Divagaciones de una Poulain
by Nea Poulain

miércoles, 14 de marzo de 2018

Amelie Nothomb | Mini reseñas

Hace nada les estaba hablando de esta autora belga en mis recomendaciones para la #TravesíaFeminista de Libros b4 Tipos y aunque este mes ya no esté dedicado a Europa Occidental, sino a Norteamerica (que también tiene unas escritoras increíbles, al final del mes haré mi lista de recomendaciones), pensé que bien podía traer estas reseñas. En realidad, la primera ya ha sido publicada en internet, pero la página en la que fue publicada (Plusbits) ha cesado de existir forever and ever así que la voy a repostear por aquí.  


Como me pareció muy poca cosa releyéndola, pensé en agregarle contenido nuevo hablando de otro libro con el que Estupor y Temblores está muy relacionado. Así que hoy, además de hablar de Estupor y Temblores, vamos a aprovechar también para reseñar Ni de Eva, ni de Adán. Si ustedes supieran hace cuanto leí este libro y hace cuanto estoy diciendo que lo voy a reseñar (no tenía ni kindle, es más, no había ni empezado la carrera), se ríen de mí. Pero bueno, no hay plazo que no se cumpla y hoy por fin traigo esta reseña.

Estupor y temblores


Sinopsis: Esta novela con declarada carga autobiográfica, que ha obtenido un éxito impresionante en Francia, cuenta la historia de una joven belga de 22 años, Amélie, que empieza a trabajar en Tokio en una de las mayores compañías mundiales, Yumimoto, quintaesencia de las empresas japonesas. Con «Estupor y temblores»: así es como el emperador del Sol Naciente exigía que sus súbditos se presentaran ante él. En el Japón actual, fuertemente jerarquizado (en el que cada superior es, antes que nada, el inferior de otro), Amélie, afligida por el doble handicap de ser a la vez occidental y mujer –extraviada en un hormiguero de burócratas, subyugada además por la muy japonesa belleza de su superior directa, con la cual tiene unas relaciones de franca perversidad–, sufre una cascada de humillaciones. Trabajos absurdos, órdenes dementes, tareas repetitivas, humillaciones grotescas, misiones ingratas, ineptas o delirantes, superiores sádicos, la joven Amélie empieza en contabilidad, luego a servir cafés, pasa a la fotocopiadora y, descendiendo los escalones de la dignidad (aunque con un despego muy zen), acaba ocupándose de los lavabos... masculinos.

Siempre he dicho que todo el mundo debería conocer a esta magnífica escritora belga. Creo que este, Estupor y temblores, uno de sus primeros libros, es el libro perfecto para conocer a Amélie Nothomb y conocer también su peculiar sentido del humor. Estupor y temblores es una novela autobiográfica en la que Amélie narra sus aventuras trabajando en una empresa japonesa, intentando adaptarse a un ambiente muy diferente al que conoce.  Para ponerlos en contexto, Amélie nació en Japón (en la ciudad de Kobe, más concretamente) puesto que su padre era diplomático. A los cinco años, abandonó el país y no volvió hasta 1989 para perfeccionar su japonés y conocer, de verdad, al país de sus amores.


Esta historia comienza en enero de 1990, Amélie acaba de conseguir empleo en una empresa japonesa muy tradicional donde Amélie empieza a ganarse enemigos desde el primer día. Su inmediata superior, Mori Fubuki, empieza primero como una aliada que parece entenderla en su desconcierto de cómo se maneja una empresa japonesa. Y en la larga cadena de sus superiores, el señor Omochi le hará la vida especialmente imposible. Entre sus tareas están sacar mil veces fotocopias del reglamento del club de golf del señor Omochi (y repetirlas, porque la primera vez no están correctamente centradas según él), escribir cartas adivinando asunto, contenido e intenciones y servir cafés. Todo aderezado con la peculiar visión de Amélie, que lo cuenta todo de manera muy amena e interesante.

Estupor y temblores es un libro muy cortito: apenas pasa de las 120 páginas. Además, se va volando. Amélie adora la cultura japonesa y adora Japón (es el país de sus amores), sin embargo, no se tienta el corazón para hacer una crítica de las empresas japonesas y la manera en que exprimen a sus empleados y mucho menos se tienta el corazón a la hora de intentar analizar la vida de una mujer japonesa y con qué roles se supone que debe de cumplir. Amélie se centra en los trabajos que le encomiendan y los líos en los que se mete por tener iniciativa, uno de los peores crímenes en la empresa.


El libro, escrito con el agudo sentido del humor de Amélie, hace que el libro sea muy divertido (¿quién pensaría que un libro sobre abusos laborales sería entretenido?). Para mí, es el mejor libro para conocer a la escritora belga, además de que sirve para conocer más del sistema jerárquico japonés y entender un poco su filosofía de trabajo. En resumen, es un libro cortito, entretenido, de trama y premisa muy sencilla que es muy recomendable si tienen interés en la cultura japonesa o en la escritora.

Ni de Eva ni de Adán


Sinopsis: Amélie Nothomb se sube en Tokio a la montaña rusa de una hilarante educación sentimental en brazos del muy delgado y muy oriental Rinri, un ávido lector que sueña con entrar en la orden del Temple. Amélie, decidida a aprender japonés enseñando francés a los autóctonos, conoce a Rinri en un bar. Pero, pocos días después, la relación entre maestra y alumno dará paso a una hermosa historia de amor. Distintos episodios nos sitúan, una vez más, ante una rica y peculiar visión de Japón, la de alguien nacido allí pero cuyos orígenes son occidentales, y donde la percepción de la alteridad cobra los más variopintos matices. Nothomb analiza sus experiencias desde una perspectiva casi antropológica, nunca exenta de ironía. La diversión está asegurada, pero también la ternu-ra e incluso la melancolía…, porque cuando Nothomb escribe en primera persona fascina, divierte, hace pensar y hace reír.

La sinopsis es mentirosa. No le crean. Eso no es una bellísima historia de amor. Creo que el afán de catalogar este libro dentro del género romántico es porque, sí, tiene una relación entre sus páginas y nuestra obsesión con las relaciones románticas. Esta es una novela autobiográfica y más que nada, es una historia sobre Amélie Nothomb. La belga está decidida a perfeccionar su japonés y, bastante frustrada con las clases de japonés a las que asiste y el sistema educativo japonés, al que no duda en criticar, se dedica a enseñar francés entre los japoneses. Así es como conoce a Rinri, un universitario, empieza a darle clases y acaba teniendo una relación con él.

Así, de la nada, chance y si parezca una novela romántica. A mí me van a perdonar, pero dejando de lado que sí tiene romance, se me hizo una novela bastante introspectiva de Amélie. La escritora se cuestiona una y otra vez el amor y su manera de sentirlo. Habla de las clasificaciones del amor según las ve ella y como las siente. Analiza su relación con Rinri mientras habla de la cultura japonesa (y qué cultura) y vive en el país de sus amores. Amélie ama a Japón más a que casi todo en el mundo y se nota por como habla del país. Lo critica, lo expone, nos cuenta todo. Creo que sé más cosas de Japón que de Rinri, la verdad (que no es mal protagonista y de hecho es un chico bastante tierno, pero again, creo que aunque es una pieza muy importa del libro, el libro no es de él ni de su relación). Este libro es anterior a Estupor y Temblores. Antes de que Amélie entrara a trabajar en una empresa salida directamente de los círculos del infierno. 

