Divagaciones de una Poulain
by Nea Poulain
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miércoles, 6 de enero de 2021

Oscars Literarios (X)

La tradición de llamar a mis mejores lecturas los "Oscars Literarios" (academia conformada por una sola persona: yo) nació hace exactamente diez años, cuando un amigo lo hizo a modo de tag en su blog, Andrea de quince años se enamoró del formato y decidió que lo iba a usar. Nadie me puede tachar de inconsistente a los veinticinco, si lo sigo usando porque me permite nombrar un montón de lecturas variadas (al usar categorías inventadas por mí que son inconsistentes como nada en este mundo porque cada año cambian según lo que considere agregar) que me movieron el piso. No dependo de top tens o un número equis de lecturas y aún así se siente que entre mis elecciones hay un orden. Todo lo aquí mencionado me gustó mucho, no hay ningún libro por encima de otro.

El 2020 fue un año muy malo personalmente y muy bueno en la cuestión lectora. En la primera parte no vamos a ahondar, pero en la segunda sí: hubo muchos libros y muchas obras que me acompañaron durante largos meses de cuarentena (que sigue en pie) y de tiempos difíciles (ya hay algunas lecturas mencionadas en el área de narrativa gráfica en mi Top Ten de cómic, manga y webcómic). Por esto, esta entrada es larga. Vayan a prepararse un cafecito, vamos a estar aquí un rato. Si quieren ver las mejores lecturas de 2019, están acá.

Mejor trama

Creo que de los libros que más me gustó este año, esta mención en especial es para Los recuerdos del porvenir de Elena Garro. Fue una de las elecciones de lectura en Librosb4tipos este año, lo leímos durante el mes de abril; para mí fue uno de mis grandes pendientes, de esos libros que me miran desde el librero (porque este es uno de los pocos que tengo en físico, producto de la biblioteca familia) por años y años hasta que los quito. Esta es una de las primeras novelas que fueron catalogadas como realismo mágico (cuando era más una etiqueta comercial que el único genero dentro de lo imaginativo aceptado en el canon latinoamericano), por cierto. La recomendé extensamente en una reseña que le hice.  

Mejor escritora

Este fue, sin dudarlo ni un segundo, el año de Ursula K. LeGuin. Ya me había adentrado en su obra antes, pero tenía pendiente conocerla más a fondo y extensivamente. Durante este año leí El nombre del mundo es bosque, por ejemplo, que me gustó mucho; La rueda celeste, que probablemente sea de mis favoritos entre los que leí; Lavinia, que conociendo mi gusto por el recuperar las voces de las mujeres de la mitología era obvio que me iba a gustar, y Un mago de Terramar, como parte de la maratona Guadalupe Reinas (que termina hoy), también de mis favoritos. Así, pues, no queda duda que este fue su año. Planeo seguir leyéndola durante 2021. 

Mejor protagonista femenina

Aquí voy a mencionar a dos de la misma obra. Sin las voces de Red y Blue, This is How You Lose the Time War no sería lo que es. Esta es una novela co escrita por Amal el-Mohtar y Max Gladstone. La manera en la que usan el lenguaje estas personajas, a través de la pluma de sus escritores es algo magistral, de lo que hablé muchísimo en la reseña que hice del libro. Este es un libro de ciencia ficción donde dos agentes en bandos contrarios se van encontrando a través de cartas y a través de ellas también van enamorándose y conociendo a la otra. Es una historia maravillosa, donde el lenguaje juega mucho con cómo vamos adentrándonos en ella y definitivamente es de lo mejor que tuvo este año.

Mejor protagonista masculino

Creo que No. 6 de Atsuko Asano sin Nezumi difícilmente sería la obra que es. En el top de manga y cómic hablé del manga, pero ahora mismo también quiero reconocer a las novelas ligeras que escribió, con todas su capas y con todo ese trasfondo sobre sobrevivir y cambiar el mundo. A pesar de haber leído una traducción amateur del japonés (cosa que siempre juega un poco en contra del lenguaje, pero es la única manera de leer muchas de estas obras), aprecié mucho las capas que la autora le dio a sus protagonistas, a su historia, a su manera de contarla y a cómo escogió contarla. Específicamente Nezumi, en todas sus facetas, fue una de las grandes espinas dorsales de estas novelas ligeras. Como lectura me acompaño mucho durante el 2020, también. Escribí una reseña por si quieren saber más.

Mejor manga

Este ya lo saben si leyeron el top que hice, pero para sorpresa de absolutamente nadie la elección es Witch Hat Atelier de la mangaka Kamome Shirahama. Sí, les estoy haciendo bullying para que lo lean. Sí, incluso si no leen manga. Es una historia para todas aquellas personas que amen la magia, las historias de brujas y los sombreros puntiagudos. Bueno, es mucho más que eso, pero por ahí podemos empezar. En México, para dato de ustedes, lo publica Panini; en España, Milky Way. Sigue la historia de Coco, que se convierte en aprendiz de Qifrey, y del resto de las aprendices de su atelier. El arte es de las cosas más bonitas que he visto en años leyendo manga. No se van a arrepentir de intentar leerlo.

Mejor webcómic

Este es para Novae de KaiJu. La verdad es que este año leí varios webcómics que me gustaron muchísimo, pero este fue el que más me acompañó y de los que más me gustó. Sulvain y Raziol, los protagonistas, con toda su curiosidad por las estrellas y el universo, me acompañaron bastante durante varios meses de pandemia y la manera increíblemente sensible en la que está construida la historia pudo mucho conmigo y con mis gustos. También, como punto fuerte de esta historia, menciono el trabajo artístico que tiene detrás. Es algo maravilloso.

Mejor cómic

Es Monstress de Marjorie M. Liu y Sana Takeda, ni le busquen. Creo que es la segunda o tercera vez que repite, yo no sé. En específico me refiero al tomo 4, que es el que leí durante el 2020. No sé ya qué decirles que sea nuevo sobre esta historia, pero si están buscando algo de fantasía épica, les recomendaría asomarse a ella. Sana Takeda tiene un estilo de arte que me gusta mucho y los guiones de Marjorie M. Liu me fascinan por su manera de construir la historia. Por si les interesa introducirse en la historia, hice una reseña de los primeros tres compilados, el Libro I. Pronto, sospecho, habrá una reseña del Libro II.

Mejor libro ilustrado

Aquí elegí poner Mary Jo de Anna Pessoa que fue una de los grandes descubrimientos en Literatura Infantil y Juvenil y sus ilustraciones son una parte importante de la historia. También fue un gran descubrimiento en esto que le dicen literatura de iniciación, porque de repente tengo muchos problemas con cómo se enfoca, detesto esa idea de "hay que ser amigo de todos", pero sin nunca decir que hay que aprender poquito a poquito a ser responsable con nuestras amistades; tampoco me gusta lo moralino. (Una de las razones por las que me gusta La auténtica Susi de Nöstlinger es precisamente porque después de los diarios vemos que Susi y Paul no son amigos-amigos ya y esto está bien, no es necesario ser amigo de alguien para llevar la fiesta en paz y quizá no vas a mantener todas tus amistades todo el tiempo). Mary Jo es impresionante porque es una carta. Y en ella la protagonista detalla su vida, sus sentimientos, sus incomodidades. Es un libro que me hubiera gustado mucho de adolescente, además, porque entre lo importante de las ilustraciones, la traducción tan buena que le hicieron en El Naranjo y el carisma de Mary Jo, adoré. Total, si quieren saber más que ya me extendí, pueden leer la reseña.

