien no la creó un buen día ni sacó a la Tierra Media de ninguna parte. Todos los escritores de fantasía tienen (tenemos) una tradición inmensa a nuestras espaldas. No sólo la celta ni todas las historias que hicieron que Tolkien imaginara la tierra media, sino todos los mitos, de todas partes del mundo. A mí me cansa lo predominantemente europeo en el género (más que nada porque hay un constante cierre de puertas para quien no se ciñe a unas reglas muy rígidas en el mercado) pero no quiere decir que no me guste. Por ejemplo, si yo les contara del ciclo artúrico... *dos millones de años después*. Creo que eso lo dejó claro.

Concept Art de Marco Gorlei

El caso es que además de que me gusta leer fantasía inspirada en el imaginario fantástico de América Latina (y aquí es en donde me interrumpo otros dos millones de años para hablar de La saga de los confines de Liliana Bodoc) o de cualquier otra parte que no sea Europa, también me encanta ver honrado el lore fantástico del Ciclo Artúrico, de Bretaña, Francia, los cantares medievales (amor aquí para Isolda y Tristán, por favor), porque la fantasía no nació de la nada ni la inventó Tolkien del vacío, ni ningún otro escritor. Ya lo dije: hay una tradición inmensa a nuestras espaldas.

Hay un libro que se llama Breve historia de la fantasía y tiene una cita referente al ciclo artúrico que yo aplicaría a casi todas las historias que me hicieron desear escribir fantasía una y otra vez, es esta: 

Y es que quien sucumbe una vez a la leyenda Artúrica, irremediablemente, sucumbirá mil veces más y no podrá evitar que terminan cayendo en sus manos todas las obras que resuenen con los ecos de la Dama del lago.

The Quarrel of Oberon and Titania, de Sir Joseph Noel Paton

La cosa es que a través de las páginas del fuego verde veo toda una rendición a esta tradición fantástica hermosa, el amor a los libros y a los poemas de Luned lo siento, porque se parece un poco al mío: no es tanto a los objetos como a las historias mismas (¿he mencionado ya las suficientes veces que el culto al libro como objeto me pone nerviosa?). Aunque Denme me parezca un poco creepy a veces en sus interacciones con Luned (perdón, apreciaciones personales) adoro que ella decida seguirlo para convertirse en cuentera justamente por el amor a las historias y por querer provocar los mismos sentimientos que él le causa cuando cuenta sobre Brocelandia o cuando lee el Beowulf (muchísimas veces referenciado en esta historia). También pueblan el libro y el universo de Murguía personajes como Tristifer o la Fata Titania, Reina de las Hadas.

Luned

Si el bosque de Brocelandia era el palacio, Luned jugaba a ser la reina. Las veredas alfombradas de agujas de pino eran los pasillos que llevaban a la piedra musgosa que hacía las veces de trono; los abedules y los castaños eran las columnas que sostenían el techo, entre cuyas nervaduras aparecían las estrellas. El búho era el heraldo que anunciaba su llegada.

Mi parte favorita del libro es Luned. Es una de las protagonistas que mas me ha enamorado últimamente y adoré cada uno de sus momentos en el libro. Su infancia en el pueblo y el bosque, por ejemplo, es de mis partes favoritas, porque no es un tipo de protagonista que suela tener muy seguido.

Lo comentaba una vez que estaba hablando de Black Butler (Kuroshitsuji) en tuiter y sobre Elizabeth Midford, mencionando que aunque estaban en boga las protagonistas fuertes ¡y a mí me encantan!, hubo un momento en la historia en que solían ser calificadas por su feminidad. Está bien tener esas protagonistas fuertes que se salían de la norma, como Katniss Everdeen (hola, soy Nea Poulain y Los juegos del hambre no me gustan y nunca lo he superado), pero son constantemente castigadas por la feminidad que mostraran y la narrativa pasaba el tiempo recordando que "no eran como las demás chicas" (en realidad ninguna chica es como las demás). 

Mencioné en tuiter a Elizabeth de Black Butler porque me maravilla su sensibilidad y me maravilla ese capítulo donde empieza diciendo algo como que "las chicas están hechas de cosas delicadas", haciendo alusión a las convenciones sociales (victorianas) sobre las mujeres y termina, demostrando lo fuerte que es, diciendo "pero esto es de lo que estoy hecha yo". Breve resumen. También recordé un poco una trilogía que más o menos me gusta de Kristin Cashore (Graceling, el primer libro está bien, el segundo, Fuego, es majestuoso y el tercero, Bitterblue, es normal), porque sus protagonistas, tres mujeres, son muy diferentes entre sí; mi favorita es Fuego, una arquera monstruo que sueña con formar una familia (algo que, en su condición de monstruo, le es negado) y pone de cabeza a un reino entero. 

Arte conceptual de Sergey Vasnev

Luned no tuvo miedo de este bosque antiquísimo: amaba a los árboles y sentía que los gigantes que la rodeaban la conocían. Sabía que pisaba suelo sagrado, porque no había experimentado nunca esta especie de silencio grabe y preñado de muda alegría que se hizo en su corazón.

Me gusta Luned precisamente por su sensibilidad y por su fuerza interior. Es valiente y no se traiciona a sí misma. Se esfuerza en aquello que la apasiona, como el bosque, las plantas y las historias. No es una chica como "las demás", o sea, no calza con el imaginario de lo que debe ser una chica, pero la narrativa no lo repite todo el tiempo. Queda claro siempre que Luned se sale de la norma porque su madre se desespera con ella, pasa todo el tiempo en el bosque y no tiene ningún interés en casarse. Hay varios fragmentos sobre ella muy curiosos sobre ello. En tuiter, mientras comentaba la lectura, dije varias veces que quería abrazarla y protegerla y sí, eso me inspira Luned. Aunque no es que necesite protección.

—¿Quieres morir? ¿No ser? ¿Estás loca, niña?
—No... No quiero, pero tampoco quiero ser para siempre. ¿Cómo, entonces, podría amar sin vacilaciones? ¿Gozar? Tarde o temprano todo sería mío, y perdería todo también... Olvidaría lo que soy. Un ser preso en el tiempo y la carne...

Si ya leyeron el libro, les diré que mis momentos favoritos de ella son en su viaje por el bosque de los elfos y las hadas: el capítulo de Tristifer y su plática con la Fata Titania. Son momentos poderosísimos para ella y para la historia en sí. Quiero más protagonistas tan sensibles y tan fuertes como Luned. Muchas, muchísimas más. La única pega que pongo a todo esto es que a mí, precisamente, no me encanta la relación que tiene con Denme, pero bueno, eso ya es una apreciación personal porque por algunos detalles de la narración siento que él es muy creepy a veces.

Conclusiones 

Había aprendido otras palabras terribles desde su llegada a la ciudad. Horca, picota, cepo, descuartizamiento, grillete, tortura, mazmorra, rueda de Tántalo, verdugo, mano de gloria.
Su aldea era tan pequeña que esas palabras no se usaban.
Muerte, hambre, peste, dolor, sí.
Se decía a sí misma (y hacía uso de un lenguaje nuevo, recién aprendido) que cada palabra era como un fruto, la culminación de un árbol de ideas; que cuando aprendía la palabra y comprendía su origen, la palabra la iluminada con el relámpago de la revelación.

