Divagaciones de una Poulain
by Nea Poulain
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miércoles, 10 de febrero de 2021

El musgo en las ruinas, Paula Rivera Donoso | Reseña

El musgo en las ruinas
Sinopsis: El musgo en las ruinas es una compilación de tres cuentos de Fantasía que pretende cerrar una etapa importante en la creación literaria de su autora.
«Las lágrimas de Lianna» narra los dilemas existenciales de una joven sanadora marcada por el destino de su tribu para ser esposa y madre de héroes, roles que no entrañan ningún sentido para ella.
«Canción de grillo» narra el peregrinaje de una pequeña niña, maltratada por su madrastra y perseguida por el mal primigenio del bosque, hacia la transformación que supondrá su liberación.
«Memoria» narra la vida y aventuras de cuatro amigos que salen a los caminos del mundo en busca de legendaria ciudad del mismo nombre, morada de héroes.

El musgo en las ruinas es un libro pequeñito, que me encontró de casualidad hace años, pasó un tiempo en mi biblioteca sin que yo supiera cuando lo iba a leer. A Paula la conocí antes de saber que era ella la que escribía por escritos que tiene sobre Liliana Bodoc, una autora que nos ha unido un poquito. Alguna vez me pidió una reseña y a mí se me fue el pedo. Luego los caminos del internet nos reencontraron hablando de fanasía y por fin me decidí a sentarme y leer este libro pequeñito, sin saber qué iba a encontrar dentro de él. Soy una persona muy escéptica y práctica (por lo cual es curioso mi amor por la fantasía en la ficción) y no suelo creer en casualidades u otras historias (cosas de programadora) pero a veces hay libros que sí me dicen muy claro que llegan en el momento adecuado. El tiempo que dejé pasar para leer este libro me ayudó mucho a apreciar el trabajo de Paula y a leerlo bajo un enfoque muy especial

Al día de hoy algo que aprecio mucho es la sensibilidad en la narración. Me cansa mucho el tono de "realismo oscuro donde pasan cosas feas porque vivimos en una sociedad" y que la única manera que tienen muchos escritores de retratar la tragedia o la tristeza sea escribir una suerte de pornografía de la desgracia y terapia de shock. Acabé 2020 cansada de esa narrativa, sumida en muchos libros y mangas que hicieron que el año pudiera sobrevivirse (les juro que no he hablado lo suficiente de cómo Inuyasha, por ejemplo, me acompañó; o como leer muchos libros de Úrsula K. LeGuin hizo el tiempo más soportable). El musgo en las ruinas fue uno de los últimos que leí durante 2020 y fue como un faro alumbrando el camino. Quizá, sólo por eso, estuvo esperando su momento en el fondo de mi biblioteca digital. Llegó en el momento exacto. 

Ahora, si no les importa a ustedes, voy por partes.

«Las lágrimas de Lianna» tiene tono de mito. Entra de lleno de una dicotomía de mujeres sanadoras y hombres guerreros como único destino posible. Algo que me parece muy simbólico es que sean las lágrimas de las mujeres las que sanen a los guerreros y que estos no lloren nunca. Para Lianna, la protagonista del cuento, los roles a los que está destinada (ser madre y esposa de héroes) no es algo que entrañe ningún sentido, ni un destino en el cuál se sienta cómoda. Es muy común abordar las historias de las mujeres con una dicotomía de buenos y malos, sin muchos matices, sobre todo en ciertos movimientos literarios contemporaneos. Paula no pone el foco en una dicotomía que no tiene tanto sentido si nos paramos a ver los infinitos matices y a reconocer la diversidad del mundo y, en parte por eso, esta historia se siente llena de luces y sombras que van acompañándote en tu camino al leerla. 

Ilustración de Joaquín Torres Zavaleta
Ilustración de Joaquín Torres Zavaleta

Seguimos a Lianna en su búsqueda del ser y vemos como la dicotomía de los roles predefinidos va afectando su vida y todo a su alrededor. La prosa de Paula es muy cuidada y queda perfectamente con el tono de la historia (siento que esto lo voy a repetir un poco, pero me gusta mucho disfrutar lo que estoy leyendo, sobre todo cuando se trata de fantasía y la prosa que más recuerda a lo cinematográfico me llena muy poco, por ejemplo, al contrario que la de este libro). Creo que de las tres, por el tono de mito, es mi favorita. 

Toda su vida sin llorar por ella misma, al igual que tantas otras mujeres que la habían antecedido y que sin duda la sucederían.

«Canción de grillo» tiene tono de cuento clásico y me recordó a estar leyendo las compilaciones de Perrault o los hermanos Grimm por la noche... o incluso a Christian Andersen y quizá, de lejos, esas colecciones con algunos cuentos de Las mil y una noches, adaptados para niños, que llegaron a existir en mi casa. Nos presenta a una niña, a un bosque y a una madrastra. Casi todos arquetipos que conocemos o de los que hemos escuchado hablar en los cuentos. Recorre su historia y sumirse en su manera poética de contar (para mí no es lo mismo contar que nada más poner palabras en el papel, buscar esas frases que resuenan y nos llegan sin caer en lugares comunes o formulas repetidas y manidas por todos es un gran trabajo). Recuperar arquetipos de cuentos de hadas y usarlos, aprovechar todos sus matices y darles otros nuevos para romper con los cuentos e imaginarse otras formas de ser y de contar. 

Tal vez ambas nunca hayan estado tan lejanas la una de la otra, como tanto se habían esforzado en creer. Tal vez aquella mujer fue una niña como ella, frágil y asustadiza de su propia sombra al verla fundida con la de los árboles, como si estos hubieran querido revelarle su renegada monstruisidad.

La verdad es que no sabía qué esperar de Canción de grillo cuando empecé a leerlo. Me envolvió su niña y su bosque y el cuento me hizo caminar con él. Como experiencia de lectura, es algo que agradezco. La literatura que te obliga a poner atención para captar todos sus vericuetos (me gusta esa palabra, ¿sabían?) es esa que yo disfruto más. Esa que, aunque no entienda todas sus referencias, admiro la belleza de su lenguaje (lo que, al final, acaba inspirándome a leer y buscar más y seguir caminando con las palabras). Y este cuento es uno de ellos.

Arte de Sylvain Sarrailh
Arte de Sylvain Sarrailh

Finalmente, «Memoria» es el cuento más largo (quizá podríamos hablar de que se acerca a una novela corta, cortísima, pero no sé muy bien yo donde o cómo se deciden las diferencias). Me recordó al rol. Así, sin más. Yo siempre he jugado Vampiro, Pathfinder o partidas hechas a medida (sobre todo de Charmed, que siempre han sido mis favoritas) y eso siempre me hizo disfrutar el viaje más que el final. Dar vueltas y hacer que los personajes se detuvieran en las pequeñas cosas y contarlas siempre fue algo que me gustó. Primero, porque las pequeñas cosas pueden ser muy importantes en las historias, por mucho que en algunos sectores sólo haya interés por las grandes batallas, las grandes guerras y los grandes acontecimientos (sean esos cuales sean) y muchas veces son desdeñadas como parte del camino. Pero a veces lo que importa no es el destino, sino el viaje, y este cuento me recordó todo eso. Rescato varios pasajes de él, sobre todo aquellos en los que nos recuerda que los magos no están por encima de los campesinos que aran la tierra y cultivan el grano que nos da de comer.

Hablas de conocimiento y poder, como si trabajar la tierra no tuviera nada que ver con eso. ¿De qué nos sirve a todos nosotros el conocimiento y el poder si no tenemos alimento con el que mantenernos con vida o ayudar a los demás a mantenerse vivos? Los campesinos son hombres mucho más valiosos que nosotros, sin necesidad de leer grimorio alguno.

Arte de Alrynnas
Arte de Alrynnas

Disfruté mucho el viaje al que me llevó esta historia. Quizá no mi favorita entre las tres (porque es inevitable hacer ese tipo de apreciaciones), pero fue una que leí con gran cariño, recordando mi pasado rolero y mi amor por contar lo que pasa en medio de las grandes cosas. 

