Divagaciones de una Poulain
by Nea Poulain
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viernes, 21 de mayo de 2021

La hija del rey del País de los Elfos, Lord Dunsany | Reseña

Portada de La hija del rey del País de los Elfos por Ediciones Perla
Sinopsis: Publicada en 1924, La hija del Rey del País de los Elfos, nos narra la inolvidable historia de amor entre la princesa de los elfos, Lirazel, y el futuro rey de los hombres de Erl, Álveric, un amor que debe cruzar los abismos del tiempo, de la mortalidad y la inmortalidad. Escrita con ese estilo poético y evocador propio de Lord Dunsany, la novela ofrece al lector espadas mágicas creadas a partir de meteoritos, la caza de unicornios que cruzan la frontera entre los mundos, búsquedas de lo maravilloso por infinitas tierras baldías. Una de las obras maestras del género fantástico, cuyo autor ha tenido gran influencia en Tolkien o Lovecraft.

Me tuve que tomar un par de semanas para ordenar todas las ideas de esta reseña al derecho y al revés, para saber por dónde quería abordar este libro. Desde que empecé a leerlos pensé "esté es un libro sobre el que quiero conversar" y qué mejor manera de conversar escribiendo. Me gusta mucho pensar la escritura y la lectura por medio de este blog y es por eso que más que nada me dedico a los libros (aunque, dato curioso, no considero que mi blog sea "literario" sino más bien mi espacio personal en el internet, un lugar que yo puedo controlar al completo y que en sí mismo no tiene ningún algoritmo extraño de visibilidad, aunque exteriormente sí dependa de él). Desde las primeras páginas de La hija del rey del País de los Elfos supe que quería hablar de él.

Pero primero, un poco de contexto. Este libro era uno de mis grandes pendientes desde hacía tiempo (estoy poniéndome a cuenta con muchos clásicos de la literatura de fantasía que me hacen falta) y la oportunidad de leerlo surgió porque estoy tomando un curso sobre el tema (con Paula, @aboloria) donde la lectura de una sesión fueron justamente estractos de esta obra y, como no era muy larga, ahí fui yo a leerlo íntegro. Subrayé medio libro, hice varias anotaciones en el kindle, anoté algunas cosas en la libreta de las reseñas y me dediqué a darle vueltas unos días (debo decir que últimamente me resulta impresionante cuando las personas reseñan un libro que acaban de leer, me pasa incluso con mi yo del pasado, que llegó a hacerlo con lecturas impresionantes, a mí me puede tomar desde semanas hasta meses enteros, por eso no hay colaboraciones de reseñas en mi blog) que se convirtieron en semanas hasta que supe más o menos de que quería hablar.

Fotografía de Lord Dunsany
Lord Dunsany

Lord Dunsany, cuyo nombre completo y título eran Edward John Moreton Drax Plunkett, XVIII Barón de Dunsany, fue un escritor y dramaturgo anglo-irladés nacido en el seno de una familia noble irlandesa. La hija del rey del País de los Elfos es considerada una de las primeras obras de la fantasía moderna y sin duda influyo más tarde en muchos escritores del género. Recoge elementos de los cuentos de hadas (que a mí, ya saben, me gusta mucho) y narra la historia de Alveric, un príncipe del valle de Erl y Lizarel, la hija del rey del País de los Elfos y, por consiguiente, de todo el valle.

Alveric es enviado al País de los Elfos para casarse con Lizarel puesto que los pobladores de Erl ansían un gobernante que posea magia. De esa decisión surgen todos los acontecimientos del libro en donde Alveric acaba por enfrascarse en una búsqueda desesperada por el País de los Elfos (ese otro mundo fantástico) y, por supuesto, la magia llega hasta el valle de Erl.

El País de los Elfos y Lirazel

Hay una advertencia curiosa, escrita por Lord Dunsany, al principio del libro que me llamó la atención. Se las voy a poner aquí:

Espero que la alusión a un país extraño contenido en el título de este libro no aleje al lector; porque si bien en algunos capítulos por cierto se refieren al País de los Elfos, en la mayor parte de ellos no se muestra sino la faz de los campos que conocemos, de los bosques ordinarios de Inglaterra, de un valle y una aldea corrientes, situados a unas buenas vente o veinticinco millas de la linde del País de los Elfos. 

El País de los Elfos. Ese otro mundo, otro plano, lugar desconocido. En el arte muchas veces se ha explorado, intentando describirlo, construirlo, ir poniendo poco a poco un granito de arena para configurar nuestra propia versión de él. También Faërie (o Fairy), un término con el cual se denomina a la tierra de las hadas o los seres feéricos (me gusta mucho esta palabra y la primera vez que la leí, cuando niña, recuerdo que se la leí a Laura Gallego, sólo no sé en qué libro) en la literatura de fantasía. Verónica Murguía, por ejemplo, lo recupera como Broncelandia en El fuego verde, en un cuento Tolkien se refiere a ese otro mundo como el País de Fantasía. Un reino peligroso, indómito en sí mismo, alejado de lo humano

Green Heart por Sylvain Sarrailh
Green Heart por Sylvain Sarrailh

Quizá hablar de hadas, duendes y elfos nos remita mucho más a un folclore no sólo más Europeo, sino incluso más propio de Gran Bretaña, Irlanda, países con mucha cultura germánica (aunque no hay que olvidar los trasgos españoles), pero lo cierto es que mucho de ese folclore no es muy diferente a los duendes mexicanos (tenemos mucho legado novohispano, 300 años de colonia dejaron curiosas mezclas en el folclore), los aluxes mayas y a muchas muchas otras criaturas de las que se habla en el mundo. Los británicos e irlandeses han rescatado mucho ese folclore, es cierto y es por eso que tenemos tantas historias en todo el mundo que se inspiran en él (un día hablamos de las razones por las cuales parecería que la fantasía en español quedó más relegada y atrasada, tanto desde España y Latinoamerica, Silvia Plato aborda muy bien el tema en Una breve historia de la fantasía; pero ese es otro tema y es para otra ocasión). 