Mejor personaje secundario masculino

Este año releí el primer libro de La saga de los confines de Liliana Bodoc, Los días del venado y lo adoré de nuevo. Recordé todo mi amor por todos sus personajes: la Vieja Kush, Kupuka, Wilkilén, Kuy-Kuyén y, especialmente, Kume. Es mi favorito de ese libro, si pudiera ordenarlos a todos por orden y señalar a uno. Porque reconozco su miedo, sus errores, su necesidad de enmendarlo todo y la creencia de que sólo puedo hacerlo solo. Porque siempre su última escena en el libro me llega muy hondo y porque lo quiero mucho. No les puedo contar más sin contarles todo el libro, pero sí tengo una reseña por si desean adentrarse en los Confines, probablemente una de mis sagas favoritas.

Mejor personaje secundario femenino

La elegida es Hera de Lore Olympus de Rachel Smythe. Este webcómic también quedó muy arriba en mi top y me encanta cómo retrata a Hera especialmente. Como aborda la mitología y las relaciones humanas es algo maravilloso, un muy buen trabajo, pero especialmente Hera es un personaje que me encanta (hay quien suele sólo reducirla a una diosa celosa y malhumorada y esa representación me parece, cuanto menos, que se queda muy corta). Les recomiendo mucho mucho conoce Lore Olympus. Todavía no le he hecho una reseña en forma, pero lo haré pronto.

Mejor libro de no-ficción

Este año leí menos no ficción que otros años, pero aún así hubo varios que destacaban y tuve que elegir sólo uno. Una editorial compiló varios ensayos, discursos y artículos de Mao Tse-Tung en una colección llamada Arte, literatura y revolución que me gustó mucho. Como anécdota, diré que el 2020 se me hizo tan largo que veo algunos de los libros de esta lista (los que leí en la primera mitad del año, como este) y siento que los leí en un año diferente. Bueno, total, el libro toca varios temas generales y es un buen punto de partida si siguen viendo esa idea de que "la gente pobre [dicho en tono despectivo, porque así es la gente, de veras] no busca la cultura porque no la entiende/es tonta/otra excusa pendeja aquí". Muy buena colección en general.

Mejor libro infantil o juvenil

Este es para El fuego verde de Verónica Murguía. Fue uno de los libros que más me gustó, especialmente por su lore (ah, el bosque de las hadas y los elfos), por su amor a las historias épicas, por esta diferencia que hace entre la guerra que nos evocan los poemas y la guerra de verdad con todos sus horrores y por la protagonista, Luned. Hablé muchísimo de este libro porque, para cuando lo leímos, llevaba tiempo sin leer fantasía de este tipo y con la sensibilidad de Murguía y con las mujeres al frente (ah, Luned, me encanta) sin necesidad de ser guerreras; Luned es, en este caso, cuentera. Hice una reseña por si quieren saber más.

Mejor antología de cuentos

Pongo mejor antología porque si me hicieran elegir sólo un cuento estamos aquí hasta mañana. Dudé mucho porque leí muy buenas colecciones, como Insólitas (aunque esa tiene unos cuentos que medio meh) o los cuentos de Akutagawa o los cuentos de Ichiyo Higuchi en Crecer, pero al final creo que el mejor, el que más disfruté, el libro que más retó, fue definitivamente El poeta que le rugió a la luna y se convirtió en tigre de Atsushi Nakajima. Fue un gran descubrimiento que hice gracias a un manga (Bungo Stray Dogs) y no me arrepiento de nada. Sin tentarme la mano puedo decir que el mejor cuento que leí en todo este año fue La catástrofe de las letras, contenido en este libro. Que belleza, por dios. A eso aspiro cuando escribo, a que las letras y las palabras provoquen tantas cosas... Ay. Lean a Nakajima. Después de esto me quedó claro porque es un clásico japonés. Hay una reseña en el blog.

Mejor libro de poesía

Este año leí poca poesía pero tengo un libro que reconocer por encima de otros y se trata de Confín de Nadie de Jimena Jurado. Se lo voy a lanzar a la cabeza del próximo iluminado que me diga que no se puede escribir poesía en clave de ciencia ficción, para que lea los poemas que siguen a una cosmonauta en un mundo nuevo. Es un trabajo bien impresionante, hacía tanto tiempo que no me atraía tanto la poesía como cuando leí este libro (y miren que no es un género que me parezca difícil per se, sólo que te hace involucrarte mucho en la lectura, no puedes leerlo por encimita). Se los recomiendo si le pueden poner las manos encima.

Mejor libro de fantasía

Me hacían falta categorías para poner todos los libros que me gustaban, pero no hay nada que no se solucione inventando nuevas, porque, total, la Academia entera soy yo y vine a hablar de mis lecturas favoritas. Aquí dudé entre un libro y otro (que ya está en este recuento, sólo quedó en un lado diferente), pero al final decidí mencionar a Olvidado Rey Gudú de Ana María Matute. Es una obra espectacular. No sé por donde empezar a hablarles de este libro, si es tan impresionante. Es la historia del Reino de Olar, una historia sobre el Olvido y la pérdida de la infancia, incluso para aquellos que nunca la tuvieron; una historia sobre las historias, también, un poco. Tendrán que esperar a que me siente con tranquilidad y escriba la reseña para saber más, pero es un libro impresionante si quieren leer fantasía de corte épico, con historias de reyes, caballeros, princesas, ondinas y trasgos.

Mejor libro de ciencia ficción

Pensé mucho qué poner aquí porque no quería repetir a nadie, el punto es poner todas las lecturas que me gustaron y usualmente no me caben. Así que además de La rueda celeste y This is How You Lose The Time War, otro libro de ciencia ficción que me gustó mucho este año fue Ansibles, perfiladores y otras máquinas de ingenio de Andrea Chapela. Excepto dos cuentos, me pareció una colección muy buena de cuentos de ciencia ficción, creo que entiende muy bien cómo los géneros de la imaginación son sobre lo humano y no sobre ver quien sabe más de máquinas (en serio, no, no es para ver quien sabe más de máquinas). Hay historias muy buenas en el libro, que fue una de mis últimas lecturas del año y aún así se logró colar por aquí. Tendrán que esperar por la reseña, por supuesto.

