Divagaciones de una Poulain
by Nea Poulain

lunes, 18 de abril de 2016

Besos entre líneas, May R. Ayamonte, & Esmeralda Verdú | Reseña

Derecho del lector número 69: Derecho a leer lo que te salga de los bajos fondos por las razones que te salgan de los bajos fondos.
―Declaración de intenciones.

Sinopsis: Emma es una joven cuya vida no es nada fácil. Cuando tenía seis años, su madre murió en un accidente de coche y su padre, al que tiene que cuidar los fines de semana, sufrió grandes secuelas físicas e intelectuales. Entre los estudios y sus responsabilidades familiares, Emma no tiene mucho tiempo para hacer lo propio de su edad. Pero por suerte hay algo que anima sus días: la literatura. Los libros, su blog y su nuevo canal de Youtube son su refugio, y mientras todas las personas de su entorno tienen vida social, Emma prefiere pasar las horas en la biblioteca.Todo cambia cuando Eric, el chico que acaba de llegar al pueblo, entra en su vida. Eric es guapísimo y arrollador, pero también esconde muchos secretos y un pasado oscuro por el que tiene que cumplir condena haciendo trabajo comunitario.¿Podrá Eric sacar a Emma de la burbuja en la que vive? ¿Por qué la relación con Eric es tan complicada y confusa? ¿Por qué es tan hermético y enigmático? ¿Qué oculta?

En teoría debería ser bonito cuando dos bloggers (o vloggers) publican una novela y cuando dos aspirantes a escritoras logran poner su libro en las librerías. O mejor dicho, eso todavía es bonito. Lo malo viene cuando al abrir un libro te encuentras una sarta de clichés y errores que no perdonas en ninguna clase de libro. Cuando abro un libro, lo valoro con la misma vara con la que valoro a todos mis libros. Nunca bajo mi escala si el libro es infantil o juvenil (porque eso además sería insultar a los consumidores de esos libros, atreviéndome a decir que quizá sus libros sean menos inteligentes) o por cuestiones del género: romance y ciencia ficción, mi vara mide igual todo. Personajes, trama, redacción... al menos. Pero bueno, vamos a cortar el choro porque si no nunca acabo la reseña. Como dijo Jack el destripador, vamos por partes (a destripar la novela).

Empecemos por la construcción... o más bien no construcción de los personajes (porque como Emma dice, hay personajes y personajes). La más vistosa es Emma, por supuesto, que es la protagonista y la narradora. Bueno, les aseguro que una bacteria sin chiste es más graciosa que ella, más profunda y con el doble de conflictos morales. Emma no genera empatía, no es un personaje que de menos parezca humana (diría que es alien, pero estoy segura de que los alienígenas son más listos, sólo tienen que ver a al Doctor). Es plana, sin chiste y con un trasfondo trágico que se nos recuerda para haber si así nos da más lastima. Tiene una falta de congruencia grave con su personaje y una doble moral de cuidado... lo cual sería interesante si se abordara y le diera un conflicto. Pero no. Eso era demasiado complicado.

Emma es esa clase de personajes frikis de los libros que parece que fue creada para agradar a su público específico: el estereotipo de la chica lectora. Es bloguera, adora los libros y la mitad de las cosas que dicen parecen sacadas de una cuenta de twitter que podría llamarse @commonbookworm. ¿Oler los libros? ¿Adorar portadas? ¿Pensar en ponerle nombres de libros a sus sobrinos? Lo cumple todo. Al final, lo único que Emma y yo tenemos en común es que leemos mucho (no compartimos demasiados gustos, eso sí) y tenemos un blog. Por el resto, somos diametralmente diferentes. ¿Por qué insisten en crear un personaje que represente todo un estereotipo? Emma es el de la chica lectora. ¡Reconozcan la diversidad! Hay muchos tipos de lectores, hay muchos gustos, dénse una vuelta por la blogósfera y lo descubrirán.


Su familia flota alrededor de ella. Su tía Anne parece tener una personalidad que cambia según la escena o las necesidades de la trama y tiene momentos que se parecen demasiado a Itati Cantoral haciendo de Soraya Montenegro gritándole a la lisiada que hacía besando a su Nandito. El resto del tiempo parece una persona normal, un personaje que está allí sólo porque Emma es menor de edad y, evidentemente, necesitaba un tutor. David, la pareja de Anne, se limita a estar allí. A veces dice cosas. No estoy muy segura de cuál es su punto en la novela. 

El padre y la hermana de Emma son adornos que las autoras usan para recordarnos su trágica vida. También entra en ese punto la madre de Eric. No sirven para nada más. Las amigas de Emma también son accesorios que escriben whatsapps especialmente incomprensibles (sobre todo Esther, alguien regálele un diccionario, por amor a Merlín) que sirven para distintas cosas, como decirle que Eric es guapo, que Eric es un idiota o ser sus fans número uno de blogger. A veces tienen otras pequeñas utilidades. Con el resto de los personajes es así: compañeros de clase que consideran leer "un peñazo" (sea lo que sea eso, no estoy tan versada en españolismos), maestras contra las que puede defender la literatura juvenil... Y por supuesto, Eric.


Eric no es el único guaperas del libro. También está Gabriel. Pero disculpen que lo ponga en un paréntesis, porque Gabriel y yo tenemos un tema pendiente que vamos a tratar más abajo. Así que, pues, vamos con Eric. Es guapo. Perdí la cuenta de todas las veces que lo menciona Emma, pero si beben un trago de la bebida alchólica de su preferencia cada que Emma o cualquier otro personaje diga que está guapo (cuenta cualquier expresión que se use para decirlo). Antes de la décima página, van a andar happy y al final probablemente sufran un coma etílico. Pero ser guapo no es la única cualidad de Eric. No. También es el cliché de protagonista malote, está poco desarrollado y una ameba tiene más sentimientos y profundidad. Eric ―o el pasado que querían darme May y Esme― se prestaba para conflictos internos, personajes que no son lógicos, conflictos morales y una clara crítica social. Pero eso todo se desperdicia por escribir un romance mal desarrollado y hasta problemático. 

¿Romance? Sí. Las situaciones problemáticas no están al nivel de After, quizá. Pero eso no las disculpa. Más bien, este libro lo que tiene es micromachismo para aventar como confeti para arriba y es por eso que quizá sus autoras creyeron que no había nada mal. Quizá no lo notaron. Pero este libro se rige por algo así que podríamos llamar... la heteronorma. Vamos, algo parecido. Los comentarios de los personajes, más algunos cuantos de Emma haciendo de narradora, dejan un mal sabor de boca. Todo el mundo asume que si Emma va a ver a Eric es porque es su novio, aunque ella repita varias veces que es un amigo, todo el mundo asume que entre Gabriel y Emma pasa algo porque pasan tiempo juntos y solos. O sea, parece que para al menos el 90% de los personajes de este libro, un hombre y una mujer no pueden estar solos sin que «pase algo». También aparecen leves insinuaciones a que las mujeres deberían cuidarse porque los chicos no son de fiar y otras cosas.  A mí no me venden esas ideas, pero pónganse a pensar un poco, ¿a las chicas adolescentes que apenas se están formando un criterio? ¿Esas qué? 