Estabamos en la advertencia de Lord Dunsany a lo desconocido, un reino peligroso quizá precisamente por eso. A mí los campos ingleses y el País de lo Elfos me resultan parecidos cuando me los construyen en el lenguaje, porque no he visto con mis ojos ninguno de los dos. La única ventaja en mi vida de los primeros sobre el segundo es que hay fotografías, videos y tomas áereas. ¿Cómo construye uno un mundo nuevo tan solo a través del lenguaje? ¿Cómo se describe algo tan fuera de nuestra realidad? ¿En dónde ponemos el foco, cómo usamos las palabras?

Wandering por Sylvain Sarrailh
Wandering por Sylvain Sarrailh

Lord Dunsany es un excelente estilista y creo que una de las cosas más impresionantes de este libro es como construye imágenes enteras, tan sólo desde el lenguaje para que podamos imaginar ese otro mundo, a unas veinte o veinticinco millas de los campos ingleses de toda la vida. Describe aludiendo a lo que conocemos o podemos visualizar fácilmente para dejarnos con imágenes que de otro modo quizá serían imposibles.

Saben, pues, que en el País de los Elfos hay colores más profundos que en nuestros campos, y que el aire mismo resplandece con una luminosidad tan profunda, que todo lo que se ve allí tiene algo del aspecto de nuestros árboles y nuestras flores cuando en junio se reflejan en el agua. Y el color del País de los Ego, que desespero pintar, puede sin embargo pintarse, porque ahí hay sugerencias que lo evocan; el azul profundo de la noche en verano cuando el crepúsculo vespertino acaba de partir, el pálido azul de Venus al inundar la tarde avanzada con su luz, la profundidad de los lagos al atarecer sugieren todos ese color.

Una de las partes más hermosas de todo el libro es cuando Alveric se interna en él y se encuentra precisamente con Lirazel, princesa, que, acostumbrada a las maravillas de ese lugar que habita, voltea hacia el mundo humano con una curiosidad parecida a la de Alveric por aquello que le resulta desconocido. Incluso cuando la historia vuelve a trasladarse a Erl, Lirazel lleva consigo lo extraño y diferente del País de los Elfos consigo, incapaz de acostumbrarse a las costumbres humanas, cargando por siempre con ese halo que la vuelve diferente (y qué tremendo personaje es Lirazel, y qué diferente es su forma de amar y de relacionarse con el mundo conocido, me gusta que se reconozca eso en los seres feéricos: no son humanos buenos ni malos, sino que responden a otra naturaleza completamente diferente). 

Ilustración de Lizarel por Arbetta (deviantart).
Lirazel por Arbetta

Hoy hay quien se atreve a decir, como descubriendo un hilo negro que siempre estuvo a la vista, que no todas las hadas son buenas o que no todos los elfos son bondadosos o que las criaturas feéricas no son sólo las versiones más bondadosas y buenas que nos ha regalado la cultura popular, cuando el folclore y los cuentos de hadas nos han repetido que las criaturas feéricas son ajenas a lo humano. Lirazel es un excelente ejemplo de ello. Allí cuando Dunsany posa sobre ella su pluma, se nota ese ser ajeno a lo que la rodea. Tiene curiosidad por el mundo humano, amor, quizá a su manera, pero siempre diferente (por cierto, este tema lo trata excepcionalmente bien Ana María Matute en Olvidado Rey Gudú, por si tienen interés). Es un excelente personaje en la historia al que quizá no podamos entender del todo. Pero esa es la cosa con aquellas criaturas del País de los Elfos: nunca terminaremos por entenderlas del todo.

¿No había llegado por fin un amante a esos plados que resplandecían junto al palacio del que sólo puede hablarse en un canto y la había rescatado de su hado solitario y de la serenidad perpetua? ¿No bastaba que hubiera llegado? ¿Tenía por fuerza que comprender las cosas raras que la gente hacía? ¿Jamás podría bailar en el camino, conversar con las cabras, reír en los funerales, cantar en la noche? ¿De qué servía la alegría si era preciso ocultarla? ¿El regocijo debía ceder a la opacidad de estos extraños campos a dónde había llegado?

 Y eso pasa también con la magia. ¿Realmente la entendemos?

Ziroonderel y la magia

Hace tiempo escribí una historia donde hablaba de un reino antiguo había intentando controlar la magia, en vez de aprender su lenguaje. En un sentido de domarla. Por ahí anda la idea, que surgió justamente de la idea que, en las historias, la magia siempre es más grande que uno, no es algo que pueda controlarse, nadie puede ser dueño de ella sin pagar un precio. Hace posible muchas cosas que de otro modo no ocurrirían, pero suele tener sus reglas (incluso cuando son tan pocas que hasta parece que carece de ellas). También es muy común en la cultura popular encontrar esa frase que, dicha de muchos modos distintos, es en resumen: la magia siempre viene con un precio. Hacer tratos con las hadas no es gratis, se dice, y a veces incluso no vale la pena porque lo que se llevan es mucho mayor a aquello que dejan atrás. 

Witch's Cottage de Angelina Andreas
Witch's Cottage de Angelina Andreas

Por todas esas ideas, que se alcanzan a ver a lo lejos, en el subtexto de la obra, es que me gusta mucho la bruja del valle, Ziroonderel, que originalmente ayuda a Alveric en la búsqueda y más tarde se convierte en la nana de Orion, su hijo (pues quién mejor para un niño mágico que una bruja). Creo que tiene además una de las mejores intervenciones, ya no solo del libro, sino de toda la literatura de fantasía en lo que respecta a entender cómo suele funcionar la magia cuando los habitantes de Erl descubren que la magia que tantos años atrás habían pedido era demasiada (cantidad, número, intensidad o grado mayor del necesario, del que se esperaba o del que se considera conveniente).  