Para cerrar, les voy a contar que este libro se puede conseguir gratuito de manera digital en Lektu. Lo único que tienen que hacer es un pago social que, en este caso es un tuit. La edición es muy cuidada, lo que siempre aprecio (por la miopía, sobre todo, una que es ciega). Si quieren, pueden conseguirlo en este link. Si creen que alguna de las historias les va a gustar o es para ustedes, los animo a conocer a Paula.

viernes, 5 de febrero de 2021

Puente a Terabithia, Katherine Paterson | Reseña

Sinopsis: La vida de un adolescente llamado Jesse cambia cuando se hace amigo de Leslie. Los niños crean un mundo imaginario al que bautizan con el nombre de Terabithia, en el cual habitan toda clase de criaturas mágicas. A pesar de que sus vidas son complicadas y rutinarias, Jesse y Leslie son el rey la reina de Terabithia. Muy pronto, uno de los amigos debe hacer frente a una tragedia en su reino imaginario.

Hace muchos años, no me pregunten cuantos, no tengo tan buena memoria, en alguna clase de alguna escuela me pusieron a ver la película de este libro. Recuerdo que estuvo algunos años de moda, no sé para qué materias. En algún punto vi el libro, pero nunca le dije a mi mamá que lo comprara y pasó el tiempo y pasó el tiempo y pasó más el tiempo y siguió pasando el tiempo y creo que por algún motivo, lo olvidé. Reconozco que es difícil seguirle la pista a cada cosa que me interesa cuando me interesan tantas cosas y quiero leer desde un montón de lugares diferentes. He tenido épocas en las que sólo leí no ficción, épocas en donde sólo leí mexicanos o latinoamericanos, épocas donde sólo leí juvenil. Ahora estoy en una de esas épocas en las que quiero abordar la literatura de la imaginación y eso significaba, por supuesto, acercarme a libros que sabía que estaban esperándome desde hace mucho mucho tiempo. Katherine Paterson es una escritora estadounidense nacida en China, hija de misioneros (yo siempre juzgo a los misioneros por muchas y variadas razones, pero entre hijos de es siempre común encontrar escritores o artistas).

Katherine Paterson es miembro de Alianza Nacional de Libros y Literatura Infantil, una organización sin ánimo de lucro que aboga por la instrucción, la literatura y las bibliotecas. Investigué un poco sobre ella, me di una vuelta por su trayectoria. Datos es que ha ganado el premio Hans Christian Andersen y el Astrid Lindgren, algunos de los más importantes dentro de la Literatura Infantil y Juvenil. Pero cuando investigo la trayectoria de un autor de libros infantiles y juveniles, sobre todo cuando son tan renombrados, hay cosas o frases que me llaman la atención. Por ejemplo, es común que sobre Paterson se menciona que trata temes "difíciles", "complicados", "adultos" como la muerte. Es curioso luego como los adultos no consideran que la infancia pueda comprender los temas supuestamente difíciles. Quizá porque no los entienden de la misma manera que los adultos, porque los racionalizan de otra manera (y creo que Paterson en su escritora entiende muy bien esto, pero es sólo una conjetura). Hay no pocos libros que aborden la muerte, por ejemplo (y menciono este tema porque es justo uno de los que son centrales en Un puente hacia Terabithia), como Los rojos camaradas de Ana Romero o Buenas noches, Laika de Martha Riva Palacio. Pero siempre, siempre, sin fallar, son temas difíciles (y no recuerdo que me hicieran ruido en mi niñez: sólo recuerdo que los pensaba diferente pero a veces estas visiones de niños quedan atrapadas entre tanta adultez).

Este libro nos presenta la amistad entre Jesse y Leslie, dos niños muy diferentes, con imaginación despierta, sensibles, que tienen perspectivas muy interesantes sobre el mundo. Lo que quiero destacar por encima de todo es la tremenda sensibilidad con la que Katherine Paterson habla de la niñez. Una de mis grandes frustraciones en literatura infantil y juvenil es la ola de autores y editores que creen que los libros para niños tienen que tener una moraleja o enseñar algo que sea tan explícito que no pueda ser pasado por alto, esos que creen que para escribir para niños hay que escribir fábulas (malas, además) y presentárselas a los niños. Todo libro que haya sido concebido como una suerte de manual de comportamiento me pone de nervios. Paterson, en cambio, reconoce a los niños como personas. Los mira y comprende que no ser el niño más rápido de quinto año supone una decepción terrible y que los pequeños problemas se vuelven enormes sin ser condescendiente con ellos. Jesse y su sensibilidad con el arte, Leslie y su capacidad imaginativa llenan el libro.

Muchas veces la imaginación es desdeñada por la realidad, sin comprender que ambas cosas pueden caminar en el mismo sentido, relacionarse, juntarse y formar un ciclo infinito. Sin realidad no habría imaginación, no existiría Terabithia, este mundo del que Leslie y Jesse son reyes y que es sólo suyo, donde nadie más puede inmiscuirse. Me encanta esa importancia de tener un lugar íntimo, donde poder ser, sin más

Concept Art, Terabithia, Brendan Hefferman

Paterson es una escritora religiosa. Yo no. Y, voy a hacer aquí un paréstesis, a pesar de no serlo y declararme firmemente atea, sin creencias religiosas algunas, me gusta hablar de la fe en la narrativa y las historias que no tiene nada que ver con instituciones opresoras. (Es curioso, como cuando creciste sin ninguna relación con la religión, al margen de esta completamente, siendo sólo un acontecimiento curioso el ir a una boda o a un funeral, puedes acercarte a ella desde otros lares, aunque lo hagas a la distancia: me gustan los templos y los mitos cristianos como me gustan los griegos y los fenicios y los hindús y los árabes y desconfió de toda institución que acumula poder y no creo en nada, porque soy comunista y nada ha resonado en mí como Lenin hablando de ese tema).  

Este libro es uno de los libros más cuestionados en Estados Unidos en términos de religión. Sí, sí, para eso saqué el tema. Algunas cosas por las que el libro ha sido cuestionado nos podrían parecer ridículas, como que Jess use frecuentemente la palabra "Dios" no para rezar, sino como exclamación, pero otros ya son más curiosos, como que a los dogmáticos les enoja que el libro hable de aproximarse a cosas relacionadas con la fe desde otros lares y que haya simbología bíblica a la vez que mitología celta (hoy en, hot takes de Nea: decir "la mitología cristiana" es algo totalmente válido). En fin, la doble moral gringa. Justo me encanta como Paterson aborda el tema y como yo, que disiento excepcionalmente con ella, puedo leer y ver otra perspectiva en su literatura y pensar.

Por cierto, también es un libro que ha sido prohibido en muchas bibliotecas escolares por tener muchas... groserías, según los gringos, pero la traducción definitivamente no me dio esa idea y ahora quiero saber si es que sí tiene unas cuantas más en inglés o es la moralina común que rodea al middle grade gringo (demografía que, salvo unas cuantas obras que obvio son cuestionadísimas en gringolandia y que yo adoro, me tiene hasta la chingada porque ustedes creen que Estados Unidos es muy liberal, PERO NO, AMIGOS, eso pasa cuando sólo se asoma uno a Nueva York y a California; en general es un demográfico atascado por moralina barata, historias sin matices y un chingo de fast-food de buenos contra malos absolutos). 

Concept Art, Terabithia, Brendan Hefferman

El libro también aborda el duelo y lo inesperado. La absoluta falta de preparación con la que podemos encontrarnos para afrontarlo y todo lo que nos puede desatar. Su reconocimiento de la imaginación y lo poderosa que está es es muy bueno también. ¡No la desdeñen! Hace falta mucha para conjurar mundos nuevos, donde exista otra manera de hacer las cosas y creo que justamente por eso Leslie es mi favorita en todo el libro.

—Necesitamos un lugar —dijo ella— que sea sólo para nosotros. Será tan secreto que jamás contaremos a nadie en el mundo que existe. —Al columpiarse hacia atrás Jess arrastró los pies para frenar. Ella le habló, casi susurrando—. Debería ser un país secreto —prosiguió— y tú y yo seríamos los soberanos.
Sus palabras hicieron que algo se removiera en su interior. Le gustaría ser el soberano de algo. Hasta de algo que no fuera real.
—Vale —dijo—, ¿dónde podríamos tenerlo?
—En el interior del bosque, donde nadie pueda venir a estropearlo.

Creo que otra de las virtudes de Puente a Terabithia es la empatía de su narración. Los niños no son seres de luz que lo hacen todo bien. Me estresa esa literatura que se empeña en una narrativa de buenos contra malos. No la encuentro profunda ni interesante. Moralina, si acaso (y es por eso que la odio). En Puente a Terabithia también podemos ver que Jesse y Leslie buscan venganza de sus bullies, que no es necesario ser amigo de alguien para sentarse y escucharlo y que quizá hay relaciones que no se arreglan pronto y está bien. Todo a su tiempo. Hay cosas que no van a pasar y eso también está bien.