Perdón por hacer una reseña (a estas alturas, ¿esto califica como ensayo o algo así?) tan larga. La fantasía, el contar historias y los personajes como Luned me pueden. Les recomiendo este libro porque es magnífico. Tiene algunos detallitos, pero no quiero detenerme en ellos (y además ya los mencioné arriba).

Me reconcilié mucho con Verónica Murguía. Creo que este es el libro que debí de haber leído primero, para recomendárselos miles y millones de veces. Tiene la misma prosa magnífica que amo de Loba con temas que me interesan, cosas que me apasionan y es, además, fantasía mexicana. ¡Latinoamericana! Lean a las fantasistas de este lado del planeta, tenemos muchas cosas que ofrecer.

En otros temas, también me apasiona como el libro habla de la vida y la muerte. Ese es ya un apéndice no más a toda la entrada, porque si no esto terminaba siendo inacabable y yo no sé si me van a leer o me van a mandar al carajo al párrafo y medio. Pueden leer este libro en bookmate. Ahí lo leí yo porque esa es su edición más reciente (es diferente a la primera, aviso).

—Y a ti, ¿quién te dijo que la muerte es mala? Mala es la lepra, y mala la crueldad de los demás hombres y mujeres que nos rechazan. Pero no la muerte.

lunes, 24 de agosto de 2020

Gods of Jade and Shadow, Silvia Moreno-García | Reseña

Sinopsis: The Jazz Age is in full swing, but Casiopea Tun is too busy cleaning the floors of her wealthy grandfather’s house to listen to any fast tunes. Nevertheless, she dreams of a life far from her dusty small town in southern Mexico. A life she can call her own.

Yet this new life seems as distant as the stars, until the day she finds a curious wooden box in her grandfather’s room. She opens it—and accidentally frees the spirit of the Mayan god of death, who requests her help in recovering his throne from his treacherous brother. Failure will mean Casiopea’s demise, but success could make her dreams come true.

In the company of the strangely alluring god and armed with her wits, Casiopea begins an adventure that will take her on a cross-country odyssey from the jungles of Yucatán to the bright lights of Mexico City—and deep into the darkness of the Mayan underworld.

(Si alguien necesita la traducción, póngalo en los comentarios para traducir la sinopsis).

Hace tiempo que quiero hablar de Silvia Moreno-García. Es una escritora que nació y creció en México, pero que publica en inglés y reside en Canadá. Desde el principio me dio mucha curiosidad por qué y hace tiempo leí Certain Dark Things (una novela de vampiros ambientada en México que me gustó bastante por cómo trataba el tema de los vampiros y el lore mexicano). Nunca reseñé ese libro por razones (falta de tiempo y si ven el volumen de reseñas del blog entenderán que a veces hay libros que se quedan esperando años hasta que encuentro el modo adecuado de abordar una reseña), pero hoy quiero hablar de muchas cosas.

Silvia Moreno-García

Primero, de nuestro mercado editorial. Primero, porque tras dos libros leídos de ella, no me imagino a Silvia Moreno-García publicada en México originalmente en español. Es algo complicado e igual me estoy equivocando porque son más conjeturas. Pasa algo con la fantasía que siempre me pone un poco verde. ¿Vemos? La mayor parte de la oferta fantástica en español se reduce al demográfico de la literatura infantil y juvenil. Lo cual no es malo: creo que ese demográfico es muy importante, nos recuerda que los niños y jóvenes leen. Pero existe un problema con los "generos raritos" (que algunos intelectuales insisten en calificar de menores): la fantasía, la ciencia ficción, el terror. O son "libros raritos" o son "libros de esos para niños" y de vez en cuando uno en mil resalta.

Voy a hablar del caso de la fantasía en particular porque ahorita ando muy metida en ello, entonces, para aprovechar. El hecho de que toda fantasía casi siempre sea colocada dentro de la LIJ ayudó también a crear una de las etiquetas que más odio en la vida: fantástica adulta. ¿Qué hace adulta a la fantasía? ¿No se la puede publicar sin ponerle una edad? Porque evidentemente hay temas que no se tratan con frecuencia en la LIJ, pero el mercado parece creer que la fantasía adulta es "oscura" y "violenta". Estoy convencida de que la serie de Juego de Tronos los convenció de ello (y ojo, digo la serie, porque los libros son crudos, crudísimos, muy violentos, pero también le dan su lugar a los cuentos de hadas y a su tradición, a la esperanza y al amor... y ojo, no son mis favoritos, pero por favor...).

El caso es que la fantasía no tiene por qué ser "oscura" y pongo las comillas porque lo oscuro a veces se trata de un tema más estético que otra cosa: mucha sangre, mucho muerto, mucha violencia. Hay quienes dicen que así es más realista (que la fantasía tiene que ser verosímil dentro de su propio mundo, realista en sus propias reglas, pero asemejarse a nuestro mundo, ¿por qué?). Pero en realidad lo estético nada más no hace oscuro nada, si quieren mi opinión. Bueno, el caso de mi divagación es que este tipo de fantasía en español y sobre todo en el panorama mexicano suele ser pura traducción gringa. Lo que está en español lo encasillan como se puede para el público juvenil y san se acabó (porque obviamente sólo ellos la leen y si la ponen en la LIJ pueden seguir haciéndose como que, igual que todo en lo juvenil, es algo "menor"). Nada importa que Liliana Bodoc toque temas complejos en La saga de los confines, o la prosa de Verónica Murguía en Loba (que no me gusta su trama, pero su prosa es otro pedo, las primeras dos páginas me hicieron recuperar la fe en la estética de la literatura fantástico, recuerdo haber escribo eso en algún parte), sigue viéndose menor. O la ven menor, que sé yo.

Hay cierta comodidad en encasillar todo este género dentro de la LIJ y los temas de la LIJ, con sus raras excepciones, por supuesto: escritoras que triunfan en otros demográficos, libros que atraen a todo tipo de públicos (bueno hablo de escritoras porque son a quienes leo, disculpen ustedes). No porque sea un problema de lo juvenil. Mis dos ejemplos arriba son literatura juvenil y por más que haya quien lo desdeñe, ahí están. El problema es cuando algo no encaja tanto. ¿Dónde lo metes en una industria editorial como esta?

Entonces veo a Silvia Moreno-García y veo sus libros y no sé exactamente en dónde encajarían dentro del panorama editorial en México (necesito con muchas ganas que una editorial me saque de este pensamiento, por favor, lo único que conozco de este tipo es todo autopublicado aquí). No veo cómo podrían meterla a la LIJ, porque definitivamente no escribe para ese demográfico, pero me niego a decirle fantasía adulta a esto porque es mil veces más sensible y mil veces más hermosa que a lo que comúnmente se conoce como la "fantasía adulta" (odio odio el término, ya sé que no pasa de ser un demográfico para que algunos adultos que creen que la fantasía es para niños, y permítanme que me ría con eso, se sientan mejor o porque el mercado decidió que era su estrategia de venta del momento).