Ya he repetido hasta la saciedad que se pueden escribir todas las situaciones, problemáticas o no, que se quieran, pero idealizarlas o romantizarlas no. Y hablando de eso, hay algo en el primer capítulo que me dejó fría y no me hizo reír demasiado a pesar de todo el chiste que le hice para que, bajita la mano, se diera cuenta de lo pendejo que era. Eric acaba de conocer a Emma, ni siquiera sabe su nombre, no sabe nada de ella, pero ella está allí, así que él la pone contra la pared y la besa contra su voluntad. No sé Emma, pero si un tipo me hace eso, me quedó congelada... o lo pateó en los huevos o me resisto. La joya del pastel llega cuando un policía nota la escena y se acerca. Le pregunta a Emma: «¿Te está molestando [Eric]?» Y ella como si nada dice que no. Bajita la mano parece un insulto porque a mucha gente si le gritan cosas desagradables en la calle, a muchas mujeres si las tocan en el transporte público. Muchas veces esos casos llegan a los medios (como el de Andrea Noel, que incluso recibió amenazas de muerte), pero por alguna razón que se me escapa, Esmeralda y May, las dos autoras, decidieron que era... ¿romántico? Porque así lo da entender Emma. Romántico, los huevos que no tengo, porque además todo es una treta para que Eric le plante mariguana a Emma. Maravilloso. Y luego las amigas de Emma diciéndole que a ellas les gustaría que lo besara alguien tan guapo y Emma diciendo que «le parecía gracioso, pero lo de la mariguana había sido mucho». 

No me jodan. Es que se me sale lo feminista exaltada, la que no puede creer que esas situaciones todavía lleguen a los libros juveniles. Chale. Que los libros juveniles ya no tengan ese tipo de mierda romantizada entre las páginas. Urge legislar. Acá les dejo otro ejemplo de lo que estoy hablando
Siguiendo con mi vena feminista, para no perder el norte, vamos a otro asunto problemático. Eric y Emma recalcan muchas veces que «ella no es como las demás chicas». Primero, la frase carece de sentido porque yo tampoco soy como las demás chicas, nadie es como las demás chicas. Todas las chicas somos diferentes, no vinimos al mundo con un manual que nos enseñara a «ser chicas». Y segundo, porque... vamos: qué horror ser como las demás chicas, sí. Un horror. Como las chicas somos horribles y estamos alienadas con el sistema y jugamos con muñecas... Que horror. No promuevan esa clase de cosas, por favor.

¿Con qué seguimos? Siento si ya los aburrí, pero es que hay tantas cosas que decir sobre el libro que no sé por donde, ya no empezar, seguir. Pero bueno, ya que estábamos hablando del romance más arriba, vamos a hablar del triángulo amoroso. Como decía Ale (del canal sputnik) hace unos días: que ya no haya novelas juveniles con triángulos amoroso, urge legislar. Es un cliché gastadísimo que ya ni gracia hace, ya ni expectativa genera. ¿A quién le pasó eso en la prepa? ¿Cuándo se tuvo que decidir entre dos chicos esculturales, guapos y carismáticos? Yo no. ¿O es que sólo vende por la masturbación mental que produce?

El triángulo amoroso en cuestión se llama Gabriel, tiene un canal de BookTube y es mexicano. No shit. Es un canal relativamente famoso y a Emma se le caen las bragas por él desde la primera vez que lo ve. Su historia no pasa de unos besos, porque los lectores sabemos que la relación no tiene futuro (y hasta Emma lo dice), pero en un corto espacio de tiempo Emma me hizo preguntarme, con su visión de Gabriel, si así es como May y Esme ven a todos los mexicanos. Es una caracterización muy pobre, que casi hace que me de un síncope. Al parecer, según este libro, los mexicanos decimos mucho neta y chido. Por ahí también se les fue un wey. Nuestro vocabulario entero tiene esos modismos repetidos hasta la saciedad, según el libro; la neta es que neta que nunca había visto tantas veces neta en frases tan cortas. Neta. Neta que está chido decir neta aunque suenes con un fresa mirrey, pero neta si quieren otros modismos hay mil más: pendejo, morro, vale verga (la vida), pinche, desmadre, cómo chingas, a la chingada, vato (en algunas partes), pistear, chupar, madrazo, hasta la madre, ni madres, cabrón.

Pero ¡dejen ustedes que sea sólo un problema de vocabulario! Gabriel es un personaje como todos los demás: tan anodino que hasta el cereal que me tomé de desayuno tenía más personalidad. Pero también es algo profundamente desagradable y por momentos hasta insultante. Dejen busco el momento en el que casi aviento el libro por la ventana (lo cual habría sido triste, porque estaba en mi kindle, y patético, porque vivo en una planta baja).


¿SANGRE CALIENTE? ¡Emma debe tener la sangre muy fría, entonces! Y los mexicanos, bueno, latinoaméricanos, somos unos locos con la sangre caliente que vamos repartiendo besos por doquier. Parece que las dos autoras se vieron una novela o Nosotros los nobles o algo así y decidieron crear a Gabriel porque era algo exótico. Hay muchas menciones a su acento y a lo bien que se oye; ¿disculpa? ¿Mi acento te parece exótico, pendeja [Emma]? No me chingues. ¿La gente quiere que hable porque mi acento es muy bonito? Uy, perdón, creí que era porque tenías interés en lo que tengo que decir. Los acentos son bonitos. Sí. Se te puede caer las bragas por alguno (hola, acento escocés), nadie dice que no. Pero nunca jamás le digas a alguien que si no puede hablar porque quieres oír su acento. Su acento y su voz no están ahí para complacerte. Gracias. 

Dicho eso, lo próximo que voy a hacer será crear un personaje español que baile flamenco y diga coño y cojones todo el día. También tengo una idea para un argentino vestido de gaucho que sólo diga che y boludo y un italiano de acento gracioso, bigote y de profesión, mafioso. ¿Ven por donde van los tiros? No hagan personajes así, los estereotipos pueden ser ciertos, pueden no serlo, pero una persona es siempre mucho más que un estereotipo.


Y hablando de eso... vamos a hablar largo y tendido (quizá no tanto) del padre y de la hermana de Emma, Sebastián y Lys, respectivamente. Lys sufrió anorexia y depresión (se nota que las dos autoras no investigaron de una cosa ni de otra) y se le curó mágicamente porque Emma le dijo unas palabras mágicas. La protagonista de Segunda estrella a la derecha está llorando en este momento (¡miren! ¡yo también sé hacer referencias literatias!). La cosa con Lys es que cada que aparece se menciona su anorexia, lo duro que fue para Emma o para la familia o lo triste que fue. Lys, antes que ser la hermana de Emma, es un accesorio que nos recuerda sus tragedias, lo triste que es su vida y que, antes de ser una persona, es una enfermedad. Y una mierda.

Con su padre ocurre lo mismo. Sólo que su enfermedad o condición no tiene nombre, síntomas que tengan sentido o nada coherente. Emma dice al principio del libro que, a pesar de que su padre está discapacitado, es una persona como cualquier otra. Si Emma se iba a poner educativa, a lo mejor debería saber que discapacitado es una palabra que últimamente no es muy popular y hay términos más correctos y no sé... haber sido congruente con eso. Pero durante todo el libro, el padre de Emma sólo existe para recordarnos la trágica vida de nuestra no tan querida protagonista, ser un estorbo o proveer la excusa para que Emma vea a Eric. ¿Crítica social? Ni sus luces. Esa me la perdí.  