Les recomiendo mucho, como siempre que me gusta un libro, que lo lean y se acerquen a él. Creo que es un libro icónico por una razón: tiene múltiples lecturas y uno es capaz de ver más cosas cada vez que se asoma a sus páginas. Ya saben que trae sello de que Nea lo aprueba.

sábado, 30 de enero de 2021

Folklore Booktag

Probablemente, para escucharse con Folklore de fondo. Fíjense que yo tengo una historia curiosa con Taylor Swift. Como famosa, me da exactamente igual. Pero eso no es raro, porque puedo contar con los dedos de una mano los famosos que no me dan igual (Gerard Way y Gerard Way y miren, uy, es Gerard Way de nuevo). No soy super fan de ella tampoco, pero sí me gustaban algunas de sus canciones o, por lo menos, las encontraba pegajosas. Sin embargo cuando salió folklore me harté de verlo por todos ladosy lo escuché. Me gustó bastante sin ser fan de Taylor y pues aquí, estoy, haciendo un booktag del disco. La verdad, es sólo una excusa para hablar de libros y descansar un poco de las reseñas, porque esas llevan más tiempo y tengo que pensar mucho más cómo quiero enfocarlas.

Así que sin más que decir, nos vamos con las consignas. Si hay reseña de los libros elegidos también la linkearé aquí. Y como nota, el booktag lo jalé desde el blog de Ati, Conejo Literario.

the 1: libro con un final que te dejó sin palabras

Creo que aquí vale la pena mencionar El ministerio de la felicidad suprema de Arundhati Roy. El final me dejó sin palabras, no tenía ni la más remota idea de como la escritora se las iba a arreglar para cerrar la trama tan complicada que había armado y cómo todos los personajes iban a llegar al mismo punto o sobre todo si es que llegaría a alguna conclusión sobre todo lo que había escrito del conflicto en Kashmir. No me decepcionó y todavía hoy pienso muchas cosas de la novela.

cardigan: libro que te hace sentir feliz y triste al mismo tiempo

Este es La historia interminable de Michael Ende. ¿Por qué me hace sentir feliz y triste al mismo tiempo? ¿Han leído el capítulo de la ciudad de los antiguos emperadores? ¿Todo lo que sigue a eso? Leer este libro me hace infinitamente feliz, pero también muy triste. ¿Han leído la parte del caballo de Atreyu? Sí, a eso me refiero. Ahora me estoy preparando para releerlo de nuevo porque quiero volver a viajar por Fantasia.

the last great american dinasty: libro con una historia familia fascinante

Me encantan los libros familiares, sobre todo mientras son más fascinantes, mejor. Mi elegido es precisamente Volver a casa de Yaa Gyasi, que explora la vida de una familia que se divide en dos y cuyas generaciones van construyendo una historia impresionante. Es la historia de dos hermanas separadas: una de ella es vendida como escava y la otra se convierte en la esposa africana de un colonizador inglés. Fue de mis libros favoritos y es uno de los pocos que conozco de literatura africana contemporánea que se puede conseguir fácilmente y es accesible. Muy recomendado. Ya pasaron años de que lo leí, pero lo sigo recomendando.

exile: libro que hubieras preferido no leer

Aquí voy a poner Enigma asiático de Carolin Phillips. Hay muchos libros que me hacen enojar o me caen mal, pero pocos que me hayan puesto del humor que me puso este. Hay pocas cosas que no soporto y definitivamente una de ellas es a los salvadores blancos que consideran que cualquier cultura que difiera de la occidental está mal (en cualquier sentido) y que sólo saben ver los conflictos bajo un sólo matiz. Un libro sobre la ley del hijo único en china y el desprecio a las hijas acabó siendo... bueno... no digo medio racista: bastante racista. Desagradable, la verdad.

my tears richochet: libro que te hizo llorar inconsolablemente 

Hay muchos, pero creo que El cuentacuentos de Antonia Michaelis es uno de los que más me han hecho chillar en mi vida. Presenta muy bien los matices entre buenos y malos y como la realidad los desdibuja. Nos recuerda que hay gente que no quiere salvación y que hay víctimas que se convirtien en victimarios, que hay personas que hacen cosas abominables y buenas obras. Al mismo tiempo. Es un libro que quiero mucho. Antonia Michaelis es una de las escritoras alemanas que más me gustan dentro de las historias contemporáneas juveniles, por lo bien que maneja los miedos y ese thriller psicológico que sabe escribir. También, en parte, por las historias que el cuentacuentos narró en este libro: son un viaje. Me recordó (y eso lo pensé recientemente) que podemos acercarnos a la realidad a través de la fantasía. Lloré mucho. Y tengo a Leonard Cohen de fondo mientras escribo esto.

mirrorball: libro que te hizo sentir que fue escrito para ti 

Aquí voy a poner El aliento del cielo de Carson McCullers porque muchos cuentos de ella parecen escritos específicamente para mí. Es mi cuentista favorita y como ella no hay otra, se los prometo. Frankie y la boda, contenido en este libro, definitivamente fue escribo para mí. Wunderkind también me llega mucho. Definitivamente estos libros que leo y releo, enteros o por pedazos, porque tienen mucho valor para mi corazoncito.

seven: libro de tu infancia que te hace sentir nostálgica

Sí, miren, es Harry Potter. Cualquiera de los siete. Cosas de ser una niña rara, callada y tímida en un lugar donde no había muchos otros niños raros. Fueron los primeros libros más largos y sin ilustraciones que tengo consciencia de haber hecho un esfuerzo para leer yo sola (al menos el segundo y el tercero). Por siempre y para siempre son parte de mi historia lectora. Ahora los leo y me da la nostalgia. ¿Cómo será otra vez leernos por primera vez? ¿Me gustarán igual? Son libros que, bien que mal, saben manejar el misterio y tienen fuertes referencias fantásticas. No les voy a decir que son los mejores, pero sí los que más nostalgia me dan.

august: libro que te transporta al verano mientras lo leías

Creo que aquí definitivamente pondré a Algunas primeras veces de Ana Romero. Es una novela juvenil romántica muy agradable que me gustó mucho por como se enfocaba en la adolescencia y el tipo de romance que presentaba. Me transporta a un día tranquilo, caluroso, quizá de vacaciones en un pueblo. En resumen, un día agradable y un momento agradable.

this is me trying: libro que te ayudó con la soledad y la tristeza

Creo que ahora que pasó el 2020 puedo hablar muy bien como los tomos de Inuyasha de Rumiko Takahashi me acompañaron durante meses. Soy una persona extremadamente privada y cuidadosa de mi vida en la red (you know nothing about me), así que eso es lo único que tiene que saber. Los personajes de este manga me acompañaron muchos meses del año pasado a media pandemia y eso es todo lo relevante del asunto. Es un buen grupo de amigos del cual hacerse cuando te sientes solito.

illicit affaris: libro que te provocó resaca literaria

Creo que solo libros que no me gustan mucho me provocan resacas literarias insoportables. Creo que uno de los casos donde eso sucedió fue cuando leí Canciones para Paula de Blue Jeans. Literariamente es un libro malo. Y a modo de entretenimiento, me pareció pésimo (también tiene que ver con que yo creo que no es entrentenido leer casi ninguna clase de fast-food publicada en masa y que incluso libros pensados para el entretenimiento tendrían que tener algún valor literario para que yo me entretenga un poco más o tener una narrativa absorbente, interesante, que me llene). El caso es que leí ese libro del demonio y tuve una resaca que me duró meses. No lo hagan, maigos.

mad woman: libro con protagonista femenina capaz de vencer las adversidades

Estoy intentando poner libros que no han sido muy mentados en mi blog en los últimos meses, para que recuerden todas mis recomendaciones, que a estas alturas son muchísimas, pero aquí elegiré algo del año pasado porque me fascinó su personaja principal y me refiero a El fuego verde de Verónica Murguía. Su protagonista es Luned, la cuentera y estoy convencida de que una mujer como ella puede superar todas las adversidades. Me gustó muchísimo, se los recomiendo mucho y además demuestra la buena calidad de la literatura infantil y juvenil en México.

