Un día en una conversación de Telegram, una amiga me pasó un bingo de prompts y me dijo que era un maratón de lectura. Lo hizo con toda la intención de que yo decidiera hacerlo porque este maratón, el Femme Fantale, es bastante libre en cuanto a prompts (puedes mezclarlos como sea y hacer lo que sea) y está dedicado a leer mujeres que escriban fantasía y ciencia ficción. Mis meros moles, pues. Dicho eso, me uní y elegí algunas lecturas. No llené todo el bingo y junté varios prompts porque era un readathon de ocho días nada más, pero sí leí algunas cosas de las que quiero platicarles.
Además de los libros que menciono en esta entrada también leí El castillo en el aire de Diana Wynne Jones, la segunda parte de El castillo ambulante (para cubrir Europa, libro de antes del 2000 y libro de una serie), pero tengo otros planes sobre ese libro, entonces lo abordaremos después en el blog (ya verán, puede que me tarde, pero valdrá la pena). Así que, sin más que decir, vamos allá.
Auliya, Verónica Murguía
Sinopsis: El encuentro de Auliya, una muchacha coja en trance de descubrir la magia blanca, y Abú al-Jakum, héroe joven que busca el mar, desencadena en este libro una conmovedora sucesión de portentos novelescos. Escrito con una prosa evocativa y precisa, Auliya, primera novela de Verónica Murguía, es al mismo tiempo un cuento filosófico y un relato fantástico que combina, con una asombrosa naturalidad, la erudición arábiga y el temperamento narrativo. Esta novela, leyenda del amor y el desierto, presenta el trueque de los poderes más sugestivos y tiernos de la imaginación: el agua y la tierra, la pubertad y el valor, el reino animal y los genios malignos, la búsqueda y los caminos del aprendizaje.
Después de leer El fuego verde, libro de Verónica Murguía que me maravilló muchísimo, decidí que tenía que leer Auliya. Nada más el título me evocaba a Las mil y una noches y esa obra es una de mis lecturas intermitentes (mi mamá sabe en qué noche voy, es de las lecturas que son para siempre y por siempre) desde que tengo la edición que más tarde sacó Atalanta en el kindle. Conforme lo iba leyendo más me iba convenciendo de que Verónica Murguía estaba expresando su amor por Las mil y una noches entre las páginas de Auliya; para no quedarme con la duda, busqué a ver si ella misma había dicho algo al respecto. Habla de Auliya como una obra ambientada en una Edad Media conjetural, en el desierto, en el Magreb árabe (apunte al margen, esas historias me gustan mucho y es por ello que un libro que SÍ me gusta de Laura Gallego, para variar, es La leyenda del Rey Errante). Dice la propia Verónica Murguía en una entrevista que pueden leer aquí:
Quise escribir La noche mil dos porque Las mil y una noches me abrió un universo que aún no se agota para mí, pero luego me enteré que existe una novela formidable que se titula así, de Roth. [...]. En ese libro quise hacer una exploración del legado árabe que hay en el español, de los centenares de palabras que heredamos de ellos, de la extraordinaria complejidad de esa cultura y de un paisaje tradicionalmente asociado con la revelación y el espíritu: el desierto.
Auliya es una historia maravillosa de una mujer que puede escuchar a los animales y tiene una relación muy interesante con el agua (en un lugar donde las lluvias son un milgaro). Cuida de un hombre al que salvan de un djinn en su aldea y sueña con la playa, un lugar que quiere conocer. Todo en el libro evoca a Las mil y una noches, algo que reconocerán si se han acercado a la obra. La novela es un viaje, tanto en el interior de Auliya como en el exterior. La personaja sufre varias transformaciones a lo largo de la novela. No me es tan entrañable como Luned de El fuego verde, quizá, porque me identificó más con Luned en otras cosas, pero Auliya es igualmente impresionante y una de las cosas que más me impresionó del libro fue su determinación.
Aprendió el nombre de las constelaciones. El cielo se convirtió en un tapiz de luces, lleno de espadas, guerreros y dragones que se movían en una danza infinita. Auliya, analfabeta, leía el gran libro del mudo. Lo hacía con mucha concentración y nada podía distraerla.
Murguía escribe con un lenguaje muy poético que a mí me encanta (luego eso no está tan bien visto porque ahora hay una tendencia a ponernos Marie Kondo con el lenguaje, pero voy a ignorar esa tendencia amablemente) y nos regala, desde Latinoamérica (algo que es indudable, pues aun hablando del Magreb árabe, escribe desde aquí) una obra de fantasía impresionante. Definitivamente es una autora que me encanta tener en mis referentes. Como nota, este libro cumplía con la consigna de Norteamérica y libro único.