—Madre bruja —dijo Narl—, estamos aquí para rogarle que nos dé un buen hechizo que sirva de encantamiento contra la magia para que cese en el valle, pues nos ha llegado en exceso.
—¿Con exceso? —exclamó ella— ¡Magia en exceso! Como si la magia no fuera la sal y la esencia de la vida, su ornamento y su esplendor. Por mi escoba —dijo—, no os daré hechizos contra la magia.
[...]
—Oh, Madre Bruja —dijo [Narl]— ¿no nos dará un hechizo que proteja nuestras casas de la magia?
—¡Ningún hechizo, por cierto! —dijo sibilante— ¡Ninguno en absoluto! ¡Por la escoba y las estrellas y la cabalgata nocturna! ¿Le quitaríais a la Tierra la heredad que recibió de tiempos de antaño? ¿La despojaríais de su tesoro para dejarla desnuda y expuesta a la burla de los otros planetas? Pobres por cierto seríamos privados de la magia que hemos almacenado para envidia de la oscuridad y del Espacio. [...] Antes os daría —dijo— un hechizo contra el agua para que todo el mundo pereciera de sed, que un hechizo contra la canción de las corrientes que la tarde oye débilmente en lo alto de una colina, demasiado ligera para oídos despiertos, una canción que se filtra en los sueños y nos entera de las viejas guerras y los amores perdidos de los Espíritus de los ríos. [...]
»Idos de aquí. A vuestra aldea, idos. Y vosotros que quisiteis la magia en vuestra juventud y no la queréis ahora en vuestra vejez, sabed que hay una ceguera del espíritu que llega con la edad, más negra que la ceguera de los ojos, que tiende una oscuridad en torno a través de la cual nada puede verse, ni sentirse, ni conocerse. [...]

Hubo que recortar mucho el fragmento para que no fuera una cita eterna y aún así mantuviera completo el espíritu de todo el personaje de Ziroonderel, la bruja del valle. Si me conocen y me han leído saben que es común que mi corazón siempre se fije en las mujeres de los libros y sobre todo de la fantasía. Lord Dunsany escribe de ellas (Lirazel y Ziroonderel) con una sensibilidad que no suelo encontrar en muchos escritores (hombres) de fantasía de hoy en día (e incluso de antaño). Esa sabiduría que se atisba en Ziroonderel en esos diálogos me maravillo tremendamente. Al principio apenas sugerida y luego tan obvia que no puedes no mirarla. Soy muy parcial en mi opinión sobre ella, pero si personaje me pareció impresionante, probablemente mi favorito en todo el libro (y eso que hay personajes súmamente interesantes en todo el libro: el trasgo, Orión, Alveric, los locos). 

Pero si tuviera qué elegir un fragmento, tan sólo uno, para decirles que leyeran el libro, elegiría ese allá arriba de Ziroonderel, porque en él también se esconden mis sentimientos (y es raro que un escritor los pueda encapsular tan bien en unas cuantas palabras de todas las que hay en el mundo): la magia es mucho más que uno, no puede controlarse y a veces tan sólo podemos explicarla de la manera que Ziroonderel lo hace, a través de lo que conocemos.

La búsqueda del Reino Peligroso, el País de los Elfos (conclusión)

Gran parte de libro se va en una búsqueda desesperada de Alveric hacia el País de los Elfos: ese mundo en el que estuvo una vez y al que no es capaz de volver ahora. En este apartado mucho más pequeñito que el resto, para no hacer la reseña interminable y por fin cerrar los temas pendientes, quiero decir que un detalle que me parece muy revelador sobre por qué buscamos e insistimos en buscar fantasía, es un momento en el que Alveric une a un grupo de hombres dispuestos a buscar el País de los Elfos: son todos locos, los que no encajan, los rechazados, los que están siempre en los márgenes. Y en la búsqueda apunta al más loco de todos como el jefe, porque sólo así una búsqueda que poco tiene de cuerda tendría realmente sentido. 

The Runes of Elfland, Brian Froud
The Runes of Elfland, Brian Froud

Así es un poco buscar fantasía escribiendo. Quizá ahora parezca popular, pero en muchos círculos sigue sin serlo. Escribir fantasía es buscar aquello que no estamos seguros de que exista tan sólo con las palabras. Buscarlo en aquello que leemos y atisbar esos puentes y portales que muchos otros ya tendieron antes de nosotros (razón por la que ando poniéndome al corriente con libros pendientes dentro del género mientras escribo). 

¿Les recomiendo La hija del rey del País de los Elfos? Sí, especialmente si la fantasía es lo suyo. Y si no, quizá encuentren cosas interesantes en el libro si les llama la atención ese tipo de prosa que es hermosa y poética. En México el libro está editado recientemente por Perla Ediciones (que no es la traducción que yo usé en los fragmentos, pero me gustaría tener ese libro en mis manos en algún momento para hacer las debidas comparaciones), por si es que les llama la atención lo suficiente como para hacerse con una copia. Ya llegamos hasta aquí, así que muchas gracias por leerme y no abandonar a la mitad la reseña. A veces así es la búsqueda del País de los Elfos: llena de palabras para poder explicar lo que sentimos. 

martes, 8 de diciembre de 2020

TBR Guadalupe Reinas 2020

Como les dije en la entrada pasada, el Guadalupe Reinas es un maratón de lectura para leer autoras organizado por esa maravillosa colectiva a la que pertenezco llamada Librosb4tipos. Se trata de leer diez libros escritos por mujeres siguiendo diez fáciles y sencillas consignas. Aquí se las repito de nueva cuenta.

Además en el Guadalupe Reinas hay retos y el primero era hacer el tbr de forma creativa. Como soy programadora y se HTML, hice mi tbr en HTML y CSS en codepen. De manera que fuera diferente al diseño de mi blog pero que igual quedara con él (también implica que hay unas cuantas malas prácticas en el código, para que el CSS del blog no chocara). Aquí lo voy a insertar y si quieren ir a ver el código piquen este link a CodePen. Ahora sí, esto es lo que voy a leer:

