Divagaciones de una Poulain
by Nea Poulain
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jueves, 2 de enero de 2020

Top Ten Manga y Cómic 2019

Primero, ¡feliz año nuevo! Segundo es que voy a decepcionarlos y a decirles que no voy a organizar ningún reto literario este año porque fracaso en ellos y, peor, se me olvidan y ni siquiera me entero de ellos (la verdad es que con mi vida y librosb4tipos hay mucho que hacer), así que este año sólo vamos a fracasar en retos ajenos. Bueno, pasados los anuncios, vengo a contarles, como siempre, que el año inicia con lo peor y lo mejor del año pasado. A mí me encantan estas dinámicas porque es una forma de recomendar lecturas (cosa que amo hacer) o recomendar que no leer (en el caso de lo peor). La marca de mi año fue la cantidad de cómics y mangas que leí (221 tomos y compilados, entre todas las series que seguí), así que decidí hacer este top ten (porque reducirlos al formato en el que hago las mejores lecturas era demasiado cruel) para irles adelantando mis favoritos de 2019. ¿Listos?

Me fue muy difícil numerarlos del uno al diez y a partir del siete tuve crisis existenciales a cada momento. Todos son de una calidad excelente y todos los recomiendo muchísimo. Dicho esto, empecemos.

10. Shade, the Changing Girl, Cecil Castelucci & Marley Zarcone


No hubiera leído Shade si no me hubiera obsesionado con Young Animal, el sello en el que Gerard Way publicaba Doom Patrol (todo el mundo sabe que yo leo lo que Gerard Way escriba en el papel de baño), pero una vez que la descubrí, esta serie de dos tomos de Cecil Castelucci y Marley Zarcone me fascinó. Para empezar, como mencioné en la reseña, el primer volumen es un coming-of-age (acá libro de iniciación) de ciencia ficción con aliens donde todo se trata sobre ser adolescente y de lo mucho que ser un alien que no entiende a los humanos se parece a ser adolescente que está aprendiendo a navegar en el mundo. Y el segundo tiene mucho que ver con el auto descubrimiento y la búsqueda de uno mismo y esas cosas y me encantó. Finalmente, las portadas que hizo Becky Cloonan son magníficas y obvio que les sumaron puntos.

9. Tokyo Ghoul & Tokyo Ghoul:re, Sui Ishida

 
Es un poco trampa poner las dos series en uno, pero pues casi son la misma cosa (pero no). Mi favorita es la primera, tiene casi todos los momentos que más atesoro (con excepción de Takizawa y su momento estelar en :re del que no diré nada para no spoilear). Ya cuando hablé de él en el blog hablé de cómo usaba se hacía responsable de la crueldad que le causaba a sus personajes, cómo no usaba el gore como un simple shock value y esas cosas, que es de lo que más atesoro de todo Tokyo Ghoul. No queda más arriba porque tengo pocas quejas (se nota que el autor estaba muy cansado rumbo al final, las peleas nunca dejaron de ser confusas), pero en general es una serie que adoro. (Y Touka, Ayato y Juzou estarán siempre en mi corazón).

8. Given, Natsuki Kizu


Cómo recuperar la fe en el boys love en cinco tomos de manga. Mi única queja es que en el manga no puedo oír la canción de Mafuyu (que en el anime es hermosa), pero por lo demás, creo que Given es un manga hermoso que además me hizo leer slice of life, cosa que no leo prácticamente nunca (siempre leo seinen o shonen, como van a notar más adelante). No lo he reseñado porque sigue en emisión y quiero que avance un poco más antes de dar mi juicio, pero la historia de Mafuyu, Uenoyama, Akihiko y Haruki es preciosa. Además, este es un manga que se complementa perfectamente con su anime.

7. Watchmen, Alan Moore & Dave Gibbons

 
Watchmen igual y no se merece toda la fiesta que le hacen (tengo quejas muy grandes con una de sus storyline), pero nadie puede negar que es un cómic extraordinario. Me gustó mucho, hay partes que releí varias veces, todo el subtexto de crítica política que tiene es en su mayoría muy acertado y me encanta cómo trata el tema de la guerra fría (se nota perfectamente en qué contexto se escribió). No está más arriba porque sinceramente no lo disfruté tanto como otras cosas que leí este año, pero igual sí lo consideraría un must-read. Hice una entrada sobre Watchmen, aunque el tema del cómic era más bien tangencial.

