Divagaciones de una Poulain
by Nea Poulain
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domingo, 16 de enero de 2022

Oscars Literarios (XI)

Llevamos once años de la tradición de llamar Oscars Literarios a mis mejores lecturas de cada año (total y completamente arbitrarias) y este es el primer año desde hace siete que se presentan sin Razzies que los acompañen. No hay peores lecturas. No es por qué de repente me haya entrado la tacha de que qué gacho es hacer peores lecturas (a veces uno lee cosas nefastas y quiere hablar de ellas, es normal) sino que no más tengo dos, una de las cuales es un manga que no terminé (leí sólo un tomo) y otra es un cuento de NK Jemisin que voy a recuperar en un ensayo a lo largo de estos primeros meses del año. No hay Razzies porque fue un año sin tantas decepciones. Curioso, pero me alegra mucho. En cambio, hay 18 mejores lecturas (de las cuales ya conocen algunas de narrativa gráfica) que acomodé en categorías total y completamente arbitrarias hechas por mí para todos ustedes (en parte porque es divertido, en parte porque así es más fácil ponerlas a todas al mismo nivel). Algunas son tradición, otras aparecen y desaparecen según las lecturas y según las tendencias de lectura que haya seguido en el año.

Sobra decir que las elecciones son siempre personales a mis gustos y nada objetivas (qué es la objetividad cuando hablamos de lo que nos gusta). Por supuesto, son cosas que recomiendo en general, pero si quieren recomendaciones más personalizadas y estas son demasiado generales pues siempre pueden checar mis reseñas. Aquí están las lecturas de todo un año, las que me hicieron gritar más, las que más disfruté, las que más pensé. Hay demasiadas cosas a considerar. Este año son dieciocho, mayoría asiática y mayoría de fantasía. Acá vamos.

Mejor trama

Se lo lleva Tian Guan Ci Fu de Mo Xiang Tong Xiu. Lo leí en traducción fan aunque este año salió la traducción oficial en inglés (lo eí en inglés y la traducción fan era bastante buena, en español se nota que es amateur y no se le puede pedir lo mismo que a una profesional, pero allí está). Es una historia de fantasía xianxia, muy larga que es también danmei (un romance BL) entre los protagonistas: Xie Lian y Hua Cheng. A lo largo de muchísimas páginas podemos aventurarnos en la vida de Xie Lian y sus aventuras. Mis razones para nombrarlo en mejor trama son justamente que gran parte de la historia está estructurada como una novela de aventuras y eso me gustó mucho.

Mejor escritora 

Va para Xia Jia, que este año me dejó sin palabras con tres cuentos publicados en Planetas Invisibles, antología compilada por Ken Liu. Cuando leí sus cuentos (Cientos de fantasmas desfilan esta noche, El verano de Tongtong y El paseo nocturno del dragón equino) me quedé maravillada con su manera de expresarse y de escribir y de aproximarse a la ciencia ficción. Me pareció tan sensible y tan humana y sobre todo tenía miradas muy interesantes hacía la vejez (no solo desde el cuento de El verano de Tongtong, sino también con el dragón equino) y planteos muy interesantes sobre la vida. Ay, no sé, me encantó. La disfruté muchísimo. Me la pasé gritando de amor sobre Xia Jia todo el tiempo que estuve leyendo la antología.

Mejor protagonista femenina

Es para Igraine de Noche en Tintagel de Verónica Pazos. Lo que más disfruté del libro fue ver a una Igraine tan lista, tan inteligente, tan enamorada, tan fuerte y tan vulnerable. Lo artúrico me obsesiona de muchas maneras, pero Verónica Pazos me dio todo lo que no sabía que quería o necesitaba. Puso todos los matices sobre la mesa y puso a Igraine al centro. Tanto sus sospechas cuando Uther posee el rostro de Gorlois como su travesía por el otro lado me resultan arcos muy interesantes y sé que el libro no sería lo mismo sin esta versión de ella.