Mérida, uno de los escenarios en el libro

Gods of Jade and Shadow es una excusa para hacer un viaje por México de los años veintes y explorar los mitos mayas del Xibalba. Casiopea Tun libera por accidente a uno de los Señores de la Muerte, Hun-Kamé (también lo encuentran como Hun-Camé), al que su hermano derrocó tiempo atrás y emprende un viaje para ayudarle a recuperar su trono. Las descripciones son hermosas. No es de esas historias que te dicen que son en México porque sus personajes dicen "wey" cada tres palabras (no hay nada malo en eso, sino oíganme hablar, tengo toda una tabla de que significa la entonación de cada wey te digo) pero no hay nada más en la atmósfera de la obra que te remita a México. No, Gods of Jade and Shadow es mexicana por donde se vea: en el sincretismo de los personajes que la habitan, las descripciones de las ciudades en los años veinte: Mérida, Veracruz, México..., con una parada adicional en El Paso. Hay una descripción en particular de la Ciudad de México que me gustó mucho y que engloba mucho de lo que siento cuando pienso en ella (difícil no, teniéndola a cinco minutos). 

Mexico City has never inspired much love. "At least it's not Mexico City!" spills from the lips of anyone who resides outside the capital, a shade of the head accompanying the phrase. [...] Heaven and heel both manifest in Mexico City, coexisting side by side.

Me encanta también, de este libro, el uso de los mitos mayas. Una de las cosas que más admiro de la fantasía es cómo bebe de muchas tradiciones e influencias. En este caso, los mitos mayas están presentes todo el libro, ya no sólo porque uno de los protagonistas sea Señor de la Muerte, sino porque se siente en la ambientación de la historia. Probablemente una de mis partes favoritas sea el viaje por el Xibalba, por ejemplo. Me gustan los viajes (metafóricos y no). Me gusta ver a los personajes evolucionar con el curso de los libros, me gusta toda la influencia que el viaje del héroe ha tenido para la fantasía (no porque este libro lo aplique de pe a pa o ya si quiera lo aplique, pero si tiene varios elementos que sin duda me recordaron a él).

 
¿Qué más les puedo contar? Los personajes me gustaron y ambos protagonistas me cayeron bien. Silvia Moreno-García tiene algo que me gusta mucho a la hora de narrar historias de amor y en este libro hay cosas que se sienten muy hondo. No tengo ninguna queja, ni siquiera cuando este libro es plot-driven más que character-driven (que en ese sentido me imagino un montón de posibilidades y de ver más a Cassiopea, pero todo el tiempo que estuve leyendo el libro me cayó muy bien). De repente con algunos personajes sus motivos pueden parecer algo repetitivos (Martín, sobre todo, que te deja extremandamente claro que no soporta a su prima) y demasiado explicativos (quizá es lo único que me choca de todo el libro), pero no me pareció algo muy malo. Además me gusta mucho como aborda el ser una mujer del entorno rural en el México de los años veinte.

Me gusta mucho, también, la manera en que se refiere todo el libro a los mitos, recordando el poder que tienen dentro de la narrativa fantástica. Es una de las cosas que más me gustan dentro de este género.

"Words are seeds, Casiopea. With words you embroider narratives, and the narratives breed myths, and there's power in the myth. Yes, the things you name have power", he said.

Un detalle curioso que no sé si sea verdad es que siento que la escritora de repente piensa en español. No sé. Es pura conjetura. Pero yo, que he escrito en inglés, reconozco que se nota que mis pensamientos siempre llegan, en esto de lo literario, en español primero. (Y también reconozco cuando alguien que escribe en español anda tomando prestadas estructuras del inglés). Es pura conjetura y adivinación, pero el detalle me hizo sentirme un poco más cercana al libro. Me gustaría que lo tradujeran. Y no sólo eso: me gustaría que lo tradujeran en México (la sola idea de pensar que una editorial podría hacer el usual fuckery y traducir en España ESTO me pone un poco de nervios). Aun en inglés, los protagonistas hablan como Mexicanos (no porque haya muchos gueyes y groserías, no, sólo es algo que se siente leyendo). También me gustaría que hubiera un mercado para estas historias en español, sin que pasaran por traductores. El libro no es perfecto, pero tiene todas esas cosas que me gustan: viajes, descripciones bonitas sin ser recargadas, personajes que me interesan, referencias a mitos que me gustan y ese recuerdo de que la fantasía no llegó a nosotros de ningún lado, si no que hay una tradición en todas partes y puedes sentirla y escucharla.

Se los recomiendo mucho si leen en inglés. Si leen poco en inglés y quieren adentrarse en fantasía en ese idioma, creo que también es buena idea. Prometo pronto reseñar el otro libro de la autora, de vampiros. ¡Y pronto leer Mexican Gothic! Nos vemos pronto, en la siguiente reseña. Me gustaría seguir abordando cosas de este tema, pero nos quedaríamos aquí hasta mañana.

jueves, 9 de julio de 2020

Como caracol..., Alaíde Ventura Medina | Reseña

Sinopsis: Muchas familias guardan secretos, cosas de las que nadie quiere hablar. Julieta supone que hace mucho tiempo ocurrió algo entre su mamá y su abuela que terminó por separarlas. Un día, Julieta decide conocer mejor a su abuela, Mariana. Cada momento se convertirá en un regalo y de la mano se acompañarán a sobrellevar de manera digna la enfermedad de Mariana, el Alzheimer.

Como caracol... fue ganador del premio Gran Angular de la editorial SM en México y desde entonces le había puesto los ojos encima. Moría por leer este libro y pude hacerlo en scribd con una cosa que me dio dos meses gratis (porque la app en sí me parece muy cara y no me gustan la mitad de sus glitchs...; no les puedo decir funcionalidades). Lo leí en un día. Me pegué a él. Tiene mucho que ver con que la escritura de Alaíde Ventura me parece que invita mucho a la lectura, pero también porque la primera frase describe a mi mamá. 
A mi mamá no le gustaba nada. No era grosera ni le hacía el feo a las cosas, no, pero nunca la vi emocionarse. Si hubiera tenido frente a sus ojos el primer cuadro impresionista pintado por un mono clonado, había comentado: "Está bien". No tenía comida favorita, no escuchaba música y la noche antes de su cumpleaños dormía con la tranquilidad de quien no espera nada del día siguiente.
La única diferencia entre la mamá de Julieta y la mía es que la mía sí tiene comida favorita (quesadillas). Su cumpleaños le da igual, no tiene película favorita, ni ama nada con pasión (y no entiende a quién lo hace) y es práctica a rabiar. Me llevo muy bien con ella. A veces platico con otras morras y me doy cuenta que eso es raro. La maternidad, sobre todo en el contexto en el que vivo, está llena de dificultades, de errores, de heridas que tardan en sanar. No vengo a hablar de eso, pero soy plenamente consciente de eso: soy un caso raro. Tiene que ver con que soy su única hija (como no lo soy del otro lado de la familia) y hemos aprendido a vivir juntas. Además mi mamá tiene opiniones muy fuertes sobre la maternidad: "si los niños no quieren saludar, que no saluden, con una chingada", "ni se te ocurra aplastarle la cara en el pastel a mi hija, te dijo que no" (por siempre agradecida), "decirle al niño que no lo vas a querer es puro chantaje" (y lo desprecia muy fuerte, muy), "si la niña dice que no quiere ir a la escuela, es por algo", "si no te gusta la pareja de tu hijo/a, pero hay respeto, no te metes", "si la niña no se quiere quedar a dormir en casa ajena, NO se va a quedar a dormir en casa ajena" (salvo en emergencias), "si la niñA quiere una espada, le compras la espada en vez de la muñeca", "TE DIJO QUE NO" (a los besos, abrazos, contacto físico indeseado). Eso me ha marcado para siempre, ya sé. 