Guadalupe Reinas 2020
1. Una lectura conjunta de Librosb4tipos
Cuentos reunidos de Amparo Dávila
2. Libro favorito de una de tus mejores amigas
The Night Circus de Erin Morgenstern
3. Divulgación Científica
Broad Band: The Untold Story of the Women Who Made The Internet de Claire L. Evans
4. Un mundo en el que te gustaría vivir
Un mago de Terramar (Historias de Terramar I) de Ursula K. LeGuin
5. Sobre labores de cuidado
Su cuerpo dejarán de Alejandra Eme Vázquez
6. Cómic de libre distribución (Webcómic)
Lumine de Emma Krogell
7. Sonreír, reír o carcajearte
House of Many Ways de Diana Wynne Jones
8. Publicación independiente
El musgo en las ruinas de Paula Donoso Rivera
9. Autora de tu región (Estado de México)
Orillas de Nora de la Cruz
4. Personaje fuera de norma
Ansibles, perfiladores y otras máquinas de ingenio de Andrea Chapela

miércoles, 25 de septiembre de 2019

Una entre muchas, Una | Reseña

Sinopsis: En 1977 Una tiene doce años. A los críos de su edad les van el punk o el ska, pero Una está aprendiendo a tocar a la guitarra “Mull of Kintyre”, que le parece muy buena canción. Mientras la policía fracasa en resolver el caso del asesino en serie apodado el Destripador de Yorkshire, que acabará matando a trece mujeres, Una sufrirá una serie de actos violentos que la harán sentirse indefensa, sola y culpable, y que le harán emprender un largo camino para liberarse de las secuelas de una violencia cotidiana y banalizada.
Una entre muchas explora la violencia de género, la vergüenza y la responsabilidad social, con un suceso nacional como telón de fondo y desde la perspectiva de una experiencia personal traumática. Una se pregunta qué significa educarse en una sociedad en la que la agresión machista no es cuestionada, y denuncia una cultura mundial que exige que las víctimas de la violencia paguen su precio. “La idea de que hay algo incrustado profundamente en la cultura que produce erupciones de violencia de género y permite que florezcan, en lugar de ser algo aleatorio y sin móvil, se está haciendo más popular, y es lo que impulsa a este libro”, afirma la autora.

Una entre muchas es la historia de muchas mujeres y muchas voces que no son oídas lo suficiente. El otro día, a raíz del estreno de una serie de Netflix (Unbelievable), de la cual sólo vi su corto, me puse a pensar cuántas veces más se va a tener que contar la historia del abuso sexual a mujeres para que la gente lo vea como el tema tan importante y tan urgente que es. Y sin embargo, no puedo evitar pensar que a veces, sólo a veces, esas historias se pueden contar porque hay un trending, una necesidad de blanquear empresas (hola, Netflix) de demostrar que somos una sociedad woke. Y me da tristeza. Porque no me imagino a esas historias llegando a ningún lado hace diez o quince años, cuando las empresas no tenían ninguna prisa por pocisionarse a favor del #MeToo y asegurar que estaban a favor de las mujeres. Al final el capital lo sigue manejando y teniendo todo. Y quedan algunas historias medio olvidadas, por allí. 


Una entre muchas es una de ellas. Me cortó medio riñón poder leer este libro. Lo intenté de todas las maneras posibles (legales e ilegales), pero no era un libro que llegara de manera fácil a América Latina (ay, la accesibilidad, de la que se habla tan poco en comparación de lo mucho que se habla de la piratería) hasta que me di cuenta de que, milagrosamente, había dos ejemplares en la Biblioteca Vasconselos (que se la viven prestados) y esperé y esperé y esperé hasta que pude conseguir uno. Esta es una novela gráfica que nos devuelve al Yorkshire de los ochentas, donde había un asesino en serie apodado el destripador de Yorkshire. Mataba mujeres y, al principio, se creía que sólo mataba prostitutas. Así que la preocupación no fue demasiada. (Porque el sistema siempre cataloga a las mujeres con la dicotomía de la santa y la puta y de repente las que según el sistema quedan en la segunda categoría "se lo estaban buscando" o "algo han de ver hecho" y la opinión pública las condena mientras transmite el mensaje de que las "mujeres buenas" no corren ningún peligro).


En ese contexto vive Una. Vive varios episodios de violencia sexual que pasan desapercibidos porque ella no sabe ponerles nombre y en algún momento se convence de que todo lo que ocurrió fue su responsabilidad. Todo lo que oye la hace creer que fue así. Es tachada de "fácil" en la escuela y queda relegada; parece que tiene una etiqueta en la frente que no se puede quitar bajo ningún concepto. En medio de todo eso, el destripador de Yorkshire sigue haciendo de las suyas, la policía ignora a las víctimas que no encajan en el perfil de prostitutas (aun cuando más tarde se demuestra que pudieron haberlo atrapado mucho antes si se hubieran parado dos minutos a escuchar a una adolescente que sobrevivió a un ataque que encajaba en el modus operandi del asesino) y Una se sume en la depresión. Este libro hace una pregunta muy válida: ¿dónde está la justicia? ¿La del sistema? Sólo de casos de violación, la gran mayoría ni siquiera llegan a los tribunales (en ninguna parte del mundo); lo mismo ocurre con los feminicidios. Al final, ¿a quién demonios le pedimos justicia? ¿A quienes le dan la espalda a la clase trabajadora, que la explotan y que se nutren de un sistema punitivista que no sirve de nada, porque la sociedad no cambia, la raíz del problema no cambia y las mujeres siguen siendo violentadas? Una se hace esa pregunta. También. 


Cómo solucionamos esto. Pero sobre todo, ¿qué sería hoy de las mujeres asesinadas por el destripador de Yorkshire? ¿Dónde estarían? La gran mayoría fueron condenadas por la opinión pública y el mensaje genera que se daba sobre ellas era que se lo andaban buscando por su forma de vida inmoral. (Además, demuestra que el sistema prohibicionista de la prostitución no sirve de absolutamente nada, entre otras cosas). Las muertas ya no tienen voz para defenderse. Cuántas veces no lo hemos visto ocurrir en todos lados. Se cuestiona a sus cuerpos (qué llevaban puesto), a sus familias (por qué no estaban con ellas), a su vida (por qué no estaba en casa), pero ellas nunca tienen voz. Una ni siquiera se atreve a decir lo que le ocurrió porque todo el mundo le está diciendo que fue su culpa, que es porque es una guarra y una fácil; ni siquiera sabe nombrarlo (una de las cosas por las que se necesita la Educación Sexual Integral es para que se puedan nombrar estás cosas). 