Mejor protagonista masculino

Harún de Harún y el Mar de las Historias de Salman Rushdie. Se lo doy porque Harún me dio tremenda ternura mientras leía el libro. Sus aventuras, sus pensamientos, su esperanza, todo. Elegí hablar de las historias de Salman Rushdie el día del libro en 2021 y fue una elección muy acertada. Ahora quiero resaltar especialmente a Harún que mueve a gran parte de las historias de este libro y se aboca a salvarlas. Es maravilloso.

Mejor manga

A nadie le extraña, porque ahí está el top de narrativa gráfica. Se trata de Tokyo Revengers de Ken Wakui, una de las mejores historias que he leído en años. Hanagaki Takemichi ve en TV que ha muerto su antigua novia de secundaria junto a su hermano, víctimas de una organización criminal que solía ser una pandilla de secundaria. El prota es un loser de la vida y más tarde ese día cae a las vías del tren, pero en vez de morir, vuelve años en el pasado, a la secundaria. Allí acaba por descubrir que tiene el poder de cambiar el pasado, que los altos mandos de la Tokyo Manji Gang no son lo que pensaba y va en una carrera contra el tiempo para descubrir qué fue lo que llevó a la Toman por el camino malo. Me fascina cómo esta historia cuenta algo super violento lleno de sensibilidad, porque hay cierta narrativa latinoamericana que me dejó harta de la violencia por el shock y pues este manga tiene una aproximación mucho más sensible hacia personajes que viven en contextos marginales.

Mejor cómic


A punto estuvo e no haber porque prácticamente no leí cómic occidental y tradicional este año, pero me topé con Through the woods de Emily Carroll que me fascinó. Es una pequeña antología con varios relatos spookys que me fascinaron mucho. El estilo de ilustración me gustó bastante y me metió mucho en la historia. Ya les platiqué un poquito en el top, pero las dos primeras historias fueron mis favoritas y adoré la conjunción entre imagen y texto que hizo Emily Carroll para contar cuentos de miedo. Muy recomendados si el mood spooky es lo suyo.

Mejor webcómic

De este también ya podían intuirlo por el top anterior, pero es Countdown to Countdown de Xiao Tong, una historia de fantasía/ciencia ficción (como híbrido me parece muy interesante de analizar) con un arte precioso que amo y adoro con todo mi corazón. Llegué a leerlo sin expectativa alguna, salvo que a mi esposa le gustaba y confío en su gusto y me encontré una cosa preciosa y desgarradora. Quiero mucho a Iris Black y deseo abrazarlo. Me gusta mucho como protagonista, además de todo.

Mejor manhua/manhwa

Tian Guan Ci Fu, adaptación de Mo Xiang Tong Xiu, con arte de Starember. A ver, es por el arte. Lo sé yo, lo sabe mi vecino y lo sabemos todo. El modo en en que está la historia le da una cadencia interesante a la historia que en texto es tan diferente (y ademas pues, al ser un medio diferente, le aporta otras cosas distintas). Disfruté muchísimo leerlo y me acompañó en momentos donde su arte fue como un abrazo para mí (así que sí, obviamente eso también influye). No sé si se los recomiendo sin conocer antes la historia de la novela, pero puede ser un buen acompañante o primera aproximación a esta obra.

Mejor personaje secundario masculino

Callum de The Atlas Six de Olivie Blake. Híjoles, estuve entre él y Tristan, del mismo libro. Pero Tristan es más protagónico y Callum, por la necesidades de la trama de su libro, se desdibuja un poco más al fondo, alzándose como un ente misterioso que no acabas de entender ni siquiera cuando se explica a sí mismo. Creo que mueve muchas cosas en el libro y en la trama sin que uno se dé cuenta y es justamente la personificación de la frase knowledge is carnage que acompaña al libro (todos lo son un poco, pero Callum especialmente). Muero por leer la versión de Tor de este libro y ver a Callum en sus facetas más vulnerables en la ficción de Olivie, porque aquí se atisba muy claro y necesito más de esa complejidad de personajes.