epiphany: libro cuyo final sigues procesando después de muchos meses

Pues muchos meses no han pasado pero pongamos aquí a Olvidado Rey Gudú de Ana María Matute. Es que no encuentro otro en el que siga pensando después de tantos meses ahora mismo. Que haber, de seguro hay, pero este lo acabo de reseñar y le acabo de dar vueltas y vueltas, así que es lógico que desde los primeros días de diciembre a ahora no haya parado de pensar en él. Creo que se convertirá en uno de mis favoritos de la vida. Si leyeron la reseña, ya saben por donde va la cosa, si no léanla porque es un libro que realmente recomiendo.

betty: libro con un personaje que amas

¡Hay muchos personajes que amo! Pero elegiré hablar de El velo de Helena de María García Esperón, un recuento de la Iliada desde los ojos de Helena de Troya. No saben lo mucho que me gusta Helena, la mujer más bella del mundo. Me apasiona todo sobre ella. Toda su historia, como princesa de Troya y como Reina de Esparta. Me llaman mucho la atención estos personajes femeninos a los que se les atribuyen guerras enteras. Muy interesante. Es uno de mis libros favoritos de LIJ, así que los invito a checarlo.

hoax: libro que pensaste que ibas a amar pero no sucedió 


Me pasó con El desapego es una manera de querernos de Selva Almada. Antes ya había leído Chicas muertas y me había gustado su forma de escribir y creí que ese otro libro me iba a gustar también porque además lo había comprado con toda la ilusión del mundo. Y no pasó. Sólo el primer cuento me gustó un poco y los demás se me hicieron acartonados, de realismo color caca (y algunos de esos secuestrados por la violencia no más) y pues no pasó. No lo amamos. Nos decepcionó. No fue lo peor, pero de verdad creí que sería otra cosa. 

No etiquetaré más que a Anita de Mi libreta azul que quien sabe si me haga caso, pero es de las mayores fans de Taylor Swift que conozco.

miércoles, 27 de enero de 2021

Howl's Moving Castle de Diana Wynne Jones: lo doméstico en la fantasía

Sinopsis: En el país de Ingary, donde existen cosas como las botas de siete leguas o las capas de invisibilidad, que una bruja te maldiga no es algo inusual. Cuando la Bruja del Páramo convierte a Sophie Hatter en una anciana, la joven abandona la sombrerería familiar para pedir ayuda en el único lugar mágico que se le ocurre: el castillo ambulante que atemoriza a los habitantes de Market Chipping. Pues dentro no sólo se halla un demonio del fuego, sino también el perverso mago Howl, tan diestro en realizar hechizos como en robar los corazones de las damas. El libro está considerado uno de los clásicos modernos de la literatura fantástica.

Pues esto en realidad es para hablar de toda la serie de Howl's Moving Castle. O más bien, es un pretexto para hablar del papel de lo doméstico dentro de la fantasía y todos esos pequeños quehaceres que no caben en las grandes batallas y que son mirados por encima porque son "cosas aburridas" o "cosas de mujeres". Y algo de lo mejor logrado en los tres libros que componen la serie (El castillo ambulante, El castillo en el aire y La casa de los mil pasillos) es cómo Diana Wynne Jones, muy sutilmente pero de manera muy firme, nos recuerda que alguien siempre cuida de nosotros y que todo el desastre alguien lo tiene que limpiar. 

Como muchos, llegué a este libro a través de la película que hizo Estudio Ghibli y me enamoré de ella. Leí el libro muy chica, esperando una historia muy parecida, pero Diana Wynne Jones me sorprendió con una historia diferente, donde los personajes eran los mismos (y se parecían mucho a los de la película, claro, porque esa es una adaptación), pero diferente en tono, en lírica, en todo. Y no me lo tomen a mal, adoro la película. No pretendo hablar de ella en la entrada más que de poner contexto en cómo llegué a la historia (mis sobrinos la vieron conmigo un día porque ajá, soy una tía con sobrinos de su edad) y en decir que ambas cosas son muy buenas y son obras que se sostienen por sí mismas. Disfruten las dos sin buscarle semejanzas con la otra. Dicho eso, vamos a los libros. 

Sophie Hatter es la mayor de tres hermanas (las otras son Lettie y Martha), tiene dieciocho años, es bastante bonita (aunque no se percibe así a sí misma) y no tiende a mirarse con demasiada atención. Como la mayor, es la encargada de quedarse en la tienda de sombreros de su padre mientras sus hermanas viven aventuras. Hasta que la bruja del páramo la confunde con Lettie y le echa una maldición que la hace volverse una anciana. Buscando una solución a la maldición, Sophie deja la tienda de sombreros y acaba convirtiéndose en la señora de la limpieza en el castillo de Howl, hace un trato con Calcifer, un demonio de fuego y limpia detrás de los dramas y berrinches de Howl Pendragon (que llamarse así, no se llama así, prueben mejor con Howell Jenkins, que no era un nombre tan dramático) además de recordarle que los desastres no se limpian solitos. Una de las cosas que más me gusta del primer libro es la sinceridad (creo que podríamos llamarle así) con la que cuenta la historia de Sophie. Incluso en la casa de un poderoso hechicero dramático y berrinches que no es particularmente guapo y se tiñe el pelo hay que limpiar. La magia de repente no te quita las pequeñas tareas domésticas e incluso en historias con hechiceros hay que cuidar al otro, sea con magia o no (y el hacer el que hacer es cuidado, para uno mismo, para una pequeña comunidad que colabora o para otros). No sé si era el propósito de Diana Wynne Jones al escribir la historia de Sophie, Howl y el resto de los habitantes del castillo, pero definitivamente ahora resuena mucho en mí (y quizá, admito, no lo hizo tanto en mi adolescencia). 

Sophie Hatter de Lauren Greiner

Y no digo sólo lo doméstico en lo que se refiere a cuidados, sino que ahora que estuve leyendo a Diana Wynne Jones recordé por qué de niña el libro se me hizo un poco más pesado. No malo ni aburrido, sólo que lo leí en una época en la que yo misma estaba acostumbrada a las grandes aventuras y este es un libro que va más lento, que se fija en cosas que otros no, en los que las historias de amor no son apasionadas de matar o morir, sino que se van construyendo poco a poco. Y esos romances (romántica que soy, aunque no lea casi ese género), también me gustan. La declaración entre Howl y Sophie, esa vez que por fin se están viendo a sí mismos tal cual son y están además reconociendo al otro como es es una de mis partes favoritas de toda esta serie, justamente porque reconoce que aventurarse a vivir por siempre jamás (aunque a veces ese siempre jamás tenga fin) con alguien es mucho más ajetreado de lo que en verdad sugieren los cuentos y esas historias que oímos donde todo termina en un "y vivieron felices para siempre". 

—Creo que deberíamos vivir felices por siempre jamás —le dijo Howl, y a ella le pareció que hablaba en serio.
Sophie sabía que vivir por siempre jamás con Howl sería muchísimo más ajetreado de lo que sugerían los cuentos, aunque estaba decidida a intentarlo.
—Diría que va a ser espeluznante —añadió el mago.
—Y tú me explotarás —respondió Sophie.
—Y después tu cortarás todos mis trajes para darme una lección

Luego de eso pasé muchos años sin leer ningún otro libro de Diana Wynne Jones. En parte porque no los encontraba en español y en ese entonces no leía en inglés (leer en inglés tiene la ventaja de que de repente tienes disponibles más cosas de manera relativamente accesible). Y después ya los tenía, pero no los leía. Me aventuré por fin a seguirle en un maraton llamado Femme Fantale, en octubre del año pasado, y lei El castillo en el aire en idioma original. Hice una entrada recopilatoria de otras lecturas, por si están interesados. La historia de ese libro sigue a Abdullah, un vendedor de alfombras de un país lejano a Ingary; tiene una familia molesta que añora darle una o dos esposas, no lo dejan en paz y sueña con dejar sus alfombras para otra ocasión y lanzarse a vivir aventuras. En una de esas, resulta que una de las alfombras que llegan a su tienda puede volar y acaba conociendo a la princesa Flower-in-the-Night, una princesa que nunca ha visto a otro hombre, pues se dice que acabará enamorada del primero que vea y su padre quiere prometerla en un matrimonio arreglado. Las cosas se complican cuando un Djinn se roba a la princesa y Abdullah tiene que ir tras ella y entonces sí, descubre con pesar, que las aventuras no son como el creía. 