 
Una entre muchas es un libro muy duro, pero que sí pone esa pregunta sobre la mesa que luego nadie se atreve a hacer: ¿qué sería de todas las mujeres que han muerto víctimas de un feminicidio hoy en día? ¿Dónde estarían? ¿Cómo serían sus vidas? Y sobre todo, ¿dónde demonios está la justicia? ¿Acaso existe? Se los recomiendo mucho. La ilustración de Una trasmite demasiadas cosas y la manera en la que hila las dos historias es perfecta. Además, claro, deja ella sus reflexiones (sobre como le gustaría no ser valiente, porque le gustaría que no le hubiera ocurrido a ella) durante todo el libro, que se enfoca mucho en que las mujeres tengan voz. Aquí en México no sé donde se pueda conseguir, es publicado por Astiberri. Si están en la CDMX (o, como yo, en la periferia), les recomiendo checarlo en la Biblioteca Vasconselos. Si no, supongo que buscarlo hasta debajo de las piedras algún día servirá de algo.

sábado, 29 de junio de 2019

La cámara sangrienta, Angela Carter | Reseña


Sinopsis:  La cámara sangrienta, publicada originalmente en 1979, es una colección de diez relatos explícitamente basados en cuentos de hadas, en especial, de Charles Perrault, pero también de Jeanne Marie Leprince de Beaumont, del folclore europeo, e incluso de la radionovela, con claras influencias de la narrativa del Marqués de Sade. Su autora, Angela Carter, afirmó que se sentía impelida a escribir -cuentos góticos, cuentos crueles, cuentos de terror, narrativas fabulosas que tratan directamente del imaginario del inconsciente-. Pero Carter no se limitó a versionar cuentos de hadas desde una nueva perspectiva, sino que los recreó por completo -al extraer el contenido latente de los cuentos tradicionales y usarlo como punto de partida de nuevas historias; y el contenido latente es violentamente sexual-. Así, estos relatos ahondan en temas de feminismo y metamorfosis, con un énfasis especial en los roles de las mujeres en las relaciones, en los aspectos inmorales y perversos del matrimonio y el sexo, y en el equilibrio de poder en esas relaciones. La ilustradora chilena Alejandra Acosta ha puesto sus lápices al servicio de estas historias sorprendentes y necesarias, convirtiendo este clásico en una obra, si cabe, infinitamente más bella. Como muchos críticos han comentado en las últimas décadas, el motivo por el que la cámara sangrienta deslumbra con brillantez es que consigue ilustrar un argumento feminista realmente moderno: que las mujeres tienen un poder y unos derechos inherentes, así como la responsabilidad de utilizar el primero y reivindicar los segundos. Y con su trabajo, Carter y Acosta lo han demostrado sobradamente.

Sexto Piso, pregunta seria, ¿por qué tus sinopsis son tan largas?

Después de esa pregunta pues por fin me dispongo a reseñar estos cuentos de la escritora británica Angela Carter a la que todavía no había leído (¿pueden creerlo? Yo no). Esta colección llena de reinterpretaciones de los cuentos clásicos me fascinó, entonces quiero hablarles mucho de ella. la publica Sexto Piso con una traducción de Jesús Gómez Gutiérrez e ilustraciones de Alejandra Acosta que fueron, en parte, de las cosas que más disfruté del libro. Las ilustraciones de Acosta combinan perfectamente con el aura tenebrosa de todos los cuentos y de las reinterpretaciones de las historias clásicas que hace Angela Carter. A lo largo del libro está Barba Azul vuelto a contar, reinterpretaciones de Caperucita Roja y de La bella y la bestia; también de Blancanieves y del Gato con Botas, incluso una historia que parece combinar a la leyenda de Nosferatu con La bella durmiente.


Angela Carter es una escritora cuya obra se enmarca en la literatura fantástica, aunque también se remarca como tiene algunas influencias del surrealismo. Se la ha etiquetado también dentro de la literatura posmoderna, si quieren saber. Además, Angela Carter fue una escritora abiertamente feminista y esta ideología se adivina al leerla; está entre líneas, entre los cuentos, obvia para aquel que quiera verla. Me parece importante remarcar esto porque es una autora a la que es muy sencillo hacerle una lectura desde la literatura de género y analizar el papel de las mujeres en sus cuentos. En la colección de La cámara sangrienta las mujeres que aparecen son todas diferentes entre sí, pero siempre destacan como personajes que buscan elegir y escribir su propio destino. Desde la esposa de Barba Azul, joven (y hasta podríamos tacharla de ingenua, puesto que es inocente), hasta la misma Lobalicia, que se desenvuelve en un mundo que no acaba de entender, criada por lobos, adolescente que no entiende las convenciones del mundo humano. Angela Carter no sólo voltea los cuentos: expone todo el horror que a veces entrañan y, muchas veces, los monstruos no son sino simples seres humanos (como en el caso de Barba Azul, al que le gusta jugar a ser dios en un juego en el que el mueve todas las piezas y sabe que todas sus esposas fallarán).


La Bella Durmiente es una vampiro, por ejemplo. Las descripciones (en especial las de ese cuento, pero es algo que se va viendo por todo el libro), recuerdan al estilo gótico. El leñador es una soldado de la primera guerra mundial. Los cuentos se modernizan, pero el espíritu que los envuelve y que nos ha hecho contarlos una y otra vez en todas las versiones posibles, sigue allí. La caperucita mata al lobo o se enamora de él... o es ella misma el lobo. Todos conocemos los cuentos clásicos (tanto que se han versionado y versionado y versionado y versionado hasta el cansancio) y Angela Carter los escribe con elementos fantásticos, pero acercándose también al terror y a lo extraño. Sus personajes femeninos se revuelven entre las mujeres buscándose a sí mismas (sobre todo las adolescentes, se adivinan muchos elementos coming-of-age en muchos cuentos) y entre criaturas extrañas e incomprendidas (lobalicia, la vampiresa bella durmiente).