Monte Fuji
De Amélie Norhomb uno puede esperar casi cualquier cosa. Este libro a veces es pesado porque sus divagaciones parecen irse por las ramas en todo momento. A pesar de todo, su prosa al hablar de Japón es hermosa y una de las partes más impresionantes del libro es la excursión al Monte Fuji, que todos los japoneses deben realizar al menos una vez en su vida. Les juro, me pareció hermoso. Es un buen libro para complementar el anterior, aunque la verdad es que no lo considero por encima de la obra magistral que me parece Estupor y Temblores (e incluso la Metafísica de los tubos, que aún tengo pendiente reseñar).

lunes, 12 de marzo de 2018

Casas vacías, Brenda Navarro | Reseña

Sinopsis: Casas vacías habla del dolor de las mujeres ante la desaparición de un hijo y de su propia vida. Es una novela que también cuestiona la maternidad y abre la posibilidad de un diálogo sobre cómo se enfrentan las maternidades no solicitadas y que son impuestas socialmente. Casas vacías es la primera novela de Brenda Navarro y el primer libro editado por Kaja Negra. Es el primer paso de nuestro proyecto editorial.

Esta es una novela que puede leer todo el mundo, sólo necesitan descargarla. Ya les puse el link al proyecto editorial en la sinopsis, pero si no, también la pueden encontrar en Bookmate de manera totalmente gratuita. Ahora sí, quiero pasar a contarles un poco del libro y de lo que me pareció, porque me parece que es un libro con tantos temas, con tanta profundidad, que no acabaré nunca de hablar de él. Casas vacías es una novela que agarró mi corazón, lo estrujó, lo hizo pedazos y después me lo regresó todo maltratado, es un libro que tuve que darme tiempo para digerir, puesto que no sabía exactamente como sentirme al acabarlo, es un libro impresionante. Ya verán, espero convencerlos con esta reseña.


La autora es la mexicana Brenda Navarro, a quien pueden encontrar en twitter como @despixeleada, por si quieren conocerla un poco más; también dirige el proyecto Enjambre Literario y es estudiante del Máster de Estudios de Mujeres, Género y Ciudadanía por la Universidad de Barcelona. Yo no la conocía para nada hasta que tuve el libro y empecé a leerlo en mi cuenta de Bookmate y, definitivamente, qué buena carta de presentación. La conocí sólo por sus letras y de verdad me sorprendió, Casas vacías es una novela que habla del dolor sin caer en lo cliché, habla de la pérdida de manera completamente sincera, es un libro impresionante. Decidí, pues, dividir esta reseña en varios tópicos para poder hablar de todo un poco con orden.

Los desaparecidos


México es un país de desaparecidos. Algunos los olvidamos a veces, porque son tantos que contarlos se ha vuelto casi imposible. Pero sus mamás siguen buscando, aunque sea un indicio, lo que sea, siguen exigiendo que aparezcan y que se los regresen. ¿Se han preguntado lo que sienten esas mamás mientras buscan, de manera incansable, aunque sea una pista del paradero de sus hijos? Con los desaparecidos uno no puede tener un duelo como con los muertos, ¿qué tal si están vivos? De repente, están siempre vivos, hasta que no aparezcan, están siempre vivos. En esta historia, Daniel tiene tres años cuando desaparece casi enfrente de los ojos de su mamá, que lo había llevado al parque. Se lo roban casi enfrente de ella y no lo vuelve a ver.


Desde ese momento, ocurre un torbellino en sus emociones. Daniel es su único hijo, no tiene otro, es autista, ¿qué va a hacer sin ella? De repente se siente mala madre, porque se lo robaron cuando se suponía que ella estaba vigilándolo, porque admite, sin muchos remordimientos, que hubiera preferido que fuera su hija adoptiva/postiza, la sobrina de su esposo, la que desapareciera, en vez de Daniel, el único hijo que tenía. Entonces, durante todo el libro, nos vemos obligados a prescenciar su catarsis, ver sus sentimientos que la desbordan y que no siempre son los que uno espera de la madre de un desaparecido (porque ellas parecen siempre idealizadas, una madre abnegada que lo hace todo por buscar a su hijo, a la que los medios ignoran cuando habla, pero refieren siempre que pueden sólo para reforzar las ideas de las madres abnegadas). No tenemos otra que verla romperse, una y otra vez.
Se hablaba de sangre, de asesinatos, de cifras, pero nadie hablaba de nosotras. Nuestros hijos desaparecían al doble, una vez físicamente, otra, con la indolencia de los demás.
¿Daniel estará bien? ¿Comerá bien? ¿Vivirá bien? Todas las preguntas pasan una y otra vez por su cabeza mientras ella se siente incapaz de hacerse cargo de su propia vida y se siente como madre inepta por no poder hacer más para que Daniel aparezca. De verdad, lo que más transmite su historia es la desesperación y una avalancha de sentimientos que, como lctor, de repente no sabes bien dónde meter. Quizá porque estamos acostumbrados a las historias de La Madre idealizada, abnegada, sacrificada, a la madre resignada que le exige a las autoridades que busquen a su hijo, que todo este despliegue de desesperación y de rencor (contra ella misma, contra su hija adoptiva, contra su propia maternidad) nos parece extraño y ajeno.


Las maternidades (semi)forzadas


Como en este mundo estamos rodeados de todo ese discurso que dice que una mujer no está completa como mujer hasta ser madre, quizá no las vemos. Para la sociedad, el ideal de mujer es una incubadora que hace el trabajo doméstico y realiza todos los trabajos de cuidado, además de estar siempre bella y dispuesta a que los hombres te cosifiquen. A las mujeres que no pueden tener hijos no se les considera mujeres completas; a las que no quieren tener hijos, se les trata de tontas porque... ¿por qué no querrían ser parte del milagro de la vida? Cuando una pareja se casa, lo que sigue es que todos te pregunten cuándo chingados vas a encargar. Y cuando nace el primero, no falta quien te dice que para cuando la parejita. No importa que no quieras tener hijos, de repente sólo sirves para eso.


La madre de Daniel explora la idea de su maternidad como una maternidad de la que se arrepiente, que fue (semi)forzada, que creyó que quería porque sentía que debía quererla, pero para la cual nunca estuvo preparada. Hay una parte del libro donde ella misma cuenta como se autoconvenció, mientras estaba en España, que todo iba a funcionar. Que Nagore, su sobrina política, podía ser también su hija después de perder a su madre, que después de la pesadilla del embarazo todo sería un sueño (porque eso le habían vendido con El Milagro de la Vida). Podemos experimentar su desesperación como madre, como siente que las circunstancias la obligaron a tener dos hijos en vez de sólo uno, como de repente no sabe qué hacer con Nagore, porque nadie se toma el tiempo de escuchar a Nagore, que perdió a su madre, a su país y a sus abuelos de tajo porque se la llevaron a México. Como de repente tampoco sabe que hacer con Daniel, que es autista y no logra conectar con él, no logra hacer que su marido conecte con él, que sea el padre amoroso que le contaron que sería.
La lactancia es el reflejo de las madres que quieren ahogar a los hijos ante la imposibilidad de no poder comerlos. Les ofrecemos el pecho no solo por instinto sino por el deseo obliterado de acabar con la descendencia antes de que sea demasiado tarde.


Toda la historia es desgarradora no porque nos haga ver que a veces los seres humanos somos seres horribles, sino que nos enseña, casi con lupa, los sentimientos desesperados de una madre que siente que no le pidió a nadie su maternidad y que quiere a su hijo a pesar de que parece tener arrepentimiento.