Mejor personaje secundario femenino

Bueno, pues es Mami de Ao No Flag de Kaito. Creo que todos los personajes secundarios están muy bien formados, con sus complejidades y sus problemas (me caigan peor o mejor), pero las reflexiones de Mami son tan honestas que se llevan el premio. Sus reflexiones ahogan la página cuando las hace, sus sentimientos están siempre allí y es un personaje terriblemente complejo y muy adolescente. No es una adolescente que caiga bien, necesariamente (y sospecho que hay hombres que tienden a odiarla), pero me gusta que sea un personaje que se da oportunidades de cambiar, adaptarse y que es sincera ante todo.

Mejor libro infantil o juvenil

Aquí elegimos el libro desgarrador del año (y fui a ver el rango de edad que dicen que tiene para asegurarme): La canción de Aquiles de Madeline Miller. Leerlo fue algo maravilloso en todo sentido. Me encantó como Miller tomó el subtexto sobre el que hemos especulado por años (qué tipo de relación tendrían Aquiles y Patroclo más allá de lo que se alcaza a ver en La Iliada) y lo llevó al texto, lo volvió explícito y luego escribió un libro para recrearse con nuestras lágrimas (seguro las disfruta). Escribí una reseña bastante detallada del libro porque me dejó en un estado charco de lágrimas pero a la vez maravillada de lo buen libro que es.

Mejor libro de no ficción

Qué es uno de mis tops de mejores lecturas sin esta escritora en particular. Ahora casi siempre aparece, desde que decidí ir leyendo toda su obra poco a poco. Para esta categoría elegí El idioma de la noche de Ursula K. LeGuin, un libro de ensayos sobre ciencia ficción y fantasía que me gustó mucho. Me encantaría discutirlo en una reseña en el futuro cercano (si vieran mi lista de atraso con las reseñas quedarían anonadados). Ursula me parece una mujer brillante para plantear muchas cuestiones respecto a la literatura imginativa y a su escritura, qué significa escribir fantasía y ciencia ficción y ser mujer en esos géneros. Estuvo muy padre leerlo.

Mejor antología de cuentos

 

Creo que aquí no tuve duda alguna y fue de los primeros que elegí para este top: El ángel de Nicolás de Verónica Murguía. Me fascina la pluma de Verónica Murguía y este libro fue un poco diferente a lo que estoy acostumbrada a leer de ella, pero de todos me gustó muchísimo. En los cuentos de este libro Verónica recupera historias relacionadas a mitos bíblicos o a la religión y nos ofrece nuevas perspectivas respecto a ellas. Quisiera tener su cerebro, la verdad, cuando sea grande quiero ser como Verónica Murguía. Los cuentos están espectaculares y mi favorito es en el que la protagonista y narradora es la mujer de Lot (verdaderamente nunca superé Sodoma y Gomorra).

Mejor libro de fantasía

Este año releí La historia interminable de Michael Ende y creo que es una gran historia. Volver a meterme entre sus páginas, con Bastian Baltasar Bux y Atreyu, me recordó mucho a mi infancia y también me hizo ver muchas más cosas sobre cómo nos aproximamos a la fantasía, por qué nos puede ayudar a pensar en otras posibilidades para el mundo, cómo nos podemos perder en ella y por qué es tan difícil y necesario el camino de vuelta hacia la realidad. Descubrí muchísimas cosas releyendo y se consolidó de nuevo como uno de mis libros favoritos (y, claro que sí, en estos tops abrazamos las relecturas con mucho amor). Michael Ende de verdad creó una obra de arte cuando escribió este libro y le estaré por siempre agradecida por ello.

Mejor libro de ciencia ficción

Esta categoría también alberga una relectura de uno de mis libros favoritos. Se trata de Frecuencia Júpiter de Martha Riva Palacio Obón. No lo recordaba tan claramente, así que releerlo me recordó por qué lo había usado para un ensayo, por qué recordaba con tanto cariño lector los simulacros del fin del mundo y la historia de Emilia, la protagonista. Reencontrarse con lecturas siempre es agradable porque les veo nuevas cosas (casi siempre), reafirmo muchas de mis opiniones y creo otras nuevas. Como lectores siempre estamos cambiando y para mí, Frecuencia Júpiter siempre será parte de mis inflexiones lectoras.