The Terracotta Bride, Zen Cho
Sinopsis: In the tenth court of hell, spirits wealthy enough to bribe the bureaucrats of the underworld can avoid both the torments of hell and the irreversible change of reincarnation. It's a comfortable undeath … even for Siew Tsin. She didn't choose to be married to the richest man in hell, but she's reconciled. Until her husband brings home a new bride.Yonghua is an artificial woman crafted from terracotta. What she is may change hell for good. Who she is will transform Siew Tsin. And as they grow closer, the mystery of Yonghua's creation will draw Siew Tsin into a conspiracy where the stakes are eternal life – or a very final death.
Una de las grandes desventajas de buscar fantasía es que se traduce poca. Y se traducen un exceso de gringadas al año porque esas venden más que autores desconocidos de otras partes del mundo. Zen Cho es originaria de Malasia, aunque vive en Reino Unido. The Terracotta Bride es un libro muy pequeñito (una novella de apenas poco más de diez mil palabras) en los que habla del inframundo y la muerte. Su estética me pareció maravillosa y, buscando en goodreads, encontré que había quien había catalogado el libro también dentro de la ciencia ficción (con el asunto de la novia de terracota es comprensible). El asunto de las hibridaciones me parece muy interesante de abordar porque ambos géneros me gustan, pero ambos géneros tienen muy marcadas sus estéticas y son hermanos, nada más. Hibridarlos es difícil y muchas veces esas hibridaciones son muy raras: historias de ciencia ficción con una bruja que sale dos líneas y ya te dicen que hay fantasía, historias de ciencia ficción que en vez de fantasía, son más híbridos del realismo mágico (que es maravilloso y lo que sea, pero ustedes me entienden). En fin, creo que Zen Cho hace un gran trabajo sobre eso y su estética definitivamente salió de la fantasía y el folclore de Asia del este y del sur (especialmente del primero).
"This time, let us hope you will get to be old," she said. "It is great suffering to know youth only".
Es una lástima que no este traducido, pero si leen en inglés definitivamente lo recomiendo. Me movió muchas cosas por dentro su manera tan sútil de hablar de amor, pero tan presente en cada una de sus líneas. Cuando comienza puedes no saber muy bien a dónde va, pero poco a poco te va enredando entre sus páginas y cuando te das cuenta, empiezas a entender el amor entre los personajes, el destino, sus vidas en el inframundo y la reencarnación.
Es la primera obra que leo de esta autora (para esto me sirvió este maratón, sobre todo) y creo que estaré atenta a ver si alguno de sus otros libros me llama la atención. Descubrir nuevos escritores es algo que me apasiona y me hace leer cosas diferentes siempre. Les recomiendo The Terracota Bride si les gustan las historias de amor sutiles que te envuelven entero, las historias sobre lo que ocurre después de la muerte y el inframundo. Como nota, lo leí para Asia y LGBT+.
Raybearer, Jordan Ifueko
Sinopsis: Tarisai has always longed for the warmth of a family. She was raised in isolation by a mysterious, often absent mother known only as The Lady. The Lady sends her to the capital of the global empire of Aritsar to compete with other children to be chosen as one of the Crown Prince’s Council of 11. If she’s picked, she’ll be joined with the other Council members through the Ray, a bond deeper than blood. That closeness is irresistible to Tarisai, who has always wanted to belong somewhere. But The Lady has other ideas, including a magical wish that Tarisai is compelled to obey: Kill the Crown Prince once she gains his trust. Tarisai won’t stand by and become someone’s pawn—but is she strong enough to choose a different path for herself?
Este libro me dejó con curiosidad de ver qué escribe Jordan Ifueko después. Ella es una escritora de origen nigeriano, así que este libro, fue, obviamente, mi lectura para África. Raybearer es un libro de fantasía épica en un mundo donde conviven varios reinos inspirados en diversas culturas (desde el mapa que tiene que yo olvidé puedes ir adivinando las influencias de Ifueko). La protagonista, Tarisai, es la hija de una mujer misteriosa que tiene una misión para ella y un djinn. (Lo segundo definitivamente me interesó bastante). Mientras estaba leyendo sentía que había cosas que podían desarrollarse un poco más o que había relaciones a las que la autora parecía no darles tanto peso (entiendo que en un libro el espacio es limitado, pero la relación entre Tarisai y el futuro emperador siempre me pareció que necesitaba más énfasis que otras cosas...; eso, por supuesto, siendo una apreciación personal). De todos modos, me pareció lo suficientemente interesante como para poner el ojo en la autora.