La violencia de género


Por supuesto, en una historia de mujeres, la violencia de género siempre se hace presente. Todas las mujeres estamos sujetas a ella siempre. La mujer que se roba a Daniel (y lo renombra) es una mujer que sufre violencia intrafamiliar y se muda con un novio violento para escapar de ella. Sale de una para ir a meterse a la otra, como quien dice. No es una mujer de muchas opciones, no tiene dinero, no tiene estudios. Lo que más desea es un novio que le haga un hijo porque siente que siendo una familia su vida se va a arreglar (o más bien, jugando a la familia). Sufre violencia y es desgarrador porque la tiene normalizada, porque ella misma decide que vivir en un ambiente violento es mejor que vivir en uno más violento.
Supimos, mediante los papeles delgados y escritos con máquina de escribir obsoleta del expediente judicial, que Xavi mató a Amara en un pelea que había durado cinco años de los doce de matrimonio.
Sin embargo, no es la única historia de violencia contra la mujer que se nos cruza en el libro. La violencia sistemática es algo que atraviesa constantemente a todas las mujeres del libro, estén o no presented. La madre de Nagore fue la víctima de un feminicidio. Parece que en el libro nadie sabe bien como lidiar con ello, como lidiar con Nagore, con la historia, ¿cómo enfrentarse a eso cuando te pasa a ti? El libro explora un poco esa idea de la sociedad que las madres de los asesinos tienen la culpa de que sean asesinos. Porque la maternidad siempre está vigilada, hay que ser la madre perfecta y aún así nadie te asegura que, en algún momento, no te señalarán con el dedo y dirán que eres la peor madre del mundo.


Ya concluyendo, les recomiendo mucho este libro, que además es maravilloso que su distribución sea gratuita en digital. Es un libro muy desgarrador, pero es muy hermoso, no puedo dejar de recomendárselos.
¿Por qué les llaman desaparecidos y no se atreven a llamarles muertos? Porque los muertos somos los que los buscamos, ellos siempre, siempre seguirán vivos.
Actualización al 24 de abril de 2020 (que la autora de la reseña debió de haber hecho antes, pero le dio flojera): el libro ya no se encuentra publicado como proyecto gratuito en Kaja Negra, sino que ahora es parte de la Editorial Sexto Piso. Lo pueden conseguir con ellos. ¿Pero qué creen? Está también disponible en Bookmate).


sábado, 10 de marzo de 2018

Si me permiten hablar, testimonio de Domitila Barrios de Chúngara

Sinopsis: Esposa de un minero y madre de siete hijos, Domitila fue la única mujer de la clase trabajadora que asistió a la Tribuna del Año Internacional de la Mujer, organizada en México en 1975. Ahí surgió la idea de este testimonio que contiene elementos para un análisis histórico profundamente innovador porque expresa una interpretación de los hechos a partir de una visión popular. 

De este libro, Domitila no está acreditada como la autora, sino otra mujer. La verdad, es que aunque otra mujer haya compilado el libro, creo que Domitila se lleva casi todo el crédito por este libro y todo lo que narra en él. Domitila Barrios de Chúngara es una de las mujeres que más admiro y que más he admirado en mi vida. Antes de hablarles en sí del libro, quiero hablarles de quien fue Domitila y lo que significó esta mujer para la historia de Bolivia. 

Domitila Barrios de Chúngara era la esposa de un minero y vivía en Siglo XX, una comunidad minera de Bolivia. Tenía siete hijos y participaba activamente en los comités sindicales. Domitila nunca tuvo una vida sencilla, los rigores el ritmo de vida minero acabaron con su madre cuando ella era apenas una niña, su padre estaba metido en política y tratabajaba como sastre de la policía minera. Ya casaba, viviendo en el pueblo que la había visto nacer, fue parte del Comité de Amas de Casa del Distrito Minero Siglo XX, junto con otras muchas mujeres, esposas y viudas de mineros, que sostenían que ellas también trabajaban, tanto como todos en la comunidad, sólo que su trabajo doméstico no era remunerado y lo que habían para apoyar el sueldo de sus maridos no bastaba. 

Domitila fue famosa y conocida por oponerse a las dictaduras de René Barrientos Ortuño y de Hugo Banzer Suárez. Fue víctima de la represión y torturada por militares, por lo que perdió a un hino nonato (esto ocurrió durante lo que se conoce como la Masacre de San Juan). Vino a México a la Tribuna por el Año Internacional de la Mujer instituido por Naciones Unidas en 1975 y fue casi la única, si no es que la única, mujer de clase obrera que asisitió (y donde tuvo una discusión de Betty Friedan, puesto que la estadounidense no comprendía que sus planes no se podían aplicar a las mujeres de los mineros en Bolivia, y que sus circunstancias no eran las mismas) al eventó. En 1977, tal como narra Galeano en su libro Mujeres, inició una huelga de hambre junto con otras cuatro mujeres mineras contra la dictadura. Eran cuatro mujeres contra toda una dictadura. Y sin embargo, le dieron la vuelta a la historia: a estas cinco mujeres se unieron más tarde miles de personas y al régimen militar no le quedó más remedio que renunciar en favor de la democracia.


En pocas palabras, esa es Domitila Barrios de Chúngara, líder minera y mujer extraordinaria. Por lo que menciona en Si me permiten hablar, era marxista o socialista (una de las dos, porque menciona las dos corrientes), abogaba por la liberación de la clase obrera, diciendo que sólo así las mujeres como ella podrían encontrar una liberación real (porque ellas, obviamente, no querían la igualdad con sus maridos, sino que reclamaban mejores condiciones para toda la clase obrera en conjunto). Para conocerla, creo que lo mejor es leer este libro testimonial, Si me permiten hablar. No es un libro muy largo y, ahora sí, voy a pasar a hablar de él. 

El libro Si me permiten hablar, habla primero de la realidad de los mineros bolivianos y sus jornadas de trabajo, junto con las jornadas de sus esposas y de sus hijos. Como dice Domitila, allí todos trabajan, porque es la única manera que tienen de subsistir. Después Domitila nos habla de su historia personal, pero lo que me llama la atención es que Domitila tiene un gran sentido de comunidad a lo largo de todo el libro. Llega a rechazar becas para sus hijos por parte del gobierno porque eso sólo era una manera de comprarla y de silenciarla (puesto que era a cambio de que dejara de hacer bulla), mejores pocisiones para su marido (con las mismas condiciones) y ella misma dice que ella no quiere una mejor vida sólo para ella, que eso sería egoísta, que ella quiere una mejor vida para toda su comunidad, que quiere mejores condiciones de vida para todos los mineros, que si no, no tiene caso


El libro está contando como un testimonio oral, lo cual en cuestiones de narrativa es muy bonito, pero pues, en este libro es lo de menos. La autora original eligió preservar todos los modismos de Domitila (lo cual es, definitivamente un acierto, puesto que muchas veces, en un intento de universalizar el mensaje, se hace neutro el idioma y entonces tenemos algo escrito en un idioma que nadie habla). Bueno, entonces, quiero contarles primero un poco de que me hace amar tanto a Domitila. Ella es de las primeras mujeres que conocí que cuestionaban qué tanto podían ser las mujeres iguales entre sí sólo por su condición de mujeres y que hacía notar que, por mucho que pudieran tener en común, una mujer de clase alta no iba a tener las mismas necesidades inmediatas que una mujer de clase obrera. 