Abdullah y Flor-en-la-noche

De este libro me gusta mucho la frustración de Abdullah al enfrentarse a la incomodidad de las aventuras y toda esa narración que dice que tiene uno que cuidarse a sí mismo y es bueno tener una mano aliada o amiga. Lamento, solamente, que Flower-in-the-Night no aparezca más porque es una princesa de un intelecto muy agudo. También porque al final, que no les puedo contar, nos demuestra que por más héroe en busca de su amada en peligro que sea uno, las amadas en peligro se pueden salvar a sí mismas también. Y como no les puedo decir el final, porque esto cumple papel de reseña mezclado con ensayo que quiere probar que Diana Wynne Jones es una master de hablar de lo doméstico en la fantasía, me conformo con presentarles a Flower-in-the-Night (Flor-en-la-noche en la traducción) a través de un fragmento: 

—¿Por qué no? —inquirió ella—. ¿Estás ya casado?
—No, no. No es eso. La ley permite que un hombre tenga tantas esposas como pueda permitirse, pero…
El ceño de Flor-en-la-Noche volvió a fruncirse.
—¿Cuántos maridos se permite tener a las mujeres? —preguntó.
—¡Sólo uno! —exclamó Abdullah, bastante asombrado.
—Eso es extremadamente injusto —observó Flor-en-la-Noche, pensativa. Se sentó en el terraplén y reflexionó—. ¿Dirías que es posible que el príncipe de Ochinstan ya tenga otras esposas?

En fin, me gusta el énfasis que, en las aventuras de Abdullah, tienen las cosas que no tienen tanta relevancia en las historias heroicas y me gusta el tono amigable de la historia, Diana Wynne Jones siempre me hace reír muchísimo. También me gusta el ritmo tranquilo, porque cualquiera de los libros de esta serie son como una casa para mí y justo ahora necesito de eso: libros que sean casas y se transformen en hogares. 

Calcifer, película de Ghibli

Y antes de que me digan que hablo mucho como borracha en karaoke vamos al último libro, La casa de los mil pasillos, que es el que acabo por cimentar mi opinión de que la escritora le daba una importancia increíble a lo doméstico y al cuidado. Charmain Baker es una jovencita respetable (según su madre) que pasa sus días con la nariz metida en un libro. Si hay un problema: a leer y tantán. Finalmente la mandan a la casa de un pariente lejano (su tío) para que se encargue de cuidarla un tiempo. Para colmo, obtiene una misión del rey, se encuentra a una bruja llamada Sophie, resulta que hay un aprendiz sin maestro en la casa de su tío y la dichosa casa tiene los pasillos más confusos del mundo. ¿Mencioné también que es un desastre? 

Entre tanta cosa, gran parte de la narración pasa contando las aventuras de Charmain y Peter, el aprendiz sin maestro, lidiando con los desastres de la casa. Peter sabe cuidar de sí mismo, pero Charmain ve un desastre y huye a leer y tener pesadillas con hacer la lavandería. Nada del trabajo doméstico es algo que hace "una señorita respetable" como Charmain, que se da cuenta de que es una perfecta inútil gracias a la manera en que la han educado. 

—¿Qué pretendías ordenándome la habitación? —preguntó Charmain.
[...]
—He pensado que te gustaría —musitó él.
—Bueno, ¡pues no! —dijo Charmain. Se sorprendió a sí misma al notar que estaba a punto de ponerse a llorar—. Estaba empezando a aprender que, si dejo algo tirado en el suelo, ahí se queda a no ser que lo recoja y que, si desordeno las cosas, tengo que ordenarlas porque no lo hacen solas, ¡y entonces llegas tú y lo haces por mí! ¡Eres tan malo como mi madre!

Charmain Baker por Dina Norlund

Me encantan sus pesadillas con lavar la ropa, los platos sucios y cómo ante cada inconveniente mete la nariz en un libro. Además la acompaña Waif, un perro mágico, que es encantador. Peter me encanta, también, porque hay cierta tendencia en los libros a retratar a los hombres como unos inútiles incapaces de limpiarse el trasero y Peter es ordenado, pulcro, sabe mantener todo en su lugar o al menos lo intenta y se indigna ante la ignorancia de Charmain burlándose de lo que la madre de esta dice que es de "una señorita respetable". Además es aprendiz de magia al que todos los hechizos le salen mal, tiene encanto. 

Ya voy a ir poniendo punto el final, porque ya me explayé mil años como siempre, pero mi conclusión es que larga vida a Diana Wynne Jones y ojalá poner más al frente los cuidados en los libros de fantasía. Muchos de los que leí últimamente tienen algo que me remite a ese tema y eso me encanta, además. La mayoría, en este caso particular, escritos por mujeres [inserte aquí a una Nea fingiendo que está sorprendida]. Es interesante siempre ver estos temas porque no hay escritora que los trate de la misma manera y recuerda que la fantasía no tiene que ser de grandes guerras, sino que puede tratarse también de cosas cotidianas y no por eso ser ni aburrida (recuerdo que alguien puso que la primera parte de Las nieblas de Avalon de Marion Zimmer Bradley era malo porque hacían muchas cosas de mujeres) ni mala ni faltante de sus aventuras. 

Les recomiendo mucho esta serie. Los tres libros son de lectura independiente, pero los tres transcurren en el mismo mundo y en los tres podemos ver a personajes de uno y otro.

domingo, 17 de enero de 2021

Olvidado Rey Gudú, Ana María Matute | Reseña

Olvidado Rey Gudú

Sinopsis: Olvidado Rey Gudú es una de las grandes novelas de este siglo. Repleta de fábulas y fantasías, narra el nacimiento y la expansión del Reino de Olar, con una trama llena de personajes, aventuras y un paisaje simbólico: el misterioso Norte, la inhóspita estepa del Este y el rico y exuberante Sur, que limitan la expansión del Reino de Olar, en cuyo destino participan la astucia de una niña sureña, la magia de un viejo hechicero y las reglas del juego de una criatura del subsuelo. Tejida de realidad y leyenda, de pasado y presente, Olvidado Rey Gudú constituye también una gran metáfora del alma humana y su historia, alentada por los deseos y las inquietudes que desvelan al ser humano desde hace siglos.

Ocurre que hasta ahora puedo sentarme con el cerebro suficientemente en calma (pasa que el mío nunca se calla y por eso escribo y borro en cantidad) para hablar de este libro. Fue uno de los favoritos del año pasado, tal como pudieron ver en los Oscars Literarios. No me cuesta entender cómo es que Ana María Matute decía que quería ser recordada por este libro. También me gustaría ser recordada por una obra de este tamaño, es la clase de libros con la que me gusta dialogar al escribir (y justamente ya me descubrí haciéndolo, porque no escribimos en un vacío, sino que estamos llenos de influencias y referentes).

Entre el marketing y los referentes de fantasía

«Para cuidar y atender su educación —respondió el Conde Olar con voz reventante de orgullo, y una chispa de maligna socarronería—. Para adiestrarlo en el arte de la caza y de las armas». Era la primera vez que Sikrosio oía llamar a su padre arte a aquella suerte de desesperación colectiva que les obligaba a lanzarse unos sobre otros, espada en mano, en defensa de un palmo de tierra.

Empecé leyendo este libro como parte del club de lectura del foro de La Noble y Ancestral Casa de los Black. Merece una mención porque es el club de lectura al que le he sido más fiel en mi vida (a pesar de reiteradas ausencias) y porque siempre ha sido un lugar para comentar libros. Gustó y no gustó, por supuesto. Leyendo un compañía uno aprender que a veces los libros no le gustan a todo el mundo porque no todo el mundo tiene los mismos intereses, referencias o trayectos lectores; es el riesgo de leer en proyectos comunitarios. Incluso cuando son tan cerrados como un foro de fanfiction. De los comentarios de este libro (en goodreads, entre mis propios amigos, en otras reseñas) me llamó la atención especial uno: las reiteradas menciones a George Martin y las comparaciones con Canción de hielo y fuego, pero no sólo eso, sino el "es que esto el Canción de Hielo y Fuego Hispano". No puedo expresar cuanto odio eso. "El señor de los anillos latinoamericano", "el Martin mexicano o cualquier nacionalidad que ocurra", "el Tolkien asiático" y así, eternamente, con cualquier referente famoso de fantasía. En este mundo obsesionado con las ventas nada se sostiene por lo que es, sino que siempre tiene que ser algo más.