A mi mamá le gusta esta foto porque acabé la universidad
Me estoy extendiendo, pero ya viene por qué este libro me atrapó: Julieta y su mamá no se llevan bien. Y salvo algunas diferencias menores, la mía es igualita a la suya. Así que leer una relación tan diferente a lo que estoy acostumbrada era algo que me llamaba muchísimo la atención. Segunda cosa: habla muy profundo sobre tener abuelos. Para mí leer historias de abuelos es hacer turismo emocional y me interesa mucho. Me voy a oír muy insensible pero NO ENTIENDO LO QUE ES TENER ABUELOS. De mis abuelos me quedan fotos. Curiosidades. El cuerpo de mi abuela paterna (para chingar). La biblioteca comunista de mi abuelo paterno (qué bendición). Las creencias de mi abuela materna (que son las de mi mamá, aunque mi mamá es un poco más liberal). De mi abuelo paterno es del que menos, porque murió muy joven, pero mi mamá habla dos cosas de él: nunca tomó alcohol y a pesar de trabajar turnos de doce horas siempre se paró los domingos a hacer el desayuno para siete hijos y su esposa. Sus nombres. Y nada más. No tengo ninguna conexión sentimental con la idea de tener abuelos, es algo alien para mí y es algo que tampoco deseo porque no sé de qué chingados me perdí. (Cosas de tener papás muy grandes). 

Entonces la relación entre Mariana y Julieta era algo muy interesante. Me encantaba. El personaje de Mariana es super complejo y ver su relación con toda la familia era muy interesante. Habla además de los cuidados y aborda a vejez. En otra de las opiniones fuertes de mi mamá: "cada quien se hace viejo como quiere y puede". (Ella renunció a buscar trabajo después de ser liquidada de una empresa que desapareció en los noventas para cuidar a su mamá enferma antes de morir y luego ya nunca consiguió por un embarazo de alto altísimo riesgo). (No le digan que ando ventilando la vida de la familia, por favor; aunque en realidad no se saben más que detalles salteados porque soy bien privada). Entre las ideas de mi mamá está que cada quien tiene derecho a enfrentar su muerte con dignidad y en eso se parece mucho a Mariana, quien está enferma de Alzheimer (NO ES SPOILER SI ESTÁ EN LA CONTRAPORTADA, MAIGOS). Mariana para mí representa que la gente sí puede cambiar y enmendar sus errores. La relación de Mariana con su hija es algo también muy interesado, retratado de manera muy realista. (Y es que entre familias pasan tantas cosas que difícilmente algo va a entrar en el terreno de lo "no-realista"). 


Como caracol... es una novela bellísima. Sobre la identidad, el llevar la casa a cuestas, conocerse a través de los otros, el perdón, los cuidados. En las palabras de Julieta hay un amor tremendo por su familia, en su narración se puede ver. Pero como en todas las relaciones familiares hay tristezas, frustraciones y problemas. El jurado del Gran Angular se rifó al elegir esta historia como ganadora y Alaíde Ventura se rifó al escribirla. 

Otra cosa que quiero reconocer es lo maravillosa que es la atmósfera de Veracruz. No sé que tengo con las escritoras veracruzanas que siempre me gustan (¡aunque no conozco ahí!). Hay una clara diferencia entre las partes del libro que transcurren en Veracruz y las partes que transcurren en la Ciudad de México. Esa diferencia me encanta, le da una profundidad muy interesante al libro. Y ya, yo me quedé con poco que agregar, pero de verdad les recomiendo este libro (además es un libro que tiene estrellita de todas las beforas de Librosb4tipos que lo han leído, esa no es una mala recomendación, es algo muy difícil de lograr). Ya saben, lo consiguen en SM y si no, está en Scribd (espero que pronto esté en Bookmate también). El premio Gran Angular es uno de los más importantes para la LIJ, especialmente aquí. Suelen tener trabajos muy interesantes y sorprenderme para bien (no siempre pasa porque se sane que mis estándares son horrendos). Me hace muy feliz que una historia como esta haya encontrado su hogar en este premio.

Si quieren leerla en Scribd, aquí les regalo dos meses gratis (tienen que acordarse de cancelar). Solo le tienen que picar en el link. En serio, ¡léanla


Si lo leen algún día, cuéntenme qué les pareció. Me encantaría oírlos/leerlos. Por cierto, les comparto uno de los diálogos de Mariana sobre el amor. (La quiero mucho y este en especial se me quedó muy hondo).
—No es tibio, no puede ser tibio. Tiene que ser arrebatador. Te tiene que quitar el hambre, el sueño, las ganas de morir. Si hay que analizarlo, mejor no pierdas tu tiempo, Julieta, eso no es nada. Si es tibio, no es amor, entiéndelo: es nada.

viernes, 8 de mayo de 2020

Crítica a Acoso de Marta Lamas

Sinopsis: Ante la urgencia ética para enfrentar el acoso, Marta Lamas realiza una profunda reflexión de las diferentes corrientes teóricas del feminismo, así como de las actitudes sociales en relación a éste. La autora busca, para ello, abrir el debate para definir aquellos actos que pueden ser considerados como acoso, de otros que no lo son y que encaminan, por otro lado, a la persecución y la difamación. En este proceso de crear una sociedad más justa e igualitaria, es necesario reflexionar críticamente entorno a aquellas prácticas que resultan emancipadoras, así como aquellas otras que son más bien, un tropiezo.

Sí, bueno, esto no es una reseña. Si eso es lo que vienen buscando, quizá esta no sea la entrada. Está es más bien una crítica donde voy a hacer papilla este libro porque me pareció penoso y tendencioso. No se preocupen, tengo argumentos para sostener todo mi desmadre. Empecemos con un poco de contexto. Lo leí porque el FCE lo puso gratis durante quince días (calculo que lo van a poner encontrar gratis todavía esta semana acá) y siempre había tenido una curiosidad que rayaba en el morbo por leerlo. El libro se escribió en al calor del movimiento mediático que fue el #MeToo en Estados Unidos y que aquí se replicó de distintas maneras. Es muy obvio, el propio libro lo menciona y de ahí obtiene sus ejemplos.

El siguiente contexto que necesitan: yo tengo desacuerdos teóricos muy cañones con Marta Lamas. Dejémoslo en que considero que no existe emancipación posible allá donde la sexualidad es una mercancía y quienes son explotadas por ello (en su gran mayoría) son mujeres proletarias. No nos hagamos: la sexualidad es una mercancía cuando no debería serlo. No hay libertad allá donde todo se puede convertir en una operación mercantil. En fin, sobre el tema tengo una lista de lecturas en Sexualidad y capitalismo por si gustan checarla.