Respecto a eso narra una de sus experiencias en la Tribuna del Año Internacional de la Mujer en México en 1975, después de una discusión que ocurrió.
Entonces yo pedí la palabra. Pero no me la dieron. Y bueno, yo me paré y dije:
—Perdonen ustedes que esta Tribuna yo la convierta en un mercado. Pe-ro fui mencionada y tengo que defenderme. Miren que he sido invitada a la Tri-buna para hablar sobre los derechos de la mujer y en la invitación que me man-daron estaba también el documento aprobado por las Naciones Unidas y que es su carta magna, donde se reconoce a la mujer el derecho a participar, a orga-nizarse. Y Bolivia firmó esta carta, pero en la realidad no la aplica sino a la bur-guesía.
Y así, seguía yo exponiendo. Y una señora, que era la presidente de una delegación mexicana, se acercó a mí.
Ella quería aplicarme a su manera el lema de la Tribuna del Año Interna-cional de la Mujer que era “Igualdad, desarrollo y paz”. Y me decía:
—Hablaremos de nosotras, señora... Nosotras somos mujeres. Mire, señora, olvídese usted del sufrimiento de su pueblo. Por un momento, olvídese de las masacres. Ya hemos hablado bastante de esto. Ya la hemos escuchado bas-tante. Hablaremos de nosotras... de usted y de mí... de la mujer, pues.
Entonces le dije:
—Muy bien, hablaremos de las dos. Pero, si me permite, voy a empezar. Señora, hace una semana que yo la co-nozco a usted. Cada mañana usted llega con un traje diferente; y sin embargo, yo no. Cada día llega usted pintada y pei-nada como quien tiene tiempo de pasar en una peluquería bien elegante y pue-de gastar buena plata en eso; y, sin embargo, yo no. Yo veo que usted tiene cada tarde un chofer en un carro esperándola a la puerta de este local para recogerla a su casa; y, sin embargo, yo no. Y para presentarse aquí como se presenta, estoy segura de que usted vive en una vivienda bien elegante, en un barrio tam-bién elegante, ¿no? Y, sin embargo, nosotras las mujeres de los mineros, tene-mos solamente una pequeña vivienda prestada y cuando se muere nuestro esposo o se enferma o lo retiran de la empresa, tenemos noventa días para abandonar la vivienda y estamos en la calle.
Ahora, señora, dígame: ¿tiene usted algo semejante a mi situación? ¿Ten-go yo algo semejante a su situación de usted? Entonces, ¿de qué igualdad va-mos a hablar entre nosotras? ¿Si usted y yo no nos parecemos, si usted y yo so-mos tan diferentes? Nosotras no podemos, en este momento, ser iguales, aun como mujeres, ¿no le parece?'

Domitila defendía la necesidad de trabajar junto a los hombres obreros para lograr la liberación de los trabajadores, sin embargo, se quejaba también de las injusticias que esos mismos hombres cometían contra sus esposas. Una vez, antes del Año Internacional de la Mujer, las mujeres del Comité de Amas de Casa de Siglo XX convocaron a una manifestación para pedir mejoras laborales para los mineros y para la comunidad. Muchos hombres se oponían a que las mujeres se metieran en la política, puesto que les parecía que eso no era propio de ellas, sin embargo, a esa manifestación acudieron más de 1500 mujeres en total. Después de la manifestación, sin embargo, algunos hombres, enojados, golpearon a sus mujeres por haberlos desobedecido. El Comité no dudó en condenar el hecho a través de la emisora de los mineros, diciendo que esos hombres que habían golpeado a sus esposas debían ser ajentes del gobierno, pues de otro modo no se podía explicar que se opusieran a que sus mismas esposas buscaran mejoras laborales para ellos. Me pareció un momento muy bonito dentro de la historia de Domitila.

Con el tiempo, dice Domitila, los hombres se fueron acostumbrando a que las mujeres se metieran en la política y con los Comités. Ya no lo cuestionaban tanto. Cuando ella vino a México, invitada, y no le querían dar la visa, varios dirigentes mineros se plantaron con ella en La Paz, amenazando con hacer huelga y quejarse en las mismísimas Naciones Unidas, diciendo que no sólo las esposas de los ricos tenían derecho a ir a la Tribuna, sino que también sus esposas, las esposas de los mineros, tenían derecho. Y Domitila vino a México. Cuando estuvo presa y logró hacerlo saber, hubo huelgas de los mineros para apoyarla.

Las huelgas de hambre de las mujeres fueron decisivas en Bolivia
En fin, para mí, este Testimonio de Domitila es básico para entender las circunstancias de las mujeres obreras, trabajadoras y las esposas de los obreros y de los trabajadores. Para leerlo y comprenderlo. Además, este libro le puede quitar a muchos la idea de que las mujeres pobres no tienen conciencia política o no pueden entender de política. Domitila es una mujer con gran conciencia política, que se educó como pudo y con los medios que necesitó para entender las circunstancias de su vida y, sobre todo, de su país. No puedo recomendarlo más, de verdad. Además, como soy de la idea de que hay que colectivizar la información y el conocimiento, este libro está en mi Biblioteca personal de libros sobre feminismo y la cuestión de la mujer y lo pueden encontrar en este link.

jueves, 8 de marzo de 2018

Las mujeres llevan sobre su espalda la mitad del cielo y deben conquistarla

Siempre, cada 8 de marzo, publico algo especial y personal. A veces no tan personal, porque he escrito del origen del Día Internacional de la Mujer Trabajadora, pero siempre tiene que ver con la lucha de las mujeres. De hecho, hace dos días estaba escribiendo a entrada para publicar antes, pero la verdad es que no me salía nada y dije que ya el mero día seguro se me ocurría algo. Se me ocurren muchas cosas. Las marchas de mujeres que le gritan al patriarcado siempre me hacen sentir acompañada y entendida, me hacen sentir que no soy la única que le está gritando a la nube. Total, entonces, les quiero contar un poco de este día.


Libros b4 Tipos, mi colectivo feminista, que pueden encontrar en facebook, twitter, instagram y hasta en goodreads, convocó a un contingente. Nos animamos a hacerlo para crear un espacio en el que muchas otras mujeres pudieran marchar y porque, ante todo, queremos sacar el colectivo a las calles y vamos de a poco, pero vamos. Se convocó a un contingente mixto, hicimos carteles con frases de escritoras que hablaran de la cuestión de la mujer. Hicimos una pancarta con una frase de Rosario Castellanos, una de las autoras que ya leímos en nuestra trayectoria de club de lectura y pues marchamos.

Les quiero contar varias cosas, pero bueno, vamos por partes. Éramos un contingente super plural, creo, por lo que alcancé a ver (la mayor parte del tiempo fui al frente). Literal no sé de cuantas corrientes feministas se nos unieron mujeres. La pluralidad me gusta, sobre todo porque frente a frente es mucho más fácil contrastar que tan diferente o que tan parecida eres a la otra y debatir todas las diferencias de ideología que existan. También había algunos hombres (pocos, realmente creo que me fijé sólo en uno), porque se convocó a contingente mixto por nuestros acuerdos. Me da gusto ver que parte del trabajo colectivo que me dedico a hacer llegue a las marchas y a la lucha de la calle lentamente, pero que llegue.

Haciendo los carteles, yo estoy en la orillita derecha.
Me da gusto porque para mí la liberación colectiva es lo más importante del mundo. No quiero ser libre yo sola, quiero que lo sean todas las mujeres. Quiero que mi trabajo llegue, cada día, poco a poco, a más mujeres de distintos ámbitos y en distintos lugares. Quiero que todo lo que hago por la emancipación de la mujer, por la difusión de la teoría feminista (y la de la mujer dentro del marxismo y todas las lecturas que pongo), por la difusión del trabajo intelectual de las mujeres, que se hace a diario, por... todo lo que trabajo, llegue más lejos. Y no sólo lo que yo hago como individuo, sino todo lo que hago por el trabajo del colectivo, para que Libros b4 Tipos sea algo más grande, algo que llegue a muchísimas mujeres en el mundo. En fin, eso me da gusto.