El trabajo de Alejandra Acosta como ilustradora es magnífico. De hecho, le tomé varias fotos al ejemplar que leí de la Biblioteca Vasconselos (ahí lo pueden encontrar, hay varios ejemplares) porque me encantaban todas las ilustraciones que veía. Aquí en la entrada les voy a poner las fotos, por supuesto. Bueno, sin más que decirles, les recomiendo muchísimo este libro, sobre todo si les gustan los cuentos clásicos y el estilo gótico, se van a encontrar con versiones increíbles de los mismos (de los cuales se pueden hacer lecturas de género, desde luego). Sin más aquí les dejo fotografías de las ilustraciones que tomé: 




martes, 25 de junio de 2019

El gremio de los magos (Crónicas del mago negro #1), Trudi Canavan | Reseña

Sinopsis: Cada año los magos de Imardin se reúnen para realizar, junto con la guardia real, una gran purga en las calles de la ciudad: la vacían de vagabundos, pícaros y maleantes. Son maestros en las diversas disciplinas de la magia, y saben que nadie puede oponérseles. Pero su escudo protector no es tan impenetrable como creen.
Porque Sonea, una joven que vive en la calle, está furiosa tras ver que su familia y sus amigos van a ser expulsados de la ciudad. Toda la rabia acumulada por años de injusticia va concentrada en una piedra que Sonea lanza contra las fuerzas del orden. Para sorpresa de todos, la piedra atraviesa la barrera invisible y derriba a uno de los magos.
El peor de los temores del gremio se ha hecho realidad… hay un mago sin educar en las calles. ¡Un mago fuera de la nobleza! Deben encontrar a Sonea cuanto antes, porque se trata de una persona con un poder enorme que, descontrolado, representa una amenaza tanto para quien lo posee como para el resto de la ciudad.

Hum, la manera en la que está planteadas las clases de esta sociedad es lo bueno del libro. ¿El resto? Bueno, vamos a analizarlo. O sea, no creo que sea malo, sólo creo que no entiende muy bien cuál es su núcleo y que de repente hay cosas que no son necesarias. Un montón de cosas que en realidad no son necesarias. Bueno, voy a empezar por las partes buenas o las más interesantes para luego desmenuzar el resto en paz (y porque siempre es más bonito oír lo bueno al principio). Como cuando quiero hacer análisis de varios temas, voy a ir separando la reseña por temas. 


La sociedad de clases


Imardin tiene una sociedad en la que los magos son de los más privilegiados (después del rey, me parece, porque de repente se alcanza a intuir que el rey los usa para lo que cree conveniente). Las grandes casas viven en el círculo interior de de la ciudad (léase, los ricos). Sólo entre ellos hay magos, los demás no tienen posibilidad alguna de entrar al gremio. Por otro lado, fuera de las murallas están las barriadas, donde vive gente más pobre, están los ladrones en los túneles y la gente se gana la vida como puede, son llamados losdes. Los magos los desprecian activamente y los consideran la escoria de la ciudad. Así que, sin sorpresa alguna, los losdes los odian (cosa que los magos no pueden comprender, pobrecitos) y los odian más un día especial al año: La Purga. Durante la purga expulsan a la gente de la calle de la ciudad, a los pobres, a los que consideran inferiores. (Y luego se atreven a preguntarse por qué los odian, dios mío). 

En fin, si tuvieramos que extrapolarlo al capitalismo, los magos serían la burguesía, los losde, el proletariado. Claro que el capitalismo, aunque se parece mucho, no funciona exactamente como la sociedad de clases de Imradin, que recuerda un poco más al feudalismo (aunque not quite tampoco). Digamos que, en ese caso, las grandes casas serían las casas feudales, siendo los magos los más poderosos entre esa minoría que lo controla todo y el resto los siervos (y todo aquel que no es visto como útil, es expulsado). Es un sistema que me gusta mucho. ¿Qué pasa cuando los magos son la clase privilegiada y sólo aparecen en las grandes familias? Es una idea con la que no se juega tanto, entonces eso juega en su favor. Por ejemplo, en Harry Potter, la sociedad mágica está muy estratificada en clases (mientras más pura la sangre, mejor), pero funciona completamente apartada de los no magos (allí, muggles).  En Memorias de Idhún o Crónicas de la Torre de Laura Gallego, ser mago es algo raro, pero que puede ocurrir en casi cualquier familia y, según en qué escuela en el caso de Crónicas de la Torre, cualquiera puede ganarse un lugar privilegiado (y también, según en que reino, los magos son perseguidos o no). Por ejemplo, en The Priory of the Orange Tree de Samantha Shannon, las magas son perseguidas y, en muchos casos, obligadas a ocultarse. Entonces, está es una idea con la que no me había enfrentado antes y que es interesante.

 Canavan pudo haber jugado mucho más con esa diferencia, explorado más el desprecio de los losde por los magos (especialmente porque toda la primera mitad del libro se prestaba especialmente para ello). Mientras intentan atrapar a Sonea, vemos que el desprecio está justificado, pero que aún así los losdes viven en una contradicción, pues hay algunos que son capaces de traicionar a su propia clase para intentar conseguir el favor de los magos (pista: no consiguen ni mierda). Y como pasamos tanto tiempo con Sonea de un lado a otro, huyendo, adentrándose entre los ladrones, buscando escondites, que Canavan hubiera jugado mucho más con este enfrentamiento entre una clase y otra (losdes y magos) me hubiera gustado mucho más. De repente, sólo tenemos atisbos. En fin, de todos modos, la manera en la que la autora presenta este antagonismo es el punto fuerte del libro. Punto a favor. 

La primera plática entre Lord Rothen y Sonea es especialmente clara en ese respecto. Rothen entiende por qué los desprecian, pero no hace nada por cambiarlo. Se convence con que algo podría cambiar mientras juega dentro del sistema (especialmente porque Imradin mantiene un férreo control sobre los magos de otras regiones y sobre los suyos propios: es como el ejército y, aunque se dije que los magos existen para ayudar a la gente, en realidad son un brazo del rey). Rothen intenta explicarse La Purga de manera que tenga lógica, pero Sonea le hace ver que las cosas no son blancas o negras y que aunque crean que le están haciendo un favor a la gente... no se lo hacen a nadie. La cosa queda en nada, pero para mí es muy claro que los magos son el brazo represor del reino (aka: la policía, el ejército). En fin, puntos por esa parte. Es muy buena.Y luego el resto

El ritmo, los personajes y el núcleo de la historia


Todo esto se junta. Y crea algunos problemas. Vamos por partes para que les pueda ir explicando todo. ¿El ritmo? Okey, ¿ven que arriba dije que me hubiera gustado que Trudi Canavan hubiera jugado más con el antagonismo entre los magos y los losdes? Es porque hubiera mejorado 10/10 el ritmo de la primera parte del libro. La busca y captura de Sonea se come un buen pedazo como pretexto de mostrarnos el mundo en el que vive (puntos ahí), pero a veces peca de tener relleno (just don't do relleno), personajes que no tienen papel importante en la trama (Harrin, Faren se queda como sombra de cosas que pudieron ser y no fueron, los tíos de Sonea, básicamente todos menos Ceryni) podrían tenerlo y participar más en el ambiente de la historia. A ver, en muchas reseñas he visto que hay quejas porque el principio es muy lento: lo es. A veces hay libros así y punto. Pero este no tendría por qué serlo porque la construcción del mundo tiene demasiado potencial escondido.