Mejor fanfic terminado

Vengo a estrenar esta categoría porque creo que llevo unos dos años con la tacha fanfickera explotando y defendiendo que es una forma de hacer literatura también. Así que decidí hacer el asunto aún más visible y considerarlos dentro de los Oscars Literarios (definitivamente es una categoría que llega para quedarse). Se trata de From The Sidelines de suffocatingspring, el fanfic definitivo del cliché del jock y el nerd. Se trata de un fanfic de My Hero Academia (de Bakugo y Deku, porque una tiene gustos) donde se ven obligados a hacer un proyecto juntos, se cuestiona la amistad, qué es ser un buen amigo, qué significa el amor, cómo lo vivimos, cómo lo sufrimos y cómo nuestros contextos nos afectan de maneras en las que ni siquiera nos damos cuenta. ¿Si nos dicen que somos incapaces de amar, cuánto tiempo pasará hasta que nos lo creamos? Una obra de arte este fanfic.

Mejor libro de romance

Es hora de reivindicar que yo amo leer romance, pero odio todo lo mainstream que se publica en el género y básicamente casi cualquier clase de romance heterosexual (salvo excepciones). Pasé mucho tiempo renegando del género y es porque, newsflash: había estado leyendo cosas que yo considero absoluta basura. Pero este año leí Golden Stage de Cang Wu Bin Bai, una novela histórica danmei de romance y me maravillé. El emperador decide que va a pasar a un marques con un general (por motivos políticos) sin saber que ya se conocen y que enamorarse no les cuesta absolutamente nada de trabajo. Me encantó la historia, la disfuté mucho y yo por siempre enamorada del romance entre Fu Shen y Yan Xiaohan.

Mejor cuento

A pesar de que hubo muchísimos que me gustaron y casi hice trampa y pongo dos, al final me decidí por La tumba de las luciérnagas de Cheng Jingbo. Estpa publicado en la antología Planetas invisibles compilada por Ken Liu y es de mis cosas favoritas de la vida. Creo que es una hibridación perfecta entre la estética de la fantasía y la ciencia ficción. Es como un cuento de hadas en el espacio y uff, eso me encanta. Lo disfruté muchísimo. Además quien tradujo lo hizo con mucho amor y me gustó mucho sentir que se había preservado la poética incluso en español (el trabajo de traducción es complicado y lo admiro mucho). También planeo que esta nueva categoría se quede por aquí muchos años más, que reconozcamos más al cuento como formato legítimo (porque, insisto, creo que las lecturas son mucho más que el libro-objeto).

Mejor libro

Aquí elegí una lectura que hice en tiempo record (no tenía por qué hacerla completa, pero varios extractos eran la tarea de un taller que tomé y el libro no era muy largo, así que lo leí en menos de una semanita) y que me gustó mucho. Se trata de La hija del rey del País de los Elfos de Lord Dunsany y en mis reseñas hice todo un análisis de la lectura y lo que me había maravillado de esta. Centré el análisis en las mujeres que aparecen en la historia y en la búsqueda del País de los Elfos porque creo que son temas que me llaman mucho, pero podría estar todo el día hablando de lo perfecto que me pareció este libro.

Y así terminados, otro año de lecturas condensado en unas cuantas. No sé qué me depare el 2022 pero sí he reflexionado sobre qué lectora soy y qué lectora aspiro a ser. Quiero seguir siendo crítica, analítica, compartir lo que disfruto de la lectura, abrirme a otros géneros y formatos, disfrutar del acto de leer, hacerlo por placer, compartirlo. Esta es una pequeña parte. ¿Cuáles fueron sus mejores lecturas de 2022? ¿Qué me recomiendan? ¿De aquí se llevan alguna recomendación?

viernes, 21 de mayo de 2021

La hija del rey del País de los Elfos, Lord Dunsany | Reseña

Portada de La hija del rey del País de los Elfos por Ediciones Perla
Sinopsis: Publicada en 1924, La hija del Rey del País de los Elfos, nos narra la inolvidable historia de amor entre la princesa de los elfos, Lirazel, y el futuro rey de los hombres de Erl, Álveric, un amor que debe cruzar los abismos del tiempo, de la mortalidad y la inmortalidad. Escrita con ese estilo poético y evocador propio de Lord Dunsany, la novela ofrece al lector espadas mágicas creadas a partir de meteoritos, la caza de unicornios que cruzan la frontera entre los mundos, búsquedas de lo maravilloso por infinitas tierras baldías. Una de las obras maestras del género fantástico, cuyo autor ha tenido gran influencia en Tolkien o Lovecraft.