Ana María Matute
Ana María Matute

Entiendo las comparaciones a un nivel más literario: cómo abordan dos autores diferentes un mismo tema o género, entendiendo que son diferentes aunque compartan referentes, pero no puedo con la estrategia de marketing (porque no es otra cosa) desde nombrarse y legitimar (no me gusta este verbo, pero creo que es adecuado en este contexto) desde algo más. Olvidado Rey Gudú es una novela de fantasía que sí, dialoga con muchos referentes (especialmente con los cuentos populares y los personajes arquetípicos de estos) en su prosa, pero que no es el *insterte aquí obra famosísima o autor famosísimo de fantasía* español. Es una obra que se sostiene por sí misma.

No es una historia de personajes y la trama es la historia misma del Reino de Olar. En él se enmarca la historia y este sirve de una suerte de columna vertebral para que Ana María Matute habla de muchos temas. Seguro, si fuera yo aquí otra persona, me detendría un poco a hablar del worldbuilding y de todos esos detalles históricos y políticos que se atisban sobre Olar, pero no estoy tan interesada en ese tema. Me gustaría más compartirles más bien lo mucho que me maravilló el lenguaje de Ana María Matute para crear los cimientos de Olar y el ambiente del libro. Es muy claro, desde el principio, que estamos presenciando la historia de un reino y los personajes están en él, sujetos o hacedores de sus destinos. 

Mapa de Olvidado Rey Gudú

No importa tanto, en este caso, imaginarme cómo y dónde está Olar o situarlo en un mapa, como sentir las palabras que Ana María Matute hila para construir la historia de Olvidado Rey Gudú y sus múltiples temas. (Lo digo porque recuerdo hablar de él en conjunto, porque fue leído en un club de lectura y que fuera una pregunta común: ¿dónde está Olar? que me sacó un poco de onda, porque aunque sí puede ser un dato curioso interesante, para mí no pasaba de eso, porque lo importante era todo el lenguaje de la autora para hablarnos del olvido, de las historias populares, de la pérdida de la infancia).  

Entonces pues, quiero hablar de Olvidado Rey Gudú partiendo desde el mismo libro. Así pues, vamos tema por tema.

Tontina y la pérdida (olvido) de la infancia

—Me sorprende que no lo supieras, Ardid. Es del todo natural que así sea: aunque, por supuesto, sólo pude verme un instante antes del sueño. Una vez despierta, me olvida hasta el próximo sueño.
—¿Y cómo es eso? [...] Ha estudiado, como yo, en el libro de algún sabio maestro, y tiene así contaminado sus ojos, como yo?
—No —dijo el Trasgo—. No es extraordinaria, es de una especie corriente. Sólo antes del sueño, hasta el despertar: y olvida, hasta el próximo sueño. Además, algún día también dejará de verme aun antes del sueño, y nunca más nos recuperará: ni a mí ni al Sueño.

Uno de mis temas favoritos durante todo el libro fue toda la parte que le corresponde a la princesa Tonita, destinada a casarse con Gudú. Perdón si no hablo en orden de algunos sucesos particulares de la trama (nada que pueda considerarse spoiler chungo, más bien hablo de los temas y cómo se tratan, así si lo leen quizá tengan una percepción cercana a la mía o me pueden contar de sus lecturas). El arquetipo de Tontita es uno de los más recurrentes en muchos cuentos populares. Las tontinas pagan por sus pocas luces, por su ingenuidad. Me encanta como Ana María Matute usa este arquetipo justamente para mostrarnos que Tontina sí es perceptiva, imaginativa, entregada a su infancia y a sus juegos y no comprende el mundo adulto tanto como los adultos no la entienden a ella. 

Ilustraciones de fantasía de John Bauer
Artista: John Bauer

Cuando aparece, contrasta con Ardid, Reina de Olar, quien siempre fue un ser humano brillante y quizá hasta podríamos decir que adulto. Ardid, por sus circunstancias particulares, no tuvo tiempo de entregarse tanto al juego o a la imaginación tan desmedida (aunque tampoco es que la rechace, tiene una relación con un trasgo y con cosas mágicas, de hechicería) y no entiende que Tontina no vea las cosas con la misma seriedad que ella. Me encanta cómo está manejado el tema justamente porque en la princesa vemos la pérdida gradual de la infancia y cómo se ve desde afuera. Los adultos alguna vez olvidaron que fueron niños y tienden a glorificar esa época o a desdeñarla. Por eso me gusta ese subtexto de que las Tontinas no son tan tontas, aunque todos los personajes se esfuercen en que ella cumpla un arquetipo ya dado ("todo pasará como tenga que pasar").

—¡Oh, ahora atino! No nos hemos conocido: es que tenemos que conocernos mucho, que no les lo mismo. Por eso, también yo guardaba en mi memoria vuestra persona y vuestra voz.

Justamente en toda esta parte es que Ana María Matute rescata los cuentos populares de la memoria y me parece muy bien como los va hilando en su narrativa. Desde ahí habla del olvido, cuando aparece el Príncipe Once (de el cuento Los Cisnes Salvajes, que me encanta) y sólo unos pocos pueden reconocerlo. Cuando habla del tiempo, que para estos personajes no se mueve lineal (cosa muy interesante y que como escritora me gusta mucho: la idea de que alguien te resulte conocido porque lo vas a conocer o historias que salen del tiempo para instalarse en otro). La historia de Tontina y Predilecto es probablemente de mis favoritas de la historia y por eso quiero resaltarla en primer lugar. Porque además se puede hablar mucho de las personajas de Matute.

Ardid, Ondina y las mujeres de Olvidado Rey Gudú

—Querida, no olvidéis que ésta es una isla, y una isla mujer: y que si bien nadie puede dudar que los hombres son extraordinarios conquistadores, además de otras cualidades bien conocidas, en definitiva las mujeres somos la civilización. 

Uno de mis intereses (no tan recientes, pero sí recientes) es ver cómo las escritoras retratan a las mujeres. Otro es ver los retratos de las mujeres en la fantasía. Existe la idea de que las mujeres en la fantasía son las damiselas en apuros que carecen de agencia y que sólo existen para ser salvadas; diría, sí, que esta ya no es la idea que prevalece en en género, pero está allí. Existen también las mujeres que son sólo sanadoras, cuidadoras y secundarias porque, obviamente, ese es un trabajo femenino y como femenino que es, es mal visto. Hablando de ello, existe una dicotomía muy clara en obras recientes: las personajas enmarcadas en los cuidados y las guerreras. Parecería que estas dos cosas no se juntan y que reivindicar los cuidados (¡tan importantes y no reservados a lo femenino, por más que el mundo insista!) está más mal visto que presentar mujeres fuertes, guerreras, desapegadas, que siguen y repiten patrones masculinos y desprecian la feminidad. Y digo dicotomía porque pareciera que no se mezclan y tenemos arquetipos rígidos, como una lista que palomear a la hora de crear un personaje. Eso debería ser más libre por supuesto. Adoro a las mujeres cuidadoras y a las guerreras, a las viajeras, a las que cuentan historias y a las que lo hacen todo también.  

Ilustración medievalista de Warwick Goble
Artista: Warwick Goble

Tengo planeado hablar de ello pronto con más extensión, pero sí es algo que me llama la atención. Por eso me gustan las mujeres de Olvidado Rey Gudú. Recuerdan constantemente que las mujeres no son una masa homogénea y que puedes escribirse con infinitos ángulos y matices (vamos, como los señores escriben a los señores, harta estoy de listas de "cómo escribir mujeres"). Ardid es probablemente la personaja que se alza más alta sobre todas, por su permanencia en la trama, quizá, pero todas tienen una gran presencia en la historia. Ya hablé de Tontina, pero quiero también resaltar a Ondina y sus amores, esa visión tan profunda que ofrece Matute sobre los amores imposibles y románticos que acaban con todos los implicados y como es eso lo que da nacimiento a la tristeza (y recuerda mucho a como asociamos el azul a la tristeza, además de a la calma, y como los grandes cuerpos de agua nos causan nostalgia). 

También está Leonia y su isla, el último reducto de los sueños; Urdska, mujer guerrera y salvaje; Gudrilkja, la niña que grita "¡Yo soy el rey!" y que además protagoniza, junto a Lontananza, su madre, uno de los pasajes que más me gusta de este libro.