Ah, también como en novela juvenil promedio hay un personaje del colectivo LGBTI+ para demostrarnos que Emma es inclusiva y no tiene prejuicios. Eso a todos nos parece genial, pero desde el momento en que sale el tema, en cada aparición que hace el personaje se hace aunque sea una mención a su orientación sexual (comos si eso nos definiera como personas) y hay algo aun más problemático todavía. Emma asume que, como a su amiga le gustaban más las protas femeninas, era obvio que era lesbiana. Bajo esa lógica, como a mí se me caen las bragas por Hermione Granger y Violetta, obvio también soy lesbiana; van a ver la cara que ponga mi novio cuando se lo diga. Pero,¡ey!, esperen: también me gusta mucho Angelo, de Dos Velas para el Diablo. Claro. Es que soy bisexual. La comparación puede caer en el montón de todas las cosas desafortunadas del libro, pero no deja de ser un intento de decir: «¡ey, somos inclusivas!». Por favor no hagan eso. Demuéstrenlo sin hacer todo un revuelo de eso o sin intentar educar a la gente metiendo una escena totalmente innecesaria en la que Emma nos da un discursito pedorro con voz en off. ¿Por qué no lo dejan caer de una manera completamente natural? No es que yo le fuera a dar galletitas a Emma por ser una buena persona y aceptar a su amiga.


¿Trama? Pues vamos a hacer como que hay una. Sin comentarios. Ni núcleo, ni chicha, ni nada de na'. Sólo a veces pasan cosas. Algunas tienen que ver con Eric, otras con Emma y su trágico pasado, otras con blogs y booktubers. ¿Qué hacen todas las escenas juntas? Una masa sin forma, porque no tienen ningún propósito en común. 

La redacción da pena. Cosas sintácticamente imposibles, frases que tienen un sentido completamente diferente al que pretendían y una absurda falta y exceso de comas en todas partes. Falta, porque muchos sustantivos tienen adjetivos de lo más raros y extraños por no tenerlas (como nombres inseguros, donde el inseguro debería haber sido para Eric, no para el nombre), y exceso porque hay un montón de enumeraciones que tienen las comas justo donde no van. Cuando me venden un libro, considero una total falta de respeto que parezca tan falto de edición. Si a las autoras se les pasaron todos los errores, ¿por qué no hubo correctores de estilo, editores, alguien? Además, el libro tienen una cantidad grosera de explicaciones innecesarias y relleno. A veces se convierte en un manual de cómo bloguear o como grabar videos. ¡Show, don't tell, carajo! ¡¿Quién les hizo tanto daño que no siguen ese consejo!?

Tengo la loca teoría de que las autoras buscaron una cuenta en twitter que se llamara @commonbookworm y otra que se llamara @commonwhitegirl y sacaron el 90% de las frases pendejas de su novela de ahí.


Referencias literarias hay un montón. Bueno, no sólo literarias, a toda clase de cultura pop. A veces hay hasta cinco libros mencionados por páginas y textos que dicen porque a Emma le gustó. Tantas referencias me hicieron pensar que a la mejor era sólo un experimento social de Planeta para meter toda la publicidad posible a libros a ver cuanta gente caía y los compraba. Son tantas referencias que se puede beber un trago de la bebida alcohólica de su preferencia y terminar con un coma etílico de bastante gravedad. Casi como Persona Normal de Benito Taibo (¡qué también aparece nombrado!), pero con libros YA y Jane Austen (autora no. 1 para referenciar en novelas románticas y sonar mamador; cómo se ha de estar la pobre retorciendo en la tumba...). Ah, y Bukowski, que es Bukowski y es trash fiction y parece que sólo está ahí para hacer profundo, único y especial a Eric.

Ya me quedó esto como biblia, así que aquí le paro. Que quede claro que no recomiendo el libro por todas las razones expuestas arriba, que me gustó rantear con él (sí, me gusta rantear, es mi único superpoder), que lo leí porque me salió de los bajos fondos y que a pesar de todo, me divertí criticándolo. Que quede claro, también, por si hay desubicados, que las dos autoras me dan exactamente igual, que les deseo que les vaya bien en su carrera y que, por favor, mejoren. Que para eso están las críticas. A los editores del libro son a los que no les deseo nada, porque se nota de manera muy evidente que este libro no lo corrigió nadie y que ni siquiera se preocuparon por el contenido. Hasta el próximo libro malo, queridos.


sábado, 16 de abril de 2016

The Lizzie Bennet Diaries | Webseries

"Indudablemente, la madre de todas las webseries literarias"
― Yo... y todo Internet (más vale).

Hace unos meses hice una entrada recomendando webseries literarias y hace un tiempo la repetí porque había encontrado más que estaba viendo. Sin embargo, no tenía un exceso de espacio para analizar la historia y hablar mucho, así que siempre se me quedó este gusanito. Sobre todo con esta serie, que es mi primera webserie en la historia y es además la madre de todas las webseries y si quieren ponerse exquisitos, la mejor adaptación de Orgullo y Prejuicio en mi opinión. Quizá sea un poco excesivo pero estoy segura de que sé de que hablo; tan segura como que hay un unicornio enfrente de mí ahora mismo.


Pero bueno, si no saben lo que es una webserie probablemente ya me están mirando con cara de loca. No se preocupen, denme un momento para ajustarme los lentes, carraspear cual Umbridge y decirles que una webserie es una serie pensada para ser distribuida a través de internet, por ejemplo, YouTube o vimeo. The Lizzie Bennet Diaries en particular está pensada con formato de vlog en donde Lizzie (y variedad de otros personajes), le hablan a la cámara mientras cuentan su historia. Es una adaptación moderna de Orgullo y Prejuicio, por si a estas alturas de la vida no se habían dado cuenta. Los creadores son Bernie Su y Hank Green; sí, ese Hank Green. ¡Sí, el de vlogbrothers! ¿Aún no? ¿Quién en serio no conoce vlogbrothers? Bueno. El hermano de John Green. ¿Ya?

La serie la protagonista la maravillosa y perfecta Ashley Clements como Lizzie Bennet, un papel que nunca le había quedado mejor a nadie (no, no soy fan de Keira Knightley... ¿se escribe así?). El resto del cast más o menos habitual lo completan Julia Cho como Charlotte Lu (en el libro Charlotte Lucas), Laura Spencer como Jane Bennet ( y ahora la pueden ver en The Big Bang Theory... ¿alguien sigue viendo eso?) y a Mary Kate Wiles como Lydia Bennet... la mejor Lydia que nunca podrá ver en ninguna adaptación de Orgullo y Prejuicio. El resto del limitado cast lo completan Mr. Collins, Bing Lee (la versión de Charles Bingley), Wickham, Mary Bennet, William Darcy y su hermana, Gigi, Fitz y Caroline. Como verán, no es que la webserie tenga una multitud de personajes... Pero créanme, no necesita nada más.


Al ser una modernización de un clásico del siglo XIX, hay muchos cambios, aunque la esencia de mantiene. No importa que en el tiempo de esta Lizzie Bennet no existan los matrimonios arreglados, la madre de las tres Bennet está desesperada por que sus hijas se consigan un buen partido. No importa que al menos las dos mayores tengan masters o estén por sacárselos; no, ella quiere conseguirles un marido, casarlas lo más pronto posible y que le den nietos. A ella y al Sr. Bennet jamás los vemos en cámara, pues ninguno de los dos sabe que su hija Lizzie sube la mitad de su vida al internet (porque probablemente no lo aprobarían).

Sin embargo, nos enteramos de todo lo que ocurre incluso cuando no vemos a los personajes porque Lizzie lo interpreta todo con costume theather. Hace a su madre, a Darcy, a Bing. Y no es la única, Charlotte, Jane y Lydia son sus asistentes habituales. Esa es una de las cosas que hace a la serie tan especial, además de que es la madre de las webseries literarias y... ¡la interacción con el público!


