Divagaciones de una Poulain
by Nea Poulain
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miércoles, 26 de enero de 2022

Fireheart Tiger, Aliette de Bodard (y el no-conflicto)

Sinopsis: Award-winning author Aliette de Bodard returns with a powerful romantic fantasy that reads like The Goblin Emperor meets Howl’s Moving Castle in a pre-colonial Vietnamese-esque world.
Fire burns bright and has a long memory….
Quiet, thoughtful princess Thanh was sent away as a hostage to the powerful faraway country of Ephteria as a child. Now she’s returned to her mother’s imperial court, haunted not only by memories of her first romance, but by worrying magical echoes of a fire that devastated Ephteria’s royal palace.
Thanh’s new role as a diplomat places her once again in the path of her first love, the powerful and magnetic Eldris of Ephteria, who knows exactly what she wants: romance from Thanh and much more from Thanh’s home. Eldris won’t take no for an answer, on either front. But the fire that burned down one palace is tempting Thanh with the possibility of making her own dangerous decisions.
Can Thanh find the freedom to shape her country’s fate—and her own?

Nota antes de empezar la reseña: decir que esto se parece a Howl's Moving Castle o The Goblin Emperor es una trampa del marketing que viene quizá desde las manos de la editorial. Ni la narrativa, ni los temas, ni las resoluciones aluden demasiado a ninguna de las dos obras y, aunque haya cosas en común, la comparación acaba por demeritar a la obra más de lo que la ayuda. Es triste, de verdad, aferrarse a vender con este tipo de etiquetas porque a veces sólo perjudican a los autores.

Esta no es una buena reseña.

Es más bien una larga decepción. Una decepción que viene de una frustración muy profunda sobre algunos tipos de narrativa. Pero antes, un apunte: creo (y es una opinión que se me ha formado a través de años y de crítica) que no puedes criticar un libro exigiéndole que sea lo que no es sino lo criticas por lo que es. Asumo siempre que el libro que tengo en las manos es el libro que quiso escribir el autor y que le costó y que aun si yo lo odio y me parece mal hecho (dos cosas diferentes, odio cosas muy bien hechas y me han llegado a parecer no tan malas cosas que no están tan bien hechas), lo que estoy criticando es lo que está en la página. Releyendo críticas mías viejas ya iba por allí hace algunos años y ya sabía que no me gustaba y qué sí, pero me ha tomado mucho tiempo llegar a ese estado. Aquí hemos aprendido ustedes y yo. Dicho todo esto: este libro es malo. No agrego objetivamente (qué es la objetividad), pero sí tengo argumentos al respecto.

Y voy a hablar en varios apartados del asunto. 

El miedo al conflicto

No sé si es miedo, parálisis, falta de ideas o simplemente una política en la que se puede cuestionar al sistema pero no mucho. La que sea, es triste. Pero antes, contexto. No puedo empezar la casa por el garage si ni carro tengo. Fireheart Tiger empieza presentado de fondo un conflicto que nos recuerda al colonialismo, a grandes imperios que destrozan culturas, piden tributo y hacen lo que quieren con el más débil. Pueden mirar a donde sea en la historia, hay miles de ejemplos. Aliette de Bodard en particular tiene ascendencia vietnamita y por allí pueden llegar algunas influencias. Hay una princesa que fue princesa cautiva, enviada por su propia madre al palacio enemigo para convencerlos de que no se rebelaría contra ellos con una misión: enterarse de cualquier cosa que pudiera serles útil para sobrevivir como pequeña nación sometida a los deseos de otro más poderoso. 

Paréntesis: creo que nos falta cuestionarnos a la realeza. Por cierto. Porque la explotación no acaba con los grandes imperios, pero nadie cuestiona a la de las naciones pequeñas: qué significa cuando deciden lo qué es mejor para el pueblo, cómo lo hacen, quién queda fuera, a quién afectan, quién es esa comunidad relegada a los márgenes. Qué hacen los poderosos o por qué lo son. Ni siquiera hace falta destruir completamente su status quo si no queremos, pero estaría padre. Pero el libro no lo hace y tampoco se lo voy a andar pidiendo si ya está escrito, nada más es un pensamiento ahí, caído

The landscape, Tinh Hoang

El conflicto está allí. El imperio quiere arrebatarle más poder a esta pequeña nación. Las princesas están enamoradas y aunque pretendan que no la política se les atraviesa, la obvia relación de poder las destroza desde el medio desde la primera palabra que pronuncia una frente a la otra (no es spoiler, está en las primeras páginas). Visto de lejos, parece un conflicto lo bastante complejo e interesante como para proponer cosas. Resoluciones. Para abocar por cierta esperanza, para hablar de lo humano, para hablar quizá de esos grandes imperios y por qué quieren comerse a todos los demás (según la visión de cada quién, con billones de seres humanos en el planeta dudo que todos la tengamos igual). El problema es que no hay nada. No hay un final porque tampoco hay una historia. Nunca se construye nada alrededor del conflicto de Aliette de Bodard propone. 

Sí me puse a pensar por qué.

¿Fue el número de páginas que hizo que le quedara demasiado grande el conflicto que proponía? ¿Fue por eso que los personajes nunca se desplazaron y las circunstancias cambiaron apenas lo mínimo? Empezamos y terminamos casi iguales, a lo sumo apareció una nueva amenaza velada que no asegura nada y lo único que nos da no es ni un final abierto, sino un no-final que acompaña a algo que desesperadamente intenta convencernos de que es una historia. Thanh es el centro y siento que nunca la conocí. Creo que su personalidad no existe porque esta ajustada a lo que la no-trama necesita y, en consecuencia, nunca hay evolución. No hay un cambio ni nada que nos permita constatar que Thanh es humana (en el sentido que pueda sentir y conmoverse y enfurecerse como un ser humano). No hay profundidad en sus relaciones (algo que me frustró muchísimo, porque a la par del conflicto entre Ephteria y su reino, la relación entre ella y su madre podría haber servido de paralelismo, pero no hay nada allí, nada sobre lo que pueda yo decir algo).

Lo más frustrante es que el libro parece prometer una confrontación (no solución) al conflicto que va mostrando en el fondo o al centro, dependiendo de la escena y al final no hay nada. Lejos de diálogos mayormente vacíos del tipo "la unión hace la fuerza" y "pretendamos que aquí hay política", no hay nada que confronte al status quo de ninguna manera. No hay ni siquiera inacción, no hay ni siquiera resignación. No hay esperanza. No hay huída (como la huída de Omelas). Sólo "la unión hace la fuerza", pero no sabemos cómo o por qué. Para qué o en qué afecta a los personajes

¿Fue el miedo al conflicto? ¿O fue simplemente que no había forma aceptable de solucionarlo? ¿Fue el no saber qué hacer?

Landscape Vietnam, Sonja Brstilo

Sin embargo, es un patrón que he notado otras veces en cosas editadas en los Estados Unidos en los últimos años, en inglés, sobre conflictos de este tipo. Todo tiende a terminar en un "bueno, la vida es así, es cruel, no hay justicia y eso es realista" o a no-terminar como este libro o termina con una masacre en la que sólo distingues a buenos de malos porque alguien en la narración te dijo que unos eran los buenos. Pensé en algo que leí ayer: no se puede permitir aquello que cuestione de manera demasiado obvia al sistema. El artículo hablaba sobre como había fantasía grimdark y ciencia ficción estilo survival que validaban al capitalismo (y esto es fantasía, pero ni de pedos entra de lejos en lo llamado grimdark, ahora voy al punto) y en su instroducción tenía un párrafo bastante revelador que exponía directamente lo que pasa en la industria. Los procesos de edición, autoedición, a veces hasta autocensura con tal de conseguir la publicación. La cibra de todo aquello que no se ajuste al capitalismo. Están bien las críticas, pero que no se noten tan obvias. Están bien las críticas, pero siempre que las podamos cooptar. Está bien cuestionar a los sistemas que se mantienen en pie, como el colonialismo, pero que nunca haya ninguna confrontación real. Les pongo el párrafo (con traducción made in Nea), del artículo Subgenres of the apocalypse, escrito por Colin Broadmoor.

Under capitalism, a work of art must pass through multiple gates and filters—agents, publishers, producers, printers, streaming platforms, to name a few—before it can be disseminated to a mass audience. At each such gate, institutional arbiters select for pro-capital messages and weed out anti-capital possibilities. We might think of this as a parody of biological evolution with natural selection based on environmental conditions swapped out for ideological selection based on market forces. Only those artworks most aligned with the logic of capitalism will be selected to survive until production, reproduction, and distribution in media.

En el capitalismo, un trabajo artístico debe pasar múltiples puertas y filtros, agentes, editoriales, productores, imprentas, plataformas de streaming, por decir unas pocas, anes de que pueda ser distribuida a una audiencia masiva. En cada uno de esos filtros, los árbitros institucionales seleccionan mensajes pro-capitalistas y eliminan las posibilidades anti-capitalistas. Quizá pensemos en esto como una parodia de la evolución biológica con selección natural basada en nuestras condiciones ambientales cambiadas por selección ideológica basada en las fuerzas del mercado. Sólo aquellos trabajos artísticos que estén más alineados con la lógica del capitalismo serán seleccionados para sobrevivir hasta producirse, reproducirse y distribuirse.

Lo cierto es que las críticas siempre se ven veladas. Sobreviven las que pueden ser cooptadas o usadas para que unos pocos se den palmadas en la espalda. Pero no estoy hablando de ellas porque este libro no tiene ni una, ni un reflejo a lo que podrían ser las posibilidades (sólo una absoluta falta de). Me he topado muchas veces ya con este problema dentro de lo muy contemporaneo y quizá esta es la primera vez que es tan obvio: la incapacidad de aceptar una confrontación directa al sistema (pasa también con el cuento The Ones Who Stay And Fight de N. K. Jemisin, una historia que responde a Omelas sin haber entendido a su pregunta y que abordaré en un ensayo pronto). Para un libro que te hace creer en su subtexto que confrontará al colonialismo que retrata, la inacción de su trama es frustrante en todo sentido. ¿De dónde viene el miedo, si es que se le puede llamar así, finalmente, al conflicto? ¿Editores, agentes, escritores que saben qué es lo que vende y que vale la pena no incluir? Es sólo una teoría, en realidad. Quizá lo que ocurre es que hay quienes realmente no pueden imaginar otra posibilidad y eso es muy triste: nos deja con historias truncas como lo es Fireheart Tiger.

Quiero creer, simplemente, que podemos imaginar; hay que esforzarnos por hacerlo, tenemos una responsabilidad muy grande con nuestra imaginación. Pero podemos hacerlo. Paso a otro asunto.