—Nunca te acerques a ellos, Gudrilkja —dijo—. Nunca, hija mía.
—¿Quién es? —preguntó la niña, en su media lengua. Y vio Lontananza que sus ojos azules tenían la misma expresión colérica y centelleante que los ojos de Gudú.
—El Rey —dijo Lontananza—. Vámonos, el rey siempre está lejos, y nadie le puede alcanzar.
—Yo seré Rey —dijo la niña.
Al oírla, la madre se estremeció, y le tapó la boca con la mano.
—Las mujeres no son Reyes —dijo—. ¡Y creo que es suerte para nosotras!

Me gusta porque no entiendo el ansía en este mundo real por acaparar los puestos de poder o romper el techo de cristal para volverse opresor de otro. Así que estoy con Lontananza: las mujeres pueden encontrarse en otros lugares y configuraciones lejos de esos puestos, con más horizontalidad y más sensibilidad: ¡y qué suerte para nosotras!

Las personajas de Matute me gustan también por su gran dimensión. No trata a las mujeres como seres perfectos de luz ni como receptáculos de maldad y pecado, sino que retrata matices. ¡Y no lo hace sólo con las mujeres! Ahí están personajes como Gudú, Almíbar, Volodioso, Predilecto, Lisio y no quiero hacer una lista de todos, pero se dan una idea. Me maravilla muchísimo ver a escritoras tratar tantos matices en sus obras.

Conclusiones

El viejo sueño llegaba hasta él revestido de un deslumbramiento que si hubiera sido capaz de sentirlo, hubiera podido llamarse amor, pero que no era más que otra manifestación de su única pasión: la estepa.

Creo que podría hablar de muchos otros temas que Ana María Matute trata en su obra. Por ejemplo, del tono antiépico que tienen algunas partes y de ese retrato crudo de la guerra (que nos arranca de un tajo de esta idea del amor a la guerra), de la sangre y las batallas, siempre con una sensibilidad increíble (sensibilidad que, sinceramente, ya querrían autoros de "grimdark"). El gran tema del libro es el olvido y está presente siempre. Como trata el miedo. Sólo alguien sensible podría hacerlo como lo hace ella. Sin embargo, aspiro que a mis reseñas no sean eternas, así que, por hoy, me quedo con esto de lo que les he hablado.

Ana María Matute
Ana María Matute

Olvidado Rey Gudú es un gran libro de la fantasía y de la literatura española. Es un libro gordito que exige atención, lleno de prosa poética (y esto para mí es un punto a favor) que es mejor si se disfruta y se lee con calma (ojo, no lento, con calma, cada quien sabrá cómo es su leer con calma). Se los recomiendo si son especialmente amantes de la fantasía. No me consta que se consiga en México o en América Latina (y en ese caso saben que estoy disponible en mi correo si lo andan buscando), pero si tienen la oportunidad de leerlo, lo recomiendo muchísimo. No se lo pierdan. Si lo leen siempre pueden comentarme qué les pareció

miércoles, 6 de enero de 2021

Oscars Literarios (X)

La tradición de llamar a mis mejores lecturas los "Oscars Literarios" (academia conformada por una sola persona: yo) nació hace exactamente diez años, cuando un amigo lo hizo a modo de tag en su blog, Andrea de quince años se enamoró del formato y decidió que lo iba a usar. Nadie me puede tachar de inconsistente a los veinticinco, si lo sigo usando porque me permite nombrar un montón de lecturas variadas (al usar categorías inventadas por mí que son inconsistentes como nada en este mundo porque cada año cambian según lo que considere agregar) que me movieron el piso. No dependo de top tens o un número equis de lecturas y aún así se siente que entre mis elecciones hay un orden. Todo lo aquí mencionado me gustó mucho, no hay ningún libro por encima de otro.

El 2020 fue un año muy malo personalmente y muy bueno en la cuestión lectora. En la primera parte no vamos a ahondar, pero en la segunda sí: hubo muchos libros y muchas obras que me acompañaron durante largos meses de cuarentena (que sigue en pie) y de tiempos difíciles (ya hay algunas lecturas mencionadas en el área de narrativa gráfica en mi Top Ten de cómic, manga y webcómic). Por esto, esta entrada es larga. Vayan a prepararse un cafecito, vamos a estar aquí un rato. Si quieren ver las mejores lecturas de 2019, están acá.

Mejor trama

Creo que de los libros que más me gustó este año, esta mención en especial es para Los recuerdos del porvenir de Elena Garro. Fue una de las elecciones de lectura en Librosb4tipos este año, lo leímos durante el mes de abril; para mí fue uno de mis grandes pendientes, de esos libros que me miran desde el librero (porque este es uno de los pocos que tengo en físico, producto de la biblioteca familia) por años y años hasta que los quito. Esta es una de las primeras novelas que fueron catalogadas como realismo mágico (cuando era más una etiqueta comercial que el único genero dentro de lo imaginativo aceptado en el canon latinoamericano), por cierto. La recomendé extensamente en una reseña que le hice.  

Mejor escritora

Este fue, sin dudarlo ni un segundo, el año de Ursula K. LeGuin. Ya me había adentrado en su obra antes, pero tenía pendiente conocerla más a fondo y extensivamente. Durante este año leí El nombre del mundo es bosque, por ejemplo, que me gustó mucho; La rueda celeste, que probablemente sea de mis favoritos entre los que leí; Lavinia, que conociendo mi gusto por el recuperar las voces de las mujeres de la mitología era obvio que me iba a gustar, y Un mago de Terramar, como parte de la maratona Guadalupe Reinas (que termina hoy), también de mis favoritos. Así, pues, no queda duda que este fue su año. Planeo seguir leyéndola durante 2021. 

Mejor protagonista femenina

Aquí voy a mencionar a dos de la misma obra. Sin las voces de Red y Blue, This is How You Lose the Time War no sería lo que es. Esta es una novela co escrita por Amal el-Mohtar y Max Gladstone. La manera en la que usan el lenguaje estas personajas, a través de la pluma de sus escritores es algo magistral, de lo que hablé muchísimo en la reseña que hice del libro. Este es un libro de ciencia ficción donde dos agentes en bandos contrarios se van encontrando a través de cartas y a través de ellas también van enamorándose y conociendo a la otra. Es una historia maravillosa, donde el lenguaje juega mucho con cómo vamos adentrándonos en ella y definitivamente es de lo mejor que tuvo este año.

Mejor protagonista masculino

Creo que No. 6 de Atsuko Asano sin Nezumi difícilmente sería la obra que es. En el top de manga y cómic hablé del manga, pero ahora mismo también quiero reconocer a las novelas ligeras que escribió, con todas su capas y con todo ese trasfondo sobre sobrevivir y cambiar el mundo. A pesar de haber leído una traducción amateur del japonés (cosa que siempre juega un poco en contra del lenguaje, pero es la única manera de leer muchas de estas obras), aprecié mucho las capas que la autora le dio a sus protagonistas, a su historia, a su manera de contarla y a cómo escogió contarla. Específicamente Nezumi, en todas sus facetas, fue una de las grandes espinas dorsales de estas novelas ligeras. Como lectura me acompaño mucho durante el 2020, también. Escribí una reseña por si quieren saber más.

Mejor manga

Este ya lo saben si leyeron el top que hice, pero para sorpresa de absolutamente nadie la elección es Witch Hat Atelier de la mangaka Kamome Shirahama. Sí, les estoy haciendo bullying para que lo lean. Sí, incluso si no leen manga. Es una historia para todas aquellas personas que amen la magia, las historias de brujas y los sombreros puntiagudos. Bueno, es mucho más que eso, pero por ahí podemos empezar. En México, para dato de ustedes, lo publica Panini; en España, Milky Way. Sigue la historia de Coco, que se convierte en aprendiz de Qifrey, y del resto de las aprendices de su atelier. El arte es de las cosas más bonitas que he visto en años leyendo manga. No se van a arrepentir de intentar leerlo.

Mejor webcómic

Este es para Novae de KaiJu. La verdad es que este año leí varios webcómics que me gustaron muchísimo, pero este fue el que más me acompañó y de los que más me gustó. Sulvain y Raziol, los protagonistas, con toda su curiosidad por las estrellas y el universo, me acompañaron bastante durante varios meses de pandemia y la manera increíblemente sensible en la que está construida la historia pudo mucho conmigo y con mis gustos. También, como punto fuerte de esta historia, menciono el trabajo artístico que tiene detrás. Es algo maravilloso.