Al parecer, la interacción con el público ha sido algo con lo que ha estado jugando Pemberley Digital, la empresa que se creo para producción y creación de proyectos como este después del éxito, es con la interacción del público. Como en el universo de Lizzie Bennet también existen los videos, cada cierto numero de episodios hay videos Q&A (Question & Answer) donde Lizzie responde preguntas que fueron hechas en Yotube, Twitter y demás redes sociales (sí, todos los personajes tenían cuentas de Twitter donde podías descubrir cosas extra de la historia, esta es la de Lizzie Bennet).

Los hechos son bastante fieles a la novela original; todo se adapta, por supuesto. En vez de un baile al inicio, hay una boda. En vez de que Lizzie visite la mansión Pemberley, visita Pemberley Digital en San Fransisco, la empresa de Darcy. Y la señora Gardiner, en vez de ser su tía, es la responsable de su tesis de maestría y, sí, también es la persona por la cual Lizzie y Darcy están juntos. No quiero soltar muchos spoilers de la novela por si no la han leído (¡¿quién no ha leído Orgullo y Prejuicio?!), pero aun cuando es tan fiel, hay cambios. Lo bueno es que los cambios son para bien y tienen que ver con Lydia.

Una de las cosas más maravillosas del vlog es que cómo dice Lydia alguna vez: "Este es el diario de Lizzie y ella ve lo que quiere". Tenemos un unreliable narrator y tenemos que elegir si creerle o no. Todo lo que vemos, lo vemos a través de sus ojos y muchas veces tenemos que aceptar que Lizzie exagera, está teniendo ataques de pánico (heredados de su madre) o está negando lo evidente. Algunas veces tenemos otros puntos de vista, como a Charlotte y Jane ejemplificando escenas de Lizzie y Darcy que la dueña del vlog niega o a Lydia convenciendo a Charlotte de que la deje subir algún video.


Además, al ser el vlog de Lizzie, si ella se va de viaje o está en Netherfield por una temporada, perdemos de vista a otros personajes. Para eso, Pemberley Digital ideó algo maravilloso. Lydia, a quien le encantan las cámaras (y sobre todo, la atención), acaba subiendo videos a un canal llamado The Lydia Bennet (donde aparece su prima Mary y Kitty, su gato), que sólo se mantiene cuando Lydia no puede aparecer en los videos de Lizzie. Al resto de los spin-offs los completan Maria of the Lu, la hermana de Charlotte y Domino (con Gigi Darcy). Y unos cuantos extras por allí que incluyen a Mr. Collins diciendo palabras de más de tres sílabas.

Probablemente si les gusta Orgullo y Prejuicio ya la conozcan, pero si no, al menos es buena manera de que conozcan el libro. ¡Y lo pueden ir leyendo conforme avanza la serie! (Sólo ideas, estoy en mi modo cursi y tengo ganas de que todo el mundo esté igual). La verdad es que a mí Orgullo y Prejuicio... pues me gusta, claro, pero hay días que me da igual (nada como Cumbres Borrascosas, ese es mi clásico de cabecera) pero The Lizzie Bennet Diaries lo puso en una perspectiva diferente, más moderna, en una época en que las mujeres podía optar a otras cosas que no fueran el matrimonio (pues en el libro, Elizabeth es la única mujer que se atreve a declarar que se casará sólo con quien ella quiera) así que definitivamente me atrajo un poco más.

No sé si ya se las habré vendido, pero al menos espero haberlos convencido de darle una oportunidad. No mucha gente conoce la maravilla de las webseries y la verdad es que son increíbles: son fáciles de seguir (si sabes inglés, ejem, aunque esta en especial tiene subtítulos en español y otros idiomas en Youtube), sus capítulos son cortos y si los actores son buenos, la serie puede ser muy divertida. Decidí que también usaría mi blog para, ocasionalmente, contarles acerca de webseries que veo. Eso es todo por hoy.


jueves, 14 de abril de 2016

400 entradas y aquí seguimos

Bueno, en realidad son 400 y aquí sigo, al pie del cañón, seis años y medio después de que un día de otoño se me ocurrió que un blog podría ser buena idea, ¿no? Tenía trece años, casi catorce y no me aguantaba ni yo, así que algo tenía que hacer al respecto. Cree este pequeño monstruo. Podría enseñarles imágenes de sus primeras plantillas para que vieran lo mucho que he evolucionado, pero lamento decirles que lo único que lograría sería romper sus retinas. Así que en vez de eso, he decidido celebrar las cuatrocientas entradas contándoles un montón de curiosidades de las que tal vez aún no estaban enterados respecto a mi blog. 


1. ¿Por qué se llama Divagaciones de una Poulain?

Bueno, porque mi pseudónimo es Andrea (o Nea) Poulain y el título se oía profundo para mi yo de trece-casi-catorce años. Me sigue gustando, pero a veces yo también me pregunto que me llevó a ponerle Divagaciones.

2. Entradas más vistas.

Las entradas más vistas... bueno, la entrada más vista es un pequeño monstruo que, mientras la hacía, no estaba consiente de que estaba creando. Es sobre Fanfiction y se llama Top Ten Dramione. Son recomendaciones que no sé si mi yo del presente les haría, pero mi yo del pasado sí. Hasta hace poco, se llevaba el 10% total de todas las visitas de mi blog, que, después de seis años y medio no son poco. Hoy más o menos son el 8.5%

La reseña más vista es After. Ninguna sorpresa ahí. A la gente le gusta el morbo y a pesar de ser reciente, After se comió a todas mis reseñas anteriores, incluida Vida y Muerte de Stephenie Meyer. El hateo al parecer da de comer en blogger, pero últimamente lo que me ha gustado ha sido más recomendar libros buenos... aunque a veces el masoquismo y el morbo me pueden. 


De entradas que no entiendo como tienen tantas visitas aun hoy están Una canción que puedo escuchar trece veces seguidas (es A la orilla de la chimenea, de Sabina, pero si hoy tuviera que hablar de Sabina elegiría Princesa o Medias Negras) y mi intento de recomendación de Le fabelux destine d'Amélie Poulain (mi película favorita, pero la recomendación es cutre).

El tutorial más visto es Cómo subir una historia a fanfiction.net o fictionpress.net. Tampoco hay ninguna sorpresa ahí: es uno de los tutoriales más viejos y además el sistema de ff.net sigue siendo igual de complicado, así que y estoy super dispuesta a ayudar a la comunidad. 

3. Mis entradas favoritas.

Sí, ¡tengo favoritas! Son las siguientes:

¿Cuáles son sus favoritas? No, no me lo digan, vamos a hacer algo. Vayan y busquen una entrada que les haya gustado mucho y déjenme un comentario. No es obligatorio, ni nada, sólo es para hacerme feliz un momento y si tienen tiempo, claro. 

Bueno, esta es la entrada número 400 y aproveché para poner algo más relajado que últimamente. He estado bastante productiva con las entradas, pero a veces dan ganas de descansar un poco. Ahora, ¡por las 500!

martes, 12 de abril de 2016

20 series tag

Hay veces que me dan ganas, como hoy, de hacer tags y poner algo más relajado por aquí, en vez de reseñas y cosas complicadas. Aunque en realidad este tag que voy a hacer no es de libros y no lo voy a hacer completo porque me voy a saltar las preguntas ultra chorras del tipo: ¿tienes tu carpeta empapelada de cosas de tu serie favorita? o ¿en qué serie te gustaría salir? Eso más que nada porque no quiero desperdiciar espacio en cosas por el estilo. Por supuesto, el Tag tiene mis trampas habituales.