Mejor libro


Una de las lecturas más gratificantes que tuve este año fue Kalpa Imperial de Angélica Gorodischer. Me maravilló completamente. A lo largo de varios cuentos e historias, la autora nos cuenta la historia del Imperio Más Vasto, desde las historias de los reyes y emperadores hasta las de los ladrones y aventureros. Además es un libro que ahonda mucho en la tradición oral, pues tiene narradores que pareciera lo interpelan a uno directamente. Fue una gran lectura, disfruté mucho el libro y se lo voy a recomendar a todo aquel que se deje. También le hice una reseña por si quieren saber más de él.

sábado, 2 de enero de 2021

Top 10 cómic, manga y webcómic 2020

Mis rituales de inicio de año nunca cambian. Me gusta hablar de lo que leo y compartir mis lecturas en comunidad y eso tiene como consecuencia de que es muy difícil callarme sobre lo que me gusta (y a veces, sobre lo que no). 2020 también fue un año lleno de cómic y narrativa ilustrada de todo tipo, por lo que elegí hacer, de nuevo, un top 10 de las mejores cosas que leí (de hecho, cuando estaba haciendo la lista original consideré hacer un top 15 porque había muchas cosas de gran calidad, pero al final quedaron diez con una mención honorífica). Como la entrada ya será larga de por sí, vamos a entrar en materia. Si tienen curiosidad, aquí está el top ten de 2019.

Todas las elecciones tuvieron calificaciones de 5 estrellitas en goodreads. No creo mucho en ponerle una calificación numérica a las lecturas ni creo que unas estrellitas resuman perfectamente, pero me resultan más o menos útiles para agruparlas según la impresión que me dejaron y al final del año, cuando empiezo a evaluar qué clase de año lector tuve, las reviso. Que vayan del 10 al 1 es sólo una opinión subjetiva, pero créanme cuando les digo que creo que todo tiene puntazos de mucha calidad en esta lista.

10. Castleswimmer, Wendy Lian Martin

Ya reseñé Castle Swimmer (al menos si primera temporada) hace tiempo: es la historia del Iluminado y el príncipe de los tiburones. Ambos están envueltos en profecías y en destinos complicados. ¿Qué tanto puedes desafiar al destino antes de que te alcance? Si tu deber, aún horrible, salva a toda tu gente, ¿lo harías? Siren está ante esas preguntas y Kappa, que toda su vida ha cumplido profecías, sabe muy bien de la desilución cuando algo no se cumple según lo estipulado. Este es un webcómic publicado en Webtoon (allí lo pueden leer de manera gratuita). Me encantaron los personajes, el romance, sus dilemas, la manera en que está presentada la historia. Todo. Les recomiendo que la conozcan; también le hice una reseña

9. Inuyasha, Rumiko Takahashi

Vale. Inuyasha tiene un defecto chiquito: puede ser repetitivo. Pero también está en esta lista porque muchísimos de sus volúmenes me parecieron muy buenos y porque fue una gran lectura de acompañamiento durante la cuarentena. Durante dos meses y medio, además de algunas lecturas esporádicas, no leí otra cosa que no fuera Inuyasha. Todo el tiempo. Kagome me encantó, me enamoré mucho de Sesshoumaru e igual que la autora, deseé que nunca acabara (a pesar de que la historia puede llegar a ser repetitiva). Fue mi acompañamiento durante muchas muchas semanas, así que se ganó un lugar muy especial en mi corazón. Le hice una reseña.

8. My Hero Academia, Kohei Horikoshi

Este año leí los capítulos conforme fueron saliendo (que creo que fueron unos tres o cuatro tomos, no sé, no he contado) y creo que estoy muy conforme con el punto en el que está la historia. Especialmente en cuanto al desarrollo de varios personajes, como Bakugo, Hawks, Dabi, en general la historia de los Todoroki y, por supuesto, Deku. Mención aparte para la participación de Mina, que adoro cuando se recuerda que los héroes también sienten miedo y al círculo perfecto que hace Kirishima e ese momento. Si no está más arriba es porque algunas cosas que esperaba me defraudaron poquito (Horikoshi, haz cosas con Uraraka: la tienes justo allí), pero en general la siento por buen camino. Hablé un poco de él en esta entrada.

7. Lore Olympus, Rachel Smythe

El mito de Perséfone me obsesiona. Lo adoro. Es de mis favoritos. Me encanta leer muchísimas versiones de él y en general de cosas inspiradas en la mitología clásica. Rachel Smythe toma los elementos de varias historias, los transporta a un mundo muy parecido al siglo XXI, en el que los dioses conviven en el Olimpo y en el Inframundo y nos presenta a una Perséfone que guarda un secreto y por fin es libre de su mamá helicóptero, Demeter. Hades está en medio de una crisis amorosa, Hera quiere ponero todo un poco patas para arriba y Apolo tiene su propio club de "Odiamos a Apolo y queremos su cabeza en una pica". Es un webtoon y lo pueden leer gratis en la plataforma. Lo leí en inglés porque va más avanzado, pero también hay una traducción disponible.

6. No. 6, Atsuko Asano & Hinoki Kino

Este año por fin saldé mi deuda con No. 6 y quedé encantada con la historia que me encontré. Es una historia distópica en la que una ciudad, supuestamente perfecta, esconde muchas cosas raras y una profunda desigualdad (que se ve desde el principio). En ella habita Shion que, una noche, ayuda a Nezumi, un fugitivo, a escapar después de curarlo. Años después se vuelven a encontrar. La historia sigue más o menos la estructura de adolescentes rebelándose contra el gobierno y me gusta mucho como aborda las consecuencias de la rebelión, el buscar sobrevivir a toda costa y algunas otras cosas. El estilo de ilustración de Hinoki Kino es precioso y la historia no se queda atrás. Le escribí una reseña.

5. A Silent Voice, Yoshitoki Oima

Este manga tiene siete tomos y lo leí en menos de veinticuatro horas. Me encantó. Creo que plantea muy bien una historia de redención y habla del bullying con una muy grata perspectiva que se aleja de buenos y malos completamente claros y completamente oscuros. Nos permite asomarnos a la historia a través de los ojos de un personaje que busca redención y corregir sus errores y fue victimario para convertirse en víctima (que, además, el propio sistema escolar permitió todo lo que ocurrió). Me encanta también un capítulo que se narra desde la perspectiva de la protagonista, que es sorda, lo cual permite que uno se ponga en sus pies. Le escribí una reseña.

4. Bungo Stray Dogs, Kafka Asagiri & Sango Harukawa

Este manga me causó muchos mini infartos todo este año. Cierto es que lo empecé durante 2019, pero cuando llegó 2020 todavía no tenía muy claro qué onda con él. Leí a varios de los autores que le dan nombre a sus protagonistas este año (Dazai, Nakajima, Higuchi, Akutagawa, Soseki); otros todavía me quedaron pendientes después de terminar el año, pero de lo que no cabe duda es que el manga me gustó mucho. Me gusta mucho cómo desarrolla a Atsushi, su protagonista, sobre todo y como hace todas las referencias literarias que tiene. Al día de hoy voy al día y tengo un infarto. Sí los invito a conocer la historia. Hablé de él en esta entrada.