Hay un tema que quiero aprovechar para remarcar. Mientras lo estaba leyendo (y después de leerlo) busqué algunos reviús en goodreads para darme una idea en general de qué recibimiento había tenido el libro (hago eso a veces, nada más por ver si mi opinión es la general o ando por fuera) y me sorprendió que estuviera teniendo tan buen recibimiento (para bien) pero me sorprendió todavía más que los reviús se quedaran tan... en la textura. Sí, el worldbuilding del libro es muy interesante; si, el sistema de magia también; sin embargo, pocos pasaban de ahí. Pocas discusiones en torno a los personajes o la trama. Al final, eso me deja pensando que a veces hay personas que valoran mucho más la decoración (que en este libro es muy buena, pero también los personajes tienen muchas cosas sobre las que hablar) que las tramas y los sentimientos que nos trata de transmitir un libro.
Si bien sentí que algunas relaciones entre los personajes les faltaba mucho trabajo y que había puntos de la trama que había resaltado más, me pareció muy interesante la manera en la que Jordan Ifueko escribe de de Tarisai y su mamá. Creo que es una de las cosas más complicadas del libro y lo que más rescato de todo (puesto que el descenlace no cierra demasiado, está hecho con miras a una secuela). Si tienen interés en la fantasía épica africana, podría ser un buen libro para echarle el ojo.
Los cuatro de Alera, Márgara Averbach
Sinopsis: Ese año, los magos nuevos eran cuatro, y Cuatro que darían que hablar, según se decía. No era casualidad. En Alera, nadie creía en las casualidades. Por eso todos estaban tan preocupados en la aldea: la crisis tenía que ser grande para que los Otros y el Bosque eligieran como magos a todos y cada uno de los hijos de los perdidos: Emelda, Lunte, Zana y Damla, una magárbol.
Finalmente, llegamos a un libro por el que hice una odisea completa para conseguirlo. Tras el cierre de SM Argetina, varios libros de Márgara Averbach quedaron en el olvido más absoluto. Lógicamente, no había ninguna manera legal de conseguirlos en plataformas digitales, la biblioteca no los tiene (porque no se editaron en México, hasta donde tengo conocimiento), y el mundo pirata tampoco (sí, increíblemente, no todo se consigue allí, amigos). No les voy a contar la odisea que hice para conseguirlo y poder leerlo, pero sepan que lo conseguí gracias a la solidaridad de las redes entre lectoras. El caso es que pude leerlo.
Adoré conocer a los cuatro, pero sobre todo a Damla, la magárbol. Me resultó un personaje entrañable de entre todos los que componen el libro y sus pasajes, cuando se habla de la transformación y de los árboles, me resultaron especialmente poéticos. Encuentro que son muchos los autores latinoamericanos que al escribir fantasía rescatan un lenguaje muy poético y me encanta que eso ocurra, sobre todo en la literatura infantil y juvenil, donde a veces hay una creencia (muy dañina) de que los niños no entienden "palabras difíciles" y hay que escribir cosas sencillas de comprender.
Damla se estremeció dentro del Árbol. Había visto el todo y sabía que esa mancha no podía ser la única. Encontró otras del otro lado del mundo, en el Collar de Perlas, y más allá todavía, en el Otro Extremo, que jamás había visitado nadie de la Gran Isla. Los ruidos no se parecían entre sí, pero la marca que dejaban sobre el mundo era siempre la misma: una marca de vacío que bloqueaba las conversaciones, los contactos y los espacios. Un extraño lugar sin puentes.
Apenas entendió eso (entonces, o antes, o después: para los árboles el tiempo es redondo), una parte de ella, la parte diminuta que todavía era Damla, se dio cuenta de que había empezado a comprender los infinitos idiomas de los Árboles.
Era magárbol.
Los cuatro de Alera fue un libro que me dio mucho gusto leer. Me pasa muy seguido con quien escribe fantasía desde Latinoamerica, porque uno se encuentra con unas visiones diferentes a las que vienen de Europa. Se alimentan de la tradición fantástica más clásica, pero también aportan su propia visión. Definitivamente en algún momento seguiré leyendo los libros de Averbach, puesto que estoy muy interesada en sus historias. Si les gustan las narraciones colectivas y poéticas: se los recomiendo (si es que pueden encontrarlo, si no, pues ya saben que me pueden escribir a mi correo, aquí rescatamos autoras para que no caigan en el olvido). A ella la leí como libro de sudámerica, nota.