1. Serie favorita


Orange is the new black. La verdad es que dudé bastante qué poner aquí, pero sólo una serie tiene el poder de hacerme no dormir: el día que salió la tercera temporada dormí como tres horas. Orange is the New Black es de mis cosas favoritas en el mundo y tiene casi todo lo que me gusta: personajes femeninos diversos y variados, buenas tramas y drama, mucho drama con un toque de humor negro. Si no la he recomendado lo suficiente lo hago ahora.

2. Serie que te da vergüenza admitir que ves


The Vampire Diaries. En realidad no la sigo ya, estoy viendo las temporadas cuando las suben a Netflix o a veces hasta meses después y sólo por qué quiero saber qué demonios pasa, pero la verdad es que me da una vergüenza admitir que sigo viéndola. Y me gustaba un montón cuando la vi la primera vez (justo cuando terminó la primera temporada), pero es que ha degenerado mucho. Era una serie chorra, sí, adolescente, pero tenía ese no sé qué, qué sé yo que la hacía un gramo más original que otras y tenía algo muy importante: no te podías encariñar con nadie porque todo el maldito mundo se moría. Ahora se mueren y te preguntas más bien cuándo se van a tardar en resucitar los jodidos. Se volvió puro fanservice. 

3. Personaje favorito


Wolfgang (Sense8) - Donna Noble (Doctor Who) - Poussey Washington (Orange is the New Black)
Rosa Díaz (Brooklyn Nine-Nine) - April Ludgate (Parks & Rec) - Toph (The last airbender)

4. Serie a la que te has enganchado y no te lo esperabas


Daredevil. La verdad es que no soy tan fan de los superhéroes o de los cómics, aunque siempre he ido a ver películas de superhéroes (los que me agradan) para pasar el rato, pero Daredevil es otro asunto. me encanta lo oscura que es, los personajes, y lo poco sobrenatural que parece todo. Me ha encantado, sobre todo por el desarrollo que le han dado a los personajes y las tramas que han desarrollado en apenas dos temporadas. A ver qué más nos ofrece la serie. 

Grace & Frankie. La historia de dos mujeres muy diferentes entre sí que un día tienen que afrontar sus divorcios porque sus maridos llevan engañándolas veinte años, acaban de salir del clóset y quieren casarse no era de lo más atractivo para mí. Lily Tomlin y Jane Fonda encarnan a dos mujeres en sus setentas, pero no hay duda, la serie es maravillosa ¡y muy divertida!

5. ¿Con qué personaje cambias de canal? 


Rachel Berry (Glee). 

7. Serie de tu infancia


¡Charmed! Charmed es como mi Friends, esa serie a la que hago referencia a toda hora y que recuerdo todos los capítulos que pasaron. No por nombre, pero sí por lo que pasó. ¡Todavía me encanta! Alegarán que no es una serie para niños, pero yo la veía cuando estaba pequeña. 

8. Crush de TV


Chris Miles (Skins) - Freddy McClair (Skins) - Javier Peña (Narcos)
Alec Hardy (Broadchurch) - Matt Murdock (Daredevil) - Zuko (The last airbender)

9. Qué serie has abandonado después de muchas temporadas


Glee. Empecé a ver la cuarta temporada por curiosidad (mala curiosidad) y de repente me pregunté algo como: ¿por qué sigo viéndola? Ni siquiera me gustaba cuando inició. Sólo me gustaba Santana (y sus covers) y Brittany (menos los covers) y en la cuarta había un montón de personajes inútiles nuevos que ni siquiera me importaban. Así que corté por lo sano

13. Malo favorito


Consideré sólo a los malos malísimos de verdad. Lo que quiere decir que por mucho que quería poner a Pennsatucky de Orange is the New Black porque sólo tiene papel antagónico en la primera temporada y además no es "mala".

Kilgrave (Jessica Jones) - The Master (Doctor Who) - Kuvira (The Legend of Korra)

15. Mejor final de una serie


Parks & Recreation. Esta fue una serie que terminó en sus propios términos, sin fanservice innecesario, con situaciones igual de graciosas que todas las temporadas y que además no se marcó un How I Met Your Mother (el final de esa cosa es una leyenda, nunca existió). Parks & Rec tuvo uno de los mejores episodios finales que he visto y créanme: HE VISTO FRIENDS. Pero Parks & Rec termina aun mejor. 

16. Mejor piloto de una serie

Jessica Jones. Me costó decidirme, pero entre mis series favoritas, ninguna tiene pilotos especialmente maravillosos. Jessica Jones lo que tiene es el elemento sorpresa y el shock bien manejado, así que eso le hace ganar un millón de puntos. 

19. Pareja favorita OTP


Korrasami. Que sí, que no se dan ni un beso, pero creo que es bastante obvio el significado que tenía el final. Y en realidad todos los gestos que había entre las dos... y las conversaciones.  ¡Las adoro juntas!

domingo, 10 de abril de 2016

Dos velas para el diablo, Laura Gallego García | Reseña


"Si pones una vela para Dios, pon dos para el Diablo"
― dicho popular

Esta era la portada original.
Yo tengo mi libro así, de hecho.
Sinopsis: Hoy día, ya nadie cree en los ángeles. Sin embargo, hay gente que sí cree en los demonios. 
Pero los ángeles existen y han existido siempre. 
¿Qué cómo lo sé? Porque mi padre era uno de ellos. 
El problema es que, cuando los ángeles te dan la espalda, ¿en quién puedes confiar?

Era obvio que este libro pasaría tarde que temprano por mis reseñas. Es uno de los pocos libros que todavía puedo disfrutar de Laura Gallego sin fruncir demasiado el ceño ante su única voz narrativa y, probablemente sea por amor ciego, que me sigue gustando casi igual que la primera vez. Si siguen el blog saben que, a pesar de que Laura Gallego es una de las autoras más reseñadas aquí últimamente rara vez le tocan halagos. De hecho, el último libro que leí de ella fue una decepción tan profunda que no he tenido muchas ganas de ponerme a buscar su nuevo libro. Aun así, esta vez vengo a darle un poco de redención (o algo así) y a hablar de Dos Velas para el Diablo. 

Esta es la única vez que Laura Gallego ha narrado algo con una voz narrativa que no es esa tercera persona rara que pretende convencerte de que se puede adecuar a la voz de cualquier personaje y en vez de eso acaba pareciendo robótica. Ni esa voz que, tarde que temprano, desvela detalles importantes que tanto está intentando mantener en secreto... (sin demasiado esfuerzo, lo que vuelve los libros de Laura muy predecibles hasta cierto punto). No, aquí se decidió por la primera persona. Una primera persona horrorosamente explicativa, pero primera persona al fin y al cabo y además que le cuenta todo lo que sabe a los lectores: absolutamente todo. Y también nos cuenta lo que cree. Así que descubrimos las cosas a la misma velocidad que Cat, la protagonista. ¿Hablamos de ella? 

Me gustaba más la portada italiana.
Pero la alemana fue la que se quedó. 
Cat es una chiquilla, cabello castaño, normal, que lleva una espada angélica colgada al hombro y cara de malauva. Lo de la cara de malauva lo supongo porque no es exactamente el alma de la fiesta. Es una de esas protagonistas que, ¡gracias a Dios!, no se describen en la primera escena en la que se ven al espejo (escritores, ¿por qué lo hacen?, pregunta seria). Como personaje me gusta mucho, porque no es alguien con quien los lectores se puedan identificar (que alcen la mano las hijas de ángeles que quieran vengar a su padre, ¿nadie? Lo sabía) y además no es agradable. Al narrar tiene la actitud (o aparenta) de una persona bastante desagradable y muy passive-agressive. A la hora de actuar es tan contradictoria que seguirle la corriente o darle la razón (por mucho que en su narración parezca estar buscando la aprobación para lo que hace) es increíblemente difícil. Aun así, es un buen personaje. Bien construido (cosa que le reconozco a Laura Gallego: sabe construir personajes), con una personalidad definida que, sí, evoluciona a lo largo de la historia, lo que vuelve a Cat, sino menos malauva, si más reflexiva antes de hacer tonterías. 