Les voy a contar sobre mi cartel. De hecho, quería poner una frase de Kollontai, porque Alexandra Kollontai es mi remedio para el dolor, la depresión, la tristeza y el desánimo, pero no encontré ninguna lo suficientemente corta como para que me cupiera en media cartulina que me gustara. También quería poner el significado de ser mujer de Broyelle, pero era demasiado largo, así que finalmente puse una frase que representa gran parte del movimiento de liberación de las mujeres chinas durante la revolución y que aparece en un libro que estoy leyendo, La mitad del cielo, de Claudie Broyelle. La frase se le atribuye en diversas versiones a Mao, la que yo utilicé es exactamente la que aparece en el libro. "Las mujeres llevan sobre sus espaldas la mitad del cielo y deben conquistarla", es la frase exacta, aquí les dejo la imagen de mi cartel.


Como conclusión, en la marcha gritamos muchos, nos sentimos acompañadas. La lucha feminista y por la liberación de la mujer, es larga, ardua y estresante; pero en colectivo siempre es mejor que sola. El colectivo acompaña, los grupos de mujeres se entienden, pueden hablar de sus problemáticas. La lucha feminista no es sólo el 8 de marzo, ni sólo el 25 de noviembre, ni sólo el día que se convoca a movilización, la lucha feminista y por todas las mujeres es todos los días. Sin embargo, cada 8 de marzo me puedo dar el lujo en voltear atrás y pensar que he logrado algunas cosas con un colectivo que amo y que algún día sean una pequeña parte de toda una lucha constante por la liberación de las mujeres. Aquí abajo les dejo más fotos del contingente y de los carteles que se vieron. Tengo pocas aún, pero las iré actualizando con el transcurso de los días.

La foto me la tomó mi mamá, que me acompañó a marchar.


Cartel que hizo Raquel

martes, 6 de marzo de 2018

Viento del este, viento del oeste, Pearl S. Buck | #WomenPNL

Sinopsis: Pearl S. Buck ha sabido describir en sus libros el punto justo en que se encuentran las civilizaciones oriental y occidental. Al trazarnos el retrato de una familia distinguida, apegada a tradiciones antiquísimas, nos muestra los conflictos que, de manera inevitable, surgen entre padres e hijos cuando las ideas occidentales penetran en los baluartes de la cultura china. En esta magnífica obra se amalgaman así el interés temático y la precisa definición de los caracteres y los personajes.
 
Antes de empezar con la reseña propiamente dicha, les voy a recordar que este 2018 estoy participando en el proyecto #WomenPNL, leer a todas las mujeres que han ganado el premio Nobel de Literatura. Lo organiza Diana del blog Todo mi ser y pueden unirse aunque ya hayan comenzado las lecturas. En marzo tocaba Pearl S. Buck (+ Grazia Deddeda, porque yo empecé el reto después) y escogí este libro porque es de sus primeros libros. Voy a serguir leyendo a Pearl S. Buck este año, entonces empezar por aquí parecía una buena idea para ir viendo la evolución de la autora. Les voy a contar un poquitín sobre ella para que la conozcan de a rápido y luego vamos a pasar a la reseña.

Pearl S. Buck nació en los Estados Unidos, pero pasó gran parte de su vida en China, donde fue llevada por sus padres misioneros. Yo tengo strong opinions sobre los misioneros (realmente fuertes, no me gustan, me parece una manera de colonización pacífica que de todos modos acaba arrancando partes de la cultura china), pero bueno, no diré nada de momento porque, esto es una reseña, no un artículo de por qué considero que los misioneros no sirven de mucho, dañan culturas porque quieren salvarlas, se sienten superiores por andar salvando gente e ignoran lo que la gente necesita (puros white saviors). Pearl vivió más o menos durante cuarenta años en China (no de un tirón, sino acumulados a lo largo de su vida) y gran parte de sus novelas y escritos hablan sobre mujeres y cutura china

Ahora sí, vamos a pasar a hablar del libro un poco más. Viento del este, viento del oeste es una novela narrada en primera persona por una mujer china. Ya había tenido experiencias leyendo este tipo de novelas testimoniales leyendo a Amy Tan, que se caracteriza por escribir historias de generaciones de mujeres chinas, basándose principalmente en su madre y su relación conflictiva con ella. No estoy mencionando a Amy Tan de manera gratuita, sino que quería hacer un contraste entre las mujeres de Amy Tan y la mujer que narra esta novela, porque a pesar de que son muy parecidas, hay cosas muy diferentes. Las de Amy Tan siempre son aguerridas, aunque sean tímidas o a simple vista sean pasivas, mientras que la protagonista de esta novela se caracteriza precisamente por su modo de ser pasivo ante los otros y hacer oír su voz demasiado poco. No dejo de preguntarme hasta que punto en esta novela se ve reflejada la manera en la que Pearl S. Buck ve a las mujeres chinas (después de todo, es hija de misioneros) como en las novelas de Amy Tan está reflejada cómo ve a las mujeres como su madre (les recomiendo que revisen la reseña de La esposa del dios del fuego). ¿Representamos a los personajes tal cómo los vemos? Ahí va el siguiente punto de esta reseña.


Aunque la novela me gustó mucho por su retrato a la cultura China y el choque con la cultura occidental, hay una parte de la novela que no deja de sonarme escrita desde el colonialismo puro. Siento que hay un cierto paternalismo que a veces no se nota demasiado, pero sale a relucir siempre que se habla de las ventajas de la cultura occidental, es un colonialismo tremendo. Aquí entra un debate que nos puede dar para hablar horas: ¿se vale mantener las tradiciones, por ser tradiciones, aunque sean dañinas para un sector de la población? Es un tema que se aborda desde la perspectiva latinoamericana en la compilación Feminismos y Poscolonialidad, donde se abordan precisamente costumbres y tradiciones con raíces patriarcales. Por supuesto que no toda tradición y costumbre de todas las civilizaciones del planeta tiene raíces patriarcales, pero muchas sí (el patriarcado no es occidental, si lo fuera, no cargaríamos un chingo de tradiciones no occidentales con raíces patriarcales en la vida); en el caso de china, lo más obvio de todo entre ese cúmulo de tradiciones que el mundo occidental fue a sustituir, son los pies vendados de las mujeres. El tema se aborda en la novela, por supuesto; la protagonista tiene los pies vendados, como manda la tradición, puesto que los pies más pequeños son venerados como más hermosos. Sin embargo, su marido, un hombre educado en Estados Unidos, encuentra esta tradición abominable/bárbara/lo que ustedes quieran. Y se lo dice. 
 
Sin embargo, creo que todos esos temas no están tratados como deberían estar tratados en la novela (de nuevo, siento que lo que los invade es un punto de vista sumamente colonial). De repente, siento que el mundo occidental se apresura demasiado a salvar a las mujeres de otros lados del mundo, pero a salvarlas porque sí, tratándolas como seres inferiores que no entienden que han sido víctimas de violencia durante toda su vida por ser mujeres (cuando eso es, en su mayor parte, mentira). Y nuestra protagonista es tratada justamente de esta manera. Aunque la historia me gusta, porque representa de manera muy clara y obvia el choque de dos culturas que no se llevan nada bien y en la que una adopta la clara supremacía (ah, el bello imperialismo occidental) y todo lo que se pierde y queda atrás al hacer una fusión. 
 