3. Novae, KaiJu

El mejor webcómic que leí este año. Tiene su propia web y además está disponible en webtoom para comodidad de la concurrencia. La historia sigue a Raziol y a Sulvain. El primero es un astrónomo y el segundo es un necromago super dulce y adorable. En medio de su romance hay misterios, magia e increíbles paisajes nocturnos. Uno de los fuertes de este webcómic es precisamente su arte. El cielo nocturno es increíble. La historia está en curso, pero la primera temporada ya está terminada y espero pronto hacerle una reseña.  

2. Monstress, Marjorie M. Liu & Sana Takeda

Monstress siempre queda arriba, si es que yo me pongo al corriente con algún tomo. No hay misterio en ello. Ya he hablado mucho de él y ahora que salga el compilado Book Two haré una reseña, seguro, para hablar más de él. El arte de Sana Takeda es impresionante, como siempre, y la compleja historia de Marjorie M. Liu no deja de sorprenderme. Monstress me parece un mundo y una historia construida con un increíble cuidado y me fascina. Les recomiendo que si les gusta la fantasía épica le den una oportunidad. Hice una reseña de los primeros tres volúmenes compilados. 

1. Witch Hat Atelier, Kamome Shirahama

¿Nadie se esperaba esto? ¿Nadie? Okey, En un movimiento sorprendente, considero que el mejor manga, cómic, narrativa gráfica que leí en el 2020 fue Witch Hat Atelier de la mangaka Kamome Shirahama. Tengo una campaña donde lo recomiendo a todo el mundo con toda violencia, además. El manga sigue la historia de Coco, una niña quien sueña con poder hacer magia y descubre un secreto sobre ella. Así, se convierte en la alumna de Qifrey y empieza a vivir en su atelier junto a las otras pupilas. Es una historia muy hermosa, con un arte espectacular. La recomiendo mucho. Hable de ella en esta entrada.

Y hasta aquí llegamos. Afuera se quedó Black Butler, que es mi mención honorífica (el arte de Yana Toboso junto con sus habilidades para la narrativa son muy buenos, pero se quedó por fuera de estos por algunos detalles) este año. ¿Qué leyeron ustedes que los dejó sorprendidos para bien? ¿Conocen algo de esta lista? ¿Se llevan algo como recomendación? Y, finalmente, la pregunta importante, ¿qué me recomiendan para este 2021?

lunes, 13 de abril de 2020

The Wicked + The Divine, Kieron Gillien & Jamie McElvie | Reseña

Sinopsis: Every ninety years twelve Gods return as young people. They are loved. They are hated. In two years, they are all dead. It's happening now. It's happening again. 

Con traducción made in Nea: Cada noventa años, doce dioses retornan encarnados en jóvenes. Son amados. Son odiados. En dos años, están todos muertos. Está pasando ahora. Está pasando de nuevo.

Me van a perdonar mucho la vida pero esta reseña va a estar atascada de lágrimas. The Wicked + The Divine significa muchísimas cosas en mi vida y en mi existencia. Nunca supe muy bien de dónde llegó mi obsesión por leer la serie, pero creo que empezó un día que vi las grapas publicadas en Kamite y vi las portadas. Dice "se ve cool". Corte a año y medio después: todavía no las leía. Pero la idea estaba ahí, en mi cabeza, como si estuviera esperando el momento extacto y todas esas mamadas en las que absolutamente no creo. El caso es que estos cómics me maman y me abrieron las puertas a todo lo que ha estado publicando Image (en ese entonces yo sólo leía Monstress). Me maman tanto que se los recomiendo a todo el mundo. No me importa si leen o no leen cómics, si les gusta lo fantástico o si tienen algún interés en la mitología: yo lo recomiendo. Me parece una historia redonda, completa, muy bien hecha, con un arte espectacular y que es uno de los mejores comics de autor de la historia. A estas alturas supongo que ustedes están viéndome con cara de que ya por favor me siente a decir por qué me mama la historia. Bueno, a eso vamos.

The Wicked + The Divine presenta la historia de un panteón que vuelve a la tierra. Lo hace, por razones que no conocemos, en iteraciones cada noventa años. Son amados. Son odiados. Sobre todo: son venerados. En el presente, se les venera como estrellas musicales. Idols. Quizá lo que encuentren entre sus páginas los remita a la cultura del fanatismo en la que vivimos últimamente. La gente se disfraza como los dioses a los que admira: la historia abre como Laura, la protagonista, vistiéndose como Ameratsu para ir a un concierto (I can relate). No hay nada que desee más en el mundo que ser una más en el panteón, no importa si eso implica sólo tener dos años más de vida (al final, ¿cuánto dura la fama?). Es en un concierto en el que conoce a Lucifer aka Luci y bueno... todo se sale de madre. Literalmente.

La historia es una historia redonda a lo largo de todos los volúmenes. Incluso los extras suman a la historia de manera muy interesante. Kieron Gillien sabía qué historia quería contar exactamente y se sentó a escribirla. The Wicked + The Divine es una historia hecha para contarse de manera visual. No sería lo mismo si no fuera cómic. El arte y la manera en la que están compuestos los paneles es impresionante. Jamie McElvie es un dibujante increíble y el trabajo del colorista Matthew Wilson hace que todas las páginas sean un deleite al mirarlas. ¿Qué que otros pros tiene? A eso voy.

Para los fanáticos de la mitología, el cómic es una maravilla. Guiños a Perséfone en el inframundo, por ejemplo; la historia me hizo recordar que Perséfone significa Aquella que destruye/La destructora cuando se me había olvidado. Guiños a las diosas de tres caras, como Morrigan. Bebe de la mitología celta, la nórdina, la mesopotama, la japonesa, la griega e incluso la bíblica, al incluir a Lucifer. Si me pongo a contarles cada guiño les destripo toda la historia y que no acabaría nunca esta entrada, pero si son fanáticos de la mitología, esto les puede gustar mucho. Si no, puede que los interese y regresen preguntando dónde conocer los mitos y leyendas de muchas partes del mundo. Todo son ventajas.

A estas alturas ya no debería yo de decirlo en el blog mil veces, pero tiene de esa representación que me fascina: la historia no gira en torno a la sexualidad de los personajes ni hace de su sexualidad una personalidad completa, sino que son sólo características. La bisexualidad es fuerte in this one (y no sólo eso, también tiene personajes trans y tampoco son un token alrededor del cual se desarrolle toda su traba y personalidad). También es variado en cuando a que, ocurriendo en Londres como lo hace, el cast no es totalmente blanco (ya ven esas series donde mágicamente las personas que no tienen la piel blanca son un mito, no existen o, si acaso, son un token).

Además es una historia redonda, bien pensada desde el principio. Verla en su totalidad fue una experiencia muy grata cuando por fin tuve en mis manitas el último tomo. Aprovecha todas las fortalezas que tiene el medio visual para la narrativa y crea personajes muy interesantes. Me encantan los matices entre todos ellos (aunque, claro, tengo a mis favoritos, como laura, la Morrigan, Baphomet, Cassandra) y lo gris de sus personalidades. Yo ya no tengo mucho más que decirles, pero sí los invito a checar la historia.