6. My Hero Academia, Kohei Horikoshi


Si el arco de los villanos no hubiera pasado, My Hero Academia estaría en este top pero igual no estaría tan arriba. Pero el arco de los villanos ocurrió y es magnífico y todavía sigo chillando con lo bien echa que está la historia de Shigaraki. Por otro lado, este manga se ganó su lugar a pulso con todo el arco de Kamino y la manera en la que está escrita la evolución de Katsuki Bakugo. No todos los días veo arcos de redención que le atinen a acercarse un poquito al de Zuko en ATLA (es el mejor arco de redención escrito en la historia) y este definitivamente se está tomando su tiempo (y Katsuki es mi favorito). Lo único que debo decir es que me costó cuatro tomos engancharme y todavía no le acabo de perdonar eso pero casi lo hago cuando ocurrió la pelea entre Deku y Bakugo (hay muchas, esto no es spoiler).

5. Monstress, Marjorie Liu & Sana Takeda


Todos saben que esta es mi serie de cómic en emisión actualmente favorita de la vida. El año pasado la consideré mi mejor lectura en cómic, de hecho. Este año reseñé por fin los primeros tres compilados (el Book One) y los animé mucho a leerla porque es una serie high fantasy muy bien estructurada y con un worldbuilding que me deja con la boca abierta. Además Sana Takeda es una ilustradora que no deja de impactarme con cada cosa que hace. (Y si no está más arriba es porque este año apenas si leí dos volúmenes y leí cosas tan buenas como esta).

4. Banana Fish, Akimi Yoshida


Ya puedo decir que ya entendí por qué el fandom de Banana Fish está permanentemente deprimido. Vi el anime este año y luego me aventé a leer el manga. Lo acabé hace pocos días, porque uno de los tomos lo leí para el maratón Guadalupe Reinas 2019. De hecho, tengo pendiente hacer la reseña porque tengo muchísimas cosas que comentar sobre la historia, ¡muchísimas! (Y también defender que el final es the best final ever). En fin, no dejen de leer Banana Fish (mi advertencia es que primero lean la sinopsis, eso sí).

3. Doom Patrol, tanto de Grant Morrison como de Gerard Way & Nick Derrigton


Este es completa trampa y me vale caca. El de Gerard Way sólo está porque la metaficción es magnífica, por cierto. El de Grant Morrison lo amé. Tenía muy pendiente esa serie desde hacía tiempo porque había oído que era crazy bananas y sí. Mi compilado favorito es el de The Painting That Ate Paris (La pintura que se comió París) porque además juega con los estilos de la ilustración (no me acuerdo quien es el ilustrador de ese compilado exactamente, pero en serio, es magnífico). En fin, lean Doom Patrol y lean a Gran Morrison. Hice reseñas de todo: del run de Grant Morrison y de por qué me gustó tanto el de Gerard Way.

2. The Wicked & The Divine, Kieron Gillien & Jamie McKelvie

 
Casi fue la mejor y les juro que si la siguiente no hubiera sido la que fue, lo hubiera sido. Primero quiero decir que me falta leer dos compilados que no he conseguido. Segundo quiero decir que quiero que Persephone me empotre, muchas gracias. Y que Morrigan y Baphomet me vuelven loca. ¿Dioses de distintas mitologías siendo estrellas de la cultura pop? SÍ. ¿Lucifer? SÍ. ¿Las ilustraciones de Jamie McKelvie? POR SUPUESTO. Todas las referencias mitológicas son maravillosas. El hecho de que se haya recuperado la figura de Persephone como alguien que se mete al infierno porque quiere y que se mencione un millón de veces que significa she who destroys. Les tengo pendiente la reseña, pero por lo pronto, léanlo.

1. Fullmetal Alchemist, Hiromu Arakawa

 
Y bueno, todos se esperaban esto. Fullmetal Alchemist es uno de los mejores mangas de shonen por una razón: es perfecto. Tiene unos personajes muy bien formados, un desarrollo increíble, mucho subtexto sobre la guerra en japón (cosa que amo, el tomo de Ishval es de mis favoritos), personajes femeninos increíbles (Olivier Mira Armstrong y Riza Hawkeye, I mean, al primero que me diga que Riza sólo existe en función a Roy lo asesino) y en general ya hice una reseña para exponer por qué es una obra de arte que todos deberían leer (y aprovechando que muchos leyeron el primer tomo para el #GuadalupeReinas2019, voy a insistir que sigan leyendo). Yo ya había visto la primera serie y mucho del material era nuevo y quedé muy gratamente sorprendida. Le hice una entrada en el blog.