Mejor cómic

Es Monstress de Marjorie M. Liu y Sana Takeda, ni le busquen. Creo que es la segunda o tercera vez que repite, yo no sé. En específico me refiero al tomo 4, que es el que leí durante el 2020. No sé ya qué decirles que sea nuevo sobre esta historia, pero si están buscando algo de fantasía épica, les recomendaría asomarse a ella. Sana Takeda tiene un estilo de arte que me gusta mucho y los guiones de Marjorie M. Liu me fascinan por su manera de construir la historia. Por si les interesa introducirse en la historia, hice una reseña de los primeros tres compilados, el Libro I. Pronto, sospecho, habrá una reseña del Libro II.

Mejor libro ilustrado

Aquí elegí poner Mary Jo de Anna Pessoa que fue una de los grandes descubrimientos en Literatura Infantil y Juvenil y sus ilustraciones son una parte importante de la historia. También fue un gran descubrimiento en esto que le dicen literatura de iniciación, porque de repente tengo muchos problemas con cómo se enfoca, detesto esa idea de "hay que ser amigo de todos", pero sin nunca decir que hay que aprender poquito a poquito a ser responsable con nuestras amistades; tampoco me gusta lo moralino. (Una de las razones por las que me gusta La auténtica Susi de Nöstlinger es precisamente porque después de los diarios vemos que Susi y Paul no son amigos-amigos ya y esto está bien, no es necesario ser amigo de alguien para llevar la fiesta en paz y quizá no vas a mantener todas tus amistades todo el tiempo). Mary Jo es impresionante porque es una carta. Y en ella la protagonista detalla su vida, sus sentimientos, sus incomodidades. Es un libro que me hubiera gustado mucho de adolescente, además, porque entre lo importante de las ilustraciones, la traducción tan buena que le hicieron en El Naranjo y el carisma de Mary Jo, adoré. Total, si quieren saber más que ya me extendí, pueden leer la reseña.

Mejor personaje secundario masculino

Este año releí el primer libro de La saga de los confines de Liliana Bodoc, Los días del venado y lo adoré de nuevo. Recordé todo mi amor por todos sus personajes: la Vieja Kush, Kupuka, Wilkilén, Kuy-Kuyén y, especialmente, Kume. Es mi favorito de ese libro, si pudiera ordenarlos a todos por orden y señalar a uno. Porque reconozco su miedo, sus errores, su necesidad de enmendarlo todo y la creencia de que sólo puedo hacerlo solo. Porque siempre su última escena en el libro me llega muy hondo y porque lo quiero mucho. No les puedo contar más sin contarles todo el libro, pero sí tengo una reseña por si desean adentrarse en los Confines, probablemente una de mis sagas favoritas.

Mejor personaje secundario femenino

La elegida es Hera de Lore Olympus de Rachel Smythe. Este webcómic también quedó muy arriba en mi top y me encanta cómo retrata a Hera especialmente. Como aborda la mitología y las relaciones humanas es algo maravilloso, un muy buen trabajo, pero especialmente Hera es un personaje que me encanta (hay quien suele sólo reducirla a una diosa celosa y malhumorada y esa representación me parece, cuanto menos, que se queda muy corta). Les recomiendo mucho mucho conoce Lore Olympus. Todavía no le he hecho una reseña en forma, pero lo haré pronto.

Mejor libro de no-ficción

Este año leí menos no ficción que otros años, pero aún así hubo varios que destacaban y tuve que elegir sólo uno. Una editorial compiló varios ensayos, discursos y artículos de Mao Tse-Tung en una colección llamada Arte, literatura y revolución que me gustó mucho. Como anécdota, diré que el 2020 se me hizo tan largo que veo algunos de los libros de esta lista (los que leí en la primera mitad del año, como este) y siento que los leí en un año diferente. Bueno, total, el libro toca varios temas generales y es un buen punto de partida si siguen viendo esa idea de que "la gente pobre [dicho en tono despectivo, porque así es la gente, de veras] no busca la cultura porque no la entiende/es tonta/otra excusa pendeja aquí". Muy buena colección en general.

Mejor libro infantil o juvenil

Este es para El fuego verde de Verónica Murguía. Fue uno de los libros que más me gustó, especialmente por su lore (ah, el bosque de las hadas y los elfos), por su amor a las historias épicas, por esta diferencia que hace entre la guerra que nos evocan los poemas y la guerra de verdad con todos sus horrores y por la protagonista, Luned. Hablé muchísimo de este libro porque, para cuando lo leímos, llevaba tiempo sin leer fantasía de este tipo y con la sensibilidad de Murguía y con las mujeres al frente (ah, Luned, me encanta) sin necesidad de ser guerreras; Luned es, en este caso, cuentera. Hice una reseña por si quieren saber más.

Mejor antología de cuentos

Pongo mejor antología porque si me hicieran elegir sólo un cuento estamos aquí hasta mañana. Dudé mucho porque leí muy buenas colecciones, como Insólitas (aunque esa tiene unos cuentos que medio meh) o los cuentos de Akutagawa o los cuentos de Ichiyo Higuchi en Crecer, pero al final creo que el mejor, el que más disfruté, el libro que más retó, fue definitivamente El poeta que le rugió a la luna y se convirtió en tigre de Atsushi Nakajima. Fue un gran descubrimiento que hice gracias a un manga (Bungo Stray Dogs) y no me arrepiento de nada. Sin tentarme la mano puedo decir que el mejor cuento que leí en todo este año fue La catástrofe de las letras, contenido en este libro. Que belleza, por dios. A eso aspiro cuando escribo, a que las letras y las palabras provoquen tantas cosas... Ay. Lean a Nakajima. Después de esto me quedó claro porque es un clásico japonés. Hay una reseña en el blog.

Mejor libro de poesía

Este año leí poca poesía pero tengo un libro que reconocer por encima de otros y se trata de Confín de Nadie de Jimena Jurado. Se lo voy a lanzar a la cabeza del próximo iluminado que me diga que no se puede escribir poesía en clave de ciencia ficción, para que lea los poemas que siguen a una cosmonauta en un mundo nuevo. Es un trabajo bien impresionante, hacía tanto tiempo que no me atraía tanto la poesía como cuando leí este libro (y miren que no es un género que me parezca difícil per se, sólo que te hace involucrarte mucho en la lectura, no puedes leerlo por encimita). Se los recomiendo si le pueden poner las manos encima.

Mejor libro de fantasía

Me hacían falta categorías para poner todos los libros que me gustaban, pero no hay nada que no se solucione inventando nuevas, porque, total, la Academia entera soy yo y vine a hablar de mis lecturas favoritas. Aquí dudé entre un libro y otro (que ya está en este recuento, sólo quedó en un lado diferente), pero al final decidí mencionar a Olvidado Rey Gudú de Ana María Matute. Es una obra espectacular. No sé por donde empezar a hablarles de este libro, si es tan impresionante. Es la historia del Reino de Olar, una historia sobre el Olvido y la pérdida de la infancia, incluso para aquellos que nunca la tuvieron; una historia sobre las historias, también, un poco. Tendrán que esperar a que me siente con tranquilidad y escriba la reseña para saber más, pero es un libro impresionante si quieren leer fantasía de corte épico, con historias de reyes, caballeros, princesas, ondinas y trasgos.

Mejor libro de ciencia ficción

Pensé mucho qué poner aquí porque no quería repetir a nadie, el punto es poner todas las lecturas que me gustaron y usualmente no me caben. Así que además de La rueda celeste y This is How You Lose The Time War, otro libro de ciencia ficción que me gustó mucho este año fue Ansibles, perfiladores y otras máquinas de ingenio de Andrea Chapela. Excepto dos cuentos, me pareció una colección muy buena de cuentos de ciencia ficción, creo que entiende muy bien cómo los géneros de la imaginación son sobre lo humano y no sobre ver quien sabe más de máquinas (en serio, no, no es para ver quien sabe más de máquinas). Hay historias muy buenas en el libro, que fue una de mis últimas lecturas del año y aún así se logró colar por aquí. Tendrán que esperar por la reseña, por supuesto.

Mejor libro


Una de las lecturas más gratificantes que tuve este año fue Kalpa Imperial de Angélica Gorodischer. Me maravilló completamente. A lo largo de varios cuentos e historias, la autora nos cuenta la historia del Imperio Más Vasto, desde las historias de los reyes y emperadores hasta las de los ladrones y aventureros. Además es un libro que ahonda mucho en la tradición oral, pues tiene narradores que pareciera lo interpelan a uno directamente. Fue una gran lectura, disfruté mucho el libro y se lo voy a recomendar a todo aquel que se deje. También le hice una reseña por si quieren saber más de él.