La cultura vista como decorado y el lenguaje sin fondo

Aliette de Bodard tiene ascendencia vietnamita y decidió usar un escenario con claras alusiones a su cultura. El fondo, el palacio, los nombres, las formas, la historia, la educación. Todo evoca algo que no conocemos pero que no es muy diferente (también, creo que es porque Aliette de Bodard está escribiendo para una audiencia occidental y eso pesa: los agentes y los editores quieren que todo se entienda y a veces terminamos con libros sobreexplicados o con libros cuyo fondo sirve sólo de adorno a los lectores). No sé qué me frustró más: que este libro no tuviera fondo y que su forma se cayera a pedazos o leer reseñas (positivas, negativas, las que fueran) que trataban a su ambientación como un adorno. ¡Un libro vietnamita! (dicen, sobre todo los gringos que entienden leer diversidad como leer sólo a la diáspora y jamás algo traducido de otro idioma al inglés, lo cual les resta un montón de perspectiva, porque si la diáspora de cualquier etnia y cultura del mundo ya es increiblemente diversa y para nada monolito, la gente que escribe en otros idiomas también lo es). Y lo alaban o no lo entienden por ello mismo. 

Lectores que no entienden los honoríficos y sus posibles traducciones que dicen qué es raro que dos personajes se llamen "sister" (van a morir cuando descubran cómo se traduce gege del chino y cómo se usa en los romances gays) al mismo tiempo que alaban "¡qué bueno que haya un libro que retrate la cultura vietnamita!"; terrible, honestamente (qué bonito que retraten la cultura pero no me pidan que la entienda, eso es mucho). Hasta me dieron ganas de defender al pobre libro que me pareció pésimo, porque Aliette sabía qué quería rescatar en la historia, aunque fallara en el cómo.  

Bamboo Bridge in Cu Chi, Viết Chì Gỗ

Y es que tiene problemas de forma aunque sus referencias estén allí. El fonto se cae en el conflicto: pero la forma del lenguaje tampoco se sostiene: todos los personajes hablan igual sin importar de dónde vienen o cuáles son sus contextos (y para las pocas páginas que tiene, el libro es bastante variado en ese sentido) y todos hablan además igual que el narrador que es un narrador constantemente saltando a la cara de los lectores intentando tener frases que parezcan profundas y citables. Interrupciones cada dos párrafos para poner oneliners intentando ser quotable para no conseguir nada más que una molesta interrupción en el ritmo del libro. Su lenguaje no tiene ritmo alguno. No construye nada con él. Rescata historias vietnamitas sobre fuegos mágicos, pero lo hace de una manera tan plana que incluso, Guang, su mejor personaje, le queda a deber al espectador. Evoca un romance desesperado y fugaz en su aparición como los de Las mil y una noches y gran parte del lore asiático, pero lo hace con un lenguaje que no lo sostiene y nunca se avoca a esa pasión.

Lo primero que comenté al terminar el libro (que es una novela de fantasía con romance sáfico) es que me parecía muy instalove y resultada difícil de creer, no me resultaba verosímil. Luego pensé un poco de dónde podrían venir sus referencias y reconocí que hay cuentos e historias clásicas, específicamente de distintos lugares y culturas de Asia que han influido mucho las unas en las otras, donde el amor aparecía en una noche o en cuestión de horas. Todas ellas grandes historias, con lenguaje hermoso, donde no dudas de la pasión de los amantes ni de su desesperación y realmente crees que nació un amor profundo en cuestión de unas cuantas horas. Así que el problema no era el tiempo (que, con sonsonete, se puede leer en las reseñas que no es "realista", porque la gente de hecho ama esa palabra para hablar de fantasía y pedirle que sea lo que no es), sino directamente la forma. El lenguaje. Nada evoca una pasión desesperante, de las que hacen perder el sueño. La falta de ritmo de un narrador que intenta ser demasiado correcto llega a hacer inverosímil la historia de amor

Las conclusiones

¿Les recomiendo el libro? No. No puedo decir nada bueno de él (aunque sí puedo agregar cosas malas de algunos de sus lectores gringos blancos de los que no más querían ponerse el pin de leí diverso). El dragón no hace a la fantasía, bien lo dijo Ursula K. LeGuin y este libro es pura textura que se deshace al tocarla. Es una lástima, porque quería que me gustara, no sufrir una decepción tan absoluta como la que sufrí.  Pero bueno, intentando verle el lado positivo, creo que todas las lecturas dejan algo y a mí está me dejó este ensayo. Quizá vuelva a darle la oportunidad a Aliette de Bodard. Tengo la mala y buena costumbre (dependiendo del escritor) de concederles múltiples oportunidades hasta que me convenzo de que no es lo mío o de que hay cosas que sí son lo mío. Ya veremos.

Por lo pronto, ya dije lo que tenía que decir y nos vemos en la próxima reseña.

jueves, 20 de enero de 2022

The Order of the Pure Moon Reflected in Water, Zen Cho (o identidades trans dentro de la fantasía)

Portada de The Order of the Pure Moon Reflected in Water

Sinopsis: Zen Cho returns with a found family wuxia fantasy that combines the vibrancy of old school martial arts movies with characters drawn from the margins of history. A bandit walks into a coffeehouse, and it all goes downhill from there. Guet Imm, a young votary of the Order of the Pure Moon, joins up with an eclectic group of thieves (whether they like it or not) in order to protect a sacred object, and finds herself in a far more complicated situation than she could have ever imagined. 

Este fue uno de los libros que escogí para el GuadalupeReinas2021, sobre autora disidente. Ya conocía a la escritora y ya sabía que le gustaba abordar la existencia de las disidencias desde la fantasía, ciencia ficción y considerar otras propuestas en la narrativa de la fantasía y ciencia ficción. Leí The Terracota Bride (ya publicado en español como La novia de terracota) para un maratón de lectura en 2020 y me pareció una propuesta bastante brillante e interesante. Por allí tenía sus asuntos y todo, pero en general me dejó con ganas de leer más cosas de Zen Cho. Ella es una autora de Malasia, joven, que usualmente aborda a personajes LGBT+ en distintos contextos. No me sorprendió que esta novela no fuera la excepción.

Voy a dividir un poco la reseña en temas para no hacerme bolas porque tengo mucho que discutir sobre ella, a pesar de ser un libro pequeñito. Quédense si les interesa, no hay spoilers, no más preguntas, pensamientos por ahí y en general cuestionamientos.

El rescate de la estética wuxia escribiendo en inglés 

Antes sólo había leído wuxia que se había publicado originalmente en chino, por autores cuya audiencia principal era china y que no te explicaban nada sobre lo que era el tema porque asumían que entendías las convenciones del género, los temas y el tipo de fantasía que escribían (repetimos: su audiencia primaria era china; los que leíamos traducciones llegamos ahí de pura casualidad). Ya conté un poco sobre el género en la reseña de Mo Dao Zu Shi, pero igual lo voy a retomar aquí antes de contarles un poco más sobre la historia. 

La palabra wǔxiá está compuesta los caracteres chinos wǔ 武 (marcial, militar) y xiá 俠 (caballero, vigilante, héroe). Es un general que en general se refiere a a héroes que entrenen en algún tipo de artes marciales o energía (que podríamos considerar en la línea de las historias de caballería, pero en otro punto del mundo). A veces se habla de cultivación (otra forma de ver el mundo, tal cual la magia, influida por el taoísmo), aunque Zen Cho no rescata eso del todo (sino que habla de magia, directamente, aunque una magia extraña, que definitivamente tiene influencias más alejadas de las europeas; pudo usar otros conceptos para introducirlos en el libro, pero quizá tomó ciertas decisiones considerando a quién quería que la leyera). Si a los bandidos, héroes improbables, que van de un lado a otro huyendo de problemas que ellos mismos causan o de la guerra que asola al pueblo en el que viven (de lo cual me hubiera gustado más contexto, pero ahorita explico por qué). 

La ilustración de portada es de Sija Hong

Después de haberme enfrentado a obras chinas donde el wuxia era lo normal, lo esperado y nadie te explicaba nada demasiado fue curioso ver la aproximación de Zen Cho a su estética, a sus convenciones y a todo. Por un lado, no me parecía como lo que ya había leído de wuxia y por otro no tenía forma de saber qué tanto de eso se debía a que Zen Cho estaba escribiendo de su visión como escritora de Malasia y qué tanto se debía a que estaba escribiendo del género en inglés (un idioma que quizá no tiene todos los términos exactos) para una audiencia que no conoce las convenciones del wuxia, ni su estética. Respecto a eso, creo que hizo un buen trabajo. Nos presenta a un grupo de bandidos que andan huyendo de todos a la vez, porque viven en un mundo turbulento (lo que nos ayuda a presentar a este grupo que anda de un lado a otro, como forajidos y a veces héroes inesperados) y a una antigua monja que sabe poco del mundo porque pasó años en un templo, enclaustrada, lo que permite que le expliquen el mundo: todo esto pasó desde que te fuiste, por eso ahora huímos. Mi única queja va respecto a que a pesar de haberlo puesto todo en un mundo turbulento y hablar abiertamente de las consecuencias de la guerra (lo que significa para los credos, para los templos, para las monjas, los monjes, para sus dioses), nunca la cuestiona más allá de eso. La ve como algo inmutable, a lo que los protagonistas deben sobrevivir. Entiendo quizá de donde viene la visión (you know: tercer mundo colonizado), pero también me frustra esa visión que no la cuestiona más allá de presentar lo que los personajes hacen para sobrevivir.

O quizá soy yo, que comparto la visión tercer mundo que sufre aún las consecuencias del colonialismo y quiero cuestionar la guerra y el despojo que causa. Desde las pequeñas visiones, como la que propone Zen Cho con el grupo de bandidos y sus estrategias de supervivencia, y también desde otras aristas: por qué las poblaciones acaban por rendirse ante ellas, por qué las comunidades acaban arrastradas a las guerras de los poderosos. Entiendo que quizá el libro no tenía espacio para tanto, pero siento que allí hay cuestionamientos que pudieron ser aprovechados. Me gusta mucho, sobre todo, cuando se habla de los credos y qué es capaz de hacer la gente para preservar sus reliquias y evitar el saqueo y el despojo. ¿Los instrumentos sagrados de los templos tienen un precio o pueden venderse, sólo para evitar su destrucción y su despojo? ¿Qué significa entregar lo que crees sagrado? ¿Qué significa protegerlo? Todas las preguntas andan allí en el libro y aplican no sólo a la historia del sur de asia, sino a muchas comunidades y poblaciones (por eso me interesaba tanto que se abordara un poco también en ese sentido, allí estaba todo, pero bueno, quizá no cupo y no voy a andar quejándome de un libro por lo que no tiene, sino poniendoel dedo en lo que sí).