En español sé que Kamite lo está publicando por grapas. En inglés de repente hay ofertas de image y lo pueden conseguir. De todos modos, si no saben dónde conseguirlo pueden echarme un grito y les digo. Si les llama la atención la mitología, creo que es una historia para ustedes.

martes, 10 de marzo de 2020

A Silent Voice, Yoshitoki Ōima | Reseña

A Silent Voice, manga, portada.

Sinopsis: Shôko Nishimiya, una estudiante de primaria sorda, empieza a sentir el bullying de sus nuevos compañeros cuando se cambia de colegio. El peor de todos es Ishida Shôya, quien termina por forzar que Nishimiya se cambie de escuela. Años después, Ishida buscará la redención de sus malas acciones.

 Back on my usual bullshit. Una amiga el año pasado me insistió muchísimo para que leyera este manga que tiene sólo siete tomos y está cortito. Yo oí la sinopsis y dije SÍ A HUEVO ES MI TIPO DE HISTORIA. Con todo y las mayúsculas y la falta de comas, debo decir. El caso es que yo estaba sumida en un infierno que se llamaba Tokyo Ghoul:re (del que ya les hablé en el blog) y me urgía terminar, así que la mandé a la lista de lo pendiente. Y de ahí caí en un infierno que se llama Bungo Stray Dogs (de la que todavía no les hablo porque sigue publicándose pero van a ver mencionada varias veces próximamente porque me está llevando a conocer a grandes autores japoneses) y bueno, pasó lo que pasó: el tiempo, porque nunca hay suficiente tiempo para leer de todo. Hasta que un fanfic me spoileó la película. Les quiero poner el contexto para que sepan exactamente cómo llegué a esta historia y de donde viene mi opinión.

Estaba yo leyendo un fanfic muy tranquilamente sobre mi personaje favorito de My Hero Academia (que en el manga lleva un lento pero seguro camino hasta la redención, porque en el primer tomo es presentado como el bully de la secundaria) con mi ship favorito del manga (que nunca jamás será canon, pero se vale soñar) y la historia de A Silent Voice, que trata el bullying, el pedir perdón y la redención era un reflejo perfecto de la relación entre ambos personajes. Así que eso pasó: me la spoilée porque la usan para explicar muchas cosas. Y como me la spoilée (no fue malo, eh, no se crean) me dieron muchas más ganas de leerla. Así que un día empecé en la noche y acabé en la mañana. Y mi falta de sueño y el hecho de que haya interrumpido quien sabe cuantas lecturas pendientes se lo pueden agradecer a Ati que no dejó de recomendármela hasta que la anoté casi casi con sangre en mi lista de pendientes y a un fanfic que me la contó a pedazos y me causó todavía más curiosidad.
 
Panel de A Silent Voice
 
Así que en ese estado llegué a leerla.
 
A Silent Voice es una historia sobre bullying y le agradezco dos cosas: es muy sincera al abrirle las puertas a la redención y no es moralina en lo más absoluto. También habla de lo necesario de pedir perdón y de cómo aunque lo pidamos no necesariamente la otra persona está obligada a perdonarnos. Habla de como a veces te van a pedir perdón sin sentirlo realmente o entender lo que hicieron mal. De que hay perpetradores que, en su mente, son las víctimas (hay un personaje especialmente que ilustra esto y yo, dada mi vida, sólo quería darle con una silla en la cabeza..., pero eso más adelante); de que hay quienes se convencen de que son buenos, pero en realidad participan en el acoso, aunque no lo hagan activamente y luego tienen que enfrentarse a lo que hicieron. Y habla, también, de lo que cuesta hacer lo correcto, pedir disculpas y arreglar las cosas dentro de las posibilidades que se tienen. Y por eso me encanta.
 
Protagonistas, A Silent Voice.

Me gustan los arcos de redención que se ganan tanto como odio los que se resuelven en dos líneas. Hay una muy buena razón por la que considero que el arco de Zuko en Avatar (si no la han visto, se están tardando, a mis ojos es la mejor caricatura occidental en el mundo) es el mejor arco de redención jamás escrito y es porque le estampa en la cara el sufrimiento al que en un momento de su vida abonó, lo obliga a ganarse el perdón, lo obliga a intentar arreglar, aunque no pueda, todos y cada uno de sus errores. No les voy a spoilear nada más pero esa es la misma razón por la que me atrae tanto el arco de Bakugo en My Hero Academia y la razón por la que empecé a leer este manga. Ishida Shôya es un bully al principio de la historia. Quiere ser el más popular, el más ruidoso, quiere divertirse, jugar siempre, quiere llamar la atención y que la gente lo mire. La manera en que lo logra es acosando a Shôko Nishimiya, que ya es víctima del bullying de todos sus compañeros porque es vista como un blanco fácil: es sorda, usa un cuaderno para comunicarse y es percibida como una persona débil. Shôya es la causa de que, finalmente, sea obligada a cambiar de escuela y, de repente, pasa de victimario a víctima. Le cuesta su tiempo darse cuenta de todo lo que hizo mal, pero, al final, pudiendo hacer cualquier cosa (olvidarse de su pasado, mudarse, convertirse en un adulto mediocre, tirarse de un puente..., cualquier cosa) elige dar una vuelta sobre sus pasos y arreglar lo que hizo mal. Realmente todo su arco en el manga es una muestra de cómo cambiar es posible, pero no puedes obligar a nadie a hacerlo. Hay muchas personas en el mundo que no son Shôya y ni siquiera lo van a intentar.

A Silent Voice, portada
Además, el manga muestra como el acoso es algo sistemático y casi nunca es individual. Aporta a él el silencio de los compañeros que no participan activamente, las burlas que llevan un "no te creas" después, la desidia de algunos adultos (véase el profesor de ambos protagonistas al comienzo del manga, que queda en un pésimo lugar cuando adolescentes son capaces de redimirse y hay adultos que siguen convencidos de que el bullying hace más fuerte a la gente o que hay quienes lo merecen) o el desconocimiento de otros adultos para tratar el tema (la madre de Shôko, por ejemplo, que en su desesperación no sabe qué hacer o cree que dejar que el tema continúe va a funcionar para obligar a su hija a defenderse). Nos muestra una historia de cómo los victimarios pasan a ser víctimas y de como eso no los exime de su responsabilidad anterior (pero vamos, tampoco se merecen acoso, porque ya saben, somos personas merecedoras de respeto y esas tonterías). A Silent Voice es sobre muchas cosas. El acoso es una parte de ellas. La amistad también. La redención juega su parte y el perdón, por supuesto, también. Es una historia muy redonda.

Además tiene algunos detalles que me encantaron, como capítulos desde el punto de vista de Shôko, donde vemos cómo ve y oye ella el mundo. Porque todo el manga tenemos la perspectiva y podemos oír (leer) a todos los personajes, pero Shôko no y muchas veces no sabe qué está pasando. Esos capítulos son maravillosos. Personajes muy bien creados. Algunos son muy grises moralmente (y hay una que en especial me cae muy mal porque me recuerda a antiguas compañeras a las que quiero estrellarles una silla o algo en la cara), pero en general casi todos me gustaron o cayeron bien. Mi favorito sí es Shôya, de calle. Aunque quiera estrellarle cosas en la cara y coserlo a zapes al principio, es la muestra viviente dentro del manga de que el cambio es posible y de que puedes intentar arreglar aquello donde la cagaste. 
 