La catalana también era buena opción,
de mis escenas favoritas en la novela.
¿Qué otros personajes hay? Bueno, Angelo, que sigue la estela infinita de la descendencia de Kirtash. Algo realmente lamentable. Podría ponerme a enumerar los Kirtash de Laura Gallego: el original, de Memorias de Idhún; el que era una copia literal, pero en un mundo futurista y hacker (Las hijas de Tara), el que no renunció a sus deberes por amor, pero era igual de creepy (Saevin, Crónicas de la Torre) y finalmente... Angelo, el co protagonista de esta historia y el mejor parado de todos los anteriores. Sigue esa secuencia de chico con sex-appeal, atractivo, pero no modelo de revista especialmente, medio sarcástico, curioso, etcétera. La diferencia entre él y los demás idiotas de arriba es que Angelo no es un adolescente en la edad del pavo. Y, ¡gracias al Dios en el que no creo!, se le nota. También bien construido, quizá con el propósito de hacer que se le caigan las bragas a las chicas, pero no a Cat y creado como algo más que un interés romántico. Eso sí, tiene el ego de todos los anteriores: tendencia a creerse la última chela del estadio y también para creerse superior por tener, ¿qué se yo?, ¡más de dos millones de años! 

Pero, como Cat, también evoluciona, todo hay que decirlo. Y lo hace bien, sin volverse puro cual ángel ni ninguna de esas tonterías cursis que, ¡es un demonio por Merlín!

Pero quedó esta y SM igual la afeó.
Con las cosas amarillas que le puso.
¿Trama? Pues. Existe una. Como es común en Laura, la trama avanza y parece que ella, como escritora, estuvo un rato dando palos de ciego. Al final, sin embargo, para mi gran alegría, se las arregla para unir casi todos los cabos sueltos, haciéndonos sentir que no estaba dando tantos palos ciego todo el tiempo. Lo único malo es que para que la trama vaya avanzado y entendamos a Cat, tenemos que sufrir un montón de cháchara sobre angeología y demonología. Las explicaciones son muchas, uno se puede pasar dos páginas esperando que la historia avance y entiendo que a muchas personas eso las desespere, porque no todos son unos ñoños de la demonología y la angeología como yo. ¿Texto explicativo? Sí. Mucho. ¿Acción? Gracias a Jehová (me dieron ganas de cambiar de Dios, caray), sí, bastante.  

Otro punto en favor del libro es que se aleja de todos los clichés de los ángeles y los demonios en la literatura juvenil más actual y trata de manera bastante acertada el tema religioso (si a mí que soy más atea que las rocas en mi jardín no me hizo alzar los ojos, todos los demás estarán bien, espero). El tema es original y los dilemas morales están muy bien tratados en el libro, sobre todo cuando se habla del bien y el mal, un tema increíblemente recurrente cuando se habla de ángeles y demonios.

Ya saben, este es, para variar, un libro que sí recomiendo de Laura.

   

viernes, 8 de abril de 2016

Pero es sólo ficción, ¿no?


Dejen los pongo en el mismo canal en el que estoy. Llevo viendo esta discusión en grupos de Facebook una y otra vez en los últimos días; así que, como toda discusión en grupos de Facebook, ustedes se imaginarán la cantidad de falacias, insultos y argumentos mal escritos que hay, aun cuando a veces se intenta mantener el respeto. ¿De qué es la discusión? De fanfiction. No, no bromeo, el fanfiction levanta muchas pasiones, especialmente si es de la categoría más ocupada en Fanfiction.net: Harry Potter. ¿Por qué tanto revuelo? Porque es una discusión que trata de temas sensibles y directamente se mete con los gustos de las personas, es una discusión que tiene que ver con uno de los pairings más polémicos, más populares y definitivamente, más leídos: el Draco/Hermione, Dramione para los amigos. 

¿Cuánto levanta este pairing? Tanto como para que una entrada de mi blog que tiene Dramione en el título tenga el 10% de las visitas totales de mi blog. Con casi 400 entradas, ¿ustedes creen que es normal que una entrada entrerrada años al fondo, con mal formato tenga el 10% de todas mis visitas? Ya, yo tampoco lo pensaba. El tema en discusión no es si es una pareja válida o no, sino la cantidad de violencia física y sexual que existe en muchos fics. Y de fondo, aunque nadie lo mencione realmente por su nombre, la cantidad de violencia de género, doméstica, de pareja y el abuso psicológico que existe. ¿Por qué nos gusta leer eso y, porque, además de todo, lo consideramos romántico? Y, más importante aún, ¿hasta que punto está bien?

Me gusta el Dramione. El bien escrito.  El día de hoy, de todo mi Top Ten, La revolución de las bestias no se llevaría ni siquiera una mención. En todos los demás, se trata a la relación de Draco y Hermione como lo que es: una relación problemática, que hiere a muchas personas, entre ellos los protagonistas y que está lejos de ser una relación ideal. Pero La revolución de las bestias usa la violencia de pareja de una manera que pretende ser shockeante, poco agradable y además que pocas veces podría ser el preludio de una relación romántica. Y sorpresivamente, lo es. ¿Está bien? ¿Está mal? ¿Debería ser preocupante? ¿Por qué se romantiza el abuso? y, finalmente, ¿por qué se defiende diciendo que es sólo ficción?


Las violaciones en la literatura (y en las películas, las series, los comics, etcétera) nunca han dejado de ser tema polémico. Las hay hasta en Arráncame la vida. Pero a veces una violanción deja de ser un tema tratado con respeto (no delicadeza, sólo respeto) y se vuelve un recurso burdo y shockeante para, por ejemplo, desarrollar a un personaje femenino o darle un backstory trágico. A veces no es ni eso y sólo sirve para desarrollar personajes masculinos, que son los héroes que rescatan a las mujeres. Maggie Stiefvater, escritora de libros juveniles, define a esto como violaciones literarias. Si han vagado por mi blog un tiempo saben que es un término que uso seguido y que siempre linkeo a la fuente, pues es un post que vale la pena leer (This is a post about literary rape). Si ya han leído el fragmento que voy a poner, pueden saltar dos párrafos, si no, aquí les va lo que más rescato de todo el post anterior: 
I’m talking about novels where the rape scene could just as easily be any other sort of violent scene and it only becomes about sex because there’s a woman involved. If the genders were swapped, a rape scene wouldn’t have happened. The author would’ve come up with a different sort of scenario/ backstory/ defining moment for a male character. Really, this sort of rape is such a medieval, classical way to tell a story.
Traducción (hecha por mí): Estoy hablando de novelas donde la violación puede ser cualquier otra clase de violencia y sólo se convierte en algo acerca de sexo porque hay una mujer envuelta. Si los géneros estuvieran cambiados, la violación no habría ocurrido. El autor podría haber creado un escenario/backstory/clímax diferente para un personaje masculino. Realmente, esta clase de violación es una manera demasiado medieval de contar una historia. 
Estamos hablando de situaciones en las que sólo se vuelve algo acerca de violencia sexual porque hay una mujer envuelta. No puedo pensar más que en la contraparte de Dramione, la pareja más popular en fanfiction: el Draco/Harry... Drarry para los amigos. También he leído muchos en el curso de mi vida, aunque no soy especialmente fan, y nunca me he encontrado con las mismas situaciones de violencia física y sexual. Si con insultos de ambas partes cuando aun no se llevan bien y discusiones algo subidad de tono, al igual que en el Dramione. Pero nunca ha habido violencia sexual (al menos, no en los ejemplos que he leído, si conocen alguno, sean libres de decirlo abajo y les creeré, porque no tengo intenciones de leerlo a menos de que el tema se trate con respeto).