El marido de nuestra protagonista decide cortar prácticamente de tajo con todas las tradiciones antiguas, que le parecen atrasadas y medievales. Gracias a él, su esposa decide quitarse las vendas de los pies, aunque su instinto se rebela contra ello (recordemos que ha sido educada precisamente para creer que los hombres valoran los pies pequeños y que, además, un hombre nunca le debe ver los pies desnudos a una mujer); estamos viendo a una mujer que toda su vida ha sido educada para servir a los hombres. Sin embargo, hay otras cosas del libro que me dolieron. Los ritos para pedir por la salud de los niños se pierden y, aunque la medicina (occidental), que practica el marido de nuestra protagonista, es obviamente benéfica para la población, siempre podemos ver el rechazo hacia ella, precisamene porque nadie nunca le explica a nadie por qué es benéfico, por qué es diferente; en cambio, lo único que obtenemos es una actitud evangelizadora (muy propia de los misioneros) que causa rechazo, aboga por la supremacía de una cultura sobre otra (cuando la civilización occidental no es nada sin, precisamente, oriente) y da muy poco espacio al diálogo. La novela, al menos de manera indirecta (dudo que Pearl S. Buck lo haya hecho adrede), es perfecta para retrarar esa manera de colonialismo
 
 
Pasando a otra cosa mariposa, quiero hablar de por qué me gustó la novela. ¿Saben por qué? ¿Se atreven a imaginar? Bueno, precisamente me gusta porque retrata a distintas generaciones de mujeres en China y porque nos muestra a mujeres de distintas clases sociales. No tenemos un rango muy amplio de representación femenil (aunque esta rebasa a la masculina por mucho, he de decir), puesto que nuestra protagonista no tiene demasiadas relaciones ni ejemplos de los que valerse. Conocemos a su madre, una mujer criada con los valores tradicionales, que educó a sus hijos en los mismos valores que la educaron a ella y que al parecer tuvo una relación de más o menos respeto mutuo con su marido. Conocemos, también, a las concubinas de su padre, mujeres de estratos sociales más bajos, cuyos hijos no tienen derecho a la misma herencia y a las mismas atenciones que los de la primera esposa/primera dama de la casa y que le deben obediencia, no sólo a los hombres que "las compraron" (bueno, en realidad, que se unieron a ellas pagando una dote a sus familias para tomarlas como concubinas), sino también a la señora de la casa, que se encarga del orden doméstico. Las historias de las concubinas son a menudo tristes, puesto que una vez que pierden su belleza o su marido se fija en otra mujer, pierden todo poder que puedan haber tenido alguna vez, mientras que las primeras esposas mantienen, al menos, su poder dentro del orden doméstico.
 

También, por supuesto, vemos un poco a la suegra de nuestra protagonista, con la que tiene una relación un poco tirante (pues las tradiciones chinas dictaban que la nuera se encargaba de servir a su suegra, cosa que el marido de la protagonista no quiere que ocurra, puesto que él desea, dentro de lo posible, ver a su esposa como su amiga y su igual) y la esposa norteamericana de su hermano. Las mujeres son, más que nada, el motor que mueve a esta novela y eso me encanta.  

Les recomiendo la novela, es interesante, no es muy larga y les puede encantar si les gustan las novelas ambientadas en Asia, además de que me parece una buena manera de conocer a Pearl S. Buck, esta escritora súmamente prolífica que ganó el premio Nobel.

domingo, 4 de marzo de 2018

Nuevo boom femenino latinoamericano en Bookmate | Mini reseñas

Yo es que soy una máquina para recomendar bookmate, es una aplicación que me encanta por lo amplio de su catálogo y que les recomiendo a todos (nada más porque tiene libros increíbles que de otro modo no podría conseguir). Hoy traigo puros libros de mujeres, como es mi costumbre y porque, además, estamos en marzo. Eso significa que todo lo que no esté escrito por una mujer o tenga que ver directamente con la cuestión de la mujer, se va a esperar, de menos, hasta abril. Aquí, en este blog, marzo es el mes de la mujer todos los años, así que se van a hartar de ver como reseño libros de mujeres por aquí. 

Este mes traigo a escritoras latinoamericanas y, no sólo eso, traigo a escritoras enmarcadas dentro de un fenómeno llamado y conocido como "El nuevo boom latinoamericano femenino". Esto no me lo acabo de inventar yo (y porque si me lo hubiera inventado yo, hubiera omitido el femenino y lo hubiera cambiado por algo como de escritoras, o escritoras en el nuevo boom latinoamericano, o yo que sé, porque sólo lo femenino necesita distinguirse de lo masculino, lo masculino simplemente es). La primera idea de que el boom latinoamericano también es de las mujeres la vi yo en El País, que hablaba de una nueva generación de escritoras de toda América Latina que se está abriendo paso en la literatura. Pueden conocer a varias autoras aquí: El otro "boom latinoamericano" es femenino. Hoy traigo tres reseñas de autoras mencionadas dentro de este fenómeno, con libros que pueden encontrar fácilmente en Bookmate. 

¿Qué es Bookmate? Si todavía no saben, es una aplicación rusa que es maravillosa porque es como el Netflix de los libros. Altamente recomendable por mí, porque ahí he leído muchos libros y, además, tiene un gran catálogo de libros gratuitos. Los animo a probar la app, de verdad es que no se van a arrepentir. Ahora sí, vamos por las reseñas.

Siete casas vacías, Samanta Schewblin


Sinopsis: Las casas son siete, y están vacías. La narradora, según Rodrigo Fresán, es «una científica cuerda contemplando locos, o gente que está pensando seriamente en volverse loca». Y la cordura, como siempre, es superficial.
Samanta Schweblin nos arrastra hacia Siete casas vacías y, en torno a ellas, empuja a sus personajes a explorar terrores cotidianos, a diseccionar los miedos propios y ajenos, y a poner sobre la mesa los prejuicios de quienes, entre el extrañamiento y una «normalidad» enrarecida, contemplan a los demás y se contemplan.
La prosa afilada y precisa de Schweblin, su capacidad para crear atmósferas densas e inquietantes, y la estremecedora gama de sensaciones que recorren sus cuentos han hecho a este libro merecedor del IV Premio Internacional de Narrativa Breve Ribera del Duero. 

El primero es también mi favorito de los libros que les traigo este día. No es por nada, pero Samanta Schewblin me encantó y ya quiero leer otros libros de ella. Los cuentos de este libro son siete y aunque reconozco que son un poco irregulares, me encantaron. Mi favorito es también el más largo porque ahí es donde se ve más obvio que Samanta está jugando con sus lectores a su antojo y de que lo hace perfectamente bien. Los narradores del libro son narradores en los que uno no puede ni debe confiar (esto es una advertencia) y que van contando las cosas a su antojo, como las perciben y como les conviene a ellos.


No es de extrañar que este libro sea mi favorito de los tres cuando este tipo de recursos literarios (los narradores no fiables) me fascinan y me encanta explotarlos. El cuento donde más que nunca uno sabe que no se debe fiar del narrador pero no sabe por qué (es como una intuición) es mi favorito, La respiración cavernaria; los personajes hacen cosas que no entendemos, hacen alusión a hechos que nunca prescenciamos, pero que allí están, cubriendo su pasado, y nadie hace bien en contarnos. Creo que durante todo el cuento hice mil y una teorías sobre lo que estaba pasando, a pesar de que no es un cuento de suspenso, no estaba leyendo un thriller donde hay que atrapar a un criminal.

No sé con que más palabras recomendarles el libro de Samantha Schewblin (una de las autoras que, curiosamente, me había propuesto leer este en el Booktag del maratón Guadalupe Reinas), porque la verdad es que me sorprendió bastante y me dejó a la expectativa de otras obras suyas. Como siempre, los cuentos son una excelente herramienta para conocer a un autor. Uno se hace de una primera impresión que lo lleva a decidir si quiere seguir o no quiere seguir leyendo. Por lo pronto, yo sólo les recomiendo a Samanta Schewblin y espero que, después de este libro, sigan leyéndola. El libro lo encuentran en este link.