Ilustracion de Victor Tan
Arte de Victor Tan

Por otro lado, me encanta que se use el wuxia para cuestionar justamente algunos de estos despojos, las conveciones narrativas de esa parte del mundo. Me parece simbólico y muy interesante (también me hace cuestionarme: ¿por qué hay lectores que se cierran ante estas propuestas cuando no se las explican masticado?, ¿por qué no nos esforzamos en comprender otros géneros y narrativas si no son lo que esperamos, a lo que la hegemonía editorial, gringa sobre todo, nos tiene acostumbrados? Tantas veces he visto que les cuesta abrirse a narrativas latinoamericanas (a mismas personas que nacieron en latinoamerica), que me pregunto qué ocurre con las narrativas asiáticas, árabes, africanas, a quienes he visto más de una vez ser criticadas por no parecerse a lo que los gringos nos hicieron creer que es un estándar. Por eso me gusta lo que está intentando hacer Zen Cho (aunque sospecho que igual pasó por un proceso de edición en donde se intentó hacer "sencillo de entender" todo este asunto). 

En fin, ahora vamos al otro tema del libro y al que yo creo que es centran en este análisis.

Las identidades trans dentro de la fantasía

Esto pone a llorar a los señoros que lloran porque de repente hay negros en mundos fantásticos o hay mujeres haciendo cosas (y no nomás siendo las damiselas en peligro). O porque resulta que hay gays o lesbianas, que dicen que nos queremos meter en todos lados. Me resulta alucinante todo eso porque hay muchos señoros como ellos escribiendo de hombres musculosos en fantasía, con las convenciones que a ellos les gustan. Realmente quienes escribimos de otras identidades y otras disidencias en la fantasía seguimos siendo muy pocos (y quienes nos tachan de querer adueñarnos del mundo tienen miedo de descubrir que, por una vez, no son la mayoría). Aún estamos experimentando con las posibilidades y con el lenguaje, con los mundos que queremos construir, con qué queremos en ellos y qué deseamos cambiar. 

Ilustración por JACK Ca
Arte de JACK Ca

Uno de los personajes principales de The Order of the Pure Moon Reflected in Water es un hombre trans. Así lo explicamos nosotros, al menos, en esta veta de la realidad. Se explica que en ese mundo siguen estando fuera de la norma, pero es más común, más aceptado. Que la Diosa sólo acepta mujeres en sus templos, pero deja que cada quien decida sí se considera suficientemente mujer como para entrar a ellos. Que otras órdenes, para hombres, también tienen las mismas políticas. Seguimos, pues, ante un mundo en su mayoría binario, pero en el cual se atisban otras posibilidades y se reconoce el experimentar con la identidad, el reconocer que es un viaje en algunos casos y que cada quien sigue un proceso distinto. El protagonista fue parte de una orden de monjas. Y después ya no. Y no importa. Puede pasar y ese mundo lo acepta. Da esa posibilidad. Tet Sang no quiere que sus compañeros sepan que fue una monja y teme no ser lo suficiente como para gustarle a alguno de ellos. Le conflictuan aun cosas sobre su identidad y sobre como lo ven los demás (aun desea salvar las reliquias de la diosa, pero ya no es justo que lo llamen hermana, porque no es una mujer), pero el mundo en el que vive es mucho más amable con sus dudas y tribulaciones que este en el que estamos parados. 

Ahora viene una de las cosas que más me interesan de este libro: ¿qué ocurre cuando al explicar las identidades trans estamos en un mundo cuyas explicaciones son diferentes y el lenguaje es diferente y el estigma no existe igual y no hay una diferenciación tan marcada? ¿Existirían las mismas palabras, las mismas expresiones? ¿Cómo nos adaptamos a esos lugares imaginarios donde el odio no se refleja de la misma manera que en nuestro mundo, hilando lugares donde justamente eso sea posible? ¿Qué cambios ocurren al nivel del lenguaje? No creo que fuera el propósito de Zen Cho marcarse una tesis al respecto o quizá experimentarlo tan a fondo (esta es una novela corta y por eso la trama va volando y a veces hasta da tumbos consigo misma) pero resultó mi ejemplo perfecto para hablar del tema: es lógico que en nuestros mundos imaginarios nos atrevamos incluso a cambiar el lenguaje con el que nos referimos al mundo, a la identidad, al explicarnos nosotros mismos.

Fanart de Tet Sang
Tet Sang, por exMakina.

No creo que haya una respuesta correcta aquí sobre cómo debamos hacer las cosas respecto al lenguaje. No me gusta la idea de que exista un instructivo de "cómo escribir personajes trans en fantasía" porque, bueno, las personas trans no son un monolito. Creo que más bien debemos dar cabida a estas narrativas, que empiezan a verse de las manos de autoras como Zen Cho, aunque siga sin ser suficiente: si les pido que me cuenten cuántxs escritorxs trans en fantasía conocen, quizá tengamos un problema. Cada vez son más, pero no reciben las mismas oportunidades que otros. Quizá muchos aborden el tema de maneras distintas, quizá otros no deseen abordarlo (lo que mencionaba en Leer la diversidad: se confina a ciertxs autorxs a temas únicos que tienen que ver con quiénes son y nada más), quizá comprendamos algunas visiones y otras nos cuesten más. Lo que más me interesa de todo este tema es pensar que también el lenguaje (con el cual jugamos en la literatura) nos puede dar otras pautas y otras posibilidades para hablar de las identidades trans. Otros mundos. Pensar en aquello que deseamos construir en nuestras realidades.

Conclusiones

Leer este libro me hizo reflexionar mucho. Me hizo reír porque la monja, Guet Imm, es un personaje graciosísimo. Me hizo pensar en la guerra, en lo que nos dejan el colonialismo. Me hizo pensar en cómo escribimos de las identidades de trans y todas las posibilidades que tenemos para hacerlo, especialmente en la ficción imaginativa como lo es la fantasía. No es de mis libros favoritos porque creo que le hizo falta espacio para poder desarrollarse (su trama de hecho ya está bastante limitada en cuanto a temas, va muy al punto, dado que es una novela corta y lamento que no haya tenido unas pocas de páginas más) y que quizá pudo haber abordado más las reflexiones que ya tiene (no le voy a pedir las que no tiene) con un poco más de espacio.

Aún así, es un buen libro, me gusta como está escrito y algunas cosas que plantea y por eso les recomiendo conocerlo. Los personajes principales, Guet Imm y Tet Sang brillan bastante y podemos apreciar que a pesar de ambos haber sido devotos de la Diosa tienen visiones diferentes sobre la vida y el existir en el mundo. Eso me gusta mucho: a pesar de lo corto, los personajes están bastante bien perfilados. Sentí que con más páginas hubieran sido todavía más humanos. Sigo muy interesada en lo que Zen Cho tenga para decirme de su mundo y sus visiones, así que seguiremos informando. (Y lean La novia de terracota).   

Fotografía de Zen Cho
Zen Cho

Me gustaría que libros como este fueran traducidos, porque si el contenido sobre identidades trans es poco en inglés, en español hay que buscarlo abajo de las piedras (apoyen a quien lo escriba en español). Quiero que escritores trans tengan también la oportunidad de punlicar fantasía (si eso desean) y escribir sobre sus visiones de la realidad y de lo que quieran. Quiero que haya más libros que exploren el wuxia (incluso en español). Quiero seguir leyendo a Zen Cho. Me pregunto que podrá hacer de tener suficientes páginas para construir sus mundos (y desearía que también lo hubiera tenido en este libro).

jueves, 25 de noviembre de 2021

La canción de Aquiles, Madeline Miller | Reseña

Portada de La canción de Aquiles
Sinopsis: Dioses, héroes y hombres en un mundo aparentemente gobernado por el Destino. La más grande epopeya de nuestra civilización sigue presente hoy más que nunca. El joven príncipe Patroclo mata por accidente a un muchacho. Repudiado por su padre, es exiliado al reino de Ftía, donde lo acoge el rey Peleo, un hombre bendecido por los dioses, inteligente, apuesto, valiente y reconocido por su piedad. Tanto que se le concedió el más alto honor, la posibilidad de engendrar un hijo con una diosa: Aquiles. Aquiles es fuerte, noble, luminoso. Patroclo no puede evitar admirar hasta el último de sus gestos; su belleza y perfección hacen que sea incapaz de contemplarlo sin una punzada de dolor. Por eso no se explica que Aquiles lo escoja como hermano de armas, un puesto de la más alta estima que lo unirá a él por lazos de sangre y lealtad, pero también de amor. Así emprenden juntos el camino de la vida, compartiendo cada instante, cada experiencia, cada aprendizaje y preparándose para el cumplimiento de una profecía: el destino de Aquiles como mejor guerrero de su generación.

La reseña no puede ser cómo me quedé yo en mi charco de lágrimas y nada más, creo que necesito elaborar un poco más. 

No es secreto que me fascinan las reinterpretaciones o reimaginaciones a partir de los grandes poemas épicos de los griegos y los romanos. Se puede ver en mi blog: adoro Dido para Eneas, El velo de Helena, Lavinia. Los recuentos de la Iliada y la Odisea, incluso la Eneida, me fascinan todos. La figura de los héroes que proyectan, los conflictos y lo tremendos matices que le dan a las figuras de las que hemos oído hablar una y mil veces: Ulises, Aquiles, Eneas, Héctor. Hoy vine a hablar un poco de algunos de ellos, un mucho de Aquiles.

Fotografía de Madeline Miller
Madeline Miller

Madeline Miller se hizo muy conocida por este libro (al menos, en español yo empecé a ver su nombre por todas partes gracias a La canción de Aquiles) y yo busqué un poquito sobre ella para hacer esta reseña (sobre todo porque sospechaba que la ñoñez con la literatura clásica había salido de alguna parte). Tiene una licenciatura y un masters en Literatura Clásica en Brown y es profesora de Latin y Griego hoy en día. La canción de Aquiles ganó el premio Orange de Ficción en 2012 (y miren, si creen un poco en los premios, well deserved) y definitivamente sabe evocar a los poemas épicos mientras escribe. Así que, vamos por partes con este libro.

La figura de Aquiles

—¿Es cierto lo que dice?
—Lo es, pero hay más; él no te ha contado la peor parte —repuso con voz monocorde, como si las palabras fueran pronunciadas por una estatua—. Jamás regresarás si vas a Troya. Morirás joven allí.
Aquiles empalideció.
—¿Eso es cierto?
Eso es lo primero que preguntaban todos los mortales con incredulidad, miedo y sorpresa. «¿No soy yo una excepción?».
—Lo es.
Yo me habría venido abajo si Aquiles me hubiera mirado en ese momento, me habría echado a llorar y jamás me había detenido, pero no apartaba los ojos de su madre.
—¿Qué debo hacer? —inquirió con un hilo de voz.