A Silent Voice también tiene una película de animación dirigida por una mujer. No la he visto porque tengo problemas con el medio audiovisual últimamente y me cuesta mucho la concentración de ver películas enteras (hola, amigos a los que uso para que vean películas conmigo), pero he oído halagos de ella, así que si la ven cuéntenme que tal está y chance me animo a verla en algún momento. El manga, por otro lado, lo pueden conseguir en Panini y son sólo siete tomos. O pueden leerlo en línea, lo que les acomode. Pero por si les gusta leerlo en físico, ahí tienen el dato.

Por mi parte, sí se los recomiendo. A mis ojos es una historia con muchas virtudes: aborda el acoso escolar desde una perspectiva muy real y cero moralina. No subestima a sus lectores, lo cual siempre es de agradecer. Los personajes están muy bien formados y la historia siempre siempre aboga por la empatía. De verdad, no se la pierdan. Está maravillosa y aprovecha muy bien distintos recursos visuales a la hora de contar una historia. (Pero si la van a leer y es por recomendación mía, tienen derecho a pedirme un paquete de kleenex).

domingo, 29 de septiembre de 2019

Tokyo Ghoul (y cómo escribimos sobre la tragedia y el horror)

Sinopsis: Extraños sucesos ocurren en Tokio; se piensa que las criaturas responsables son los llamados “ghouls”. En tanto, la vida de Ken Kaneki, un joven universitario muy inteligente y tímido, cambiará radicalmente cuando conozca a una extraña chica, Rize. Una de las series más aclamadas en los últimos años llega a México de la mano de Panini: ¡Tokyo Ghoul! ¡No te pierdas la oportunidad de conocer esta increíble historia de Sui Ishida!

Qué sinopsis tan de mierda, Panini México. Creo que desde que leí el tomo seis o siete de Tokyo Ghoul quería hacer esta entrada pero sólo me aguanté porque quería acabar las dos series y echarle un ojo al anime. Por echarle un ojo me refería concretamente a buscar escenas sueltas en Youtube porque no me iba a tomar la molestia de hacer nada más (y que bueno, porque en mi opinión se pasa de lamentable... si me hubiera interesado más quizá habría intentado empezar a verlo). ¿De qué trata? Bueno, Ken Kaneki es un joven universitario que siempre tiene un libro en la mano, tímido, que después de conocer a una chica (muy rara) llamada Rize, descubrir que es un ghoul, casi morir devorado por ella, acaba convirtiéndose en un ghoul artificial (un ghoul de un sólo ojo), después de que le transplantaran órganos de la chica. Al menos, eso parece. Kaneki tiene que acostumbrarse a vivir de otra manera mientras Touka, una ghoul que trabaja en el café Anteiku, intenta demostrarle que los ghouls no son sólo monstruos sanguinarios.

Y de eso parece que va Tokyo Ghoul. Pero no. O al menos, no lo creo. O sea, me puedo sentar aquí a hacerles un análisis de por qué creo que Tokyo Ghoul va de enfrentarse a la otredad a la cara, porque no queda ninguna otra alternativa (amo esos temas), pero creo que, además de eso, también habla de la crueldad. No sé si como tema central, pero sí es un tema muy recurrente en todo el manga. Las historias del 90% de los personajes son cosas chungas y terribles. Los hay víctimas y victimarios. Desde los investigadores del CCG (que investiga a los ghouls e intenta erradicarlos) hasta los mismos Ghouls. Hay ghouls con mascotas humanas. Investigadores especialmente sádicos a la hora de matar ghouls. El manga nunca da un paso atrás al retratar la crueldad (es un seinen, después de todo), pero tiene algo en la manera en la que lo hace que me fascina. Es muy fácil ver y consumir gore por morbo; muy sencillo no querer ver todo lo que hay detrás, las terribles consecuencias de todo lo que le ocurre a los personajes. Es muy fácil hacer lo que en un punto de su carrera estaba haciendo Game of Thrones: buscar el mayor shock de los espectadores, en vez de desarrollar una historia de manera congruente y darles a los personajes un desarrollo que, aunque sorprendente, tuviera sentido y fuera justo con ellos.


Y la verdad es que no sé qué es lo que buscaba Tokyo Ghoul. Quien sabe. Podría haber buscado a ver si Sui Ishida ha dicho algo al respecto, pero por alguna razón quiero hablar sólo de lo que vi en la obra. De momento. Siempre he sentido que para hacerles cosas crueles a tus personajes tienes que ser empático con ellos. Es algo con lo que tienes que vivir y con lo que tienen que vivir. Es lo mismo que luego se comenta respecto a herirlos: la herida sigue allí capítulos después y la cicatriz también, no es algo que puedas borrar. No puedes hacerlos pasar por una situación que muy seguramente los va aventar a los brazos del PTSD y luego hacer cómo que no pasó nada y correr una cortina. ¿Y qué tiene que ver todo esto con Tokyo Ghoul? Allá voy.

Quiero hablar de Ken Kaneki. Entre otras cosas. Es llorón, se siente inútil (es inútil porque no sabe pelear aunque intenta hacerlo). También entre el fandom (al que odié en menos de dos minutos de leer comentarios de youtube), se comenta que cambia de personalidad como de calzones (cosa que sí es cierta pero no es cierta... o sea, cambia de personalidad seguido, tiene al menos tres reconocibles, pero creo que al menos en el manga nunca lo hace tan rápido como en el anime así que nunca se siente que lo haga tanto como se cambia de calzones) y es, fundamentalmente, una persona llena de pedos psicológicos. Algunos de ellos muy profundos y muy enterrados y algunos de ellos... muy obvios. (La verdad necesita un abrazo y mucha terapia). Hay una escena (muy gore, entre otras cosas) después de la cual acaba convirtiéndose en el ghoul de pero blanco que actua bad-ass que creo que es más reconocido en la pop culture (si es que alguien además de mí sigue hablando de esta serie porque yo la acabo de leer). A ver, voy a soltar un spoiler pequeñito que es necesario, pero si no quieren saber, cambien de párrafo: hay un momento en el que le dice a su torturador, después de que este intenta atacarlo cuando por fin logra soltarse, que si cree que le importaba algo el dolor después de todo lo que le hizo. Más o menos, ando parafraseando. Y sí, bad-ass indeed, pero también increíblemente triste.