Y bueno, esas son mis recomendaciones. Si han leído algo de la lista, espero que les haya gustado tanto como a mí y si no, pues lo recomiendo. En las menciones honoríficas de series que se quedaron por fuera por un pelito está The Umbrella Academy (por nada, lo juro) y Quantum Teens Are Go. A ambas les ganó Shade por casi nada. ¡Que tengan un 2020 de excelentes lecturas! Nos vemos en los Oscars y los Razzies literarios que ya son tradición del blog.

miércoles, 24 de abril de 2019

Shade, the changing girl, Cecil Castelucci & Marley Zarcone | Reseñas

¡Hola! ¡No pongan esa cara! Les voy a contar la historia de mis bloqueos lectores. O más bien, lo selectivos que son mis bloqueos: resulta que últimamente me cuesta mucho trabajo acabar una novela o un libro de no ficción de cualquier tipo. No tengo ganas. No me inspiran a leer, cómo decirlo. Es más, ni siquiera he leído fanfiction estos días, simplemente no he tenido ganas. Por ello, he leído poquísimos libros y demasiados comics. En estos casos, los comics de todo tipo o los audiolibros/audiodramas de Doctor Who son los que me salvan. Por eso últimamente el blog ha estado lleno de comics. Yo sé que igual no es el género preferido de todo el mundo, pero a mí me gusta compartir lo que leo: todo lo que leo. Y claro, podría reseñar libros que tengo pendientes de reseña desde hace meses, pero tampoco tengo inspiración para ello, así que los comics se quedan.


Ahora bien, ¿por qué Shade, the Changing Girl? Les voy a contar un poco del asunto: leo casi cualquier cosa en comics, siempre y cuando me la pongan enfrente. Y cuando digo casi cualquier cosa es casi cualquier cosa. Leí The Mighty Thor cuando Thor fue Jane Foster just for the lolz (en realidad no me gusta demasiado Thor), leí Doom Patrol sólo porque lo estaba escribiendo Gerard Way, leí un tomo de Iron Man sólo porque salía Riri Williams, Iron Heart y yo odio a Tony Stark. ¿Se entiende el punto? Sí, leo cualquier cosa. A veces por quien escribe, quién ilustra, qué personaje sale, que ya acabé con todos los comics de turno que sigo y quiero empezar algo nuevo (gracias a dios entre Marvel, DC y Dark Horse solitos tienen para entretenerse) y así fue como llegué a Shade, the Changing Girl


Leí Doom Patrol (los dos tomos) y el último se dirigía de cabeza a un evento que parecía un viaje en ácidos llamado Milk Wars; el evento era un crossover entre todas las series que se estaban publicado en el imprint de Young Animal en ese momento, entre las cuales estaba Shade. Decidí leer todo, ¿qué daño iba a hacer? Así llegué a esta serie que encuentro maravillosa. No tenía ni idea de la existencia de Cecil Castelucci ni de Marley Zarcone y ahora estoy enamorada de ambas. Está serie está completamente recomendada por mí. Ahora vamos a una reseña que voy a partir en dos para explicarles las razones. La parto en dos porque los dos tomos son muy diferentes entre sí, así que disculpen lo largo de la entrada. Me gusta divagar.

Vol. 1: Earth Girl Made Easy


Sinopsis: Far away on the planet Meta, Loma's going nowhere fast. She's dropped out of school, dumped her boyfriend and is bored out of her mind. She longs to feel things. That's where her idol, the lunatic poet Rac Shade, and his infamous madness coat come in. Loma steals the garment and makes a break across galaxies to take up residence in a new body: Earth girl Megan Boyer. Surely everything will be better on this passionate, primitive planet with a dash of madness on her side and this human girl's easy life. Only now that she's here, Loma discovers being a teenaged Earth girl comes with its own challenges and Earth may not be everything she thought it'd be. Megan Boyer was a bully who everyone was glad was almost dead, and now Loma has to survive high school and navigate the consequences of the life she didn't live with the ever-growing and uncontrollable madness at her side. Not to mention that there are people back on her homeworld who might just want Shade's coat back. 

Looma es una joven en el planeta Meta que no parece tener dirección en la vida, se roba el abrigo de la locura del poeta Rac Shade, su ídolo y huye a la tierra. Deja atrás a su novio, que parece que tiene que limpiar el desastre que dejó y ella acaba en la tierra, en el cuerpo de una adolescente que estaba en coma hasta ese momento (llamada Megan Boyer) y ahí empieza la aventura. ¿Saben que me gusta de este comic y de este volumen en especial? Que es una historia coming-of-age con aliens, locura, algo de aventura y que habla de bullying, de afrontar los errores y de ser mejor persona.