El matrimonio de los peces rojos, Guadalupe Nettel


Sinopsis: En estas cinco narraciones intensas y de atmósfera delicada, Guadalupe Nettel nos propone un cruce de caminos entre el mundo animal y el universo humano para hablar de temas tan naturales como la ferocidad de la vida en pareja, la maternidad –cuando es deseada y cuando no lo es–, las crisis existenciales de la adolescencia o los lazos inimaginables que pueden establecerse entre dos enamorados. Su mirada proyecta lo subterráneo y lo secreto de sus personajes, lo anómalo, lo inconfesable.
Los cuentos de El matrimonio de los peces rojos son espacios magistralmente construidos en los que nos preguntamos cómo y en qué momento se fraguan en nosotros las decisiones más íntimas y soterradas, aquellas que, sin sospecharlo, marcarán de manera definitiva nuestra existencia.

Me llama la atención la necesidad del ser humano de humanizar a los animales para generar empatía. Por qué necesitamos encajarles a los animales nuestra concepción del género para entenderlos o explicarlos. Me explico: el género es un constructo social. Punto. Es artificial. Lo inventamos los seres humanos como una clase de opresión para la mitad del planeta (más o menos). Por eso el género es concebido como binario por casi todo el mundo y castiga a todo aquel que osa salirse del binarismo. En fin, mi pregunta es, ¿por qué tenemos que encajarle eso a los animales artificialmente para explicarlos, como ocurre en varios cuentos de El matrimonio de los peces rojos? Es un fenómeno que me interesa, sobre todo, por ejemplo, con las protectoras de animales. Los humanizan para generar empatía en la gente, por ejemplo.


En fin, esto ocurre en varios cuentos escritor por la mexicana, pues entre todos se habla de la relación de algo animal con las desventuras del ser humano. Usualmente amorosas, pero no siempre. Hay cuentos para todos los gustos en este libro. Hay cuentos más raros y más normales. Hace unos días (bastantes) estaba diciéndole a una amiga que todas las escritoras de este boom escriben muy raro o abordan sus temas de una manera muy extraña. Esto no es malo, no cuando es original, cuando te gustan los recursos que usan. De hecho, a mí varios cuentos de El matrimonio de los peces rojos me parecieron bastante buenos. 

Creo que sería un libro más sólido (en el sentido de que me hubiera gustado más también) si los cuentos no fueran tan irregulares. Hay varios muy buenos, alguno que otro mediocre. En general, entiendo que escribir una recopulación de cuentos donde todos sean obras maestras es casi imposible, pero me hubiera gustado más que los más mediocres no lo fueran tanto (el último, francamente, me pareció terrible por cliché). A pesar de todo, considero que Guadalupe Nettel es una escritora interesante y que este libro vale la pena a pesar de todo. Recomiendo mucho los cuentos para aquellos que leen poco o quieren hacerse una idea sobre algún escritor sin entrar de lleno a una novela. El libro lo encuentran en este link.

Nefando, Mónica Ojeda


Sinopsis: Nefando, Viaje a las entrañas de una habitación, fue un videojuego en línea poco conocido y pronto eliminado de la red a causa de su polémico contenido sensible. Las experiencias de sus jugadores son, ahora, el centro de los debates gamers en los foros más profundos de la deep web, pero sus usuarios no parecen ponerse de acuerdo: ¿era un juego de horror para frikis, una puesta en escena inmoral o un ejercicio poético? ¿Son tan hondas y retorcidas como parecen las entrañas de esa habitación?
Seis jóvenes comparten un piso en Barcelona y sus habitaciones vibran como colmenas. En cada una de ellas se cuecen actividades tan inquietantes y turbias como la escritura de una novela pornográfica, el deseo frustrado de autocastración o el desarrollo de diseños para la demoscene, subcultura informática artística. Sus espacios privados son arquitecturas blancas donde se explora el territorio de los cuerpos, de la mente y de la infancia. Mirillas hacia lo abyecto y hacia el decir, que los conecta al proceso de creación de un videojuego de culto.

Hay algo que quiero preguntarle a Mónica Ojeda (originaria de Ecuador) con este libro: ¿qué intentas probar? A ver, voy a elaborar un poco más, porque así igual no se entiende. La mayoría de la gente describe este libro como un libro incómodo, creo que porque no se puede describir de otra manera, no realmente. Es incómodo, pero no es incómodo con algún propósito específico. Nefando parece ser un experimento, tanto como lo es el videojuego dentro del libro, de a ver cuánto se puede escribir e incomodar a los lectores hablando de supuestos temas tabú. (Le decimos tabú a lo que no queremos mencionar o es demasiado escandaloso).

Bueno, a ver, entre la sinopsis y las reseñas que he leído, la mayoría dan vueltas en círculos para no mencionar el motivo de la incomodidad y los "temas tabú". Yo voy a ser una digna hija de la chingada y les voy a contar, porque no tengo otra forma de reseñar este libro. En Nefando hay menciones a pornografía infantil y algunos de los personajes son víctimas de. Creo que lo único que hace realmente bien el libro al darle vueltas al tema, además de incomodar al lector estupendamente, es hablar de como las reacciones de las víctimas no son lo que uno espera muchas veces y cada quien tiene sus métodos para soportar por lo que ha pasado. En fin, dejando del lado eso, no me parece que el libro tenga otro propósito que el de incomodar y hablar de como la humanidad es tan terrible. Usar un horror, como el abuso sexual infantil, simplemente para confrontarnos con los horrores humanos. No sé, yo hubiera usado otra cosa, al fin que horrores humanos hay muchos y para hablar de violencia sexual siempre he dicho que se debe de saber de qué se habla y por qué. Siempre prefiero cuando la denuncia es obvia (aunque no explícita) y no es sólo un elemento narrativo de shock.


Por otro lado, los protagonistas de la novela son de mis horrores preferidos. Una escritora pretenciosa, Kiki, (no la puedo calificar de otra manera) que cree escribir de las profundidades del ser humano cuando escribe porno (diría erótica, pero el mal gusto le da vueltas a sus narraciones) y me da un poco de cosa presentir de que alguna manera la autora se proyecta un poco en ella (sólo es un sentimiento). Un hacker que cree que se cambia el mundo desde el sillón y la pantalla de la computadora, sin idea de ética cuando se trata de retos informáticos. De los mejor formados fue el hacker, el Cuco. No critico la moral de los personajes porque son personas creadas en el papel, a veces, como en este caso presiento, con toda la intención de hacer casi posible la empatía. A veces la falta de empatía o el horror no es problema a la hora de escribir un libro (Lolita, Nabokov), a veces sí. En este libro la verdad dependía del personaje. Con Iván nunca logré conectar, ni horrorizarme. Con Kiki sentía rechazo, aburrimiento. El Cuco me daba horror, pero me parecía un bien personaje. 

En conclusión, diré que me quedé con ganas de entender un por más. ¿Para qué todo esto? ¿Para qué? ¿Por el placer de escribir un libro incómodo hablando de los horrores del ser humano? ¿Para eso, nada más? El libro lo encuentran en este link.