Estamos en un mundo donde la tragedia se usa para crear personajes fuertes sin entender que los personajes fuertes pueden salir no sólo de la adversidad, sino de cualquier parte. Peor, estamos en un mundo donde después de que se usa la tragedia para crear personajes fuertes, nadie quiere lidiar con las consecuencias de haberles jodido la vida y se les cura el PTSD en dos horas y nunca tienen secuelas, ni cicatrices, ni pesadillas. Sui Ishida juega un poco con eso. Ken Kaneki y su personalidad bad-ass, esa que acepta que es un ghoul y que vive con una desesperación de proteger a todo aquello que quiere, por más que sea incapaz algunas veces o que acabe perdiendo, son resultado de todo el montón de mierda que le aventó la trama. ¿Saben también que es resultado de eso? Sus relaciones fucked up en todos los sentidos, el trauma con el que carga (y del que la trama intenta hacerse cargo) y la manera en la que reacciona siempre a partir de allí (y acaba en situaciones iguales o peores porque no quiere que alguien más pase por ello). No sé si Ishida lo hizo o no lo hizo a propósito, pero por un momento agradecí encontrarme con un protagonista que, si iba a evolucionar en un punto a base de chingadazos (digo, trauma), lo iba a reflejar después.

Y esa es otra cosa de la que quiero hablar sobre Tokyo Ghoul. Sería muy fácil definir a los personajes según sus peores momentos, pero el manga no te deja. Además de que en todo momento horrible, no deja de recordarte que toda la sangre que estás viendo es producto de algo horrible y traumante y que no existe para ser tu shock o para satisfacer tu morbo por el gore (y con este manga estaría muy fácil irse por el camino del morbo, repito, hay mucha sangre). Hay personajes que no pueden desprenderse de su pasado (Kaneki, Touka) y otros que no le guardan rencor en lo más absoluto (Suzuya, un investigador con un umbral de dolor impresionante, con un pasado chungo chunguísimo, pero que nunca se define sólo con base de él ni se estanca intentando arreglarlo porque para él así fueron las cosas y listo, ahora está en otra cosa), personajes que tienen a su pasado de mierda enfrente y no saben cómo arreglarlo, como enfrentarse a él o cómo admitir que existe (Amon Koutaro). Ishida es muy cruel, sí, pero creo que sabe hablar de la crueldad. Sabe hacer énfasis en lo horrible que son muchas situaciones y en que los personajes, por más bad-ass que sean después, no son ni un ejemplo, ni un modelo, ni algo que debería ser nadie porque nadie debería pasar por lo que pasaron (por más que unos te digan que lo harían todo de nuevo).

 
Tokyo Ghoul tiene como protagonistas a los ghouls y a los investigadores. Se sume en sus vidas, hasta las personales, hasta que odias sólo a unos cuantos y no a la mitad. De repente se mete en temas que tienen que ver con la experimentación humana y con la perdida de la identidad. Puede convertir los deseos más desesperados de los personajes en sus peores pesadillas (si ya lo leyeron saben a qué me refiero y si no, no les voy a contar porque si lo leen creo que es un pedazo que vale la pena leer sin que se los cuenten), hacerte desear que los que creías muertos sigan muertos y, ante todo, hablar de la crueldad con empatía. Y mostrarla. Insisto que hoy mucha de la cultura pop que se marketea como para adultos (Game of Thrones es sólo un ejemplo), usa el gore, la muerte, la tortura y todas esas cosas chungas para demostrar que trata temas adultos (por edgy) y luego no lidia con las consecuencias de lo que hace (hola, última temporada de Game of Thrones, todos los literary rapes que fueron usados para hacer bad-asses sin explicación ni empatía o para darle a los hombres una razón para vengarse...; no, claro que no estoy hablando de The Killing Joke acá). Tokyo Ghoul obliga a los lectores a ver y a enfrentarse a las consecuencias de frente.

Todo eso lo combina con un cast de personajes super amplio en el que no pocas veces te olvidas de alguna que otra cara (son muchísimos investigadores, muchísimos ghouls y uno que otro personaje secundario al que prestarle atención). Personajes, la gran mayoría, muy bien formados. Además que en el departamento de personajes femeninos el manga es bastante decente. Eto, Touka, Hinami, Akira son sólo un ejemplo de mujeres todas muy diferentes, que no son fetichizadas y tienen todas agencia propia (ahora, que el fandom haga otra cosa que ponerse a discutir cuál es la mejor o jalarse el pito imaginándose a una de ellas es todo un asunto y por eso lo odio, en parte). También, considerando lo conservador de la sociedad japonesa, me sorprendió encontrarme un personaje trans (con backstorie tan chunga como la del resto y con personalidad tan cabrona como la del resto). Ishida de hecho pasa un capítulo explicando que es un hombre y punto pelota (y la traducción licenciada que leí estuvo bien hasta que ya no hubo más licenciada y tuve que enfrentarme a una fan y llorar mucho porque chorreaba transfobia hasta por donde no, pero bueno, fuera de eso, fue mi mala suerte con esa traducción). Los conflictos morales del manga me gustan y me gusta su manera de manejarlos también.


Respecto a los únicos comentarios que puedo hacer negativos es que me gustaría que algunas peleas estuvieran mejor dibujadas porque a veces son confusas y eso que Ishida intenta, por todos los medios, hacer que no sean confusas, pero a veces el cast es enorme y pasa lo que pasa. También que el principio de la serie principal y de :re a veces resulta medio lento y confuso, pero eso es más yo haciendo nit picking que una queja.

En fin, sí, les recomiendo Tokyo Ghoul (y :re también). Tengo varias entradas pendientes sobre manga. Yo lo leí en Manga Rock porque tengo la versión definitiva, pero también está en Manga Zone y en Manga Dogs, me parece. Y bueno, si tienen dinero siempre pueden acudir a Panini. Si lo leen me cuentan, si por otra razón les gustó la verborrea de la entrada también me cuentan y si no, bueno, le pueden pasar la entrada a quien les caiga mal. ¡Nos vemos en la entrada que viene!

viernes, 21 de junio de 2019

Doom Patrol, Grant Morrison | Reseña

Sinopsis: In the 1960s, they were DC Comics' misfit super-heroes, a team of borderline freaks who secretly banded together against evil. The team was brought back in 1989 by Grant Morrison, renowned writer of JLA and The Invisibles, who reinvented them as disaffected heroes up against a parade of absurdist villains.

Esta es una de las mejores series de cómics que he leído cuando se trata de leer sobre el absurdo, lo surrealista y lo simple y sencillamente raro. No es la primera obra que he leído de Grant Morrison (ya había leído Kill Your Boyfriend Vinarama en una edición que los trae juntos y que es muy interesante y de los cuales algún día les voy a hablar), pero bueno, de todos modos fue como prácticamente descubrirlo (y entender de dónde carajos vienen las ideas y referencias de Gerard Way ahora que Doom Patrol está en Young Animal y de lo que les conté en una reseña pasada). Anyways, ¿creían que ya iba a dejar de comics? No, por supuesto, shit's about to get weirder, porque esta es una serie rara con ganas y en todo su esplendor. Pero bueno, vamos a hablar un poco de qué es Doom Patrol (en español, la Patrulla Condenada). 