Ahora sí, ¿por dónde empezar con este libro? Creo que es un intento de Marta Lamas de que nos hagamos la pregunta ¿todo es acoso? y de abogar por un debate matizado. Excelentes intenciones de no ser porque este libro metió el acelerador a fondo y se despeñó por la barranca (cosa que, sinceramente, no me extraña en lo más mínimo). Muy bien, para hablar de acoso, de misoginia y de machismo en México (o en cualquier parte) se me hace súper importante tener un contexto y hablar dentro de él. La realidad del oriente medio no es la misma a la de Europa y la de Europa no es la misma a la de América Latina y en América Latina en cada país varía todo y en México una cosa es el contexto urbano y otra el rural y una cosa es el contexto de la periferia y otra el del centro de la ciudad. Por eso, cuando al principio del libro menciona que, aunque el contexto violento y machista de México es escandaloso, quiere dejarlo de lado, no pude evitar alzar una ceja. Porque sí, podemos analizar el #MeToo mil veces, analizar qué mujeres son las que tienen más posibilidades de denunciar públicamente (que no legal) a sus agresores, pero eso no quiere decir que estemos hablando de algo que repercute en nuestra realidad. Las actrices de Hollywood, fuera de tener la posibilidad de volver sus denuncias mediáticas (para bien y para mal: se vuelven más visibles, pero el escrutinio público es mucho mayor), no influyen realmente en la realidad de las mujeres trabajadoras que sufren, también, acoso diariamente. Es más mediático, sí. Puede, en muchos casos, poner el tema del acoso sexual en el centro de la mesa. ¿Ofrece soluciones? No realmente. ¿Por qué no contextualizar en México y centrarnos en la lucha contra el acoso y el machismo aquí?

Pero bueno, también da la impresión que Marta Lamas habla sólo de mujeres de una clase muy particular, pero sobre eso más adelante.

Lamas hace una crítica a McKinnon y Dworkin, ambas feministas radicales abolicionistas (McKinnon además, abogada, aunque tengo pendiente leerla) y aunque si entiendo a done van las críticas, se me hacen mal enfocadas. Preferiría ejecutar una crítica desde el marxismo (pero eso cuando hablemos de ellas en el blog), pero bueno, lo que tenemos es la de Lamas, que insiste, como muchas personas en este mundo, en hablar de abolicionismo como puritanismo o prohibicionismo. Usualmente para clarificar diferencias en torno a lo que distintos movimientos por la liberación de la mujer tienen como visión respecto a la prostitución suelo usar las explicaciones del informe Cumbia, Copeteo y Lágrimas, de Lohana Berkins (argentina, comunista). Son explicaciones super accesibles que se encuentran en el libro que encuentran acá.

Además me gusta ese material porque hace notar que es un debate mucho más grande que la típica dicotomía liberación vs. puritanismo; de verdad, si tienen oportunidad, chéquenlo. Además que el abolicionismo y los temas en torno a la sexualidad no son abordados de la misma manera dentro del feminismo radical y del marxismo. En fin, yo sólo dejo la pregunta de: ¿de verdad es posible la liberación sexual en el capitalismo que la explota y la tiene como mercancía? Porque digo, muchos y muchas parecen creer que sí (y, una pista: quienes aseguran que sí con más vehemencia suelen ser aquellos y aquellas que se benefician de esa explotación).

Bueno, pasando a otro punto: me parece lamentable que el libro esté lleno de obviedades. En los capítulos introductorios hay demasiado énfasis en demostrar que no todas las mujeres son víctimas de acoso (sí, okey, al definir acoso según lo legal o según una serie de actitudes de una persona hacia otra, es obvio que no todas en el mismo momento van a ser víctimas de acoso) y también en reconocer que existen hombres que son víctimas (creo que nunca nadie lo ha dudado) y que existen mujeres victimarias (de nuevo, las mujeres no son tiernas y angelicales por ser mujeres y creerlo me resulta bastante misógino). Sí, todas las mujeres (y todos los hombres, si es que por algún milagro del señor en el que no creo necesito recalcarlo) vivimos en el machismo de una sociedad de clases. Y sí, hay acoso. Mi pregunta aquí sería, ¿por qué la necesidad de recalcar que NO TODOS LOS HOMBRES? Además de que me parece que muchas personas son capaces de entender una generalización, ¿cuál es el punto?


Porque para empezar me suena a esas cosas que dicen los libros y textos y la gente que no quiere que otra gente que no sabe ni de feminismo ni de otros movimientos de emancipación de la mujer se asuste, pero este libro no parece estar dirigido a esas personas. En fin, eso son conjeturas. ¿Saben que sería interesante? Contextualizar esas afirmaciones. Sí, sabemos que hay hombres víctimas: ¿cuántos?, ¿en qué contextos?; lo mismo para las mujeres que son victimarias. Pero si las estadísticas son complicadas para lo que es más evidente (mujeres que son acosadas por hombres) y está de manera insultante enfrente de nosotros, pues... bueno..., ya me imagino para lo demás. Pero contextualizar eso se me hace tremendamente necesario. No son fenómenos que se den de la misma manera. Y si el acoso ya varía de una región a otra..., pues no podemos pretender de hablar de la experiencia de hombres y mujeres de manera universal. (Digo, ya sólo empezando porque si el genero nos une, la clase bien que nos separa).

Hay un capítulo dedicado al tema en Estados Unidos y en las universidades donde entre otras cosas aboga por el debate matizado (sí, buena idea, ajá) para después condenar al escrache "y otras acciones terroristas". No me lo inventé, está en el libro. ¿NO HABLÁBAMOS DE MATIZAR EL DEBATE? Ningún comentario más. Mi realidad no es EU y a mí me interesa este tema en México. (Bueno, quizá que aunque es obvio que un comentario machista al aire no es lo mismo que tocar a alguien sin consentimiento, no son acciones que existan en contextos separados, todos son producto de las mismas relaciones sociales).


Entonces, ¡por fin!, entramos a México. Sin son de México y son tuiteros, seguro les suena el caso de Tamara de Anda (aka plaqueta). Lejos de mis opiniones personajes sobre el caso (un taxista le grito guapa y creo que todos entendemos que pa' qué chingados te gritan en la calle sin ir a cuento), me sorprende que en una nota al pie de página Marta Lamas se pregunte si hubiera sido diferente si hubiera sido blanco y güerito. El mismo argumento de los machos del tuiter. Felicidades. (Y es que lejos de que a mí el sistema legal de la burguesía me valga pitos con toda su larga historia de servirle a una sola clase, qué son esas maneras de conjeturar sobre la incomodidad de las mujeres). El segundo caso que menciona acaba peor. Con el contexto del MeToo gringo y Karla Souza hablando de cómo fue acosada, habla de una denuncia pública de Sofía Niño de Rivera hacia Ricardo Rocha. Dejando de lado mi opinión personal sobre semejantes personajes (nada bueno, se los aseguro), Marta Lamas añade que en la grabación se podía ver que era un gesto amistoso (¿quién chingados juzga eso con objetividad? La idea de matizar un debate también pasa por admitir que las mujeres se pueden sentir incómodas cuando otras personas invaden su espacio personal sin venir al caso) y que, en todo caso, lo más productivo hubiera sido que la acusaran de difamación para esclarecer las cosas (WTF, en qué chingados ayuda la justicia aquí). Bueno, son los dos grandes casos de los que habla. Mediáticos a más no poder, el último que involucraba a gente de una muy específica esfera social... ¿Saben algo? México no es ni el mundo del espectáculo, ni los tuiteros. Hablamos de acoso, pero sin hablar de lo que ocurre, ya sin salirnos mucho de la CDMX, en la periferia (hablo del edomex porque de aquí soy), hablando de mujeres con poder mediático, ignorando que hay otras 40000 voces que no se escuchan. ¿Para qué o qué hacerlo así?