Creo que al enfrentarse a las figuras de los héroes de la mitología habemos de enfrentarnos también a la idea de que son figuras complejas y llenas de matices, lo que hoy les encanta llamar "personajes grises" sin saber que existen desde hace miles de años (literalmente). Personajes llenos de dilemas y conflictos que recordamos como héroes por sus hazañas y por el destino que los dioses trazaron para ellos. Mitos que hemos contado y recontado y que cada vez, si quien los reimagina es realmente apasionado, nos dan algo más.

Pintura titulada La Furia de Aquiles
The Fury of Achilles, Charles Antoine

Para mí cada recuento de la guerra de Troya es triste: me cae muy bien Héctor, pero me cae muy bien Aquiles. No importa como termine, yo siempre lloro. 

Pero no es fácil competir con la figura de Aquiles. Héroe entre todos ellos, el mejor guerrero de todos los tiempos, que acudió a Troya no por un juramento, sino porque era su destino. No hay otra guerra. "Si vas a la guerra de Troya no volverás nunca, pero es tu única oportunidad de convertirte en el héroe que deseas ser". Verlo desde el punto de vista de Patroclo, que es quien narra la historia lo vuelve todo más desgarrador, porque Aquiles elige la gloria antes que una vida larga y pacífica. Elige la posibilidad del mito y la leyenda, antes que la tranquilidad. Después de todo, el príncipe de Ftía: ha sido críado para comandar ejércitos, para pelear, no puede negarse a ello sin esconderse o acabar con su honor concienzudamente. Y el enorme peso que Aquiles le da a su honor (y que otros le dan, como Tetis, que amenaza a Patroclo, advirtiéndole que no debe mancillar su honor bajo ningún motivo) pesa también en el libro, en las palabras de Aquiles, en lo que espera.

En La canción de Aquiles, él sabe de su muerte y eso lo vuelve también una figura trágica. Se atisba la desesperación de ganarle al destino al negarse conscientemente a atacar a Héctor. ¿Por qué lo mataría, aunque eso acabara con la guerra de Troya, si eso significa también su muerte? Después de todo, como al libro le encanta remarcar: Héctor no le ha hecho nada. (Porque la autora cuenta con que conozcamos la historia y eso le da el poder de mover los hilos correctos, poner las palabras correctas en los sitios correctos y recordarnos que, después de todo, La canción de Aquiles terminará por rompernos el corazón).

Fanart de Aquiles y Patroclo juntos en un columpio con el siguiente título: “He smiled, and his face was like the sun.”
“He smiled, and his face was like the sun.”
Arte de Arcane Gold (twitter, portfolio)

Ver a Aquiles desde los ojos de Patroclo es también enfrentarnos a todos los claroscuros de su figura. Aquiles, que toca la lira; Aquiles, que mata a toda una familia, pero deja vivo a un hijo para que su linaje no se extiga; Aquiles, que salva a las mujeres de las manos de Agamenón, pero ha matado a sus padres, esposos y hermanos. Aquiles, acostumbrado al aplauso y víctima de su honor, pero también el Aquiles más vulnerable, que le pregunta a Patroclo: si voy a Troya, ¿vendrás conmigo? (si camino hasta mi muerte, ¿me acompañarás?). Este libro nos recuerda una y otra vez que Aquiles no es sólo el héroe que mató a Héctor, Príncipe de Troya, sino el que también devolvió su cadáver a Príamo. ("Así celebraron las honras de Héctor, domador de caballos").

Al final, enfrentarnos a una figura más compleja de Aquiles que sólo el héroe que aparece en muchas versiones dulcificadas para niños (no olvidemos que hay una parte del mercado editorial que considera que adaptar los clásicos para niños es también despojarlos de cualquier complejidad que puedan tener), nos obliga a vera un ser humano completo como lo somos todos. Contradictorio, complicado, lleno de claroscuros, recordándonos que en historias como la Iliada, la separación entre héroes o villanos, si es que llega a darse, depente también de quién y cómo nos esté contando la historia.

La guerra de Troya (y su mito)

Aprendí a dormir de día con el fin de no estar cansado a su regreso, pues Aquiles siempre necesitaba hablar y contarme hasta el último detalle de los semblantes, las heridas y los movimientos de los hombres. Y yo deseaba ser capaz de escuchar para asimilar las sangrientas imágenes y pintarlas luego vulgares y corrientes en el vaso de la posteridad, y para librarle de ellas y conseguir que volviera a ser Aquiles.

Para algunos la guerra de Troya está metida en el imaginario popular gracias a Brad Pitt y al único papel que no ha matado a Sean Bean (yo no conecté nunca con la película, entonces...), otros conocemos a los Crayola Kids (si conocen esa adaptación de la Iliada, sean mis amigos, por favor). Lo cierto es que se ha contado un montón de veces según distintas visiones y perspectivas. Se ha recuperado la voz de Héctor, de Paris, de Helena, de Cassandra, de Briseida y otro montón de personajes que hoy forman parte del imaginario popular. Se ha eculubrado sobre Aquiles miles de veces y sobre su leyenda. Hay narrativas que parten del mito del amor a la guerra o que hacen más romántica la masacre troyana. Hay obras que así son hermosas a pesar del horror, ¿cuántos poemas épicos no lo son? (ya habla de eso Luned en El fuego verde de Veróica Murguía), pero Madeline Miller, desde los ojos de Patroclo, nos muestra otros detalles.

La entrada del caballo de Troya, pintura
La entrada del caballo de Troya, por Giovanni Domenico Tiepolo

Nos mete en la parte del campamento dedicada a los heridos, nos habla de las víctimas, de los muertos, de los despojos de la guerra, de los hombres que reclaman mujeres cómo trofeos para sí (y la manera en que insta siempre a Aquiles a pedir a las mujeres para sí, para salvarlas de peores destinos, como los de volverse concubinas de Agamenón). Dice: esto también es la guerra y esto también es una batalla. Pone énfasis en el ego de los hombres al reclamar sus tesoros, al alardear quien ha matado, aplaudir a los mejores guerreros, cuyas lanzas no fallan, habla también de la imagen de Aquiles que surge entre los soldados. (¿En qué piensa cuando mata a otros? En nada, porque quizá es la única manera en la que soporta la masacre, aunque luego la narre entera, para compartirla con Patroclo). 

Me gustan también esas imágenes. La que hablan de las esperanzas de los soldados y que también los muestran como humanos. Van a la guerra arrastrados por el deber, en busca de oro, porque deben seguir a un líder a quien le deben vasallaje; van en busca de gloria, creyendo que esta se esconde en la masacre, en la pelea y que el honor también está allí. Resulta interesante ir viendo todas esas perspectivas desde los ojos de Patroclo, que tiene una sensibilidad especial de la que voy a hablar más adelante. 

Achilles y Patroclo por awanqui ilustrations. Juntos y felices
Achilles y Patroclo por awanqi illustrations. (Art Station

En muchas reseñas vi que demeritaban mucho el trabajo de Madeline Miller diciendo que más de la mitad del libro era tan sólo un resumen de la Iliada. Y bueno, cada quien tiene su opinión, pero creo que eso es algo inexacto. Sí, Madeline Miller vuelve a narrar pasajes del poema épico que ya se conocen en varias versiones. Nos volvemos a enfrentar al engaño que Agamenón a Clitemnestra al mandar por Ifigenia, alegando que va a desposarla, cuando en realidad es el sacrificio que reclama Afrodita para que haya viento y las naves puedan zarpar. A la plaga que asola el campamento cuando Agamenón (que piensa con el pito la mitad del tiempo, sin importar qué versión de la historia leamos) ofende a Apolo secuestrando a una de sus sacerdositas, Criseida. Y sí, quizá uno pueda adelantarse, pero Madeline Miller para mí nunca dejó de ofrecer nueva perspectiva y de generar sentimientos en mí; su prosa, incluso traducida, tiene un lirismo muy interesante (del que suelen carecer los resúmenes, especialmente aquellos hechos sin pasión alguna; esos el único sentimiento que han llegado a causarme es furia por tenerlos que leer). 

Ahora sí, ya que hablamos un poco de la guerra, voy al punto que seguramente le interesa a todo el mundo: la relación entre Aquiles y Patroclo. 

Patroclo y el subtexto

—Di el nombre de un héroe que fuera feliz.
Me detuve a considerarlo. Heracles se volvió loco y mató a su familia. Teseo perdió al padre y a la novia. [...]
—No eres capaz. —Se incorporó y se inclinó hacia adelante.
—No.
—Lo sé, nunca te dejan ser famoso y feliz. —Enarcó una ceja—. Voy a contarte un secreto.
—Dime. —Me encantaba cuando se comportaba así.
—Yo voy a ser el primero. —Me cogió por la palma de la mano y la sostuvo con la suya—. Júralo.
—¿Por qué yo?
—Porque tú eres la razón. Júralo.

No es secreto que durante mucho tiempo se ha discutido del subtexto entre Aquiles y Patroclo. ¿Serían algo más de lo que el texto original dejaba ver? ¿Había allí alguna relación romántica? Estas lecturas, no sólo en esta obra sino en muchas otras, existen porque a pesar de estar en el año 2021 de nuestro señor, la literatura que se enfoca en personajes LGBT y en sus relaciones (con todos sus matices y complejidades) sigue siendo mucho menos que lo que consideramos hegemónico. Ya no es tan escasa como lo sería hace cien años, pero sigue sin ser lo que más existe. Se hacen lecturas como estas de Drácula, de El señor de los anillos o de cuanto libro y clásico se les ocurra. Muchos se llevan las manos a la cabeza y dicen "¡pero es que dos hombres pueden ser amigos!" y es cierto: hay ternura también en la amistad y la visión que hoy se tiene de la masculinidad es muy dañina y también ignora esto. Y también necesitamos representaciones sanas de amistad entre hombres (y entre hombres y mujeres, y entre mujeres), pero amistad y romance y sus múltiples lecturas nunca han sido cosas peleadas, porque en los ojos de cada lector hay una historia y leer es tener una y múltiples conversaciones y la variedad de estas es lo maravilloso (nunca buscar que existan menos). Por eso no es de extrañar que durante años y años y años y años la gente lea la Iliada y vea a Aquiles y Patroclo y hable sobre ellos. ¿Primos? ¿Amantes? ¿Amigos?

Mismo arte que Aquiles y Patroclo de Awanqi Ilustrations, ahora de lejos. Llamado A Fleeting Dream
A fleeting dream, por awanqi illustrations. (Art Station

Madeline Miller sostiene La canción de Aquiles sobre ese subtexto. Son amantes, dice. Trae una parte del subtexto al texto y sobre él construye la historia, con Patroclo al frente y en primera persona. Patroclo no es un héroe y, en La canción de Aquiles, ni siquiera es un guerrero destinado a la gloria. Quirón le dice: podrías ser un soldado decente con entrenamiento, ¿quieres serlo? y él responde no, muy seguro, recordando que ya una vez mató a alguien. Las virtudes de Patroclo no están en las lanzas ni en la pelea. Lo están en su sensibilidad, en su atención, en su ternura (lo cual le ha granjeado unos cuantos insultos en algunas reseñas, pues parece que en el imaginario todavía es muy difícil concebir a un soldado tan sensible, más aún al compañero de armas del mismísimo Aquiles). 