¿Qué es? Doom Patrol es un equipo de superhéroes desadaptados con poderes que nunca pidieron tener y cuando digo desadaptados, digo desadaptados casi casi en forma de un letrero enorme con letras neón. Más o menos imagínense algo como el lado B de grupos como la Liga de Justicia. Just my kind of thing. Son personajes que no saben muy bien como vivir en el mundo y que están constantemente rodeados de lo raro, lo absurdo y lo sin-sentido. Nunca pidieron sus poderes ni ser superhéroes o salvar al mundo, pero de todos modos es lo que hacen. En, fin, en el run de Morrison nos encontramos a Cliff, Robotman; a Rebis, The Negative Man; a Niels Caulder, Chief; a Dorothy, que tiene una imaginación muy potente. Es justamente en esta época de la Doom Patrol que aparece por primera vez Crazy Jane, un personaje con trastorno de identidad disociativo, en los que cada una de sus 63 personalidades tiene un poder diferente (si les interesa la trivia, está inspirada en Truddi Chase, que escribió sus memorias en un libro llamado When Rabbit Howls) y también introdujo a Danny The Street (que en los runs más recientes se convirtió en un ladrillo y su última versión es una ambulancia). 


En fin, a lo largo de seis volúmenes compilados, la Doom Patrol se enfrenta a un repertorio de enemigos... raros. O sea, no es el típico enemigo que te vas a encontrar enfrentando a Superman, qué se yo. Hay claras influencias en el surrealismo, lo absurdo, el dadaismo y todas esas corrientes artísticas que te hacen preguntarte qué demonios cada dos segundos. Hay quien considera que este run de Doom Patrol tiene algunas tramas difíciles de seguir y pues no lo niego, sólo da la casualidad de que son justo la clase de cosas que me gustan (ahora, cuando les explique por qué me encantan los comics de Gerard Way les diré que son tramas que evidentemente le atraen a mi adolescente emo con rastros de Grant Morrison). Entre las páginas de Grant Morrison the Brotherhood of Evil se convierte en The Brotherhood of Dada (lo que más tarde sería The Brotherhood of Nada), hay sociedades secretas con las que se hacen juegos linguísticos (si alguien alguna vez tradujo esto al español, le doy mi más sincero pésame al traducir toda la trama de los hombres de N.O.W.H.E.R.E.), elementos tomados directamente del dadaísmo y del surrealismo, ideas de Borges (sí, a Grant Morrinson lo inspiró Borges, *inserte aquí las lágrimas de los intelectuales que creen que no se puede hacer literatura o arte con los cómics*), existen los hombres-tijera, the sissormen, que atacan a la gente y la "cortan" de la realidad. Vamos, todo un increíble cast de rarezas.


ME ENCANTA. Ustedes no están para saberlo y yo no estoy para contarlo, pero de hecho me gusta leer del surrealismo y el absurdo y uno de mis escritores franceses favoritos era muy amigo de Jean-Paul Sartre (al que nunca he leído, lo siento): Boris Vian. Este francés escribió una historia rarísima de amor (y masas y creencias y tragedia) llamada La espuma de los días (L'eccume des jours) que más tarde fue adaptada a una película que no me gustó mucho a la que en español le pusieron Amor Índigo (just why) y luego escribió otro libro rarísimo que se llama Otoño en Pekín. No sé exactamente por qué les estoy contando, esto, el caso es que ambos libros están ambientados en mundos donde los personajes simplemente coexisten con lo absurdo, o más bien, viven con lo absurdo y eso es más o menos lo que pasa con Doom Patrol. No es un cómic que se tome en serio a sí mismo e intente explicar de dónde vienen las cosas raras. Todo pasa y así es como es, ese es el mundo donde vive la Doom Patrol. ¿Hay una pintura que se comió París? Pues hay una pintura que se comió París y punto, que le vamos a hacer. 


Hablando de eso, la pintura que se comió paris es uno de mis arcos favoritos. Es el primero en el que aparece The Brotherhood of Dada, un grupo de supervillanos con Mr. Nobody al frente. Entre el cast tenemos a un supervillano que sólo tiene poderes cuando está domido y es sonámbulo, una chica que tiene todos los poderes, pero los pierde en cuanto su oponente piensa en ellos. Tienen una pintura que se come cosas y tiene un montón de niveles, cada uno inspirado en una corriente artística (romanticismo, impresionismo, surrealismo, dadaísmo, etc., por ponerles ejemplos) y es uno de mis arcos favoritos por cómo habla de arte, por como utiliza la metaficción (un tema recurrente en las serie, del que les hablé un poquito en la reseña el run de Young Animal, aunque voy a retomar el asunto) y por como la misma ilustración se adapta. Por ejemplo, cuando están en la versión impresionista de la pintura, el trabajo del colorista recuerda un poco a las pinturas de Monet, por ejemplo. Me encantan ese tipo de referencias. 


Grant Morrison también usa la metaficción en sus historias y a mí se me caen los calzones cada que alguien lo hace y lo hace bien (aunque no hay una forma de hacerlo *mal*, técnicamente, pero prefiero siempre a los autores que no se toman en serio a sí mismos ni son pretenciosos, sino que abiertamente admiten que están experimentado). Por metaficción se entiende al tipo de narrativa que es consiente de ser ficción y que a su vez es autoreferencial, que juega con las fronteras que la realidad y la ficción. Grant Morrison lo hace, por ejemplo, con la historia de origen de Flex Mentallo (que tiene origen en la ficción dentro de la ficción) o con la idea de otros universos (ficticios o no) que empiezan poco a poco a introducirse al universo en el que vive la Doom Patrol. Morrison no juega sólo con esto, sino que también, como mencioné arriba, experimenta con la narrativa y el lenguaje, lo cual le viene muy bien al comic porque experimenta con distintas maneras de contar historias dentro del medio.


También quiero hablarles un poco sobre los personajes. Para mí, los más interesantes de analizar son Rebis y Crazy Jane, siendo esta última mi favorita. Me gustan dos cosas particularmente de ella: que a pesar de ser un personaje construido sobre un episodio (en realidad, varios) de tremenda violencia, es un personaje que no hace de eso todo su pasado ni todos sus problemas y que es un personaje con agencia ante su pasado, que elige la manera en la que lo enfrenta, cómo y cuándo y no acaba cayendo en el papel de la damisela en peligro. Su relación con Cliff me gusta, deja muchas puertas abiertas siempre y muestra el lado más humano de Cliff y hace que se dispara su necesidad de salvar a todo el mundo (sólo para darse cuenta de que en realidad no todo el mundo quiere que lo salven). Por otro lado, Rebis es muy interesante. No sabía definir qué es: es Larry Trainor y la doctora Eleanor en un mismo cuerpo, hombre y mujer al mismo tiempo. Me gusta como juega con esta dualidad y cómo explota los límites del binarismo de género, algo que muchas veces sólo podemos hacer en la narrativa. Por lo demás, Niels es tremendamente interesante aunque me cae muy mal (y en cierto modo tiene partes que me recuerdan a Albus Dumbledore) y Dorothy es un pedazo de pan que se merece todas las cosas buenas del mundo.   

En fin, lean Doom Patrol de Grant Morrison. Creo que es un montón de historias maravillas y absurdas que viven un montón de personajes inadaptados y a mí me encantan ese tipo de historias.