Si quieren probar Bookmate y leer algo de estos libros, les traigo un código por un mes gratis: NEAPOULAIN. Sólo lo tienen que hacer válido en este link y ya están bien puestos para leer. El código será válido hasta el 31 de julio, así que tienen tiempo pa' pensar, pero no se tarden mucho, ¡que el tiempo corre

viernes, 2 de marzo de 2018

La amiga estupenda (Dos amigas # 1), Elena Ferrante | #Librosb4Tipos

Sinopsis: Con La amiga estupenda, Elena Ferrante inaugura una trilogía deslumbrante que tiene como telón de fondo la ciudad de Nápoles a mediados del siglo pasado y como protagonistas a Nanú y Lila, dos jóvenes mujeres que están aprendiendo a gobernar su vida en un entorno donde la astucia, antes que la inteligencia, es el ingrediente de todas las salsas.
La relación a menudo tempestuosa entre Lila y Nanú tiene a su alrededor un coro de voces que dan cuerpo a su historia y nos muestran la realidad de un barrio pobre, habitado por gente humilde que acata sin más la ley del más fuerte, pero La amiga estupenda es mucho más que un trabajo de realismo social: lo que aquí tenemos son unos personajes de carne y hueso, que intrigan al lector y nos deslumbran por la fuerza y la urgencia de sus emociones.
Por primera vez Ferrante aborda una narración muy amplia, poniendo en escena un verdadero tableau vivant donde no hay espacio para el tópico: todo es vida y todo respira al hilo de la mejor literatura.

Este libro fue la lectura de enero en Libros b4 Tipos y con el que inauguramos la Travesía Feminista, mediante la cual le daremos la vuelta al mundo leyendo libros de mujeres (¡y es mucho más barato que viajar! Especialmente si son unas lacras que descargan muchos libros como yo o se los piden a bibliotecas digitales). Puedo decir que tenía un poco de expectativas™ sobre el libro, debido a que ya varias de mis amigas lo habían leido y a algunas les había gustado (y una en especial habla más de Ferrante que un Testigo de Jehová de religión) y quizá esas expectativas™ estaban fuera de lo que realmente me ofrecía a mí el libro, entonces quizá quedé un poco desencantada. Dentro de todo, no es un pésimo libro, la verdad, y la mayoría de mis quejas son sobre el ritmo de la lectura o detalles más técnicos, no algo por lo cual les vaya a dar toda una clase para explicar aquí porque está mal. 


Así que, como quien dice, vamos por partes, así cual Jack el Destripador. Este normalmente sería el párrafo donde les cuento un poco sobre la autora, pero en realidad Elena Ferrante es el pseudónimo de una escritora italiana (asumo, después de leer el libro) que prefiere mantenerse en el anónimato a pesar de todas las especulaciones que se han hecho sobre su identidad (si googlean, verán que no son pocas). Entonces nos vamos a saltar ese párrafo de todas mis reseñas y vamos a entrar de lleno en la historia. Como a veces acostumbro, voy a dividir la reseña en apartados para no irme por las ramas cada cuatro segundos y acabar con un monstruo que nadie va a leer. 

Italia en los años 50, el escenario de La amiga estupenda


Probablemente, mi cosa favorita sobre La amiga estupenda, sea el escenario en el que la novela está situada. Creo que fue de las cosas que más disfruté y que más me interesaron sobre la novela, puesto que quizá yo no era el target perfecto para ella (pero hablaremos más adelante de eso). Lenu y Lina viven en un barrio de la clase baja en Napolés, donde la mayoría de los chicos no van a estudiar más allá de los estudios básicos y están destinados a trabajar en los negocios de los papás. Un barrio donde la violencia aflora en todos lados, en las casas y en las calles, entre los niños y los adultos. La verdad es que creo que toda esa ambientación me parecía de lo más interesante y Elena Ferrante la aprovechó muy bien. 


Una de las cosas que más me interesa de los libros, son los estudios y los esfuerzos de Lenu por seguir estudiando, a pesar de las amenazas de sus padres, que no entendían que necesidad tenía su hija por seguir estudiando. La mujer accedió a la academia (en relativa igualdad con los hombres... muy relativa) hace muy poco tiempo, en comparación con los años que llevan existiendo las universidades. En La mujer del povenir, Concepción Arenal hace notar que no se puede escribir de la historia intelectual de la mujer porque, salvo casos excepcionales, esta historia no existía cuando la española escribió ese pequeño libro. (Para que se imaginen, Concepción Arenal fue una de esas raras excepciones en el siglo XIX en España). Pues bueno, las primeras mujeres que accedieron a la academia y a los estudios superiores fueron, por supuesto, mujeres de clases acomodadas que podían permitírselo, incluso la clase media. ¿Pero las clases bajas? ¿Los más desfavorecidos? Si hoy en día muchas veces estudiar es algo casi imposible para muchas personas alrededor del planeta. 


Para la narradora de La amiga estupenda no es nada fácil. Para Lina es definitivamente imposible, pues en la cabeza de su familia no entra la idea de que su hija tenga la necesidad de estudiar. Creo que todas esas partes fueron mis partes favoritas del libro, aquellas en las que Lenu hablaba de sus estudios y los esfuerzos con los que conseguía estudiar.

Otra cosa que alcanzo a rescatar son las pocas menciones a la política de la Italia de la posguerra y de la guerra fría, que siempre vienen de la mano de Pasquale, el personaje con el que me identifiqué más (y que me da terror que acaba siendo un macho progre o un macho comunista); nos hace meternos un poquito en el contexto histórico de Napolés y las constantes menciones a que se habla en dialecto y no en italiano (hasta busqué un mapa de todos los dialéctos que se hablan en Italia). Pero bueno, vamos a seguir.

Las amistades entre mujeres


Sí, necesitamos más. Sí, necesitamos más relacionales complicadas como la relación entre Lina y Lenu. Lo que no quiere decir que la novela me guste, pero bueno, reconozco el esfuerzo por crear personajes tridimensionales y todas esas relaciones complicadas que nos envuelven prácticamente desde el momento en qué nacemos. Mi único limite al leer es que no tiene que ser menos creíble que la telenovela del mediodía (conocida por todos como la peor telenovela porque literalmente nadie la ve en ese horario, ni los papás de los que salen) y que sí al menos es menos creíble que eso, que lo compense la narración dándole una buena construcción a todo. 


En el caso de Lina y Lenu, su amistad es interesante de leer, pero a ratos incomprensible, porque, claro, contamos con una ligeradesventaja en este libro: no contamos con un narrador omnisciente, sino que Lenu es la que narra y sólo podemos contar con una versión de la historia, con su versión de la historia. Creo que eso es un punto importante a considerar al leer el libro, porque en muchas partes se siente que no conocemos en lo más absoluto a Lina y a sus motivaciones y es, probablemente, porque sólo la alcanzamos a ver desde lo que Lenu nos cuenta y ella misma sabe o intuye. 

Lina y Lenu definitivamente son un punto a favor del libro, la construcción de todos los personajes (no nada más ellas), es increíble, son personajes que te puedes encontrar en multitud de colonias. Sin embargo, mi queja del libro va en el sentido de que no creo ser el tipo de mujer (o persona) a la que está dirigida la historia de Lina y de Lenu. Bueno, no es que lo crea, es que estoy segura. La amiga estupenda a mí no me pareció tanto La amiga estupenda como me pareció La amiga un poco aburrida con algunos puntos interesantes. Elena Ferrante nos cuenta una historia que se enmarca en la cotidianidad (y de momento creí que me gustaría bastante, porque me recordaba al ambiente de otra novela italiana que leí hace mucho y me agradó que se llama De acero y está escrita por Silvia Avallone), pero no lo hace al ritmo que a mí me hubiera gustado.


El libro se me hace lento, pesado. Me parece que a veces Lina exagera en sus explicaciones (y en consecuencia, sobre explica) y que se va por las ramas. Me parece que narra muy lento, y es precisamente que considero esto más La amiga un poco aburrida que La amiga estupenda. 

Hangout


Finalmente, les recuerdo que hicimos un Hangout del libro, en el que pueden ver más de mis opiniones y de las de otras chicas de Libros b4 Tipos (varias de las cuales amaron el libro, así contrastan opiniones). Se los dejo aquí insertado para que lo vean.