Para la historia resulta ser el contrapeso perfecto para Aquiles y quizá en eso radica su tragedia. Allí donde Aquiles sólo ve una mancha en su honor, Patroclo ve también a todos los que saldrán heridos cuando Aquiles se ofende. No duda en ir en su contra cuando se trata de proteger a alguien a quien quiere ni en hacerle frente como bien puede a Tetis, la madre divina de Aquiles (a quien también teme). Es menos ingenuo que Aquiles para algunas cosas y mucho más para otras; comprende por qué su amante cree ciegamente en su madre, aunque ella ser divina y, por ello, no piense en los sentimientos de los humanos como lo hacen ellos. Ver a Aquiles desde los ojos de Patroclo es maravilloso a la vez que desgarrador. Lo vemos a través de los ojos del dolor, pero también hemos de enfrentarnos a él cuando Patroclo está desesperado o dolido. Cuando se pone de rodillas ante él y le ruega que salve a los griegos. Que lo mande a él, a él frente a los Mirmidones, para salvarlos, para que la disputa entre Aquiles y Agamenón no acabe con la masacre de todos sus compañeros de armas. 

Fanart de Aquiles y Patroclo
Aquiles y Patroclo, por f e l i.

Adoré los matices de su romance al leer. Las cosas que se decían entre líneas. El miedo, la felicidad, sobre todo el amor. Madeline Miller nos ofrece la posibilidad, con su libro de decir que sí, en una de las tantas versiones de La Iliada que existen, Aquiles y Patroclo son amantes, sin lugar a dudas y descansan juntos. Aquiles y Patroclo, por los siglos de los siglos. Nos dice que, a pesar de la tragedia, fueron felices y que Aquiles soñó con ser el primer héroe que hubiera muerto feliz.

La vida después de La canción de Aquiles

No les voy a mentir, terminé de leer este libro en un charco de lágrimas. Sabía que iba a pasar porque La Iliada despierta esa clase de cosas en mí y a pesar de todo valió enteramente la pena todo el sufrimiento. Lo leí en el momento justo y preciso. Mi conclusión es que se los recomiendo mucho, con mucha fuerza y voy a recomendarlo en todas partes. Si les gusta la mitología griega y en algún momento se vieron interpelados por los héroes de la Iliada, La canción de Aquiles puede ser para ustedes. Y si no, pero de todos modos les interesa un poquito, pues los insto a que le den una oportunidad. Si lo leen, pues ya saben a donde venir a comentarme qué les pareció. 

Patroclo y Aquiles en el campo, tirados sobre la hierba, con la lira. Por awanqi ilustrations
Patroclo, Aquiles y la lira, por awanqi illustrations. (Art Station

miércoles, 10 de noviembre de 2021

El ángel de Nicolás, Verónica Murguía | Reseña

Portada del libro El ángel de Nicolás.
Sinopsis: Verónica Murguía ha reconstruido con doble sentido magistral diferentes momentos de la historia y del mito: por un lado, su estilo es una enseñanza serena y, con todo el peso del término, clásica del poder de la palabra; por otro, sus narraciones revelan con una sabiduría generosa el entramado sorprendente de algunos acontecimientos históricos de Occidente y de Oriente, el sentido más humano posible de las parábolas bíblicas y el secreto insustituible de las representaciones griegas. Si, como decía César Vallejo, ‘el arte descubre caminos, nunca metas’, no es ningún azar que El ángel de Nicolás, este libro hermoso y singular, comience en busca del idioma del Paraíso y termine con el cuerpo desollado del primero de los artistas flotando en ese eterno río donde nunca nos introduciremos dos veces.

Como a todos los libros, llegué a El ángel de Nicolás por casualidad. Había razones más que de sobra para leerlo. El nombre de su autora en la portada (encuentro que coincido mucho con la manera de pensar de Verónica Murguía y aunque no siempre me encanta lo que escribe, las últimas cosas que he leído me han dejado maravillada), el hecho de que sus cuentos retratan algunos acontecimientos históricos entre Occidente y Oriente (la pasión de la autora por la edad media árabe me encanta porque es una de mis hiperfijaciones en la vida) o que algunos abordaran acontecimiento narrados en la Biblia (creo que siempre es interesante dialogar con una obra que, a pesar de tener lecturas artísticas, porque no se puede negar que es literatura también han sido manoseadas como dogma por una parte terriblemente poderosa de las instituciones eclesiásticas), todo se fue juntando para que yo lo leyera.

Además, el último cuento que le leí en voz alta a mi mamá es el cuento con el que abre este libro. ¿Qué cosas no? (Y la última novela fue Noche en Tintagel).

Fotografía de Verónica Murguía
Verónica Murguía

Cuando lo recomentó Ale Arévalo (@soy_sputnik) porque fue un libro que se fue en las cajitas del Proyecto Soyuz (chéquenlo para que vean más o menos de que se trata lo que hace mi amiga) me sorprendí porque era un libro de Verónica Murguía del que no había oído ni hablar. Obviamente no he leído toda su obra, pero su nombre me resuena por allí y por allá y más o menos sé en que anda y El ángel de Nicolás me cayó de sorpresa. Ni el título, ni la portada, ni de dónde salía, nada había visto. Digamos, fue un libro que llegó a estrellarse enfrente de mí y me dijo: léeme. Y yo lo hice. 

Como mencioné, aborda historias antiguas. Un Rey que deseaba descubrir el lenguaje de dios y contrató nodrizas que tenían prohibido hablarle a los bebés y tan solo los escuchaban llorar. Un poeta. Sodoma y Gomorra, su horror y su belleza. Desde cada historia reconozco el amor de Murguía por esos personajes bíblicos, medievales, algunas historias que nadie parece querer rescatar, esos mitos puestos en otra perspectiva, contados de otro modo. Creo que hay pocas autoras mejor versadas para estos temas que ella, pero eso es ya una observación muy parcial sobre el tema.

El ángel de Nicolás es un libro que leí por lo bello de su prosa. ¿Qué tan hermosa puede ser la desgracia? O quizá esa es sólo la manera de contarla, hace que parezca más terrible del todo.  Quizá es la manera de racionalizar aquellas decisiones que todavía no entendemos, como la de la mujer de Lot al volverse hacia Sodoma. "Quise que lo último que vieran mis ojos fuera el lugar en que lo amé, [...] Por eso me volví". Después de tantos meses, lo que me queda más claro es eso: que lo leí porque la manera en que unía sus palabras era hermosa y hay muchas horas que matar en la silla de un hospital. 

La destrucción de Sodoma y Gomorra, por John Martin

De fondo, aunque las historias que Murguía son mucho más antiguas de lo que podemos imaginar, hay algo atemporal en ellas, algo que está escribiendo que es sobre nosotros mismos y nuestras propias búsquedas (y creo que eso es algo que caracteriza a los buenos escritores de fantasía, como lo es Murguía: nunca dejan de escribir sobre las pequeñas cosas y sentimientos que nos conciernen a todos como seres humanos aunque estén hablando de dragones, de bosques mágicos, de reyes crueles o de historias que acontecieron hace mucho tiempo). El tono de los cuentos recuerda a los mitos creados entorno a historias repetidas una y otra vez.

A las historias que se contaron de generación en generación y han sido recuperadas una y otra vez. Las versiones de Verónica Murguía son únicas porque son muy personales, son sus palabras, puestas sobre el papel con mucho cuidado. Y eso es lo hermoso de encontrar muchas versiones de una misma historia: siempre un pedazo del autor y del lector se quedan con ellas. Uno cuando las escribe y otro cuando las lee (por eso siempre tenemos reacciones y gustos diferentes respecto a la lectura: lo que pasa entre una historia y nosotros es súmamente personal y nadie puede arrebatárnoslo).

Herodias, por Paul Delaroche
Herodias, por Paul Delaroche

También me ocurrió que, en medio de estas historias, aunque a veces trataban de hechos terribles, no sentía que me ahogaba en ellos ni tampoco que la narrativa estaba buscando tan sólo una reacción de shock. Los cuentos no eran una alternativa a otra realidad más terrible a la que escapar para pensar que la mía no era tan mala ni tampoco un texto desesperanzado que intentaba ahogarlo a uno en el horror (eso que llaman realismo cuando quieren decir violencia desmedida). Murguía se ha esforzado mucho en desmitificar el amor por la guerra medieval y el cuento de El ángel de Nicolás sigue ese curso. Aborda los horrores de ella y en demostrar que no es todo vida o muerte, sino que hay más, pero deja que uno responda qué es ese más. Demuestra que ni siquiera lo poético (como lo es su proesa) a veces puede quitarle lo terrible al campo de batalla. Y así son todos sus cuentos. Sí, parece decir algunas veces, como con Sodoma: la tragedia puede parecer bella pero no deja de ser tragedia.

¿Les recomiendo el libro? Sí, por supuesto. Que se atrevan a acercarse a él y darle un vistazo; que, si les gusta, platiquen de sus cuentos y de sus historias, o se las guarden, si quieren. Lo que deseen. Ya les he recomendado mucho a Verónica Murguía en este blog así que saben que casi todos sus libros tienen mi sellito de aprobación. Es un libro corto que puede leerse en pausas o muy rápido, al fin y al cabo, cada quien lee a su estilo (el chiste, al final, es que lo disfruten).

miércoles, 15 de septiembre de 2021

Noche en Tintagel, Verónica Pazos | Reseña

Portada de Noche en Tintagel de Verónica Pazos

Sinopsis: Era una noche de lluvia cuando Uther Pendragon se enamoró de la esposa del conde Gorlois. También lo era cuando suplicó a Merlín que le diera el rostro de su enemigo por tan solo el espacio de una larga noche, aunque entonces no fuese consciente de cómo de larga sería. La lluvia siempre es más espesa en Tintagel, la noche siempre es más aterradora en la guerra, Igraine siempre es más bella cerca del mar. La batalla ya ha sido librada cien veces en los sueños del destino.

Podría no hacer sido una tormenta tan violenta, podría no haberse hecho de noche, Gorlois podría no haberla enviado a Tintagel, Uther podría no haber suplicado a Merlín hasta que su voz se hubo marchado, ya agotada, hacia el mar. Pero es una tormenta muy violenta, es una noche muy cerrada, Tintagel está sobre el agua y Uther está en Tintagel. 