Me tuve que tomar un par de semanas para ordenar todas las ideas de esta reseña al derecho y al revés, para saber por dónde quería abordar este libro. Desde que empecé a leerlos pensé "esté es un libro sobre el que quiero conversar" y qué mejor manera de conversar escribiendo. Me gusta mucho pensar la escritura y la lectura por medio de este blog y es por eso que más que nada me dedico a los libros (aunque, dato curioso, no considero que mi blog sea "literario" sino más bien mi espacio personal en el internet, un lugar que yo puedo controlar al completo y que en sí mismo no tiene ningún algoritmo extraño de visibilidad, aunque exteriormente sí dependa de él). Desde las primeras páginas de La hija del rey del País de los Elfos supe que quería hablar de él.

Pero primero, un poco de contexto. Este libro era uno de mis grandes pendientes desde hacía tiempo (estoy poniéndome a cuenta con muchos clásicos de la literatura de fantasía que me hacen falta) y la oportunidad de leerlo surgió porque estoy tomando un curso sobre el tema (con Paula, @aboloria) donde la lectura de una sesión fueron justamente estractos de esta obra y, como no era muy larga, ahí fui yo a leerlo íntegro. Subrayé medio libro, hice varias anotaciones en el kindle, anoté algunas cosas en la libreta de las reseñas y me dediqué a darle vueltas unos días (debo decir que últimamente me resulta impresionante cuando las personas reseñan un libro que acaban de leer, me pasa incluso con mi yo del pasado, que llegó a hacerlo con lecturas impresionantes, a mí me puede tomar desde semanas hasta meses enteros, por eso no hay colaboraciones de reseñas en mi blog) que se convirtieron en semanas hasta que supe más o menos de que quería hablar.

Fotografía de Lord Dunsany
Lord Dunsany

Lord Dunsany, cuyo nombre completo y título eran Edward John Moreton Drax Plunkett, XVIII Barón de Dunsany, fue un escritor y dramaturgo anglo-irladés nacido en el seno de una familia noble irlandesa. La hija del rey del País de los Elfos es considerada una de las primeras obras de la fantasía moderna y sin duda influyo más tarde en muchos escritores del género. Recoge elementos de los cuentos de hadas (que a mí, ya saben, me gusta mucho) y narra la historia de Alveric, un príncipe del valle de Erl y Lizarel, la hija del rey del País de los Elfos y, por consiguiente, de todo el valle.

Alveric es enviado al País de los Elfos para casarse con Lizarel puesto que los pobladores de Erl ansían un gobernante que posea magia. De esa decisión surgen todos los acontecimientos del libro en donde Alveric acaba por enfrascarse en una búsqueda desesperada por el País de los Elfos (ese otro mundo fantástico) y, por supuesto, la magia llega hasta el valle de Erl.

El País de los Elfos y Lirazel

Hay una advertencia curiosa, escrita por Lord Dunsany, al principio del libro que me llamó la atención. Se las voy a poner aquí:

Espero que la alusión a un país extraño contenido en el título de este libro no aleje al lector; porque si bien en algunos capítulos por cierto se refieren al País de los Elfos, en la mayor parte de ellos no se muestra sino la faz de los campos que conocemos, de los bosques ordinarios de Inglaterra, de un valle y una aldea corrientes, situados a unas buenas vente o veinticinco millas de la linde del País de los Elfos. 