Los personajes, bueno..., son normales. Sonea es un poco boba (facts), pero se atisba que es una chica que quiere cosas mejores para su gente, aunque de momento esté obligada a jugar dentro del sistema; Cery es lo más atrabancado que existe en este mundo y tiene potencial; Rothen es listo pero reformista y sin muchas intenciones de cambiar el mundo y Fergun es básicamente más estupido que Doofenshmirtz y su construcción es rara (cosa que se hubiera solucionado con un poco de más insight en él desde el principio, que hubiera aparecido más y que sus motivos fueran más claros, quizá no para el lector, pero sí para la escritora). ¿El mago negro? Realmente ni sus luces, aunque hay algunas pistas.  La mejor construcción es de lejos, la de Rothen. Dannyl, un mago, aprendiz de Rothen, me dejó mucho que desear porque se nota que está ahí para hacer cosas que Rothen no haría y para ser el prop que puede explicarnos cómo es su maestro (mejor que hubieran hecho show, don't tell y hubieran aprovechado el full potential que tenía Dannyl, sobre todo teniendo en cuenta que es un mago capaz de comunicarse con los ladrones). Como nota, diré que me gusta Sonea cuando se enfrenta a los magos e intenta ser unapologetic (sin lograrlo, porque es medio boba) y cuando explica por qué usa el cabello corto o quiere parecer un chico (se ahorra que la molesten). ¡¿PERO Y EL MAGO NEGRO?! Sobre eso voy.


A ver, a la hora de escribir una saga quiero que piensen en ser como J. K. Rowling. Ya sé que ya no es popular y que se volvió un meme, pero por favor, piensen un poco cómo construyó sus libros: hay una trama general que los une a todos (Voldemort tiene un motivo para perseguir a Harry y tiene, además, una agenda para "limpiar el mundo mágico"), pero cada libro tiene un misterio que resolver y una trama. Introducción, desarrollo, climax, final. No parece que hayan cortado tramas a la mitad, o que un libro sólo sea una introducción muy larga. Porque, pese a todo su potencial, eso es lo que es El gremio de los magos: una introducción muy larga con un villano de relleno (en serio, para el final que tuvo, lo es). El climax existe, pero hasta se siente anti climático (¡tantoooo potencial desperdiciado, todo lo que yo hubiera escrito ahí!) y, aunque sí hay cierta sensación de satisfacción con varias revelaciones, todo parece una introducción de 400 páginas a algo más (cosa que, por ejemplo, no parece Harry Potter y la piedra filosofal, ni Juego de Tronos, ni La resistencia en Memorias de Idhún, ni..., muchos libros que abren sagas fantásticas, es más, aunque Ciudad de hueso tiene muchos pecados, no es una introducción demasiado larga).

En fin, como esto tiene potencial, voy a leer los libros que me faltan, aprovechando que están en la biblioteca y voy a seguir comentándolos por aquí. Por lo pronto, ya saben lo que encuentran en El gremio de los magos: una construcción de una sociedad estratificada que resulta muy interesante y mucho potencial. Si les gusta la literatura fantástica, definitivamente los animo a probar por aquí, aunque sólo sea por ver si los llama.

jueves, 16 de mayo de 2019

Watchmen y los comics serios™

 
Primera frase: Watchmen es una obra maestra.

Segunda frase: Su legado está lleno de mierda.

Tercera frase: No es su culpa, técnicamente.

Vamos a elaborar sobre esto, que esta entrada es a partes reseña y a partes rant y a partes crítica de muchas cosas. Vamos a empezar con el detonante que me hizo escribirla: un hilo de tuiter. Lo escribió @seth_bingo. La premisa del hilo es "cómo Watchmen arruinó los cómics" y debo decir que estoy de acuerdo en prácticamente todo. Especialmente con al idea de que ahora cada que intentan hacer un comic serio™, se entiende la seriedad como la violencia (for the sake of nothing), se cree que hacer a personajes extremadamente violentos los vuelve complejos (like, ese no era el único punto de Rorschach) y que una historia es oscura si contiene violencia sexual (because of yes). Bueno, yo les dejo el hilo:
Bueno, pero para hablar de todo lo que quiero hablar, primero tengo que hablar de Watchmen. Me extrañaría si no han oído hablar de Watchmen. La novela gráfica de Alan Moore e ilustrada por Dave Gibbons está listada como una de las mejores 100 novelas de todos los tiempos según Time. Ganó el Eisner Award por Best Limited Series, un Hugo y otro montón de premios... Hubo una película de Zack Synder y HBO va a sacar una serie (que creo que pretende llenar el vacío que va a dejar Game of Thrones). Igualmente es entendible si no han oído mucho de Watchmen, así que ese párrafo era sólo para ponerlos en contexto de lo grande que es esto. Pero bueno, ¿de qué se trata?

Sinopsis: In an alternate world where the mere presence of American superheroes changed history, the US won the Vietnam War, Nixon is still president, and the cold war is in full effect. WATCHMEN begins as a murder-mystery, but soon unfolds into a planet-altering conspiracy. As the resolution comes to a head, the unlikely group of reunited heroes - Rorschach, Nite Owl, Silk Spectre, Dr. Manhattan and Ozymandias - have to test the limits of their convictions and ask themselves where the true line is between good and evil.
In the mid-eighties, Alan Moore and Dave Gibbons created WATCHMEN, changing the course of comics' history and essentially remaking how popular culture perceived the genre. Popularly cited as the point where comics came of age, WATCHMEN's sophisticated take on superheroes has been universally acclaimed for its psychological depth and realism. 
(Es la única que pude encontrar entre mil ediciones en goodreads porque resulta que la mitad se dedican a alabar la novela gráfica y no a contar de qué es; si alguien quiere la traducción me dice). 