Así empieza este libro que conseguí y empecé específicamente porque trataba algunas cosas que me interesaban del ciclo Artúrico. Como Igraine, la Reina, la mamá de Arturo, a la que Uther había violado (o no, depende de la versión de la historia) porque se había quedado prendado de ella en una obsesión muy poco sana para todos y muy beneficiosa para Merlín (puesto que el rey que estaba predestinado, o sea, Arturo, nacería de esa unión). El libro cuenta tan sólo la historia de lo que fue una noche en Tintagel (un castillo medieval que sí existe, situado en North Cornwall) y también para el Otro Lado, el otro mundo que muchos conocen como Faërie. 

Tintagel, en Gran Bretaña
Tintagel

Y hay dos cosas que quiero tratar especialmente en esta reseña, así que la voy a separar en dos, igual que el libro, que está separado en dos partes.

Igraine en este lado

—[...] Cada día, a partir de hoy, solo veremos amanecer, prohibiré la noche, cuando venzas a Uther y seas el rey de toda Bretaña y yo, tu reina... —dice, al fin mirándolo—. Entonces te pediré que prohíbas la noche, que ordenes a tus arqueros que apunten sus flechas hacia la luna y que no cesen sus disparos hasta que los primeros colores del arrebol rasguen el cielo como una tela barata.

En la materia de Bretaña, Igraine es conocida por ser la madre de Arturo (y creo que todos sabemos sobre el rey Arturo). Se convierte en la esposa de Uther Pendragon, el padre de Arturo, tras la muerte de su primer esposo, Gorlois de Cornualles. Y otras veces la historia se va por muchos lados, depende de qué versión se lea y que tanto detalle sobre Igraine se encuentre. Muchas versiones coinciden en que era considerada muy hermosa, capaz de hacer perder el aliento a los caballeros, lo que causa que incluso Uther se enamore de ella y acabe haciéndole la guerra a Gorlois con tal de tener una excusa de quedarse con su esposa. Así, pues, Gorlois deja a su esposa en Tintagel, un castillo que, se dice, es imposible de asediar, puesto que el agua lo rodea. Y este libro narra la historia de la noche en la que Uther consiguió entrar en Tintagel y engañó a Igraine creyendo que era Gorlois (ayudado por Merlín, a quien le interesaba mucho que Arturo naciera y había una profecía) para acostarse con ella y todas esas cosas que hacen los hombres pendejos que creen que una mujer les debe afecto. Y así, pues, lo vemos desde sus ojos.

—El destino es esta noche. —Uther no duda cuando responde, siente la verdad pegada a su lengua como el sabor de un asado bien especiado—. Que yo esté aquí, que tú estés aquí, que la luna esté hermosa, que tú lo estés más, que las sábanas sean tan suaves, que tú lo seas más. El destino es como esta noche. Esta noche está destinada a terminarse.

Tintagel Castle, por Karine Villete
Tintagel Castle, por Karine Villete

Muchas veces, cuando lo que importa es Arturo y su historia, Igraine tiende a volverse una figura desdibujada (ella no crió a su hijo, por ejemplo) a través de la materia de Bretaña. Es el nombre de una mujer, a veces, tan solo y nada más. Sin embargo, si he encontrado muchas escritoras (sobre todo ellas, aunque hay excepciones) que rescatan los nombres femeninos de la materia de Bretaña y construyen sus historias, re interpretaciones, re imaginaciones y lo que se les ocurra con ellos. Un ejemplo es Marion Zimmer Bradley, que recupera a Morgana y durante la primera parte de Las nieblas de Avalon (en español editado como un pequeño volumen llamado Experta en Magia), también a Igraine y elige escribir un romance con Uther que se repite a través del tiempo y las reencarnaciones, cambiando la leyenda y removiendo a Igraine del papel de la víctima. En su tiempo sí me pareció una reinterpretación interesante, debo decir (aunque debo terminar toda la historia), pero hoy vine a hablar de otro recuento de esa noche en Tintagel. 

Uther, con el rostro de Gorlois, se introduce en el castillo y pretende engañar a una Igraine muy lista, desconfiada, que no duda en cuestionar lo que ocurre en esa noche tan larga. Además, a través de Igraine me pareció que Verónica Pazos aprovechaba para explorar la vida de las mujeres nobles en esa época. Es interesante porque una cosa a la que siempre se enfrenta uno cuando se habla del Medievo es a todas las preconcepciones que la ponen como una época en la que se atrasó la ciencia, no existió ningún avance y es como un hoyo negro en la historia de Europa. Tan, tán. Las mujeres eran todas pobres desgraciadas sin nombre, partidas por el mismo molde (creo que esto ya se desmiente con recuentos de la historia de las mujeres tales como lo tiene Kollonati en La mujer en el desarrollo social o incluso Simone de Beauvoir en El segundo sexo); hoy todo lo que nos parece bárbaro e imposible es adjudicado sin más a la edad media y listo. Los clichés de la Edad Media son tantos y tan selectivos que ya hasta me río de ellos. No porque no fuera una época en la que no pasaran cosas malas, no: es que me da risa que existan autores rancios que justifiquen la violencia a la mujer que ponen por shock value en sus libros, sin sensibilidad alguna, como realismo porque "así eran las cosas" (y sólo se preocupan por ese realismo, nada más, nada de la higiene, nada de las enfermedades, nada, sólo la violencia; ese y no más) como también me da risa cuando se pone al supuesto "realismo" por encima de las historias (aunque esto me da menos). 

Castle on the rocks, Thomas Salonga
Castle on the rocks, Thomas Salonga

Redescubrí el medievalismo de la mano de muchas escritoras (por ejemplo, Verónica Murguía con El fuego verde) y le volví a abrir las puertas a algo que estaba lleno de señores de hoy peleándose por quién ponía más violencia gratuita nada más porque sí. Verónica Pazos también ha sido un pasito pequeño en todo el redescubrimiento que llevo y en mi obsesión a la materia de Bretaña (la cual he escrito, reimaginado, deshecho, convertido en millenial, movido y todo lo que a ustedes se les ocurra). Siento que especialmente las autoras contemporaneas que están escribiendo un poco al margen de lo que se impone en el mainstream gringo tienen cosas muy importantes qué contar y tienen cierta sensibilidad especial para hablar de los personajes femeninos y muchas veces salirse de a dicotomía de la guerrera fuerte vs la doncella débil y explorar otros arquetipos. Igraine no demuestra usando la espada como una guerrera y, aunque yo amo a las personajas que lo hacen, también me parece importante que existan ejemplos en los que el intelecto, la audacia y astucia demuestren la fuerza de un personaje.

Durante casi la primera parte observamos a Igraine desde los ojos de Uther que finge ser Gorlois. Tanto para él como para los lectores, forzados a enfrentarse a la mirada obsesionada y parcial de Uther, Igraine es un misterio. No es hasta después que ella misma se asoma hacia la narración y leyendo somos testigos de quién es realmente Igraine, fuera de ser la esposa de Gorlois o la obsesión de Uther, que intenta explicarla desde sus ojos, sin ser capaz de hacerlo. Me pareció una manera interesante de tratar el tema porque cuántas veces no hemos visto mujeres escritas y definidas a partir de las miradas de los hombres que las rodean. Aquí primero vemos a Igraine con un Uther terco por definirla así y luego tenemos que enfrentarnos a su figura de frente, sin ningún tipo de mirada masculina.

No deseo que me elijáis porque mi padre es rey o porque mi madre está muerta y eso os apena, o porque mis hermanas están prometidas, o porque este castillo está en la frontera de reino y eso os favorece, o porque mis hermanos varones son infantes y débiless [...]. O porque os parezca bella, como yo tampoco deseo elegiros porque así me lo parecéis. [...] Deseo que toméis entre vuestras manos mi líquida alma y de ella bebáis hasta notar el cuerpo pesado y la mente ebria. Deseo que, cuando mi sangre se haya mezclado con la viestra y ya no podáis distinguirla, entonces sostengáis mi corazón desnudo prieto entre nuestras manos hambrientas y que, devorándolo hasta la saciedad, deseéis que no haya podido ser de otra forma.

 Arawn en el otro lado

Merlín hace la noche más larga de lo que debe y el mundo debe pagar las consecuencias. El otro lado (Faërie, el País de los Elfos, el Reino Peligroso o como sea que lo conozcan) también se enfrenta a las consecuencias del hechizo que el merlín llevó a cabo para alargar la noche de Tintagel y que fuera concebido el hijo de Uther e Igraine. Aquel lado que no conoce la muerte porque tampoco conoce el tiempo, ni la empatía, donde los elfos y las hadas hacen fiestas y se deleitan convirtiendo a sus humanos favoritos en estatuas o devorando a los niños que cambian para que sus vástagos puedan sobrevivir protegidos en el lado que conocemos.

Forest of Fairies de Christian Harimuti
Forest of Fairies de Christian Harimuti

Sin contarles la trama, ese lado también aparece, con Rhiannon a la cabeza (una de las figuras más proponentes de los mitos celtas) y la historia de Arawn, dios astado, el rey del Otro Lado. Siempre me ha gustado una buena historia que sepa conectarse al folclore, porque toda la fantasía está parada un poco sobre él. Silvia Plato, en Breve historia de la fantasía (un libro sobre el que tengo pendiente hacerles algunos apuntes por aquí), habla sobre la materia de Bretaña y todo el mito que la rodea de una manera que me parece muy atinada (en mi caso, al menos, como lectora y escritora): 

Y es que quien sucumbe una vez a la leyenda artúrica, irremediablemente, sucumbirá mil veces más y no podrá evitar que terminen cayendo en sus manos todas las obras que resuenen con los ecos de la Dama del Lago.

Alrededor de la leyenda artúrica tenemos un montón de mitos y folclore que todavía nos rodean y que seguimos explorando. Sucumbiremos mil veces más leyendo, buscando, disfrutando, escribiendo. Este libro me gustó porque me da una provada de lo que estilísticamente es capaz Verónica Pazos y aunque por momentos pensé que no sabía a dónde iba a llegar (quizá uno de los únicos problemas, que sentí que al principio dio unas vueltas más de las necesarias; pero como la prosa era muy preciosa disfruté muchísimo el viaje de todas maneras). La segunda parte, por el contrario, me pareció mucho más vertiginosa al ver a los personajes enfrentarse al Otro Lado y a lidiar con las reglas de ese mundo y la magia. 

Rhiannon cabalgando en Arberth

—[...] Cuando un humano muere en vuestro Lado, su alma se convierte en un fantasma, todavía guarda la forma de su cuerpo. Sin embargo, cuando muere en Este Lado, en nuestro Lad, las fuerzas de la magia aplastan su contorno, lo reducen hasta hacerlo indistinguible, pierde toda humanidad porque este reino no conoce la humanidad, no conoce la muerte.
—¿Convertirlos en estatuas es un acto de piedad? —Uther apenas contiene la risa.
—No, es un acto egoísta. Los miembros de mi corte convierten en estatuas a sus amantes para poder observarlos siempre, mantenerlos vivos como ellos, tan inmortales. La gente blanca no puede morir por el paso del tiempo, porque en Este Lado no conocemos el tiempo.