Además, mil veces se ha dicho cuando se trata de exponer casos públicamente (y no hay denuncias legales que en muchos casos no proceden) que lo que se busca es hacer visible el problema; muchas veces se hace incluso de manera anónima para todas las partes (otras no). Mil veces va a haber alguien que insista que la única manera de arreglarlo es acudiendo a la justicia del Estado. Miren, no juzgo a quienes creen en ella. Qué bueno. ¿Cuándo chingados le ha ayudado la justicia del Estado a las mujeres del proletariado? ¡¿No es obvio por qué no se acude a ella en estos casos?! ¡¿No podemos tener un sólo debate que no acabe como única solución en reformar el sistema existente?! Bueno, ya me adelante. Sigo.


Marta Lamas también pregunta que, si en un puesto de trabajo, es acoso cuando un jefe pide favores sexuales a cambio de un ascenso, la mujer lo rechaza y ahí queda la cosa (utópico lo último, considerando que lo que suele pasar después es que hacen un infierno la vida de las mujeres hasta que renuncian o las despiden, pero vamos a seguir en el escenario de Lamas). Sí, siguiente pregunte. Bueno, matizando: si es o no es acoso sexual en términos legales no quita que sea una acción de mierda que no DEBERÍA (insisto, debería, pero ocurre) ocurrir. ¿Listo? Sigue Lamas: si la mujer acepta, ¿es acoso? Sí, siguiente pregunta. Súbitamente el hecho de que haya mujeres que hagan cosas que nos parecen mal en nuestra ética para vivir (sobrevivir) en el capitalismo parece que hace válido que los hombres sean una mierda. "¡PERO ES QUE HAY CONSENTIMIENTO!" ¿Y ESO BORRA EL CHANTAJE? (Por eso, además de hablar de consentimiento, es muy buena idea hablar de deseo y de que es un poco mierda que el sexo sea una mercancía en el capitalismo y que no debería de ser, pero... oh... boy... así estamos). (Más tarde Lamas insiste en que el quid pro quo en que las mujeres cambian su sexualidad por "ventajas" es algo legítimo; no sé si crea que es una ventaja, pero no se queda lejos de afirmarlo).


Pasando a otro tema, por ahí Lamas cita a dos hombres con el argumento de demostrar que no sólo las mujeres están interesadas en esos temas. Sí, ya lo sabíamos (o sea, existe Engels y El origen de la familia, la propiedad privada y el estado nada más por poner un ejemplo que acabo de releer), ¿algún aporte nuevo? El "aporte" que menciona Lamas se limita a decir que "los hombres también sufren desventajas". ¿Suena ridículo? Es que lo es. No puedo agregar nada. Para esos aportes (y sin tener un enfoque de clase), mejor nada.

En el epílogo, además, pone la tablita de los homicidios violentos en México y afirma: "a los hombres los matan más que a las mujeres". Sí, cómo explico yo esto: es obvio para cualquier persona con ojos que vea la tabla. Lo que no es obvio es el contexto: ¿quiénes son los asesinos? (si se sabe), ¿en qué circunstancias mueren unas y otros? (En México la delincuencia organizada tiene mucho que ver con esto, la guerra fallida contra el narco, pero también la violencia intrafamiliar, sexual, etc.). Porque afirmarlo así nada más pues... qué chido. Y luego decir que la sociedad no se escandaliza por la muerte de los hombres... ¿hablamos de la burbuja de Marta Lamas o de qué? ¿De qué sector? ¿En qué país vive? ¿En cuál burbuja? (Porque resulta una fantasía que a muchos les gusta la de que las mujeres sólo nos preocupamos por el feminicidio, pero no sé a dónde están volteando, en serio, respóndanme; a la gente que una cosa le vale madres, la otra también; y quienes protestan por los feminicidios también se indignan con las olas de violencia).


En fin, el único punto medio interesante (y medio interesante es un halago) es que Marta Lamas sí intenta hacer ver como el neoliberalismo usa sectores del feminismo para justificar el punitivismo. No es una crítica que aterrice muy bien (una lástima, porque ese sí es un tema interesante) y yo la hubiera agarrado desde una perspectiva, qué se yo, marxista *shocking* pero bueno. Un intento fue hecho (no funcionó).

En conclusión, me parece un libro simplista, lleno de obviedades estúpidas para el público al que "parece" estar dirigido, sin contextualización de nada (pero eso sí, una tendencia tremenda a hablar de matizar el debate porque falta la congruencia) y que parece hablar de mujeres y ejemplos que no son de mi clase. Hay otros textos mejores que abordan la violencia y el acoso mucho mejor. Diría que este parece hecho para calmar a los hombres, pero para qué hacer conjeturas cuando tengo argumentos más sólidos (¡¿EN DÓNDE METIERON EL CONTEXTO?! LOS ACTOS DE VIOLENCIA NO OCURREN ASÍ NADA MÁS AISLADOS DE LA SOCIEDAD). En fin, al final incluye un texto como anexo y... voy a dejar que hable por sí sólo. Ni vale la pena que yo hable mal de esto:


Ahí la dejamos, ya ni para qué seguir. Sí les recomiendo ahorrarse este libro.

jueves, 30 de abril de 2020

¡Feliz día del niño y la niña! | Recomendaciones de LIJ

¡Feliz día de las niñas y los niños! Estaba indecisa sobre si hacer contenido el día de hoy, pero al final me decidí que sí, así que aquí estoy, mañana del 30 de abril, escribiendo una entrada super urgente que debí de haber hecho con antelación. Bueno. Hablemos de LIJ, concretamente, de libros para niños. Trabajé dos años vendiendo libros del Fondo de Cultura Económica en tres ferias del libro importantes (FILIJ 2017, FIL Minería 2018 y FILIJ 2018, las últimas dos que se hicieron en el Parque Bicentenario) y aprendí varias cosas (como que odio a los papás, las preguntas de los libros con valores, los señores y señoras que dicen que un libro es para niñas o para niños sólo viendo su portada, los señores que les dicen a sus hijos que leer cómics no es leer o los que les dicen que no agarren los libros; a estos últimos, disfruté llevándoles la contraria diciéndoles a sus hijos que agarraran todos los libros para que los vieran y platicando con ellos de qué comics les gustaban). La verdad es que elegir libros para niños es todo un asunto, hice una entrada sobre ello


Hoy les traigo reseñas muy breves de libros que leí hace poco o hace mucho pero que nunca tuvieron reseña y que creo que la merecen. Obviamente, a pesar de mi fama de destrozar libros, las de esta entrada son todas positivas porque son recomendaciones mías (no les voy a andar recomendando cosas que no me gustan). ¿Empezamos?

Las sirenas sueñan con trilobites, Martha Riva Palacio Obón


Sinopsis: Todos nos parecemos a un pez: algunos, a una sardina; otros, a una anguila eléctrica, y otros más (como el novio de la mamá de Sofía) a una amenazante barracuda.

No es un secreto que Martha Riva Palacio es una de mis escritoras de LIJ favorita y este libro me encanta. Lo leí en la Biblioteca Vasconselos de una sentada un día que olvidé mi credencial para sacarlo. Hasta hace poco no me di cuenta de que me gusta mucho leer sobre el universo y el mar (dos temas muy recurrentes con Martha); fui a notar mi gusto por esos temas escribiendo una historia de piratas y sirenas donde la magia y el mar y el agua (más que nada) tenían muchas cosas que decir. Este libro habla de un montón de peces y de sirenas para explicar la vida de Sofía y por todas las cosas por las que pasa (enfrentarse a lo nuevo, a la pérdida, al sentirse incomprendida).