Pero dejando el tema del fanfiction, ¿por qué me molesta tanto la violencia sexual mal tratada en los libros? Porque está mal tratada. No hay más. No creo que sea un tema que tenga que ser tabú; es más, creo que es un tema que no debe ser escondido debajo de la alfombra, porque sólo estamos contribuyendo a los múltiples estigmas que lo rodean. Pero tampoco podemos usar la violencia sexual como recurso burdo, mucho menos, si después se escribe que la víctima se enamora de su violador. Eso siempre me ha hecho sentir incómoda, mil veces más incómoda de lo que me hizo sentir Lolita en su tiempo y siento que no tienen ningún otro propósito más que incomodar o shockear al lector y, después, intentar humanizar al violador.

Cuando estaba más chica y me encontraba esas escenas gratuitas en las cosas que leía (porque nadie nunca se molestó en averiguar si lo que yo leía era adecuado para mi edad), tenía una reacción: me sentía mal e incómoda. Pero lo justificaba porque... sólo es ficción, ¿no? Pero decir que sólo es ficción es un arma de dos filos. Porque nosotros podemos decir por activa y por pasiva que no lo apoyamos; me he encontrado con gente que lo justifica porque al final todo es muy romántico y de alguna manera se humanizó al agresor y se le convirtió en el héroe romántico. Pero... ¿en serio? La mayoría de las escenas de violencia sexual que he leído no se han molestado ni siquiera en googlear sobre el tema, buscar las consecuencias psicológicas, leer si quiera una entrevista a alguna víctima, consultar sobre los motivos. En vez de eso, veo el tema tratado con ligereza, sin el respeto que de verdad merece. No tiene, ni debe, ser tabú; pero tampoco merece ser tratado con ligereza y sin investigación.

En los Estados Unidos, cada 107 segundos, una persona es violada; cada año, existen aproximadamente 293,000 víctimas. 68% de esas violaciones, nunca se reporta a la policía. 98% de los violadores nunca pasan un día en la cárcel. Pueden encontrar más estadísticas sobre los Estados Unidos en Who are the victims? en el sitio RAINN (Rape, Abuse & Incest National Network). En México, existen 15,000 denuncias por violación sexual al año; en el entendido de que sólo se denuncian en México el 20% de las violaciones, se puede calcular un estimado de 70,000 violaciones por año. De acuerdo a la información de 2009, en México sólo se produjeron 2,795 condenas por violación. (Fuentes: Amnistía Internacional y esta página que citaba a Amnistía internacional). Esas sólo son las estadísticas de dos países en el mundo. ¿Todavía les parece poco? Y eso que los números son fríos y tras cada una de esas denuncias y esas víctimas, hay una historia. Y muchas, veces, detrás de esas historias, hay comentarios desagradables como "se lo buscó", "estaba siendo una puta", "¿viste como iba vestida?", "lo estaba pidiendo". Hay personas que simplemente parecen olvidar que las víctimas nunca lo piden.

Si quieren escribir de violencia sexual, háganlo. Pero no la escojan como una opción sólo porque hay una mujer involucrada. No lo hagan de manera gratuita. Y, sobre todo, no lo hagan sin informarse primero. RAINN tiene una lista de los efectos que una violación y casi cualquier crimen sexual sufre la víctima, por favor, no lo ignoren. No lo usen como una backstory traumática si no saben de que están hablando. Porque, ¿saben qué? No importa que ustedes digan que es sólo ficción, para alguien, allá afuera, hombre o mujer, no es ficción; para alguien, allá afuera, es la realidad y probablemente su peor pesadillas. Y tratarlo de manera tan banal es, francamente, un insulto.


miércoles, 6 de abril de 2016

When I was Puerto Rican, Esmeranda Santiago | Reseña


Sinopsis: Esmeralda Santiago's story begins in rural Puerto Rico, where her childhood was full of both tenderness and domestic strife, tropical sounds and sights as well as poverty. Growing up, she learned the proper way to eat a guava, the sound of tree frogs in the mango groves at night, the taste of the delectable sausage called morcilla, and the formula for ushering a dead baby's soul to heaven. As she enters school we see the clash, both hilarious and fierce, of Puerto Rican and Yankee culture. When her mother, Mami, a force of nature, takes off to New York with her seven, soon to be eleven children, Esmeralda, the oldest, must learn new rules, a new language, and eventually take on a new identity. In this first volume of her much-praised, bestselling trilogy, Santiago brilliantly recreates the idyllic landscape and tumultuous family life of her earliest years and her tremendous journey from the barrio to Brooklyn, from translating for her mother at the welfare office to high honors at Harvard.

No me gusta reseñar libros autobiográficos. No lo digo mucho porque últimamente pasan por mi estantería muchos libros de caracter autobiográfico. Sin embargo, defiendo el derecho a criticar los libros autobiográficos, como productos editoriales que son. Probablemente no puedo permitirme poner en duda la historia, ¿quién soy yo para decir que la historia está mal estructurada si así fue como pasaron las cosas? O, por ejemplo, tampoco se puede criticar demasiado a los personajes porque no se tiene ni una pista de si quien escribió el libro los capturó bien o no. Al menos, eso es loq ue me detiene a la hora de reseñar un libro autobiográfico. 

Tampoco me gusta mucho reseñarlos porque no sé qué decir de ellos cuando hablo de su núcleo. Me ha pasado muchas veces que un libro autobiográfico o carece de un núcleo porque sólo pretende ser una compilación de anécdotas o tiene un núcleo muy diferente al que encuentras un libro de ficción. Ya dije arriba que, hablando de cosas que realmente sucedieron, no soy capaz de tratar a los personajes como simples personajes y siempre tengo que recordar que son personas reales, que quizá aun viven. Así que para reseñar este libro me estoy armando de paciencia por todo lo que voy a soltar. Respiro hondo. Y ahora sí, como dijo Jack el Destripador, vamos por partes. 

Esmeralda "Negi" Santiago
Esmeralda Santiago nació en Puerto Rico y durante gran parte de su vida, vivió en Macún, un pueblito donde no llegaba el drenaje o la electricidad. Fue la más grande de una familia que, cuando se mudó a Nueva York con su madre, consistía de siete hermanos y, para el momento en el que entró a la universidad, era de once. Once personas, ¿se imaginan? La poca privacidad, la atención dividida de los padres, el ruido constante, las peleas, las comidas y los buenos momentos. A lo largo de todo el libro podemos ver a la madre de la escritora continuamente embarazada, dedicándose a sus hijos y educándolos como la habían educado a ella. 