Tolkien llamó a ese mundo, ese lado, ese otro lugar, el Reino Peligroso precisamente porque no era un lugar rosa pastel al que fueras a tomar té con las hadas. Sí, se puede hacer tratos con esas criaturas, pero a veces el precio del trato es mucho más alto que lo que sacarás a cambio (y todo este libro es prueba de ello). Últimamente he estado muy acostumbrada a ver libros que pretenden llamarse fantasía por tener uno o dos elementos de adorno (recordemos que el dragón no hace a la fantasía) y que me cuentan intrigas palaciegas nada más (nada contra ellas, me gustan mucho, pero el dragón no hace a la fantasía, repito; no me interesan las historias donde la magia no tiene consecuencias, tomamos tecito con las hadas y no hay nada peligroso en el Reino Peligroso...).

Amanecer en Tintagel (conclusiones)

¿Les recomiendo este libro? Sí. Fin.

No es cierto, me voy a extender más. Creo que es una buena obra para ver qué es lo que puede ser la fantasía hoy y cuál puede ser el panorama del momento, sobre todo en español, donde sigue siendo un género mal entendido, despreciado y que todavía no tiene el auge que en este momento tienen el fantástico, la ciencia ficción y el terror (que sí, hay hibridaciones que me resultan muy interesantes, pero pongámonos por un momento en el papel de la fantasía solito). 

Me dejó deseosa de leer más a Verónica (que además si se dan una vuelta por su tuiter verán que tiene más proyectos de fantasía y medievalismo; editoriales, denle casa) y seguir conociendo sus letras. Noche en Tintagel lo encuentran en Onyx Editorial (lo que significa que para este lado de charco sólo está en digital y a estándar de euros, la buena accesibilidad...) por si esta super reseña conseguió hacerlos que se interesaran un poco más por él.

Ahora sí no me extiendo más, nos vemos en la siguiente reseña.

lunes, 30 de agosto de 2021

Tiān Guān Cì Fú, Mò Xiāng Tóng Xiù | Reseña

Ilustración de TGCF por STARember
Ilustración de STARember (lofter; weibo)

Sinopsis: Hace ochocientos años, Xie Lian era el Príncipe Heredero del reino de Xianle; uno que fue amado por sus ciudadanos y recibió el amor del mundo. Como era de esperar, ascendió a los cielos a una edad muy temprana. Ahora, ochocientos años después, Xie Lian asciende a los cielos por tercera vez como el hazmerreír de los tres reinos. En su primera tarea como dios, se encuentra con un misterioso fantasma demoníaco que gobierna el purgatorio y aterroriza a los cielos... 

Those who have known each other for decades can become strangers in a day. We met by chance, and we may part by chance. If we like each other then we shall continue to meet; if we don’t then we shall part. There’s no banquet in the world that doesn’t come to an end, so I’ll say what I want to say

Seguramente si siguen mi blog o cualquiera de mis redes sociales han oído hablar de MXTX (Mò Xiāng Tóng Xiù, pseudónimo de una escritora super reconocida de danmei) y quizá sepan qué es o a qué se le llama danmei. Este año me junté con algunas amigas para leer varias novelas del género (Mo Dao Zu Shi y Golden Stage han sido las lecturas por lo pronto) y explorar un poco de qué iba el asunto. La tercera elegida fue, por supuesto, Tian Guan Ci Fu (Tiān Guān Cì Fú en pinyín, 天官賜福) que se traduce al inglés como Heaven Official's Blessing o al español como La bendición del oficial celestial (o del oficial del cielo, como les suene más bonito).

Para no hacerles el cuento largo les vuelvo a recordar a qué nos referimos con danmei y ahora sí, les cuento del libro en sí. Danmei es una palabra china (耽美; dān měi) que se traduce al inglés como indulging beauty y se usa para hablar de las historias BL en china (para el GL existe otra denominación) que generamente se publican como webnovelas por entregas (aunque no son lo único, ya en Planetas invisibles Ken Liu, compilador, remarcaba el auge de la publicación digital en China y cómo está cambiando al mercado). Dentro del danmei se agrupan muchos muchos géneros. Se puede leer romance histórico (como Golden Stage, y en su reseña hablé un poco de las claves del romance fuera de la litratura mainstream y occidental), slice of life, suspenso, terror, ciencia ficción, híbridaciones entre todo eso y, por supuesto, fantasía. En china existen varios subgéneros de la literatura de fantasía que no se suelen voltear a ver desde el mundo occidental y justo hoy vamos a hablar un poco de esto. 

Como nota, si quieren leerla, las únicas traducciones disponibles están hechas por fans (aunque próximamente saldrá un traducción en inglés, porque fue licenciado por Seven Seas). En inglés, me escriben a mis redes o a mi correo (barra lateral); en español, aquí pueden encontrarla (aunque en pdfs con calidad variable): Tian Gian Ci Fu en español. No la leí en español (con excepción de los extras), sólo puedo advertir que se trata de una traducción amateur.

Xianxia (u otras claves de la fantasía)

Ilustración de STARember, Hualian

Ilustración de STARember (lofter; weibo)

Xie lian smiled wistfully. "San Lang, things aren't always that absolute. Sometimes, it's not up to you to decide if the path is easy to walk."
Hua Cheng said softly, "I might not be able to decide whether the path is easy or not; but whether I tread the path is entirely up to me.” 

Cuando hablé de El gran maestro de la cultivación demoniaca (Mo Dao Zu Shi, para los amigos) les conté un poco de qué era el wuxia (武俠; wǔxiá), un tipo de literatura heroíca y fantástica que predomina mucho en china y que quizá si no conocen por la literatura (no he encontrado demasiadas obras super accesibles en el mundo), sí por el cine, que es muy característico y del que la novela tiene varias influencias. Ahora toca el turno de hablar de otro género muy cercano: el xianxia (仙侠; xiānxiá). La palabra xianxia está compuesta por dos caracteres chinos: xiān 仙 (ser celestial o inmortal) y xiá 俠 (caballero, vigilante, héroe, que recordarán también de wuxia). Literalmente podríamos decir que significa héroes inmortales. En estas historias los héroes son cultivadores y usualmente tratan de alcanzar la inmortalidad por medio de la cultivación (explicado en modos muy bárbaros podríamos decir que es como algún tipo de magia, pero claro, estamos hablando de conceptos orientales con influencias orientales que poco tienen que ver con el concepto de la magia que se ha gestado en el mundo occidental... aunque para otro día nos dedicamos a responder qué es la magia y descubriremos que hay muchos autores con concepciones muy particulares de ella). Son obras con muchas influencias budistas y taoístas; en las historias apareces dioses (o budas), inmortales, demonios (aunque seguro la palabra no es esa, pero no creo que exista una traducción exacta para algunos términos) y muchos elementos de la mitología china. Se dice que esta es la "alta fantasía", pero bueno, después hablamos de cosas como alta y baja fantasía y cómo operan las diferencias en este tipo de obras.

Tian Guan Ci Fu es xianxia de cabo a rabo. Sus protagonistas son cultivadores inmortales que han ascendido a los cielos y se han convertido en dioses o, por el contrario, fantasmas que se han quedado atrás porque aún tienen algo que los ata al mundo. La cultivación y los poderes espirituales están presentes, así como una gran parte del folclore chino como lo dice la misma escritora en el postcript de la novela (aunque no usa a personajes mortales preexistentes, sino que tomó algunas cosas para traer a la vida a Xie Lian y a Hua Cheng). También MXTX dice que le parece que TGCF tiene cierto aire a diario de aventuras (no lo niego, es un libro donde varias aventuras que podrían parecer episódicas en algún principio van uniéndose hasta encontrarse como parte de un todo más grande); sus raíces con el folclore no pueden negarse tampoco. Pero yo tengo algo que agregar.

A mí me gustó desde el principio porque tiene un aire a cuentos de hadas. Es difícil de explicar a qué me refiero cuando hablo de esa atmósfera que es más que nada una sensación. Tiene que ver con el estilo (en donde debo reconocer que tanto MXTX como Suika, la traductora que lo hizo en inglés, se la rifaron mucho para entregar una historia de este calibre). Fuera de algunas elecciones de palabras que yo no habría hecho (sobre todo cuando hablamos de maldiciones) porque rompen un poco con la atmósfera (y no siempre, puedo contar esas veces con mis deditos, lo que para 2,700 páginas es increíble), el estilo de la novela tiene hasta cierto ritmo musical. Leer esta novela me recordó a estar leyendo Las mil y una noches porque había cierto deje de poesía en ella (insisto, una traducción profesional en español sería algo muy interesante de ver, aunque la que existe ya tiene muy buena calidad) y en los cuentos de Las mil y una noches la poesía es de las cosas más importantes.

También me recordó a Grimm, a Perrault (compiladores de cuentos clásicos por excelencia), al tono con el que se narran los mitos y leyendas, a la cadencia que tienen las historias contadas en voz alta, de generación en generación. Es algo extraño de encontrarse en un libro. Y Tian Guan Ci Fu lo tiene, aunque no sea mirado desde el mainstream (fantasía, BL, publicado en la web) y ni siquiera desde algunos rincones de la fantasía (es BL, mantenido enteramente por el fandom desde este lado del charco, e incluso en estos círculos tiende a despreciarse lo que se considera escrito como "fantasías para mujeres heterosexuales"..., ya saben, porque a estas cosas en el imaginario de la gente no las leen mujeres LGBT, ni hombres de ninguna clase... Mentira cochina, pero así estamos). Una de las grandes virtudes de este libro es la construcción de su propio mito. 

Dice Ursula K LeGuin que no es difícil tomar elementos de otros mitos o del folclore (en El idioma de la noche, su libro de ensayos). Después de todo, estamos parados en los hombros de gigantes que llevan escribiendo fantasía años y años antes que nosotros; muchos de quienes escribimos fantasía somos también apasionados de la mitología y de las historias que llevan ya no sólo cientos de años, sino milenios entre nosotros. Lo difícil es buscar dentro de nosotros y crear el mito, construirlo tan sólo con el poder del lenguaje, poner los cimientos en una historia. Desde el principio, con Tian Guan Ci Fu, tuve la impresión de que MXTX lo iba a lograr, por como abre el libro con la historia de Xie Lian; al final, no me quedó ninguna duda. Sí, me está contando el romance entre Hua Cheng y Xie Lian, sus protagonistas, pero también los dibuja como un mito que trasciende después de ellos. El dios recolector de basura y el Rey Fantasma.  