El País de los Elfos. Ese otro mundo, otro plano, lugar desconocido. En el arte muchas veces se ha explorado, intentando describirlo, construirlo, ir poniendo poco a poco un granito de arena para configurar nuestra propia versión de él. También Faërie (o Fairy), un término con el cual se denomina a la tierra de las hadas o los seres feéricos (me gusta mucho esta palabra y la primera vez que la leí, cuando niña, recuerdo que se la leí a Laura Gallego, sólo no sé en qué libro) en la literatura de fantasía. Verónica Murguía, por ejemplo, lo recupera como Broncelandia en El fuego verde, en un cuento Tolkien se refiere a ese otro mundo como el País de Fantasía. Un reino peligroso, indómito en sí mismo, alejado de lo humano

Green Heart por Sylvain Sarrailh
Green Heart por Sylvain Sarrailh

Quizá hablar de hadas, duendes y elfos nos remita mucho más a un folclore no sólo más Europeo, sino incluso más propio de Gran Bretaña, Irlanda, países con mucha cultura germánica (aunque no hay que olvidar los trasgos españoles), pero lo cierto es que mucho de ese folclore no es muy diferente a los duendes mexicanos (tenemos mucho legado novohispano, 300 años de colonia dejaron curiosas mezclas en el folclore), los aluxes mayas y a muchas muchas otras criaturas de las que se habla en el mundo. Los británicos e irlandeses han rescatado mucho ese folclore, es cierto y es por eso que tenemos tantas historias en todo el mundo que se inspiran en él (un día hablamos de las razones por las cuales parecería que la fantasía en español quedó más relegada y atrasada, tanto desde España y Latinoamerica, Silvia Plato aborda muy bien el tema en Una breve historia de la fantasía; pero ese es otro tema y es para otra ocasión). 

Estabamos en la advertencia de Lord Dunsany a lo desconocido, un reino peligroso quizá precisamente por eso. A mí los campos ingleses y el País de lo Elfos me resultan parecidos cuando me los construyen en el lenguaje, porque no he visto con mis ojos ninguno de los dos. La única ventaja en mi vida de los primeros sobre el segundo es que hay fotografías, videos y tomas áereas. ¿Cómo construye uno un mundo nuevo tan solo a través del lenguaje? ¿Cómo se describe algo tan fuera de nuestra realidad? ¿En dónde ponemos el foco, cómo usamos las palabras?

Wandering por Sylvain Sarrailh
Wandering por Sylvain Sarrailh

Lord Dunsany es un excelente estilista y creo que una de las cosas más impresionantes de este libro es como construye imágenes enteras, tan sólo desde el lenguaje para que podamos imaginar ese otro mundo, a unas veinte o veinticinco millas de los campos ingleses de toda la vida. Describe aludiendo a lo que conocemos o podemos visualizar fácilmente para dejarnos con imágenes que de otro modo quizá serían imposibles.

Saben, pues, que en el País de los Elfos hay colores más profundos que en nuestros campos, y que el aire mismo resplandece con una luminosidad tan profunda, que todo lo que se ve allí tiene algo del aspecto de nuestros árboles y nuestras flores cuando en junio se reflejan en el agua. Y el color del País de los Ego, que desespero pintar, puede sin embargo pintarse, porque ahí hay sugerencias que lo evocan; el azul profundo de la noche en verano cuando el crepúsculo vespertino acaba de partir, el pálido azul de Venus al inundar la tarde avanzada con su luz, la profundidad de los lagos al atarecer sugieren todos ese color.

Una de las partes más hermosas de todo el libro es cuando Alveric se interna en él y se encuentra precisamente con Lirazel, princesa, que, acostumbrada a las maravillas de ese lugar que habita, voltea hacia el mundo humano con una curiosidad parecida a la de Alveric por aquello que le resulta desconocido. Incluso cuando la historia vuelve a trasladarse a Erl, Lirazel lleva consigo lo extraño y diferente del País de los Elfos consigo, incapaz de acostumbrarse a las costumbres humanas, cargando por siempre con ese halo que la vuelve diferente (y qué tremendo personaje es Lirazel, y qué diferente es su forma de amar y de relacionarse con el mundo conocido, me gusta que se reconozca eso en los seres feéricos: no son humanos buenos ni malos, sino que responden a otra naturaleza completamente diferente). 