A Esmeralda la llaman Negi y, a pesar de todas las carencias de su pueblo, en la escuela aprende unas cuantas palabras de inglés, porque Puerto Rico es un estado libre asociado de los Estados Unidos (si alguna vez se preguntan por qué los inmigrantes puertoriqueños no tienen problemas con la ciudadanía americana, ahí tienen su respuesta: ya la tienen). Fuera de eso, poco vemos de influencia estadounidense. Puerto Rico es un país latino y, aunque no lo crean, todos los países latinos se parecen un poco. Quizá por eso los extranjeros confunden tanto y creen que comemos chile de aquí a la patagonia cuando no podrían estar más equivocados o creen que todos son mexicanos o creen que la música es igual. Pero aunque las tradiciones y la cultura difieren, para mí, los valores que transmitían las familias del siglo pasado se parecen que casi parece que los hayan calcado

Si hay algo por lo que se caracterizan nuestras sociedades es por ser increíblemente sexistas. La discriminación por motivos de género está a la orden del día. Pero, como dice mi mamá, hoy no es como hace 40 años. Si lo comparamos, parece que hemos dado pasos de gigante (y eso es lo que me mantiene optimista con todo el tema del sexismo). Durante su infancia, Negi no tiene casi ningún problema con los chicos. A su madre no le hace ninguna gracia que le ayude a su padre en su trabajo, pero como su padre la deja, poco puede objetar ella. Sin embargo, más o menos a la mitad del libro, empezamos a oír las alusiones a como Negi se va a convertir en una señorita y cómo hombres empiezan a verla de otra manera, cómo su madre le empieza a prohibir salir y cómo le dicen que no juegue con los mismos chicos que jugaba antes. Me dijeron lo mismo, casi. Le cambiaron un poquito. No me prohibieron jugar con hombres, pero no les gustaba que la mayoría de mis amigos siempre fueran hombres. Asumieron que cualquier hombre que me hablara querría algo más. Me enseñaron a protegerme. Me dijeron que no saliera de noche. Todo eso, más de cuarenta años después que a la escritora de este libro y en un país completamente diferente


La madre de Negi sufre de lo mismo. Su padre y su madre están en un continúo estira y afloja porque el padre de Negi tiene otras mujeres, otros hijos y suele desentenderse muy fácil de sus hijos. Aun así, la madre de Negi vuelve con él incontables veces y vuelven a pelearse incontables veces. Pareciera que vive con el permanente miedo de dejarlo para evitar el "qué dirán". Y a pesar de todo, parece que los dos quieren a sus hijos, no hay maltrato, lo único que ocurre es que transmiten los mismos valores y costumbres que les transmitieron a ellos y no toda costumbre es buena, por más costumbre que sea. 

En fin, no quiero hacer esto enorme, pero creo que tengo que mencionar otro punto del libro. Pareciera que se enfoca mucho en la discriminación de género por todo lo que he puesto allá arriba, pero la verdad es que no habla de eso todo el tiempo. Más que nada, porque el problema más común que suele tener Negi es la discriminación: en la ciudad, por venir del campo; en los Estados Unidos, por ser puertoriqueña. Esmeralda Santiago nos muestra muchas diferentes sobre su educación, sobre su vida en Puerto Rico, sobre sus padres, sobre la sociedad en la que le tocó vivir.   


Lo único malo del libro es que salta de un tema a otro sin algo que parezca unir a todo. Lo hace de manera cronológica, sí, pero hay cosas que se olvidan entre las páginas y vuelven a aparecer tres o cuatro capítulos después sin explicación y como por arte de magia. Bueno, lo que intento decir es que lo único malo del libro es que parece que le falta cohesión, pero que a pesar de eso se sostiene muy bien. Por supuesto que lo recomiendo, sobre todo para los interesados en Puerto Rico o en América latina en general.  

lunes, 4 de abril de 2016

7 consejos para el #CampNaNoWriMo

Cuatro días en el CampNaNoWrimo y muchos seguro que ya se están tirando de los pelos. Por falta de planeación, por exceso de planeación, porque su idea ya no les convence, porque van atrasados por muchos días o simplemente se están preguntando por qué ser tan masoquistas, si con un mes de NaNoWriMo al año es suficiente para acabar loco. Bueno, no se preocupen. vengo a compartir mi sabiduría infinita (o sea, ninguna) para salvarlos de la catástrofe. Estos son mis consejos de una escritora amateur a todos los que están intentando completar el CampNaNo con éxito y están empezando a preguntarse qué demonios están haciendo.


1. Aprovecha que puedes elegir tu meta. Esto es algo que en noviembre no puedes hacer. En noviembre es todo o nada, las 50K palabras o nada. Pero el Camp te da la oportunidad de elegir cuántas palabras vas a escribir y si sabes que no podrás lograr las 50,000 palabras siempre puedes relajar un poco tu objetivo. Tampoco es para que digas que escribirás 5000 palabras en todo el mes, pero sí para que te pongas una meta realista. En mi caso, son 30,000 palabras. 

2. Sé constante y adelanta cuando puedas. Sé que este consejo lo dan en todas las entradas sobre consejos para el NaNoWriMo y derivados pero de verdad es útil. ¡Háganle caso!

3. Planifica lo necesario. Hay personas que necesitan conocer toda la trama de lo que van a escribir antes de empezar y personas que no, sólo necesitan una idea, un final, un tema o una frase. Haz lo que se te acomode. Si necesitas planificar y apenas te diste cuenta, pierde el tiempo en planificar: al final te darás cuenta de que escribirás más cómodo y tendrás menos relleno entre tus manos. Si planificaste pero ya quieres cambiar todo el plan o ignorarlo y confías en ti, ¡hazlo! Lo ideal es que te conozcas y sepas si vas a necesitar un planning o no, pero nunca es tarde para remediar este asunto. 


4. No procrastines. No es necesario que apagues el internet, pero no procrastines. Adiós a perder mil horas en una página de nombres para bebés o decir cada cinco minutos en twitter que estás intentando escribir en el CampNaNoWriMo. Menos hablar de sus novelas y más escribirlas. Hay muchos escritores que pasan más tiempo diciendo que van a escribir que escribiendo, justo como esos estudiantes universitarios que pasan la vida diciendo que tienen que estudiar en vez de estar estudiando. No hay nada malo en compartir una o dos veces al día tu avance o pedir ayuda cuando la necesitas, ¡pero tampoco pierdas el tiempo en eso en vez de escribir! Que estar diciendo en las redes sociales que tienes que escribir no va a hacer que la página de word se llene de letras como por arte de magia, por más que nos gustaría.

5. Deja de preocuparte por si estás escribiendo una mierda. El 99.999999% de los trabajos que salen después de un NaNoWriMo o un CampNaNoWriMo son impublicables, por no decir otra cosa (me acabo de inventar la palabra, also). Son los únicos momentos del año en los que la cantidad es más importante que la calidad. Cuando acabe el mes podrías gastar todo tu tiempo en releer las porquerías que escribiste y mejorarlas, mientras estás escribiendo deja de preocuparte. Si pasas más tiempo corrigiendo que escribiendo el tiempo va a ganarte. 


6. No escribas solo. Si no quieres interactuar con desconocidos como los que te asignan en las cabañas del Camp invita amigos. Ellos estarán allí para oír tus quejas, te entenderán y también se van a quejar. Es buen método para relajarse, pedir ayuda y no sentirte solo en tu odisea.

7. Escribe. No hay mejor consejo que ese, se los aseguro. 

Finalmente, diviértanse. Ya oirán de mí y mis avances en el CampNaNo, por aquí, por mi twitter y por todas mis redes sociales aunque, por supuesto, me voy a aplicar mis propios consejos. No olviden que están escribiendo un borrador y que, cuando lo acaben, aun les quedará camino por recorrer. ¡Pero ya habrán dado el primer paso que siempre es el más difícil!

¡A ESCRIBIR!