Mo Xiang Tong Xiu se tomó 2700 páginas (al menos con la traducción al inglés) para esbozar su mito. Lo hizo con cuidado, hilando historias alrededor de más o menos ochocientos años de historia. La histori oral es de gran ayuda: las historias pasan de boca en boca durante siglos. La gente recuerda y también olvida. La leyenda de Lluvia Carmesí que Busca la Flor (Xuè Yǔ Tàn Huā, 血雨探花; en inglés Crimson Rain Sought Flower) vive entre los protagonistas de este libro, que temen al Rey Fantasma que responde a ese título, Hua Cheng, uno de los protagonistas. El príncipe heredero de Xianle, Xie Lian, por otra parte, es olvidado por muchos después de haber caído en desgracia y sólo unas cuantas historias permanecen. Y las historias acompañan las páginas, de boca en boca, con la peculiaridad de que sus protagonistas siguen vivos y algunas veces las escuchan también.

Personajes de TGCF, arte de STARember
Personajes de TGCF, arte de STARember (lofter; weibo)

La fantasía de este libro no la hacen tanto los dioses, los fantasmas y los poderes espirituales de este libro; tampoco la cultivación. Esos son elementos del género a los que quizá no estamos acostumbrados, porque en el mundo occidental solemos encontrarnos con dragones más europeos, castillos medievales que uno se encuentra en Europa y otras criaturas de ese folclore (realmente la fantasía a veces no voltea a ver a otros mundos mitológicos y aunque las raíces europeas son hermosas, no son todas las que existen). Sin embargo, de nada sirve tener una decoración hermosa si quien escribe no imagina. Dice Ursula K. LeGuin (hablando un poco de la fantasía estadounidense, pero el punto me sirve para algo):

Se da por supuesto que, si en un libro salen dragones o hipogrifos, si está ambientado en una época medieval con resonancias celtas o de Oriente Próximo, o si en él se obra magia, se trata de fantasía y no es así.
Un escritor puede desplegar hectáreas de artemisa y paredes rocosas sin conseguir un western de verdad, si no conoce el oeste. [...] Del mismo modo, se puede usar el boato de la fantasía sin llegar a imaginar nada en ningún momento.

Me encuentro con cosas así toda la vida. Historias con un poco de decorado (celta, nórdico o de cualquier cultura y folclore) que se llaman a sí mismas fantasía y aunque dicen tener hechizos, no hay ni una pizca de magia. Así que, volvamos a Tian Guan Ci Fu: estoy enamorada de la historia porque no se observa ninguna clase de falsificación en ella. Usa elementos conocidos en el género xianxia (a los que obviamente todavía me estoy acostumbrando, pero quiero explorar más) e imagina cosas hermosas sobre ellos. Es cierto que el arte de Tian Guan Ci Fu es hermoso (tanto en la adaptación que tiene a donghua como la que tiene a manhua), pero es gracias a que la prosa de MXTX permite pintar esos paisajes y esas imágenes. La fantasía está en el lenguaje, las palabras, el uso de los recursos a su alcance. Fue impresionante leer todo esto y además hacerlo con una traducción tan cuidada al inglés (aunque amateur). 

By Heaven Official's Blessing, No Paths Are Bound!

Hualian (y el romance)

Ilustración de STARember, Hualian
Ilustración de STARember (lofter; weibo)

The one standing in infinite glory is you; the one fallen from grace is also you. What matters is ‘you’ and not the state of you. 

Xie Lian, anteriormente el príncipe heredero del reino de Xianle, es, en palabras de la propia autora, un perdedor. Con frecuencia se siente fuera de lugar (y se nota que lo está), ha sido el hazmerreír de toda la corte celestial en diversas ocasiones, constantemente no sabe si reír o llorar, tiene la peor suerte del mundo, cocina tragedias (es muy entretenido ver a los demás personajes huír de sus ollas cocinadas con tanto amor), ha pasado por mucho y en las primeras páginas uno no entiende muy bien qué es lo que ocurre con él o qué ha estado haciedo por ochocientos años (además de recolectar basura) hasta que sigue leyendo y va deshaciendo las capas de Xie Lian poco a poco. Hua Cheng, por el contrario, es un misterio. Uno aprende de él por lo que otros dicen: su leyenda lo precede. El Rey Fantasma que nadie en la corte celestial quiere toparse de frente, puesto que ya la sumió en caos una vez. Quién es y qué quiere son preguntas que no se responden hasta que pasan páginas y páginas de historia. Su leyenda se construye con cuidado para desvelar a la persona que se encuentra en ella. Esos son los dos protagonistas de la historia. 

A su alrededor orbitan dioses y fantasmas por igual, muchos de los cuales esconden cadáveres en sus armarios. Algo que apreció de MXTX desde que leí su libro anterior es la capacidad que tiene para hablar del bien, el mal, la justicia y la bondad de maneras tan complejas como lo hace con sus personajes. Sabe hablar de matices y de las cosas terribles que se hacen buscando el bien, o de los personajes a los que les gana el egoísmo o de aquellos que pierden la fe para volverla a encontrar. Hay varias escenas muy reveladores en el pasado de Xie Lian sobre perder la fe en distintas cosas y encontrarla de nuevo poco a poco (en un libro de dioses cuyos poderes dependen de cuántos seguidores tengan, por supuesto que íbamos a hablar de fe). Por supuesto, estamos hablando de una cosmovisión muy distanta a la católica o cristiana (que priman en América Latina) y otro modo distinto de ver el culto y la fe, lo cual es también muy refrescante. Los sentimientos, tan humanos, podemos reconocerlos incluso cuando hablamos de culturas tan diferentes. 

Heaven Official's Blessing; donghua
梓泽未墟, imagen del donghua, bilibili

Para mí Xie Lian y Hua Cheng son el alma del libro. La historia es de Xie Lian, le pertenece entera; Hua Cheng no sería sin él (y en cierto modo, también lo complementa). Me gusta mucho el romance pero en la fantasía, específicamente, me agota cuando le ponen adornitos de magia a una historia que de fantasía no tiene nada para contarme intrigas de palacio (y créanme, las intrigas de palacio me fascinan, aunque en su género). Aquí la fantasía se complementa muy bien con el romance y al revés. Incluso MXTX dice que, de las tres parejas principales que ha escrito en danmei, esta es la que tiene sus raíces más puestas en el folclore (y se nota, por eso los adoro). Adoro que sean personajes complejos, que Xie Lian sea bondadoso a pesar de todo, que Hua Cheng también pueda avergonzarse, aún siendo Rey Fantasma. Su romance es parte central de la trama y es precioso verlo desarrollarse poco a poco, tiene magia propia (y aquí podría ponerme a chillar sobre ambos, pero no tenemos tiempo y ustedes me mirarían raro, para eso ya está mi hilo de tuiter)

No son los únicos, por supuesto. Hay un ensamble entrañable: Shi Qingxuan, Señor del Viento; Pei Ming, Dios Marcial acostumbrado a resolverlo todo a golpe de espada y a acostarse con todas las mujeres que se le ponen enfrente (si buscan fuckboi en un diccionario, sale él); Qi Rong, fantasma imitador, ridículo y frustrado (y personaje divertidísimo, demuestra que la comedia puede albergar también muchos temas que estamos acostumbrados a ver con tratamiento más serio), Jun Wu, el dios más poderoso y emperador de todos ellos. Podría ponerme a contarles aquí de todos y cada uno, pero creo que lo mejor es que los vayan descubriendo ustedes mismos. MXTX sabe presentar a sus personajes y a través de ellos hablar del amor, de la fe, el destino, las equivocaciones, el odio, la redención y muchas otros temas más que nos conciernen a los humanos

Además, un punto interesante que retoma es que los dioses pueden cambiar de forma y diosas civiles como Ling Wen también tienen formas masculinas en el imaginario de sus devotos o Shi Qingxuan, que es a menudo representadx como una mujer en sus templos y es esa la forma en la que es más poderosa. Creo que por ahí se pueden hacer lecturas muy interesantes de lo no binario y ciertas percepciones sobre el género atendiendo a otras versiones del mundo. (Que luego la gente dice que la fantasía no explora estos temas y aquí la tienen, antes que muchos).

Conclusiones (o por qué recomiendo leer TGCF)

Ilustración de STARember
Ilustración de STARember (lofter; weibo)

It’s alright, it’s alright. These are all small matters, really. Your Highness Yin Yu, just live in this world for another few hundred years and you’ll know that none of that really matters. Either driven to madness or really wishing someone would die, whichever. Who in the world had never had such thoughts? I’ve even thought of massacring all in the world who had wronged me, it’s true, and no lie, I’d almost done it. But look at me, haven’t I shamelessly lived until now? You haven’t actually done anything in the end, and that’s the most important thing

No les voy a decir que tienen que leer este libro. A menudo la idea de tener que hacer algo es más perjudicial que buena. Ni siquiera diré que es una lectura obligada si les gusta el danmei (aunque se estarán encontrando este libro y cualquier otro de MXTX en cada esquina). Les diré que si les gusta la fantasía, el folclore y las historias que suenan como cuentos de hadas, este es un libro que les recomiendo revisar. Si les gusta el BL y todo lo anterior, con más razón. Solo debo hacer una advertencia que hace la propia MXTX en su postcript: muchos llegan a Tian Guan Ci Fu desde Mo Dao Zu Shi esperando otra historia similar y debo decir que las dos son únicas y diferentes. Se adivinan algunos temas que se repiten, por supuesto (los escritores tendemos a repetir ciertas fijaciones), pero las historias son muy diferentes y los protagonistas también. Cada una tiene su encanto.

Esta no es una guía de cómo leer la novela, debo advertir. A mí me sirvió haber visto la primera temporada el donghua, que apenas cubre unas partes de la primera parte, para identificar caras y personajes, pero no es obligado. También hay una adaptación a manhua cuyas ilustraciones están a cargo de STARember (estilo precioso) que yo apenas estoy leyendo porque quería esperar a haber terminado todo. Mi único consejo es que se hagan un diagrama de personajes si lo necesitan o le pidan uno a alguien de confianza y no googleen nada sobre los personajes (especialmente si les molestan los spoilers). Creo que es un libro que se beneficia de ir descubriendo las historias al mismo tiempo que los personajes durante la primer lectura y que se disfruta mucho releyendo una vez que ya se sabe todo. Estoy segura de que cuando vuelva a abrirlo, seguiré encontrando detalles nuevos sobre los que hablar y, para mí, eso hace una excelente lectura.

Dianxia, Xie Lian, por STARember
Xie Lian, arte de STARember (lofter; weibo)

Sí, es un libro muy largo (2700 páginas que en la licencia oficial en inglés se volverán ocho tomos); puede pensarse también como cinco libros más cortos, pues está dividido en cinco partes muy distintivas. Eso puede ser intimidante, pero vale la pena. La maduración de Mo Xiang Tong Xiu como escritora es apabullante y si esta es tan solo su tercera historia publicada, deseo fervientemente qué es lo que sigue.

Si lo leen, no olviden contarme, a mí TGCF me despertó muchas cosas y me encantaría saber si a alguien más también.