Es un libro precioso en todo sentido y además está ilustrado por Paulina Barraza. No tengo fotos de las ilustraciones porque lo leí en la biblioteca y no pensé en tomarle fotos, pero ya con la portada se pueden dar una idea del interior. Se los recomiendo. Además es de esos libros que se pueden leer teniendo una suscripción de Bookmate

Ojos llenos de sombra, Raquel Castro


Sinopsis: Esta es la historia de una decisión. O de una indecisión, más bien. Atari estudia música y es tecladista en un grupo de dark, pero ahora debe elegir entre irse becada a Rusia o seguir con la vida de siempre. Mientras elige, pone en la balanza sus intereses, sus recuerdos, sus amores y sus andanzas en la escena gótica. Quizá el destino no la encuentre lista, pero la hallará de buen humor y oyendo una canción oscura.

Este libro sí lo he recomendado. Debe de andar por allí en alguna entrada de recomendaciones de libros mexicanos que no me voy a poner a buscar ahorita y, tal cual como el anterior, lo publica Ediciones SM en México. Este libro fue ganador del premio Gran Angular y marcó muchas cosas en mi vida. O bueno, Atari me enseñó muchas cosas sobre mi misma y tomar decisiones (todavía apesto haciéndolo, pero una va avanzando). El libro es entretenido, divertido y perfecto para adolescentes. QUE YA SÉ YO QUE NO ES EL DÍA DEL ADOLESCENTE PERO YO QUERÍA HACERLE UNA RESEÑA. (Perdón, es que no tengo oportunidades todos los días de ponerme al corriente con tanta cosa pendiente que tengo).


A mí me encanta recomendarlo a las chicas adolescentes, creo que es una lectura super hermosa y preciosa y que Raquel es una excelente y admirable escritora. Sus personajes son muy cercanos (especialmente si eres o vives en zonas cercanas a la CDMX), su redacción es amena y divertida y te ríes y lloras con Atari y te frustras con ella. Si algo caracteriza al libro es la empatía con la que está escrito. También lo pueden encontrar en Bookmate.

¡Casi medio año!, Mónica B Brozon


Sinopsis: Santiago es un niño que, con diez años, ya ha experimentado el dolor por la muerte de su padre. Decide escribir un diario en el que cuenta todas las cosas que le van sucediendo día a día: sus travesuras, sus vivencias con sus amigos y familia. Además, vuelca en el cuaderno sus pensamientos íntimos, sus reflexiones a veces serias, a veces no, aunque sin perder ni por un momento su gran sentido del humor. ¡Cuántas cosas le pasaron en casi medio año!

Ya sé que esta entrada parece product placement de Ediciones SM, pero es que El barco de vapor y Gran Angular son unas de las colecciones más chidas de mi infancia y preadolescencia y son los libros que, ultimadamente, junto con los de A la orilla del viento, me hicieron lectora. Este tuvo un gran papel en eso. Fue el primer libro de Mónica que leí en mi infancia y me fascinó. La historia que empezaba con un niño escribiendo un diario contando como se iba de pinta un día me fascinaba. Hace poco lo vendí (rematé) para que fuera a dar a unas manos nuevas que lo pudieran volver a leer muchas muchas veces.


Mónica B Brozon para mí siempre se ha caracterizado por ser una escritora divertida que nunca falló en hacerme reír. Me ha acompañado en muchos momentos de mi infancia y siempre la hizo más divertida. Si no saben por donde empezar a leerla, pues este es un buen lugar, las aventuras de Santiago y su hermanita no dejan indiferente a nadie. Además, como muchísimos libros de SM, lo pueden encontrar en Bookmate.

Los rojos camaradas, Ana Romero


Sinopsis: El abuelo Tomatías falleció. Todos están muy tristes, pero Lobo menos que todos, porque antes de morir, su abuelo le enseñó a buscar los rastros de los que se van. Ahora Lobo y su hermana menor seguirán el rastro de Tomatías hasta encontrarlo en la cosa más maravillosa del mundo. Un libro tierno que nos enseña que las pérdidas no son absolutas, sino parte de lo que somos. Un cuento para recordar que nadie se va por completo.

Este es mi libro favorito de Ana Romero. Entre sus páginas se esconde un abuelo que se parece a los relatos del mío (no lo conocí..., de hecho a ninguno, pero hay muchas historias sobre él y toda su colección de Marx y Engels y Lenin traída desde Moscú cuando todavía era la URSS y se imprimían todos esos libros en español por allá). Un abuelo que en su cumpleaños pone a la internacional y le explica de comunismo a su nieto. 


Este es uno de esos libros que hablan de la pérdida y del duelo. Cuando el abuelo muere, Lobo sólo piensa en buscarlo, porque sabe seguir los rastros de los que se van y así, junto con su hermana, van siguiendo el rastro del abuelo. Es una historia preciosa y casi se me salen todos los sentimientos cuando en su cumpleaños Lobo pide que si le ponen la Internacional, como al abuelo se la ponían. Perdón por ser tan cursi. Obviamente, acá está en bookmate.

La noche de los batracios, Martha Riva Palacio


Sinopsis: El carnaval está por iniciar, todos los seres humanos han sido invitados. Todos hasta Ana, que intenta recuperar el sueño mientras evita que su mamá se vaya flotando por una ventana. Islas con hermanas gemelas, un baño indómito, espectros capaces de beberse un océano entero, una amistad y un coro desafinado de anfibios. Cada uno de ellos tiene un lugar en esta historia. En la noche de los batracios puede suceder de todo, pero el secreto es fijarse, siempre, en quién viene a cenar.

Miren, ya ni me voy a molestar, hasta aquí, todo es de SM porque en SM me hice lectora. Y punto pelota. Este lo leí hace poco porque lo subieron a bookmate y no había tenido la oportunidad de echarle un ojo. Es un libro muy corto y muy precioso. La historia de Ana habla un poco de la soledad y los vacíos que se nos acumulan. También de que te fijes a quien invites a cenar, no vaya a ser un espectro que se beba todo el sabor de tu comida y tenga un hambre infinita. Es una historia muy bella que les recomiendo. Además la pueden leer en poco ratito y tengo la idea de que leída en voz alta sería muy interesante. 


A mí me encantó y me devolvió a mi mood de niña el día que le puse una pausa a mi vida y me dediqué a leer. Martha es una escritora que admiro porque jamás subestima a los niños. Les cuenta (y nos cuenta a todos, en realidad) unas historias increíbles llenas de criaturas fantásticas y de personajes entrañables. Por supuesto, como todo el resto de los libros, está en Bookmate.

lunes, 27 de abril de 2020

Los recuerdos del porvenir, Elena Garro | Librosb4tipos

Sinopsis: Los recuerdos del porvenir (1963), galardonada con el Premio Xavier Villaurrutia el mismo año de su publicación, es la novela más reconocida de la también dramaturga mexicana Elena Garro (1916-1998). En 1968 fue llevada al cine por Arturo Ripstein. A la voz de Ixtepec, narrador omnisciente y omnipresente, se suman las de los habitantes del pueblo para contar su desencanto con el orden impuesto después de la Revolución mexicana y su desgracia por la Guerra Cristera. Las historias del general Francisco Rosas, de las familias pudientes del pueblo, de Isabel, Juan y Nicolás Moncada, de la beata Dorotea, del forastero Felipe Hurtado, de la enigmática Julia o de Juan Cariño dan cuenta del destino trágico de un pueblo que ha renunciado a la ilusión.