Ilustración de Lizarel por Arbetta (deviantart).
Lirazel por Arbetta

Hoy hay quien se atreve a decir, como descubriendo un hilo negro que siempre estuvo a la vista, que no todas las hadas son buenas o que no todos los elfos son bondadosos o que las criaturas feéricas no son sólo las versiones más bondadosas y buenas que nos ha regalado la cultura popular, cuando el folclore y los cuentos de hadas nos han repetido que las criaturas feéricas son ajenas a lo humano. Lirazel es un excelente ejemplo de ello. Allí cuando Dunsany posa sobre ella su pluma, se nota ese ser ajeno a lo que la rodea. Tiene curiosidad por el mundo humano, amor, quizá a su manera, pero siempre diferente (por cierto, este tema lo trata excepcionalmente bien Ana María Matute en Olvidado Rey Gudú, por si tienen interés). Es un excelente personaje en la historia al que quizá no podamos entender del todo. Pero esa es la cosa con aquellas criaturas del País de los Elfos: nunca terminaremos por entenderlas del todo.

¿No había llegado por fin un amante a esos plados que resplandecían junto al palacio del que sólo puede hablarse en un canto y la había rescatado de su hado solitario y de la serenidad perpetua? ¿No bastaba que hubiera llegado? ¿Tenía por fuerza que comprender las cosas raras que la gente hacía? ¿Jamás podría bailar en el camino, conversar con las cabras, reír en los funerales, cantar en la noche? ¿De qué servía la alegría si era preciso ocultarla? ¿El regocijo debía ceder a la opacidad de estos extraños campos a dónde había llegado?

 Y eso pasa también con la magia. ¿Realmente la entendemos?

Ziroonderel y la magia

Hace tiempo escribí una historia donde hablaba de un reino antiguo había intentando controlar la magia, en vez de aprender su lenguaje. En un sentido de domarla. Por ahí anda la idea, que surgió justamente de la idea que, en las historias, la magia siempre es más grande que uno, no es algo que pueda controlarse, nadie puede ser dueño de ella sin pagar un precio. Hace posible muchas cosas que de otro modo no ocurrirían, pero suele tener sus reglas (incluso cuando son tan pocas que hasta parece que carece de ellas). También es muy común en la cultura popular encontrar esa frase que, dicha de muchos modos distintos, es en resumen: la magia siempre viene con un precio. Hacer tratos con las hadas no es gratis, se dice, y a veces incluso no vale la pena porque lo que se llevan es mucho mayor a aquello que dejan atrás. 

Witch's Cottage de Angelina Andreas
Witch's Cottage de Angelina Andreas

Por todas esas ideas, que se alcanzan a ver a lo lejos, en el subtexto de la obra, es que me gusta mucho la bruja del valle, Ziroonderel, que originalmente ayuda a Alveric en la búsqueda y más tarde se convierte en la nana de Orion, su hijo (pues quién mejor para un niño mágico que una bruja). Creo que tiene además una de las mejores intervenciones, ya no solo del libro, sino de toda la literatura de fantasía en lo que respecta a entender cómo suele funcionar la magia cuando los habitantes de Erl descubren que la magia que tantos años atrás habían pedido era demasiada (cantidad, número, intensidad o grado mayor del necesario, del que se esperaba o del que se considera conveniente).  

—Madre bruja —dijo Narl—, estamos aquí para rogarle que nos dé un buen hechizo que sirva de encantamiento contra la magia para que cese en el valle, pues nos ha llegado en exceso.
—¿Con exceso? —exclamó ella— ¡Magia en exceso! Como si la magia no fuera la sal y la esencia de la vida, su ornamento y su esplendor. Por mi escoba —dijo—, no os daré hechizos contra la magia.
[...]
—Oh, Madre Bruja —dijo [Narl]— ¿no nos dará un hechizo que proteja nuestras casas de la magia?
—¡Ningún hechizo, por cierto! —dijo sibilante— ¡Ninguno en absoluto! ¡Por la escoba y las estrellas y la cabalgata nocturna! ¿Le quitaríais a la Tierra la heredad que recibió de tiempos de antaño? ¿La despojaríais de su tesoro para dejarla desnuda y expuesta a la burla de los otros planetas? Pobres por cierto seríamos privados de la magia que hemos almacenado para envidia de la oscuridad y del Espacio. [...] Antes os daría —dijo— un hechizo contra el agua para que todo el mundo pereciera de sed, que un hechizo contra la canción de las corrientes que la tarde oye débilmente en lo alto de una colina, demasiado ligera para oídos despiertos, una canción que se filtra en los sueños y nos entera de las viejas guerras y los amores perdidos de los Espíritus de los ríos. [...]
»Idos de aquí. A vuestra aldea, idos. Y vosotros que quisiteis la magia en vuestra juventud y no la queréis ahora en vuestra vejez, sabed que hay una ceguera del espíritu que llega con la edad, más negra que la ceguera de los ojos, que tiende una oscuridad en torno a través de la cual nada puede verse, ni sentirse, ni conocerse. [...]