Bueno, Moore, entre otras cosas, intentó explorar cómo la existencia de los superhéroes afectaría el curso de los Estados Unidos (además de que los superhéroes son algo muy americano y durante la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría muchos comucs fueron usados con fines patrióticos). Watchmen, entre otras cosas, responde a la pregunta de ¿cómo seria el mundo si existieran los superhéroes? Es un producto totalmente de su tiempo y contexto: entre sus páginas se encuentra la guerra de Vietnam y se puede sentir el ambiente que se vivía durante la Guerra Fría con la amenaza de una guerra nuclear. Obviamente, la historia asume que si los superhéroes hubieran existido, las cosas hubieran sido diferentes para Estados Unidos durante la guerra de Vietnam, por ejemplo (una pena, siempre me ha gustado la idea de que los commies le hayan pateado el trasero a USA). Bueno, todo ese contexto histórico es una de las cosas que hace grande a Watchmen (es un profucto y reflejo de su tiempo). 



Otro punto que hace muy grande a Watchmen son sus personajes. Como personas, los odio a todos. No se salva ni medio. Todos son complicados, tienen brújulas morales muy extrañas y no son, por supuesto, la imagen de un superhéroe que existe en el imaginario popular. Vamos, no son lawful good. El hecho de presentarlos así también hace que Watchmen se meta en el asunto de explorar cómo los héroes no son perfectos moralmente y que, en muchos casos, no son más que humanos intentando hacer lo que creen que está bien (y que puede no ser lo que el resto del mundo considere). De hecho, una de las cosas que me gusta más de Watchmen es un flashback en el que la gente de queja de la existencia de los vigilantes y Nite Owl le pregunta al Comedian de qué exactamente están protegiendo a la gente cuando están disolviendo la manifestación. Me encanta eso, todo el Who Whatch The Watchmen? y me encanta ver cómo se vuelven un instrumento represivo más en el mundo imperialista. (Como dice uno de los fragmentos que vienen al final de cada capítulo: God exists and is American). 


En fin, a nivel de historia, esas son algunas de las cosas que hacen a Watchmen increíble. Además, yéndonos hacia al lado más técnico de los cómics, la manera en la que está contada la historia, la manera en la que se usan los paneles y las ilustraciones de Dave Gibbons, es todo hermoso. Pareciera que no tengo ninguna queja, ¿verdad? Pareciera. Pero sí tengo. Soy una killjoy. Me gusta romper lo popular. Y les juro que casi no pude hacerlo con Watchmen. Hasta que, claro, vi todo el asunto de Sally Sparrow y The Comedian después de las 12 grapas completo. Y me acuerdo que pensé: ¿y esto para qué? No pude contestarme.

Hay un intento de violación en Watchmen. Odio la violencia sexual en la narrativa porque es norma común que se use por shock value, para desarrollar a personajes masculinos que o son los victimarios o testigos (olvidándose por completo de la víctima que casi siempre es mujer) o como manera de desarrollar a un personaje femenino porque le tiene que pasar algo horrible y lo único que se le ocurre a los escritores es ¡violencia sexual! No sé por qué Alan Moore decidió que era buena idea poner algo así en Watchmen, pero le tengo que reconocer que queda con el tono, aunque en mi opinión simplemente es un asunto que casi acaba dando igual al final y, en el momento en el que tien relevancia, podría haber sido cualquier otra cosa. CUALQUIERA. Pero bueno, Watchmen la salva con una buena narrativa, una buena historia, muchos dilemas morales y personajes femeninos interesantes (aunque yo siempre sentí que en todo el asunto había un poco síndrome de pitufina).


¿Qué pasa con su legado? Después de un intento de reseña/crítica a Watchmen, de eso vengo a hablar hoy: de lo que muchos escritores que intentan imitar los mismos dilemas de Watchmen entienden por una historia oscura, adulta o seria™. Casi todos se saltan la parte de los dilemas morales y aterrizan en la ultraviolencia y la violencia sexual gratuita sólo para demostrar que la historia es oscura, que el protagonista también es un hijo de la chingada o que están escribiendo para adultos. Lo que consiguen es una historia aburrida, incómoda por encima de todo y muchas veces, sin sustancia. (O sea, maigos, si van a imitar a Watchmen, mínimo léanla bien).

Yo me centro mucho en la violencia sexual porque siempre me pregunto POR QUÉ. Si lo escribes, ¿por qué? Si no sabes responder, no lo hagas. Si me dices que es porque quieres darle un lado oscuro a tu protagonista, no sólo le diste un lado oscuro, me hiciste desear darle con una silla en la cara repetidas veces (y si ese era el propósito, I guess, bien hecho; si crees que tu protagonista sigue un héroe, replanteate la vida entera). Si me dices que es porque quieres que la víctima pase por un evento traumático porque es necesario para su desarrollo, pregúntate si es sólo violencia sexual si es mujer y que harías si fuera un hombre. Si me dices que es porque el shock value, no lo hagas, shock value is not good storytelling. Si me dices que qué importa, si es sólo ficción, voltea a ver el mundo en el que vivimos: la ficción, es, por fuerza, un reflejo de la sociedad en la que vivimos y en la sociedad en la que vivimos, la cultura de la violación está más viva que nunca, la sexualidad y el cuerpo de las mujeres es una mercancía. ¿Por qué querrías seguir el patrón? Si yo escribo eso en ficción, lo que quiero es hacer denuncia, no shock value a lo pendejo, el trauma no es un prop para tus personajes sólo para hacer una historia más oscura y más adulta. ¿Y saben cuál es el problema de los que intentan imitar a Watchmen? Que se quedaron con el shock value y nada de la historia.


En fin, ya me quedó está entrada muy larga, pero ese es el asunto. Sé que repito un chingo pero aquí queda más claro: a las mujeres no nos gusta leer de violaciones que sólo existen por puro shock value. ¿Quedo claro?

Y bueno, aquí quedó esta entrada sobre Watchmen, violencia sexual en los cómics y qué hace a Watchmen una historia maravillosa. Gracias por leerla si es que llegaron hasta acá.