Uy, quiero hablarles de muchas cosas, a ver si me alcanza el espacio. Voy a empezar con la colectiva de Librob4tipos (de la que formo parte) donde 13 mujeres mexicanas nos dedicamos a darle promoción al trabajo de las autorAs, con A. Leemos un libro mes de una mujer, con una temática específica y funcionamos como club de lectura. Los libros se discuten al final del mes con una transmisión en vivo en youtube en alguno de nuestros canales (aquí es cuando descubren que tengo un canal en youtube que alberga, exclusivamente, esos lives). Este mes de abril lo dedicamos al realismo mágico (puesto que 2020 es un año dedicado a la literatura latinoamericana de la imaginación, a la ciencia ficción, a lo imposible que llamamos ALImaginaria). Uno de los grandes géneros en América Latina es, precisamente, el realismo mágico. Por supuesto teníamos una cita muy pendiente con Elena Garro y con este libro. Y así es como por fin me puse a leerlo. Pasada esa historia, vamos a hablar un poco del libro (y cuando digo un poco, supongan que por supuesto es una mentira porque yo tengo mil cosas que decir sobre el libro).
 

Es una lástima que la reseña no pueda ser: ESTE LIBRO ME DEJÓ PELONA. Otra opción: LA MEJOR NOVELA ESCRITA EN MÉXICO EN EL SIGLO XX. Cuando digo lo anterior, no estoy exagerando. Con mi criterio de lectora con opiniones, para mí este libro está junto con El llano en llamas entre los mejores libros escritos en México en el siglo XX (y no los estoy comparando, El llano en llamas de Juan Rulfo es El llano en llamas y no tiene que pedirle nada a nadie de la misma manera que Elena Garro y Los recuerdos del porvenir no le deben nada a nadie, aunque a la segunda viven comparándola con todos los escritorOs de la época y de Juan Rulfo existe más o menos un consenso entre los literatos infumables de la academia que era un maestro; por qué será). Los recuerdos del porvenir es magistral como libro de realismo mágico. (El público, anotando: esto va a salir en los mejores libros de 2020 para Nea... y la neta la neta sí). 

Por sus páginas se dan cita la historia del General Fransisco Rosas, la querida Julia, la familia Moncada (especialmente Isabel), Felipe Hurtado y un montón de personajes que habitan en Ixtepec. Familias de abolengo caídas en la desgracia gracias a la revolución (ni que no lo merecieran) comparten páginas con la revolución medio muerta, dando sus últimos batacazos al tiempo que traicionaba los ideales de Zapata y le regalaba tierras a idiotas devenidos en caciques (léase: Rodolfito entre las páginas de la novela) para arrebatárselas a los que en Ixtepec llamaban "indios".  (Luego la revolución también trató de traicionar su ideal más básico: el antirreleccionismo, cuando a Obregón le dio por andar queriendo ser presidente de nuevo, pero esa es otra historia que ni viene en el libro y que voy a contarles por ahí en otra ocasión). 


Los recuerdos del porvenir hace evidente lo turbulenta y complicada que fue la historia de la Revolución Mexicana (nada tan simple como me lo contaron la primera vez en la primaria: al final todos los caudillos se mataron entre todos y los que se quedaron se agarraron al poder como bien pudieron) y cómo todo ese momento en nuestra historia le dio paso a la Guerra de los Cristeros (de la cual no me acuerdo tanto como quisiera, así que no voy a andar jugándole al vergas y no me las voy a dar de sabihonda de la historia). Mi papá odia a los cristeros. Y esto es relevante porque la novela los menciona y yo la leí en voz alta para la familia y dos de cada tres veces que mi papá estaba despierto (asuman que no leyó realmente ni la mitad del libro) me interrumpía para dar su clase magistral de por qué los odiaba. Bueno, importa para mi experiencia de lectura del libro: yo de lo que quería hablar fue de la lectura en voz alta de lo que escribió Elena Garro y la fuerza que tiene. La manera que habla de las palabras, del tiempo y del mundo.
Una generación sucede a la otra, y cada una repite los actos de la anterior. Sólo un instante antes de morir descubren que era posible soñar y dibujar el mundo a su manera, para luego despertar y empezar un dibujo diferente. Y descubren que hubo un tiempo en que pudieron poseer el viaje inmóvil de los árboles y la navegación de las estrellas, y recuerdan el lenguaje cifrados de los animales y las ciudades abiertas en el aire por los pájaros. 
Además, Los recuerdos del porvenir está llena de mujeres (que a veces en las Grandes Historias™ de los señores se ven relegadas a lo doméstico, que es todo un universo en sí mismo y que los hombres suelen olvidar... porque no les parece ni importante, pero bien que comen los cabrones todos los días) porque así es la historia: atascada de mujeres por todos lados: enfrascadas en lo doméstico, engañando generales y coroneles entre las paredes de su casa, encerradas en los cuartos de un hotel, queridas de los altos mandos del ejército (robadas y no, desgraciadas y no), prostitutas. Las mujeres pueblan las páginas de Los recuerdos del porvenir y hacen su voluntad por las páginas del libro. 

Me encanta el personaje de La Luchi y también Isabel Moncada. Una de mis favoritas es Dorotea, pero también me encantan los pedazos que ahondan en Conchita. Hay un pedazo que me encanta donde, muy irónicamente, se burlan de los hombres que se la pasan la vida diciendo que las mujeres son unas habladoras mientras ellos no se callen (y es que hay hombres que no saben ni llamarse al silencio ni escuchar: la premura con la que saltan a explicarte temas en los que eres experta en el internet porque no pusieron atención es muestra perfecta de ello). Bueno, les dejo el fragmento acá:
"¡En boca cerrada no entran moscas!" Aquella frase repetida a cada instante marcó su infancia, se interpuso entre ella y el mundo, formó una berrera infranqueable entre ella y los dulces, las frutas, las lecturas, los amigos y las fiestas. La inmovilizó. Recordaba a su padre y a su abuelo hablando sobre lo insoportables que eran las mujeres por habladoras y repitiéndosela a cada instante y así los juegos terminaban antes de empezar. "¡Chist! ¡Cállate, recuerda que en boca cerrada no entra mosca!" Y Conchita se quedaba de ese lado de la frase sola y atontada, mientras su abuelo y su padre volvían a habar interminables horas sobre la inferioridad de la mujer.
Y bueno, ya me extendí muchísimo (cuando no, sería milagro), así que nada más les reitero la invitación a ver el en vivo que haremos en Librosb4tipos en el canal de Libros con Pato el 2 de mayo a las 4PM hora central de México. Aquí les dejo el cartel para que no se lo pierdan (y ya que pase el hangout saben que suelo insertárselos en la entrada). 


Les recomiendo mucho el libro: cuando digo que es una de las mejores (si no la mejor) novela escrita en México en el siglo XX no exagero. Elena Garro es una autora magnífica y Los recuerdos del porvenir una novela que quita el aliento. No miento: me dejó pelona su final. Es un magnífico exponente del realismo mágico. Además es un libro muy fácil de encontrar en digital (en físico no les digo: las ediciones se agotan y las reimpresiones no más no llegan).