Hubo que recortar mucho el fragmento para que no fuera una cita eterna y aún así mantuviera completo el espíritu de todo el personaje de Ziroonderel, la bruja del valle. Si me conocen y me han leído saben que es común que mi corazón siempre se fije en las mujeres de los libros y sobre todo de la fantasía. Lord Dunsany escribe de ellas (Lirazel y Ziroonderel) con una sensibilidad que no suelo encontrar en muchos escritores (hombres) de fantasía de hoy en día (e incluso de antaño). Esa sabiduría que se atisba en Ziroonderel en esos diálogos me maravillo tremendamente. Al principio apenas sugerida y luego tan obvia que no puedes no mirarla. Soy muy parcial en mi opinión sobre ella, pero si personaje me pareció impresionante, probablemente mi favorito en todo el libro (y eso que hay personajes súmamente interesantes en todo el libro: el trasgo, Orión, Alveric, los locos). 

Pero si tuviera qué elegir un fragmento, tan sólo uno, para decirles que leyeran el libro, elegiría ese allá arriba de Ziroonderel, porque en él también se esconden mis sentimientos (y es raro que un escritor los pueda encapsular tan bien en unas cuantas palabras de todas las que hay en el mundo): la magia es mucho más que uno, no puede controlarse y a veces tan sólo podemos explicarla de la manera que Ziroonderel lo hace, a través de lo que conocemos.

La búsqueda del Reino Peligroso, el País de los Elfos (conclusión)

Gran parte de libro se va en una búsqueda desesperada de Alveric hacia el País de los Elfos: ese mundo en el que estuvo una vez y al que no es capaz de volver ahora. En este apartado mucho más pequeñito que el resto, para no hacer la reseña interminable y por fin cerrar los temas pendientes, quiero decir que un detalle que me parece muy revelador sobre por qué buscamos e insistimos en buscar fantasía, es un momento en el que Alveric une a un grupo de hombres dispuestos a buscar el País de los Elfos: son todos locos, los que no encajan, los rechazados, los que están siempre en los márgenes. Y en la búsqueda apunta al más loco de todos como el jefe, porque sólo así una búsqueda que poco tiene de cuerda tendría realmente sentido. 

The Runes of Elfland, Brian Froud
The Runes of Elfland, Brian Froud

Así es un poco buscar fantasía escribiendo. Quizá ahora parezca popular, pero en muchos círculos sigue sin serlo. Escribir fantasía es buscar aquello que no estamos seguros de que exista tan sólo con las palabras. Buscarlo en aquello que leemos y atisbar esos puentes y portales que muchos otros ya tendieron antes de nosotros (razón por la que ando poniéndome al corriente con libros pendientes dentro del género mientras escribo). 

¿Les recomiendo La hija del rey del País de los Elfos? Sí, especialmente si la fantasía es lo suyo. Y si no, quizá encuentren cosas interesantes en el libro si les llama la atención ese tipo de prosa que es hermosa y poética. En México el libro está editado recientemente por Perla Ediciones (que no es la traducción que yo usé en los fragmentos, pero me gustaría tener ese libro en mis manos en algún momento para hacer las debidas comparaciones), por si es que les llama la atención lo suficiente como para hacerse con una copia. Ya llegamos hasta aquí, así que muchas gracias por leerme y no abandonar a la mitad la reseña. A veces así es la búsqueda del País de los Elfos: llena de palabras para poder explicar lo que sentimos.