Hasta antes de que Looma, que quiere que la llamen Shade, entrara en el cuerpo de Megan Boyer, Megan era un ser horrible. Aterrorizaba a los que decían ser sus amigos, mantenía aterrorizados a sus padres (y eso se puede ver con las reacciones de los padres al recibir la llamada del hospital para avisarles que Megan ha despertado) y era una bully en todos sentido. Shade, por otro lado, apenas si tiene idea de cómo fingir ser una adolescente funcional, no tiene ni la menor idea de quién era Megan ni de cual es su pasado. Le fascina la tecnología antigua, un viejo show de los cincuentas/sesentas, sueña con conocer a la actriz principal y se siente fuera de lugar en todo momento.  

¿Saben algo? Cuando yo era adolescente me sentía fuera de lugar en todo momento. Como un alien. Y la manera en la que Cecil Castelucci explora la adolescencia a través de una chica alienígena con aspecto de pájaro es magnífica. Looma/Shade tiene espíritu de aventurera, de viajera, no sabe quedarse quieta y no entiende por qué todos tratan a Megan como la tratan. A veces, las historias de superheroes no tienen por qué ser grandes misiones para salvar al planeta, a la humanidad, a una ciudad o para detener a un villano con poderes extraordinarios. A veces, creo, que luchar contra el bully de turno y no dejarlo ganar es algo que basta. Este volumen de Shade lo hace estupendamente, a través de la historia que cuenta Castelucci y el arte de Zarcone. Las dos son magníficas.

Además algo que me inspiró a hacer una reseña de este volumen es que vi una reseña de una estrella que decía que era malo porque "no pasaba nada, sólo cosas de chicas" y me sentí ofendida porque las cosas de chicas no son *nada*. Creo que este volumen refleja perfectamente lo que es sentirse rara, fuera de lugar y estar confundida todo el tiempo, como Looma. ¡Me encantó!


Vol. 2: Little Runaway


Sinopsis: Loma needed a change from Meta, a boring and passionless planet--at least for a frustrated teenager. In a leap of madness, Loma broke through galaxies to take up residence in the body of a human girl on Earth. Only now that she's here, Loma discovers being a teenage Earth girl comes with its own challenges, and Earth may not be everything she thought it'd be. She's been here for some time now, and she's ready for her next move: but what will it be? When it comes to Loma of Meta, there's no telling which direction she'll move.

Mi favorito es el otro. Creo que es necesario empezar esta reseña con esa apreciación porque a veces siento que soy un poco injusta con este precisamente porque es muy diferente y los temas del primero me encantan. Bueno, pero ahora vamos a hablar de este. Si en el primer volumen Shade intentaba desesperadamente descubrir quién era Megan y cómo era su vida y por qué se siente fuera de lugar, este volumen es completamente de ella. Nos expone un poco más de su vida en Meta, de su rebeldía y alcanzamos a ver como en Meta siguen buscándola porque siguen buscando el abrigo de la locura que usa. El desastre que dejó al huir todavía no se limpia. 


Aquí Shade acaba por hacer un viaje de autodescubrimiento por todo Estados Unidos, rastreando a su ídola mientras estaba en Meta, la actriz de una comedia antigua. Huye después de un percance en un baile escolar, lugar donde aún es Megan y muchos aún la ven como la chica desagradable. Como runaway, acaba metida en un montón de aventuras sin sentido y desastres. Parece que no sabe a dónde va o por qué. Se está buscando a sí misma, pero no tiene ni idea de lo que está buscando. Curiosamente, creo que este volumen tiene menos locuras que el primero, pero la escencia de Shade sigue allí. Es increíble verla interactuar con desconocidos porque Shade no tiene idea de cómo funciona nada en la tierra, sólo se deja llevar. 


De nuevo, Castelucci y Zarcone hacen un excelente equipo para llevar al personaje a las páginas y contar su historia. Una de las mejores cosas de este comic es que, aunque Shade no es un personaje propiamente nuevo (antes existió una serie llamada Shade, the Changing Man), no necesitas conocerlo con antiguedad para poder leerla. Es más, creo que no necesitas saber absolutamente nada de comics. Puedes empezar a leer y ya está. Shade le hace honor a su título: cambia. No es estática. Así que la historia cambia de un momento a otro, da vueltas sobre sí misma, vuelve sobre sus pasos, se aleja. El personaje es maravilloso y juro que mi yo adolescente se hubiera sentido muy identificada con ella.

Como bonus, quiero mencionar que todas las portadas de las doce issues contenidas en estos dos tomos los dibujó Becky Cloonan (ilustradora de The True Lives of the Fabulous Killjoys y a quien, por cierto, adoro). Captura muy bien la escencia de Shade y soy fanática de su trabajo, así que es otro punto a favor. ¡Léanla! ¡De verdad! Mi yo adolescente se puso muy contenta al conocer a alguien como Shade.